Encuentro

La llegada de mi amigo y su hijo adolescente a mi casa y mi caliente esposa hacen que esa estadía se convierta en una fiesta de sexo y lujuria.

ENCUENTRO

Mi esposa es una hermosa mujer que ha llegado a sus veintisiete años siendo muy hermosa.

Es delgada, cabello bien negro y largo, muy bonita y un poco exhibicionista. Le excita ver como los hombres la desean.

A mi la situación del exhibicionismo me pone muy caliente también, por lo que lo practicamos constantemente y ya lo hacemos en forma casi involuntaria, por lo que casi toda la ropa que ella tiene es muy sugestiva.

Hace un par de semanas recibo una llamada telefónica de un ex compañero de secundaria que hacía mas de 20 años que no veía.

Me decía que estaba viajando por el país y que pensaba pasar el día en nuestra ciudad.

Le dije para almorzar juntos, le di mi dirección. Me dijo que no viajaba solo, que lo hacía con su hijo, de veinte años.

Le dije que sería fantástico conocerlo y que de paso le presentaba a mi esposa.

Una hora mas tarde estaban llegando a nuestra casa. Carlos se conservaba casi igual, alto, delgado con sus cuarenta años, unas canas y un poco de barriga. Su hijo, Juan Carlos, había sacado todo del padre, solo que era un poco mas robusto, ya que practicaba mucho deporte.

Durante el almuerzo nos enteramos que Carlos hacía tres meses que había enviudado y que habían decidido hacer esta gira para distraerse un poco, ya que aunque habían superado el trauma, necesitaban unos días juntos para conocerse mejor.

Mi esposa vestía una polera negra muy ajustada, que al no usar corpiño provocaba que sus senos se marcaran como si estuviese desnuda, un pantalón de jean muy justo que marcaba su cola y separaba los labios de su conchita. Completaba su vestimenta un par de botas de taco muy alto.

Estaba tan hermosa que cuando mi amigo y su hijo llegaron y llamaron a la puerta, mi esposa los recibe y ellos se presentan como el amigo y el hijo de su papá.

Laura les aclara que no es la hija sino mi esposa.

Cuando nos encontramos con Carlos nos abrazamos y me felicitan por lo divina y joven que es mi esposa.

Durante el almuerzo bebemos mucho vino. El vino actúa como un estimulante sexual para mi esposa que pronto comienza a coquetear. Nos ofrece un café y cuando va a prepararlo me llama para que la ayude a bajar la cafetera del placard. Como yo estoy muy entusiasmado con Carlos, le pido a su hijo si no se anima a darle una mano.

Juan Carlos va a ayudar a mi esposa. Esta al verlo le pide que la ayude sosteniendo la escalera. Toma la cafetera y cuando se dispone a bajar Juan le estira los brazos y la toma de las axilas, justo uno de los puntos mas sensibles de mi esposa. Inmediatamente sus pezones reaccionan y se ponen muy duros e hinchados, cosa que se nota mucho ya que le crecen bastante.

Juan Carlos no sabe como reaccionar, pero su pene se marca en el pantalón. Mi esposa lo mira a los ojos y le pasa una mano por su pene y le dice "cuanto vigor, que afortunada debe ser tu novia". "No tengo", contestó Juan Carlos.

Mi esposa que estaba muy alegre por el alcohol, le pregunta cuanto hace que no está con una mujer y el le contesta que ya hacen varios meses. Entonces mi esposa le pregunta si le han hecho sexo oral y el le contesta que nunca y que es una de sus fantasías. Mi esposa le baja el cierre, lo mira y le dice "te voy a cumplir tu fantasía, luego vos me vas a cumplir la mía, ¿si?".

Le saca la pija de Juan Carlos del pantalón y se sorprende de su grosor, se lo mete en la boca y le comienza a chupar la pija con toda maestría. Lo pajea y se la chupa al mismo tiempo. Cuando siente que se está por acabar, le acaricia el culo y le mete un dedo que había mojado con saliva.

Juan Carlos la toma de la cabeza y le acaba en la boca embistiendo furioso. Mi esposa traga un poco y escupe el resto, pero le pasa la lengua por la pija hasta dejarla limpia para luego guardarla.

Prepara el café y en pocos minutos llegan con total naturalidad.

A partir de ese momento, Juan Carlos se muestra algo nervioso y mi esposa muy provocativa.

Carlos no puede apartar los ojos de sus tetas y cuando ve que yo lo estoy mirando se sonroja y me pide disculpas, diciendo que lo que sucede es que mi esposa es muy hermosa y que él hace ya varios meses que no se fijaba en unas tetas.

Mi esposa lo mira y le dice "¿te gustan mis tetas?, son regalo de mi esposo" y se levanta la polera, diciendo que vea que no tiene ninguna cicatriz.

Carlos queda totalmente paralizado y es mi esposa la que le lleva las manos para que le toque las tetas. El bulto de Carlos en el pantalón era impresionante, ya que él siempre tuvo una pija muy grande.

Cuando Carlos le acaricia las tetas a mi esposa, ésta le dice a su hijo que compruebe él también como son sus tetas.

El cuadro era impresionante, mi esposa sentada en medio de ambos hombres con las tetas al aire, la polera subida. Las manos de ambos acariciando sus tetas y su barriga. Las manos de mi esposa acariciando las pijas sobre los pantalones. Mi esposa con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás mostraba una entrega total.

Me acerco y le desprendo el pantalón. Ella levanta la cola para ayudarme a que se lo quite, lo hago y pronto se lo quito junto con las botas. Le dejo su tanguita puesto y la ayudo a quitarse la polera. Le acaricio la conchita y la noto muy mojada, ella está realmente excitada. Le paso la lengua por la rajita y me detengo en su clítoris. Lo lamo con ganas arrancando chillidos de placer y aprobación, mis dedos se mojan en la conchita y los paso primero y meto después en su culito que palpita ante cada intromisión. Primero le meto un dedo, luego lo saco y meto dos. La presión a vencer es bastante grande ya que es bastante estrecha de su culito. Saco los dos dedos y meto tres, únicamente las yemas y comienzo a moverlos dentro de su culito. Noto como su dilatación crece y logro meterlos todos mientras sigo lamiendo su conchita y su clítoris. Noto que está muy caliente y que pronto se va a acabar. Le digo a Carlos que saque su pija del pantalón y este se desnuda. Entonces retiro mis dedos del culo de mi esposa y la dirijo hasta la pija de mi amigo. Mojo su culito con los flujos vaginales y lentamente la pija de mi amigo se aloja totalmente en su culo. Yo sigo lamiendo su clítoris y ella comienza a convulsionar del orgasmo que siente. Se acaba subiendo y bajando de la pija de mi amigo. Cuando termina su orgasmo me dice "quiero una pija en mi concha ahora, por favor quiero una pija ya ..."

Juan Carlos no la hace esperar y ya desnudo se sube encima y se la pone violentamente.

Es hermoso ver como se la cogen entre padre e hijo. Mi esposa disfruta su doble penetración mientras yo disfruto viéndola coger. Carlos le aprieta con mucha fuerza las tetas mientras le hunde toda la pija en el culo y se acaba. Juan Carlos le bombea desesperado en la concha de mi esposa que cruza las piernas en su cadera para que la penetración sea mas profunda. Laura se acaba por segunda vez cuando Juan Carlos le llena la conchita de leche y se sale de ella.

Mi esposa me mira y me dice "mi amor, ahora quiero tu leche". Y yo se la pongo en la concha sintiendo como su culo estaba lleno de la pija de mi amigo. Entre lo dos la cogemos hasta que se acaba nuevamente y yo casi inmediatamente le lleno la conchita de leche mezclándola con la de Juan Carlos.

Durante toda la tarde nos cogemos a mi esposa de las mas diferentes formas y combinaciones posibles.

Ya en la madrugada estábamos todos tan cansados que decidimos dormir. Invitamos a mi amigo y a su hijo a pasar unos días con nosotros, propuesta que aceptaron gustosos.

Se quedaron cinco días con nosotros y en esos días mi esposa fue la hembra de todos, logrando cogerla mas de cuarenta veces en esos días.

ella estaba realmente destrozada pero nunca dijo que no a nuestros reclamos sexuales.

Ahora mi problema es como satisfacerla yo solo.

Bueno, creo que deberé buscar ayuda...

Nos gustaría repetir la experiencia pero con gente totalmente desconocida.

Si sos de Uruguay y tienes un grupo de amigos y quieren vivir una experiencia similar por favor escribinos a royluis@adinet.com.uy