Encuentro (2)
II: Sumiso de una pareja que practica el sexo oral con el hombre y la mujer. // III: Sumiso que cada vez se adentra mas en su lado oscuro del sexo oral con hombres y mujeres. // IV: Hombre bisexual y sumiso es esclavisado por una pareja, para ser usado oralmente.
Encuentro II
Transcurrieron aproximadamente 4 meses antes de que volviera a tener un nuevo encuentro con Arturo y Erika. Después de habernos contactado telefónicamente, viaje a Santiago para encontrarme con ellos.
Sin mayores preámbulos luego de juntarnos en el terminal de buses- nos fuimos hasta el departamento de ellos..., todo ya estaba preparado.
Luego de tomar un ligero desayuno (eran las 8:30 a.m.), nos fuimos hasta el dormitorio, que estaba casi en penumbras, iluminado solo en forma tenue sobre la cama de dos plazas. Erika se quitó su vestido y quedo en un traje de Dominatrix que en mas de una ocasión había podido ver en las revistas pornográficas. Vestía medias negras de malla con costura atrás y sujetadas por unos portaligas del mismo color, botas altas de tacones atadas adelante con pasadores rojos, calzoncitos blancos de algodón y una minifalda que no le alcanzaba a cubrir su hermoso y enorme trasero.
Jugamos los tres por espacio de unos 20 minutos. Besamos y manoseamos sus senos, su culo, su sexo, sus piernas. Lamíamos sus botas. En varias ocasiones acaricié el paquete de Arturo por sobre sus pantalones mientras arrodillado- chupaba la conchita de Erika y él la besaba en la boca. El ambiente se había calentado y rápidamente nos despojamos de nuestros vestidos, quedando Erika solamente vestida con algo de ropa interior...; y sus senos descubiertos.
Yo me senté con las espaldas apoyadas en el respaldo de la cama, mi verga enhiesta recibió la caliente concha de Erika y mientras ella cabalgaba en mi carajo, se daba a la tarea de chupar el enorme aparato de Arturo que se lo ponía en la boca con insistencia. Cada cierto rato, soltaba el pico de su marido y posaba sus labios en los míos..., su boca y su lengua me transmitían el sabor de aquel grueso y moreno tronco. Arturo exigió que ella lo mamara mas fuerte y con grandes gritos comenzó a eyacular en los labios de ella y sobre sus tetas.
Ella desparramó sobre sus senos la abundante descarga de semen que acababa de recibir y enseguida me cogió la cabeza y dirigió mis labios hacia sus pezones, mientras me pedía "chupa mis tetas..., están ricas y tienen buen sabor". Yo apliqué mi boca en sus melones y se los chupé con fruición... Cuando ya llegábamos al orgasmo Erika y yo, ella me beso y revolcó su lengua en la mía, embarrada con la leche de su marido. Arturo, que aún permanecía de pié sobre la cama y con su herramienta a escasos centímetros de nuestros rostros, se aproximó un poco y deslizó su verga entre nuestros labios, pidiendo que se la besáramos entre los dos. Era realmente un hombre desfachatado, y en ese momento tuve la certeza de que nada de lo que hiciéramos en adelante sería motivo de asombro para él.
Con sus enormes manos, tomó las cabezas de ambos, y las presionó hacia su verga, restregándola entre nuestros labios y nuestras caras, al tiempo que exigía que se la besáramos y acariciáramos con nuestras lenguas.
Yo lo hice con cierto recato, producto de que aún no vencía mi natural resistencia a sentir el sexo de otro hombre en mi boca. Le pasé tímidamente la lengua por su tronco y solo una vez en su cabezota, a la que le proporcioné dos besos. Erika lo hizo con las ganas que siempre realizaba estos menesteres. Así él pudo sentir varios sonoros besos en la cabeza de su carajo, proporcionados por su esposa y por mi persona.
Encuentro III
Eran aproximadamente las 4 de la tarde cuando iniciamos un nuevo y morboso juego. Erika semidesnuda besaba los labios de su marido que estaba echado sobre el amplio sillón con las piernas abiertas, mientras que yo arrodillado me daba a la tarea de sobar con mis manos su pichulón por sobre su calzoncillo. Su verga creció hasta alcanzar su tamaño descomunal y parecía querer reventar la tela que lo cubría. Yo apreté con su slip su carajo, hasta que su enorme cabezota se dibujo en la prenda interior y se mojó con las gotas que emanaba su pico..., lentamente apliqué mi lengua sobre la tela del calzoncillo ubicando el tronco de su verga para subir hasta aquella enorme ciruela que dejaba escapar su húmeda secreción..., la chupé suavemente y pude sentir el sabor que se trasmitía a través de sus pantaloncillos..., primero lo hice con suavidad..., con cierto temor, aplicado apenas la punta de su pico entre mis labios. Estaba duro..., caliente y dejaba escapar un fuerte aroma a su sexo. Sin pensar mas y venciendo mis temores, cogí todo lo que pude de aquella enorme cabeza..., ¡¡total, aún no lo hacia en forma directa, ya que estaba cubierta por sus calzoncillos!! Pero era casi como tenerlo pelado en mi boca, ya que lo sentía tan caliente y mojado que supuse era muy poca la diferencia. Lo mamé con fuerza durante un corto tiempo y luego baje un poco su calzoncillo hasta dejar descubierta nada mas que su cabezota..., la mire..., del ojo de la uretra se escapaban gotas de un líquido cristalino, la pasé por mi cara y baje con ella hasta mis labios, le pasé muy despacio mi lengua y luego introduje toda la cabeza de su verga en mi boca y le di una tres o cuatro chupadas.
Cuándo me quise retirar, sentí que una de sus manos aprisionaba mi nuca y me impedía retirarme, al tiempo que su voz me ordenaba que me comiera toda su herramienta..., sentí su urgencia cuando tomó mi cabeza con sus dos manos y agarrándome por las mechas culió bruscamente mi boca..., su pico entraba casi entero en mis labios para retirarse un poco y de nuevo arremeter mas adentro..., era tan grueso que a veces me daba la impresión que rasgaba las comisura de mi labios, ¡¡no pude contenerlo más!! y dando arcadas lo saqué con desesperación de mi boca!!; era tan enorme que cuando me lo metía bien adentro, hacía que me atorara y a ratos me faltaba el aire.
Cuando por fin lo pude sacar de mis labios, su carajo humeaba por la calor que encerraba, estaba más erecto que nunca. Erika colocaba sus tetas en la boca de Arturo y yo, inicie una violenta masturbación en el pico del macho. No fue necesario que lo pajeara mucho. Sus piernas se tensaron y arrojó enormes chorros de semen..., uno, dos, tres, cinco, siete tiros de una blanca, caliente y espesa leche se depositó en diversas partes.., sobre su estomago, en los mulos de Erika, en mis manos, uno de sus chorros cayó directamente en mi ojo derecho y otro en mi pelo sobre mi cabeza, los últimos dos disparos resbalaron por el tronco de su verga, hasta llegar a sus huevos.
Me retiré un poco pensando que mi labor había concluido, pero Arturo emitió una orden: "¡¡¡Sirviente, límpia mis bolas con tu lengua!!! ¡¡¡Retira hasta la última gota de moco que esté ahí!!! ¡¡¡Vamos..., hazlo rápido y con ganas!!! Su voz no admitía duda, y me incliné para alcanzar sus peludos cojones y los limpié con todas mis ganas. Al agacharme, mi rostro que estaba sucio con su semen, dejó un buen rastro al lado de sus cocos que se deslizó hasta el ojo de su culo. Arturo levantó sus caderas de manera que su trasero quedó bien expuesto, y ordenó: "¡¡límpia el hoyo de mi culo!!" Yo estaba tan caliente, que no me importó meter mi lengua entre los pelos de su poto, abrí sus nalgas con mis manos y metí bien dentro mi lengua y no solo retiré el semen que se había alojado ahí, sino que chupe e introduje ni apéndice lingüístico en su ano. ¡¡No me importó nada!! La leche tenía ahora un sabor diferente al estar fría, su culo tenía un sabor agrio..., no fue impedimento para que cumpliera a cabalidad con la orden que había recibido y retiré hasta la última gota de mocos de su poto y lamí su hoyo con fruición. ¡¡¡Mediante este acto, acababa de convertirme en el esclavo sexual de Arturo y Erika!!!
Encuentro IV
Llegó el día en que habíamos acordado otro encuentro. Pero había algo que me inquietaba un poco..., en la última conversación telefónica con Arturo noté algo diferente en su voz. No había cordialidad, sino más bien su tono era imperante, como dándome órdenes. Esto fuera del juego sexual era raro, ya que me hacía pensar que se estaba tomando muy en serio su papel de Patrón, que era como habíamos acordado que lo llamaría. Cuando me dirigiera a Erika debería hacerlo refiriéndome a "Ama Erika" y a él "Patrón Arturo". Pero ya estaba ahí, en el terminal de buses y tomé rápidamente el metro para llegar hasta el departamento de ellos. Eran poco mas de las 9 a.m. cuando toqué a su puerta.
Arturo abrió la puerta. Su gruesa figura se recortaba a trasluz en la puerta. Ingresé a la sala de estar, y pude ver que ya (tan temprano) tenían todo preparado. Erika como siempre, lucía uno de sus trajes de Dominatrix: medias negras con ligeros del mismo color, botas de montar pero con enormes tacones, un corsé que dejaba al aire sus senos y sin ninguna prenda que tapara su sexo..., su conchita de veía exquisita con sus escasos pendejos rubios.
Sin mediar palabras, Arturo colocó una de sus manazas en mi hombro y me empujó hacia abajo. Yo opuse algo de resistencia al principio, pero vi en sus ojos que estaba excitado y esperando mi llegada por la urgencia y brusquedad de sus palabras: "¡¡no vas a tomar café, sino que te vas a servir una buena tasa de leche de mi pico..., te estaba esperando!!" "Arrodillate ante tu patrón y hazme una buena mamada!!!" "Apresurate puto, que ya no me aguanto!!!"
Yo obedecí y me arrodille quedando a la altura de su paquete, que ya se notaba erguido y presionando la tela del pantalón. Baje suavemente el cierre de su marrueco y sus pantalones hasta la mitad de sus muslos, me costó un poco deslizarlos más debajo de su verga, ya que era tal su erección que el pantalón se atoraba. A través del calzoncillo se dibujaba su enorme erección. Arturo acomodó su herramienta, de manera que asomó por la parte superior de su slip la enorme cabezota de su pico, la que le llegaba hasta su vientre entre una tupida mata de pendejos. Ahora baje sus calzoncillos hasta la mitad de sus piernas y pude ver en toda su extensión aquel monstruoso carajo. Calculé nuevamente que media más de 20 cmts. Y tenia en grosor considerable..., tanto que pensé sería difícil alojarlo dentro de mi boca sin que me impidiera respirar. Parecía más grande que de costumbre. Yo lo había medido antes y en realidad tenía un largo de 20 cmt., pero ahora por su excitación parecía mas largo y mas grueso. El tronco de su pico era recorrido por gruesas venas y la cabeza de su verga era similar a una gran y roja ciruela y por la punta despedía cristalinas gotas de líquido seminal. ¡¡Despedía un fuerte olor a mariscos!! Cuando lo apoyé sobre mis labios para aspirar su aroma Arturo se dio cuenta que yo había notado que su verga estaba hedionda, y sonriendo me dijo: "hace una semana que no me lavo el pico, he meado y he culiado pero en ninguna ocasión me he limpiado la pichula, ni siquiera con un pedazo de papel..., sabes para qué?, para que tu la laves con tu lengua". Y uniendo la acción a sus palabras, retiro totalmente el prepucio de tu verga, y pude ver una crema amarillenta bajo la cabeza de su carajo, que despedía un olor aún mas fuerte.
"Límpiala putito", "quiero ver la crema de mi pico en la punta de tu lengua, ¡¡vamos, hazlo con dedicación". Yo traté de resistirme diciéndole. "Pero Arturo..., esto encuentro que no es parte de nuestro jueg...". No alcancé a terminar la frase, cuando Arturo tomo su verga y azotó tres veces mi cara con ella, con violencia inusitada. "Cómo que Arturo!!! PATRÓN ARTURO mierda!!", "vamos, limpia mi pico o te vas a arrepentir"
Sus palabras, sin embargo lejos de intimidarme me comenzaron a excitar, y lo volví a coger y pude sentir su calor ¡¡estaba ardiendo!! y su erección era tal que palpitaba entre mis manos. Lentamente pero con decisión aplique mi lengua por la parte de abajo de la cabeza de su pico, y con la punta de mi lengua retiré toda la crema amarillenta que se encontraba ahí..., tenía un sabor raro, amargo, pero haciendo caso omiso de ello seguí lamiendo la cabeza de su pico..., ahora pasaba mi lengua por la parte superior de su ciruela y lentamente metí toda su cabezota en mi boca, en donde le proporcioné unas diez chupadas mientras pajeaba el tronco de su verga. Sentí que se inflamó aún mas, y al tiempo que él retiraba su carajo de mi boca, me dijo: "aún no!, no quiero acabar tan luego..., quiero ver que trabajes mas tiempo con tu boca..., hazte a la idea de estar arrodillado pidiéndome perdón durante unos 15 minutos".
"Patrón Arturo, no sé si podré estar tanto rato mamando su verga sin que se me canse la boca". ¡¡ESO NO ME IMPORTA..., por reclamar tendrá ni pico en tu hocico no menos de media hora!!". Cada vez que este hombre usaba ese tono brusco conmigo, mas subía mi excitación, y me dispuse a hacerle la mejor mamada de su vida. Con sus órdenes él me indicaba que partes de su paquete debía lavar. Ya había retirado toda la cremita de maese príapo, y ahora él cogió su garrote y colocó sus güevas en mi boca "lava mis pelotas..., con harta saliva y pasando bien tu lengua". Yo me apliqué en aquel enorme par de pelotas que ya estaban en mis labios. ¡¡También estaban hediondas!! "Te gusta putito..., ahí meo Erika durante toda la semana, lo que vas a lavar son los meados rancio de Erika". Yo le prodigué bastante saliva y luego me di a la tarea de lavar con ella todo el forro de sus güevas. Luego de eso, volví con mi lengua por el tronco de su garrote y frote mi apéndice en la cabeza de su pichulón, acto seguido introduje todo lo que pude dentro de mi boca de aquel monstruoso carajo, mientras pajeaba su tronco. Lo sentía caliente y a punto de estallar, y apuré un poco mi mano, pero Arturo dijo: "¡¡NO!!, apenas van 15 minutos que estas arrodillado, te quedan otros 15 más. No me hagas acabar aún que tienes que chupar media hora"
Las mandíbulas me comenzaban a doler de tanto chupar, y a ratos sentía como si las comisuras de mis labios se fueran a rajar por el grosor de aquella verga, sobre todo en los momentos en que él empujaba con fuerza dentro de mi boca. Algunas lágrimas se asomaron a mis ojos, producto del esfuerzo que estaba realizando por contener aquel carajo, y por no poder respirar con normalidad. Arturo se percató de ello, y en un acto de sadismo, apretó mi nariz con sus dedos, para impedir que pueda respirar..., sentí que me asfixiaba y que no podía sacar su verga de mi boca. Gruesos hilos de moco corrían desde mis labios hasta alcanzar mi cuello. Por mi barbilla colgaban otros tantos hilos de moco, pero debía seguir chupando. Luego de estar un buen rato mamando sentí la voz de Arturo que me decía: "vamos..., te quedan sólo otros 5 minutos..., sigue mamando pero sin hacerme acabar hasta que te lo pida". Sentí que soltó mi nariz y pude respirar con normalidad pero sin dejar de sujetar su carajo. Ahora traté de alojarlo lo más posible dentro de mi boca..., la cabezota ocupaba todo mi paladar y Arturo cogió mi cabeza con sus dos manos e inició un brusco mete y saca de mi boca..., en realidad, su verga solo salía hasta la mitad de mis labios. Yo apreté mi boca sobre su carajo y soporte sus embestidas, una, dos, tres..., diez, quince..., perdí la cuenta de las veces que embistió mi boca.
Estos últimos 5 minutos me parecían eternos y yo trataba de que acabara luego para terminar mi castigo. Él culiaba con fuerza y se notaba que estaba a punto de estallar. Su urgencia se notaba en su voz: "vamos así..., chupa, chupa, con fuerza..., cada vez que lo meto chupa con fuerza..., ¡¡eso así..., QUE RICO, RICO, RIC...!!". Explotó en mi boca. Un río de semen llenó mi cavidad bucal para luego correr por mi garganta hacia abajo..., su semen estaba tan caliente que parecía quemar mi lengua y era tan espeso que me costaba tragarlo..., me atoré y una parte de su leche salió despedida por mi nariz. Me dolía la boca y las mandíbulas de tanto soportar aquel monstruo. Mi cara estaba embadurnada entera con su semen. Debo de haber dado un triste espectáculo con lágrimas en mis ojos, mocos saliendo por mis narices y por mi boca.
"Justo 30 minutos putito.., justo media hora te tuve chupando mi pico" "Ahora dale unos besos a la cabeza de mi pico y la limpias un poco con tu lengua y luego te vas a lavar la cara". Hice todo lo que me indicó, y jugué un rato con su carajo, mientras le daba besitos y retiraba los restos de su acabada del forro de su pico, del tronco y de la cabezota.
Me retiré al baño y me duché. Luego volví al comedor en donde ya estaba el desayuno servido. Luego de desayunar, salimos de compras a un supermercado cercano y regresamos cerca de la 1 de la tarde.
No teníamos ganas de almorzar aún, así que no aprestamos a iniciar un nuevo juego. Erika y yo nos fuimos a la recámara, y nos tendimos sobre la cama en la posición del 69, estando yo debajo. Me daba a la tarea de comer la conchita de Erika y ella chupaba mi verga y la de Arturo que se había ubicado frente a su boca. De repente, vi que Arturo se ubicaba detrás de Erika y trataba de alojar su herramienta en la concha de ella. Yo retiré por un momento mi lengua a fin de que Arturo pudiera conseguir su cometido, y cuando hubo alojado su carajo en la concha de su mujer yo me dediqué a lamer los labios de la conchita de mi Ama. Desde ahí tenía una visión privilegiada de la cacha que le estaban dando a Erika y eso me excito sobremanera; recorrí con mi lengua desde la vagina, pasando por el tronco hasta llegar a las bolas de mi Patrón. Cada cierto tiempo, Arturo sacaba su verga de la concha y la colocaba en mi boca, para luego volver a introducirla en la chucha de su mujer y seguir penetrándola. Esto se repitió varias veces, hasta que Arturo me ordenó: "abre tu boca y saca bien afuera tu lengua..., voy a acabar ahí". Yo obedecí y saque todo lo que pude mi apéndice lingüístico. Arturo apoyó su carajo ahí y comenzó a descargar chorros de semen. Estos corrían rápido hacia mi garganta y yo me los tragaba. Él dirigió su pico hacia la zorra de la mujer y disparó los últimos tres tiros de semen que dieron de lleno en los labios vaginales. Luego apoyó nuevamente su verga en mi lengua y ordenó "límpiala..., límpiala bien..., ¡eso, así me gusta! ¡pule la cabeza de mi pico con tu lengua!". Yo realice su orden cumpliendo a cabalidad.
En cuanto se retiro Arturo, mi Ama Erika se sentó en mi boca y me ordenó que limpiara su concha. Yo apliqué mi lengua y me comí todo el semen que estaba alojado ahí, luego introduje mi lengua dentro de su conchita, para retirar los restos de mocos que aún tenía.
Cuando Erika sé levando de mi cara, sentí que Arturo me tomaba de una mano y me ordenaba: "¡¡VAMOS AL BAÑO..., te voy a ocupar ahí!! Entramos al cuarto de baño y me ordenó que me arrodillara al lado de la tasa. Él colocó su verga a la altura de mi cara y dijo con tono severo "sujeta mi verga con tu lengua mientras meo, debes impedir que mis orines caigan fuera de la tasa por lo tanto dirige mi pichula con tu boca para que el chorro de meados caiga dentro". Ya nada me sorprendía y ahora comencé a entender el tono de su voz en el teléfono. Arturo realmente me quería convertir en su esclavo sexual y hacer conmigo lo que se le antojara. Pero a mí tampoco de disgustaba, por lo tanto hice lo que me ordenaba, y sujeté su pico con mi lengua mientras él orinaba. Podía sentir como corrían los meados por el interior de su pichula y como salían calientitos por la punta de su uretra. Arturo se retiró un poco, y cogiendo su pico con sus manos dirigió el chorro de sus meados directo a mi cara, al tiempo que ordenaba "saca tu lengua que quiero mear ahí...., eso!! Así me gusta putito. ¡¡ABRE TU HOCICO MIERDA..., QUE QUIERO MEAR DENTRO DE TU BOCA!!, ¡¡ABRE O TE VAS A ARREPENTIR...!! Yo abrí todo lo que pude mi boca y sentí que sus meados golpeaban mi lengua y mi paladar, mantuve sus orines por un rato y luego los dejé caer... Nuevamente sentí una orden de mi Patrón: "¡¡NO, NO LOS BOTES..., TRÁGATELOS, BEBE MIS PICHÍS!!" De inmediato alojó la cabeza de su pichula dentro de mi boca que permanecía abierta y siguió meando. Yo tragaba lo que podía de sus meados, y lo que no alcanzaba a beber lo dejaba caer por la comisura de mis labios. ¡Eran salados y un poco amargos!, pero no me dio asco el hacerlo, así que mientras Arturo seguía meando con su pico dentro de mi boca, yo aprisioné la cabezota de su miembro y comencé a chuparla mientras él descargaba sus orines en mi paladar. "Así, así..., que rico como lo haces...., que me chupes el pico mientras meo..., es exquisito ¡¡nunca lo había sentido!!". "Que puto mas rico eres..., trabajas bien con tu hocico". "NO!!, NO ME SAQUES EL PICO DE TU BOCA..., NOO!!, NO ME BOTES LOS MEADOS MIERDA..., TRAGATELOS TODO MARACO!! ¡¡ESO..., ASÍ COLOCA BIEN LA CABEZA DE MI PICO EN TU BOCA..., ASÍ MIERDA.., ASÍ, CHUPA Y TRAGA, CHUPA Y TRAGA..., ¡¡OHHH, QUE RICO..., QUE RICO!! Sus piernas se estremecieron un poco y retiro su pichulón de mi boca. Ya había terminado de mear y nuevamente estaba erecto. Pude comprobar que Arturo no solo acababa en forma abundante, sino que sus meadas también eran copiosas, parecía que hubiese meado un litro o más. Sus gritos de: "¡¡¡LÍMPIA MI PICHULA CON TU LENGUA..., PULE LA CABEZA DE MI PICO MIERDA¡¡¡, me sacaron de mis cavilaciones. Yo, arrodillado como estaba, simplemente cogí con una de mis manos a Maese Príapo que nuevamente se encontraba amenazantemente erecto y me dí a la tarea de lamer su cabezota. Ahora tenía el sabor salado y amargo de los pichís, pero igual me encantó realizar mi trabajo, y de lamer la cabeza del pico pase a chupar de nuevo aquella herramienta.
Arturo se sentó en la tasa del baño, y yo cogí su pico para mantenerlo en mi boca y no permití que se soltara mientras él realizaba la tarea de sentarse. Con una de mis manos comencé a acariciar sus cojones, mientras con la otra masajeada el tronco de su pene al que estaba prodigando sonoras chupadas nuevamente. Deslice uno de mis dedos de la mano que estaba en sus pelotas mas atrás, hasta alcanzar el hoyo de su culo y se lo introduje. Arturo se quejo placenteramente: "ohh!! Papito, que rico lo que estás haciendo..., mete tu dedo mas adentro y chupa fuerte mi verga" Eso..., así, así, que bien lo haces..., MIERDA COMO MAMAS!! ¡¡SACA TU DEDO DE MI CULO Y CHUPALO..., SIENTE EL SABOR DE MI POTO EN TU LENGUA!! Yo obedecí y retirando mi índice de su hoyo lo metí en mi boca y lo chupe..., olía a mierda y su gusto era indefinido..., entre sabor a sudor, algo salado y un poco vinagre, pero lo chupe con ganas para volver pronto a coger su mazo y metérmelo en mi boca.
Nuevamente tenia su descomunal verga en mi lengua. Arturo permanecía sentado y tomándome de las mechas manejaba mi cabeza hacia abajo y hacia arriba, para que yo chupara en donde el quería sentir. Yo le abrace por sus nalgas con mis dos manos y me comí todo lo que pude de su pichulón..., todo lo que entraba en mi boca..., era un poco mas de la mitad, y aunque trabajaba de comérmelo todo, de manera que mis labios llegaran a topar sus bolas eso me resultaba imposible, y no conseguía alojarlo mas allá de lo que ya tenía dentro. En ese momento entró Erika, y viendo como nos empeñábamos con su macho en que pudiera meter todo su pico en mi boca, ella me apriosonó por la nuca, de forma tal que la inmovilizó. Arturo también me cogió la cabeza con sus dos manos y comenzó a penetrar con fuerza dentro de mi boca..., ¡¡ERA IMPOSIBLE..., NO PODÍA CONTENER TODA AQUELLA HERRAMIENTA!! Pero Arturo empujo sin retroceder ni un poco, y de esa manera consiguió alojar las ¾ partes de su descomunal verga dentro de mi hocico. Con tamaño pedazo de carne me resultaba casi imposible chupar, y como lo que mi Patrón quería era acabar, dejó que su pico se introdujese solo hasta donde ya lo había logrado alojar, incluso, sacó un poco de su verga de mi boca al tiempo que me ordenaba: "Chupa, chupa con ganas para que me hagas acabar...., tengo harto moco en mis bolas" Yo nuevamente sostuve sus pelotas con una de mis manos mientras chupaba su verga con afiebrado empeño..., mientras sus gritos casi guturales se sentían: ¡¡ohh..., ya voy a llegar..., que rico, QUE RICO!!, QUE RICOOOO!! COMO CHUPAS PUTO!! ¡¡ERIKA, PREPARALO PARA UN CHAMPAÑAZO!! La mujer me tomo de las mechas y retiró mi cabeza dejándo mi cara frente al pico de Arturo, que en ese momento se había parado. Ella mantuvo mi rostro fuertemente aprisionado con sus manos y yo pude ver como se habría el ojo del pico de mi Patrón y un río de semen comenzaba a descargarse en mi cara, conté los tiros: 1, 2, 3, 5, 7..., 10 disparos de blanca, caliente y espesa leche se depositó en mi cara, en mi pelo, en mis ojos y en las manos de Erika. Mi cara estaba bañada en semen. Arturo me ordenó: "SACA TU PUTA LENGUA PARA RESTREGAR AHÍ MI PICO" Yo saque todo lo que pude mi lengua y el refregó la cabeza de su pichulón ahí, mientras me decía "Ya sabes lo que tienes que hacer..., límpiala, retira todos los mocos que estén en ella" "Ah!! que buen puto eres, chupas exquisito y sabes hacer un buen aseo al pico" "Eso mierda..., límpia bién, por ahí, por el lado queda un poco de moco..., cómetelo..., así, eso!!
Terminé de asear la verga de Arturo, y mientras me lavaba la cara en el baño, me quedé pensando ¿qué tiene este hombre que me lleva a hacer cosas impensables? Es grueso, casi gordo, feo, poco aseado, voluminoso, ahora es grosero, no tiene nada de tacto y mucho menos delicadeza..., pero..., es dueño de una verga descomunal que me excita con solo verla. Su pico es hermoso, grande, grueso, moreno, cabezón, peludo, con una mata de pendejos que baja desde su estomago hasta su culo, lo que lo hace mas animal, con una erección que parece una barra de hierro..., ¡¡hasta el olor de su pico contribuye a mi excitación!! ¡¡mientras mas hediondo mas me excita!! Su erección es insolente y se asemeja a un gladiador dispuesto a vencer cualquier resistencia con tal de lograr su placer. Me dí cuenta de que me había convertido en esclavo de su verga y que por sentirla en mi boca estaba dispuesto a hacer mucho mas de lo que hasta este momento había hecho. Aquello me produjo un poco de temor, pero lo deseché de inmediato.
Cuando me despedí de ellos en el terminal de buses, acordamos un nuevo encuentro para un mes mas adelante. Erika me anticipó que en nuestra próxima cita habrían otras persona, "son unos amigos swinger a los cuales les contamos de ti..., los dos están ansiosos de conocerte a prácticar contigo". Me fui pensando en las palabras de Erika.