Encontré a Nora en una tienda de discos
Encontre a Nora en una tienda, la invité a tomar un café y mietras ibamos en el auto...
Un día me encontraba comprando unos cd´s de música en una prestigiada tienda de Saltillo en donde se acercó a mi Nora; Nora era una de mis ex alumnas de bachillerato. Nora es una linda chica de 1.60 mts de estatura, de cabello castaño oscuro a media espalda, Nora es poseedora de un lindo cuerpo, sus piernas son torneadas las cuales sabe lucir con el uso de zapatos de tacón muy alto las cuales las hacen lucir como una modelo, así como también luce de manera magistral sus nalguitas que son un verdadero encanto. Uno de los mayores atractivos de Nora son sus senos, los cuales a pesar de no ser muy grandes son dignos para admirar en todo momento.
Por lo regular a Nora le gusta vestir luciendo sus piernas, casi siempre usa faldas cortas o bermudas acompañadas de blusas ajustadas a su lindo y esbelto cuerpo, así como también acompañados de unas lindas zapatillas de tacón alto. Por lo regular Nora le gusta usar lencería de encaje y de tamaño muy pequeño siendo su preferencia la tangas de encaje y brasieres de media copa y encaje.
Regresando a mi relato, Nora se acercó por mi espalda tapándome los ojos y preguntándome quien era, en ese momento sentí como pegaba sus senos más de lo normal a mi espalda y de manera inmediata tome sus manos y traté de reconocerlas sin éxito alguno. Nora al ver que no la reconocía me empezó a decir que era una de sus ex alumnas, una de las más bonitas, sexy´s y cotizadas entre sus compañeros de generación.
Vinieron varias alumnas a mi mente, pero no me quise a arriesgar a decir un nombre equivocado por lo que le dije que no sabía quién era, me dijo al oído que era Nora Ileana, de manera inmediata vino a mi memoria su linda cara y esbelto cuerpo, cuando pude verla me saludó de beso en la boca y me dijo que le daba mucho gusto verme. Mientras platicábamos trivialidades pude admirar sus lindos senos gracias a una blusa de tirantes color blanco de generoso escote la cual permitía ver la figura del encaje de su brasier; definitivamente Nora de dio cuenta de que le miraba sus senos, ya que se mordía el labio en señal de complacencia.
Fue ahí cuando me decidí lanzarme con todo, total, no pasaría de que me dijera que no y que estaba loco. La invité a tomar un café y muy gustosa accedió. Le invité para que se fuera tomada de mi brazo y no puso ninguna objeción, cuando estábamos en el estacionamiento la abracé tomándola por la cintura y sin decir nada le di un beso en tan ricos labios, Nora simplemente cerró los ojos y se dejó llevar.
Durante el traslado en mi auto hacia la cafetería no desaproveché la ocasión para irla besando cuando nos tocaba un semáforo en rojo, a Nora no le molestaba la idea pues lo besos fueron subiendo de tonalidad hasta que nos fundíamos en besos donde nuestras lenguas se entrelazaban. Le propuse a Nora fuéramos a un lugar donde nadie nos molestara y me enfilé a un lindo hotel que anteriormente ya habíamos visitado.
Cuando llegamos a la habitación, le ayudé a bajar del auto tomándola de la cintura y juntando nuestros cuerpos para que sintiera lo excitado que estaba. Nora me tomó de la mano y me llevó hasta la habitación, cerró la puerta y en ese mismo instante se quitó su blusa quedándose en su brasier blanco de media copa.
Acto seguido fue y se recostó en la cama, me pidió que me desvistiera lentamente mientras ella me admiraba como me quitaba la ropa. Empecé quitándome la camisa y el pantalón, Nora no dejaba de mirarme de manera muy cachonda, por lo que cuando me quité el bóxer se lanzó hacia mi erecta y dura varga para colocarla entre sus manos, comenzó a masturbarme y segundos después la llevó a su boca para hacerme gritar de placer. Nora estuvo así por unos 5 minutos, posteriormente se puso de pie, se quitó lentamente su brasier dejando ver esos lindos pezones duros por su excitación, se desabrochó su falda dejándola caer al piso quedando en una diminuta tanga negra de encaje que hacía juego con sus zapatillas de tacón alto.
La invité a que se recostará en la cama y comencé a besar todo su cuerpo, acariciaba sus piernas mientras mi boca se entretenía en sus senos, mis manos jugueteaban en su húmeda vagina y Nora desprendía gemidos de placer con solo tocarla. Nora no dejaba de decirme que la penetrara, que quería sentir nuevamente mi verga en su vagina.
Antes de penetrarla la puse en posición de 69, era delicioso beber sus jugos vaginales mientras ella tenía mi verga totalmente en su linda boquita, no tardó mucho cuando empezó a venirse en mi boca, no paraba de gritar, cada segundo que pasaba me pedía que ya la penetrara como en otras ocasiones. Le pedí a Nora que se pusiera de pie, que la iba a penetrar mientras veíamos por la ventana; ella se colocó dándome la espalda y con sus codos sobre la ventana, acto seguido comencé a penetrarla de manera lenta hasta que se la metí por completo, comencé con un movimiento suave de cadera hasta que ella tomó la iniciativa y puso un ritmo a su complacencia.
No tardamos más de 5 minutos cuando le dije que estaba por venirme, Nora me pidió que no parara, que quería sentir nuevamente mi semen dentro de ella, por lo que al escuchar eso comencé a eyacular dentro de ella, en ese momento Nora tuvo su segundo orgasmo en menos de una hora.
Cuando pudimos recobrar el aliento, Nora me llevó nuevamente a la cama y me recostó, comenzó a mamarme la verga de una manera muy cachonda, nunca me lo había hecho así, por lo que en pocos segundos nuevamente la tenía en su máximo esplender; ahora era yo el que le decía: vamos chiquita, sigue así que quiero terminar en esa linda boquita de niña buena, en la que nadie imagina de lo que eres capaz de hacer con tal de tener una buena ración de sexo.
Estaba por eyacular es la boca de Nora cuando sonó su celular, de manera inmediata fue a contestar puesto que su celular estaba en su bolso, era su madre, preguntándole dónde estaba, la estaban esperando para cenar en casa de su abuela y que tenía que llegar de manera inmediata, mientras platicaba con su mamá la recosté nuevamente en la cama con las piernas abiertas, le hice a una lado su fino hilo negro de la tanga para poder penetrarla de nuevo, cuando la inserté de un solo empujón emitió un gemido, me imagino que le preguntaron si se encontraba bien porque su respuesta es que se había tropezado en un escalón.
Mientras Nora seguía platicando con su madre yo la seguía penetrando con un ritmo mayor, por lo que ella se tapaba la boca para que no la escucharan, le dije que estaba a punto de venirme y en ese momento le dijo a su madre que se tenía que ir, que en uno minutos estaba en casa de su abuela y que ahí seguirían platicando; cuando cortó la comunicación saqué mi pene de su vagina y me senté en su abdomen comenzando a lanzar chorros de semen a su cara y a sus senos.
Nora solamente saboreaba mi semen, decía que sabía rico y que era su sabor preferido, posteriormente le pedí que me la limpiada con la boca y sin objetar nada, se acercó para meter mi verga a la boca y dejarla limpia y sin rastro de semen.
Nora quería meterse a dar un baño, lo cual le pedí que no lo hiciera, que se fuera con ese olor a semen a su cena familiar, sabía que en la cena vería a su novio, por tal motivo le pedí que no se bañara. Muy a regañadientes aceptó, terminó por limpiarse con una toalla sus senos y su vagina puesto que seguía saliendo semen de ella.
Salimos del hotel y la acerqué a casa de su abuela. Antes de que se bajara nos dimos un par de besos y le pedí que en cuanto llegara a su cena se comunicara conmigo por si había tenido algún contratiempo con su novio. Nora me llamó cerca de media noche cuando su novio ya la había dejado en su casa y me comentó que teníamos que volver a repetirlo, puesto que esa misma noche le había dejado meter la mano a su novio por debajo de su falda y que se había excitado por creer que Nora estaba muy húmeda.
Actualmente seguimos siendo amantes y seguimos disfrutando de sesiones de apasionado sexo de 2 a 3 veces por semana.