Encontrándome a mi misma
Cómo logré compaginar, un cuerpo de hombre, siendo mujer a través de una amiga.
ENCONTRÁNDOME A MI MISMA.
Marian@3.
Me llamo Ana María y me he reencarnado en el cuerpo de Mariano.
Para saber mi historia completa conviene leer "Un cambio en mi vida" e "Investigando el placer"
Me dolía el orto, como mujer me había dejado encular, aunque no era una de mis preferencia sexuales, y nunca me había dolido tanto, bien es verdad que no me lo habían hecho dos veces en menos de 24 horas.
Así que el sábado, al final de la tarde, después de dejar a mi chileno, con el que había descubierto los placeres de ser gay, decidí quedarme en casa tranquila, me dí crema en mi trasero, y desnuda en la cama, con un sándwich de jamón crudo, de costado para no apoyar mi parte dolorida, me dediqué a ver la tele.
Era un film de amor, y sin darme cuenta me puse romántica, mi mano empezó a jugar con mi verga en descanso, las caricias la fueron llevando a un mayor nivel de dureza. No quería irme, así que dejé que mi excitación quedara en la zona de meseta, tan parecida a la que experimentaba cuando tenía cuerpo de mujer.
Me dormí pensando que tenía que resolver cosas de mi vida anterior, y el domingo podía ser el mejor día.
Me desperté con una enorme erección, y bajo el agua de la ducha, agarré la polla con la mano completa y la sometí a un arriba y abajo fuerte. Mi puño enjabonado deslizaba sobre la piel del pene, haciéndome experimentar oleadas de placer hasta que estallé. Me impresionó el semen, parecía una isla en la pared-.
Relajada, me aseé, una ventaja de los hombres es la facilidad en lavarse la cabeza, no porque no tengan ideas, sino por tener el pelo más corto.
Me vestí con unos jeans y una remera negra que destacaba mis pectorales, calcé los mocasines y tomando un taxi, fui a mi apartamento, alquilado cuando era Ana María.
Había pagado un año por adelantado, quedaban casi 10 meses a mi disposición. Lo había habilitado como estudio para poder trabajar y además como un lugar de descanso, que me valiera para coger sin que mi novio se enterara. Soy bastante abierta de ideas y muslos.
Así que era un lugar secreto, no había podido ir con nadie como Ana María y ahora como hombre, debía ir a llevarme las cosas que podían interesarme, entre ellas la más importante, 120000 dólares que me habían correspondido de la herencia de mis padres.
Tengo un hermano con el que apenas me hablo, ya que durante mi más temprana adolescencia se dedicó a acosarme sexualmente y aunque nunca me la puso dentro, si tuve que masturbarle y chupársela. Siempre abusó de ser mayor y sólo, cuando le amenacé con un cuchillo diciéndole que se la cortaba, dejó de hacerlo.
A las siete de la mañana, en febrero y donde se ubicaba mi apartamento, no había nadie. Los centros de las ciudades se convierten en zonas muertas, en las que parece haber caído una bomba de neutrones, los fines de semana.
Me acerqué al árbol que estaba dos portales más allá de mi edificio, llevaba una cuchara que me sirvió para remover la tierra, allí enterrado estaba un juego de llaves de emergencia. Me felicité a mi misma por mi previsión. De no haber pensado que quizás algún día podría olvidarme las llaves, y no poderlas tener en el apartamento de mi novio con el que convivía, había hecho que buscara ese escondite con buen resultado.
Subí a mi departamento, el edificio estaba vacío. Me dio un vuelco el corazón, un mes sin limpiarlo, cerrado, con algo de polvo, y allí estaba mi autentico yo.
Me puse a llorar, el ver mis cosas allí, muy mías, pero ahora del pasado al que no podía volver, fue superior a mis fuerzas. Me tumbé en el sofá cama. Estaba llena de una inmensa tristeza, había dejado de existir, no podía volver a ser yo. No era enfado, era una melancolía que me llenaba.
Cuando una está en plena depre es difícil salir, yo intenté ponerme mejor, siempre me ha relajado la música. Me levanté y encendí la microcadena, había una cinta, di al botón para oírla. Estaba empezada.
" Hoy puede ser un gran día" de Serrat comenzó a escucharse, la voz del " Nano", uno de mis amores como buena argentina, me mandó su mensaje, y aún más cuando tras "el dale una oportunidad", arrancó la banda sonora de "Carros de fuego". Era un mix de canciones que me había regalado mi amiga Victoria, sus músicas preferidas.
Fue como un subidón, había desaparecido como mujer, era verdad, pero estaba reencarnada en un "tío" que estaba bueno, con trabajo, y podía disfrutar de la vida, desde otro sexo, pero la vida estaba ahí, esperando que me la comiera con hambre. Un flash me relampagueó, me debía haber portado bien como Ana María , porque según algunas teorías, la vida a la que vuelves es premio y castigo. Me imaginé de vaca, de rana, de hormiga
Me aceleré e investigué, recordando lo que había dejado en el piso. Me reí como loca, al ver mi tanguita blanco y un picardías del mismo color.
Me desnudé, y me los puse. Estaba cómica, aquel pedazo de macho que era, con aquellas ropas, era una imagen totalmente ridícula, y además mi enorme minga no cabía en la bombachita.
Cuando puse en marcha el vibrador contra mi verga, estaba en estado de euforia. No era desagradable aquel ronroneo en mi pene. Iba engrosando y desbordaba la bikini, que me comenzó a apretar, no doliendo, sí molestando.
Paré la máquina, y abría la caja fuerte, saqué el dinero, los anillos de boda de mis padres y un juego de aros de oro y pulseras de mamá. No había más.
De los papeles, nada, sólo dos cuadernos pequeños de dibujo, en los que había pintado una serie de pinturas eróticas pornográficas , que había ido haciendo desde que descubrí mi capacidad para ese arte , con doce años. Era mi secreto más guardado.
Y la cinta de Victoria, me había ayudado a desentristecerme y una nunca sabía lo que le podía pasar.
Me cambié volviendo a vestirme de chico, y sin limpiar nada, cerré la puerta y bajando tomé un taxi para ir a mi apartamento como "gallego", allí guardé dinero, joyas, dibujos y llaves, dejando la cinta junto al aparato de música. Apenas eran las doce de la mañana. Hacía buen día y .
Sabía donde estaba Victoria en ese momento y allí me dirigí. La pileta de Punta Carrasco era su lugar de relajo en verano, y más con sol. Tras pasar el trámite de comprobación de hongos llegué al recinto de piletas, antes de poner una tumbona, di una vuelta buscándola. Estaba en la zona pegada al agua, más próxima al río, con Jimena, otra compañera de secundaria. Pedí al muchacho, que se encargaba de ello, que pusiera mi reposera y sombrilla, cerca de mis amigas.
Me tumbé y las observé, Jimena como siempre con la bikini más pequeña del lugar, apenas cubría su cuerpo delgado, donde las lolas (operadas) destacaban con fuerza. Es guapa, de pelo castaño que tiñe a rubio, con melena corta, ojos verdes y boca de labios finos. En la piel dorada del hombro un tatuaje de una pequeña serpiente.
Victoria estaba como la recordaba, hermosa como una virgen romana del Renacimiento. El pelo negro, los ojos dulces e inmensos del mismo color, la nariz recta, un poco grande para los cánones modernos, la boca de labios jugosos, un hoyuelo en la mandíbula y su cuerpo. Los senos grandes, como melones, la cintura se amplificaba en las caderas rotundas, las piernas largas, los tobillos finos. Su bikini negro. Era bella, quizás dentro de unos años se ajaría pero en ese momento estaba como una en fruta en sazón.
Dejé pasar media hora observándolas y luego me levanté cruzando junto a ellas para tirarme al agua.
Oí el comentario de Jimena diciendo el lomazo que tenía yo, y como Victoria le respondía que llevaba un buen rato mirándolas.
Nadé unos doscientos metros, el agua estaba deliciosa, al salir me di cuenta que mi verga aún en descanso llenaba el traje de baño, destacando poderosa. Me acerqué donde estaban y me presenté, preguntando si me podía quedar pues no conocía a nadie.
Fue Jimena la que aceptó inmediatamente mi propuesta, acerqué mi tumbona, y me dediqué a departir con ellas. Me era muy divertido ir sacando cosas de ellas, que ya conocía, interesándome en lo que sabía les gustaba, éramos amigas hacía más de 20 años. Estaban asombradas de lo bien que les trataba un hombre que no conocían. Pedí algo para el almuerzo, ligero, y decidí entrar en materia, había dos temas que me interesaban: a) qué pensaban de mi muerte y b) como me llevaba a Victoria a la cama.
Sobre mi misma descubrí que tenía problemas con mi novio, pues Jimena cogía con él a mis espaldas. Hay cosas que debe una irse para el otro barrio para enterarse, eso sí Jime me adoraba, era que mi noviazgo estaba en crisis.
Victoria hizo un elogio de mi, Ana María que me hizo engordar, de satisfacción, el problema era que mi novio era poco para mí.
El dale que dale con mis amigas, Victoria soltándose la parte alta del bikini, para no tener marcas, sus lolas apoyadas en la reposera , pudiendo verlas en toda su magnitud , excepto los pezones. Jimena aprovechando cada comentario para tocar mi piel desnuda, comenzaron a tener su efecto en mi líbido , y en vez de mojarme, me fui dilatando. La joya que tenía en mi entrepierna adquirió. No todo su esplendoroso volumen, pero sí el suficiente para que ambas quedaran admiradas de sus dimensiones.
Eran las cinco, quedaba poco tiempo para mi segundo objetivo, seducir a Viky, y estuve a punto de meter la pata, al querer levantarla. El ataque tenía que venir de ella, era lo que la gustaba: seducir. Y también , desde la adolescencia tenía un pique con Jimena, de modo que la manera de encelarla era tontear con nuestra amiga. Y lo hice, me dejé dar crema con mayor levantamiento de mi verga, ahora no podía disimular mi excitación, lo que ponía a una contenta y a mi objetivo le subían las ganas de competir.
Las propuse ir a Plaza de Serrano a tomar algo, aceptaron y tras ducharnos y vestirnos, nos montamos en el coche de Victoria, camino de Palermo.
En aquellos años, la Cortazar, no estaba tan de moda, y en vez de los puestos artesanales había pintores, y eran buenos. Paseamos viendo cuadros, y como sabía los que le gustaban a mi amiga, a esos hacía los mayores elogios.
Nos sentamos en Spirit, obligadas unas ostras, ¡ yo era gallego! , y además sabía que le volvían loca a Victoria y le daban asco a Jime, que se dio a unas tapas de tierra. El sauvignon blanco y frío hizo subir la temperatura y reducir inhibiciones. Jimenita me dio un visión amplia de sus lolas operadas soltando un par de botones de la camisa blanca que llevaba. Se las habían dejado pero que muy lindas.
Victoria, animada y competitiva, fue al baño y volvió sin el corpiño. El top rojo que lucía, destacaba aún más sus montañas gemelas, donde los pezones erguidos eran cumbres a escalar.
Tras la segunda botella, decidimos que era cosa de retirarnos, y ahí descubrí una ventaja más de ser hombre. El alcohol me afectaba menos , así que me ofrecí a conducir para llevarlas a casa, primero a Jimena, después a mi deseo, luego tomaría un taxi.
Jimena se sentó delante conmigo y aprovecho para rozarme todo lo que podía y más, hasta el punto que en un momento dejó caer su mano en mi incandescente miembro. Al bajar me dio un beso en la boca y el celular para que la llamara al día siguiente. Nos habíamos quedado solos.
"Me has gustado desde que te he visto, llevo todo el día aguantando los ataques de tu amiga para poder estar contigo. Te deseo y quiero follarte ahora mismo. ¿ en tu casa o en la mía?"
Así de directa estuve, sabía que era lo que ella quería, nunca le habían gustado los prolegómenos, decía que si una quería coger con alguien, pues a ello, sin falsos pudores.
" A la tuya. En la mía , están mis padres"
Estábamos cerca, aparqué y subimos en el ascensor, no la toqué pero la tensión estaba en un máximo antes de explotar.
Fuimos directo al dormitorio, la quité el top, y le baje de un golpe la pollera y las bombachas, ¡Estaba preciosa! Me desnudé en un segundo, la tumbé en la cama, y sin siquiera besarla, introduje mi arma en su funda.
Debajo mío, gemía como una bestia en celo, yo ahora sí , saboreé sus labios y apenas la dejaba respirar. Mi mete y saca profundo la llevó a su primer orgasmo, sin apenas descansar volví a hacerla escalar el punto del placer y cuando noté que comenzaba a caer en la cascada del placer supremo, empuje rápido para soltar el chorro de mi semen.
Tumbadas una junto a la otra, sabiendo que la había hecho gozar al máximo, y sabiendo también que la noche empezaba, la musité al oído.
"He querido hacerte esto desde mi infancia"- tal como lo dije , me di cuenta de mi error.
"Me acabas de conocer hoy, no seas mentiroso"
"Desde pequeño he soñado con una mujer como tú"
Y la besé despacio. Mi mano empezó a recorrer su cuerpo, sabía cómo le gustaban las caricias, y cuando llegué a su concha, llena de mi leche y sus jugos, apenas la toqué volvió a irse.
Después fueron mis labios y mi lengua las que estudiaron la cartografía de su piel, y al limpiar y lamer su sexo, volvió a marchar al infinito.
De nuevo la penetré, mirando como sus ojos iban siguiendo las olas de la pasión que me consumía. Sobre ella, incansable , navegando mares insospechados, yo aprendí que podía ser enormemente feliz, y gozar lo inimaginable, con mi amor en un orgasmo continuo, sin fin. Sentí, que si existía un Dios que me había querido premiar, no lo podía haber hecho mejor.
Al cabo de un mes de vivir aquel amor maravilloso le dije que era su amiga Ana María. Constó convencerla, sólo contando detalles superíntimos de nuestras vidas, me creyó. Y empezó una historia en la que todavía vivimos.
Victoria se ha desarrollado como bisexual, pero muy lesbiana, con tendencias dominadoras. Así que a Jimena, a mi secretaria y alguna más que cae, las cogemos entre las dos, yo como hombre , ella como mi pareja y ama de ellas, obligándolas a darme placer, como paso previo a su disfrute.
Con los hombres , ella los seduce y los hace estar con las dos, la mayoría no entienden como una mina tan hermosa , está con un hombre tan puto.
Ah , se me olvidaba , nos hemos casado y tenemos una niña que hemos llamado Ana María.
Alguien dijo: " nadie es perfecto", no es cierto, si lo hay : Yo, Ana María- Mariano, gozando de una segunda vida.
A Blake Edwards por "Víctor Victoria", a Billy Wilder por "Una Eva y dos Adanes" y a los creadores de "Lalola" que me inspiró esta serie.