Encarnación

Me había convertido en una fogosa, apasionada y ardiente amante del jefe de mi esposo.

Encarnación.

Mi hombre y padre de mis hijos, Manolo de 43 años, es un individuo muy especial amigo de sus amigos, gusta de su compañía los fines de semanas lo que hace que este poco en casa y en las noches de lunes a jueves llega agotado del trabajo, los viernes y sábados esta con los amigotes, en resumen solo los domingos es mío y de la familia, por lo tenemos relaciones una vez a la semana y a veces solo tres al mes, a pesar de llevar 13 años de casados apenas tenemos dos hijos y bien separados uno del otro, motivo el escaso interés de mi marido por el sexo, lo que no comparto, pero mi vida es así.

Trabajaba aquí en una cantera, pagan mal por eso quiere irse al otro lado de la frontera, tiene un compadre que trabaja en unos pozos petroleros en EE.UU., y le dice que ahí le tiene pega segura, eso si, no puede salir de ese país de visita a su familia, mientras no tenga contrato fijo, puede demorar un año en tenerlo o más, luego podrá visitarme nada más que por 15 días su familia, una vez al año o pierde el permiso de trabajo y estadía en ese país.

Me llamo Encarnación, tengo 34 años, dos hijos una de diez y un varón de seis años, me casé con Manolo a los 21 años, nos conocíamos desde los diez años, nuestra vida en común ha sido tranquila, para mí demasiada tranquila. Me agradaría tener una vida sexual mucho más rica que la que he tenido hasta ahora, principalmente en cuanto a variedad, no de compañeros, experimentar variantes del acto sexual, cambios de posiciones, sentirme manoseada en mis entrañas sexuales, disfrutar de ellas, sentirme deseada y ver en los ojos de mi amado ese brillo del deseo. Podré entender que mi esposo debido a su formación, es más bien ortodoxo, para él le atribuye una función reproductiva al sexo. No lo palpita como un goce o placer, una lástima, ese es mi marido. En reuniones de amigas escucho a las otras hablar de cómo su esposo o su amante, la situó, como la disfrutó, etc. yo nada puedo contar, llega mi marido se acuesta, se da vuelta, me abraza, me besa, me abre de piernas y adentro.

Hace un año Manolo por falta de trabajo tuvo que salir del país, buscando al otro lado de la frontera trabajo, al cual ingreso clandestinamente, pero hoy ya tiene trabajo y necesita un contrato de una empresa para tener permiso de trabajo fijo y poder normalizar su situación para visitarme o llevarnos con él.

Mi amiga y comadre Carmen me conversó que en esa empresa donde también trabaja su marido, quienes dan el derecho de contrato son dos personas Mister Willy o Mister Leo, quienes visitan a las familias antes de contratarlos y que había que portarse bien dándoles una acogida placentera cuando tuviese oportunidad de recibirlos para ayudar a su marido en conseguir el ansiado contrato, debería no contrariarlos y agachar la cabeza ante sus pretensiones, así se lo comentó una amiga y logró que su marido fuera contratado, Carmen esta esperando ser visitada y me dice haré cualquier cosa por agradar para que Pepe su marido sea contratado, claro me dice Carmen ya soy vieja con 38 años.

Un día llega Mister Leo a casa preguntando por mí, sorprendida dijo yo soy, me dice que viene por dos días a esta ciudad a realizar trámites y vuelve a EE.UU., pero que mi esposo me había enviado con él esos 1.000 dólares que había reunidos en casi seis meses de trabajo en la empresa, me emocioné al recibirlos y conversamos de mi esposo y su estadía por esos lados, él me pregunto por los niños, le contesté que a esa hora y hasta dos horas mas estaban en el colegio. Recordé lo que me había dicho Carmen a tratarlo bien en beneficio de mi esposo, le ofrecí si venia por dos días porque no se quedaba en casa y ahorraba hotel, sonrió y contestó dos razones, Ud. una de las razones; es que eres una mujer muy bonita y de bello cuerpo. La bata que llevaba no me mostraba sexy, lamente no haberme puesto ropa mas atractiva, me sonrojé ante esas palabras, y me levanté acariciando mi cuerpo apretando la bata para que me admirara vibrando de estremecimiento en mi interior ante la penetrante mirada de ese hombre, la lujuria que sus palabras estaban despertando en mí emociones que solo debería sentirlas con mi marido y me senté de nuevo con mis manos entre mis piernas arrugando mi falda para que marcaran y mostraran algo mas de la figura de mi cuerpo, me mira, Mr. Leo con unos ojos de hombre desesperado de mujer, y la otra razón, pregunte, se acerco a mi persona y me levantó, tomándome por los hombros, recorrió mi columna vertebral desde la cabeza a los pies un garrotazo eléctrico… dice si quieres me quedo, le escucho decir…, pero tu no estarás segura, esa es la segunda razón, haría todo lo posible para que tú seas mía… me jalo hacia su cuerpo y me forcejeó para sacarme un beso, me quede asustada en ese momento grite, sorprendida, recordé a Carmen que me había dicho "pórtate bien con ellos y dale una placentera bienvenida, así ayudas a tu marido"…, el continuo besándome el cuello y manoseándome todo el cuerpo diciéndome que era muy hermosa que el quería ser mi amante por esos dos días, que me dejara llevar por el fuego que hay dentro de mi…, tu cuerpo pide sexo déjate llevar, me decía…, no te resista…, continuo hasta que logro levantar mi falda por arriba de mis rodillas ahí se volvió como loco al ver mis buenas piernas, como pudo me desabrochó los botones superiores del vestido y vio mis hermosos senos, los cuales empezó a chuparlos con tanta ira y pasión, que me empecé a excitar. Cometería un error, lo sabía pero no podía detenerlo ya que estaba como poseído por un demonio, luego me hecho en el sofá y empezó a besarme el cuello y forzarme para abrir las piernas, lo logró arrancando mi ropa interior me dejo al descubierto mi vagina y bajando hasta esta, la beso y… no recuerdo mas…, locamente me entregué, mis ropas interiores destrozadas fueron apartadas, ese hombre estaba satisfaciendo mis ansias de disfrutar del sexo de otra manera, no me entere cuando me metió su pene, acto seguido mi cuerpo me traiciono y empecé a gozar como nunca, tenía un enorme pene que me partía en dos y a la vez me llenaba toda, me volvía loca de tanto placer, era la primera vez que engañaba, a mi marido y aun más, en mi propia casa.

Al sentir que mis quejidos se convertían en gemidos de placer el empezó a acariciarme con mas confianza, me obligaba con sus manos a abrir mis nalgas en cada metida y al besar mi boca introducía su lengua, era presa de mis deseos, mas de seis meses sin sexo me habían traicionado, mis ansias de probar nuevas emociones me excitaba. Perdí todas las fuerzas, no oponiendo resistencia y luego me entregué a la medicina del placer, gocé, no una vez sino dos veces llegando a mi segundo orgasmo, casi simultaneo con el primero…, admiró mis contracciones de placer y luego me volteo e introdujo su lengua en mis nalgas blancas, lo lamía con frenesí, yo solo me abandonaba a hacer de el lo que desease, continuaba introduciendo su lengua en mi virgen ano, esperaba el momento menos pensado en que me introduciría su pene en mi angustiado ano, abriendo más mis nalgas con las manos, lo metería hasta donde se lo permitiera ingresar a mi recién desvirgado ano, él seguía manoseando todo mi cuerpo mis nalgas, mis piernas, mi seno y todo lo que el deseaba, mi sexo y se sobaba sobre mi ropa, sentí un pene penetrarme por primera vez por mis intestinos, era una mezcla de miedo y placer, el se dio cuenta que no ponía resistencia, y se inclino, me levanto la cadera y acarició mi piel, ummmfm, ohh, ahh solo dije,, dios dame fuerzas y no permitas que esto me pase, soy casada no me hagas esto, que no me entregue, ummmmaaahhh,, el seguía besando cada parte de mi cuerpo y se detuvo en mi nuca,, apartando mi pelo succionó metiendo su lengua por un costado de mi cuello marcándome con una aureola mientras acariciaba mis nalgas, con la falda a la cintura, en posición de perrito y con la calentura en la cabeza, no aguantaba más ni me acordaba de mi marido en ese momento, solo siseaba y gemía…. Me sacaba y volvía a ingresar su pene, mis intestinos reclamaban…, el duro miembro desquiciaba a los pobres y mi orto me dolía al ingreso de ese intruso. Luego lo sacó, me dio vuelta observando mi enorme trasero, lo aparto y me dijo: que ricas nalgas tienes, ricura, que rico es comerte una vaginita rosadita, con unos pelitos negritos , que rico,, umm veo que despides tus juguitos, déjate, abandónate no tienes porque temer, sé feliz después de todo, no es tu culpa, el seguía hablando mas cosas y lamiendo mis senos,, . Que placer,, algo que nunca hacía mi marido, algo que nunca había sentido en mi interior, sentí como todo mi cuerpo se estremecía ante tantas palabras sucias y me corría, en sus manos, en sus dedos, el se reía, diciéndome que putita eres, si estaba siendo excitaba como lo deseaba hace mucho tiempo y mi marido no lo hacia, así que no deseabas que te hiciera mía, yo lo mire lo cojí del cabello y le dije, no soy ninguna puta, esto no lo deseo yo, esto lo produces tu, pero yo no deseo engañar a mi marido acaba y esto, lo hago por mi marido, ya me has dañado al entregarlo, deseo mas de ti, ummmmmmmmmm ahí mismo el introdujo un dedo en mi ano, era delicioso, ummmm que haces, no seas malo por favor le dije, y el siguió metiendo más y más, luego se paro y yo incline mi rostro lleno de vergüenza, sonrojada y con el rostro sudoso, con el cabello alborotado y el me dio un beso de lengua al cual correspondí, luego voltee el rostro en señal de arrepentimiento, el cogió mis senos y empezó a peñiscarme los pezones, tenia casi destrozado un sostén de encaje blanco de media copa, el como loco, se inclino y empezó a lamerlo por la puntita del pezón, luego mordía la puntita del pezón, y al rato succionaba todo cuanto podía como si desease meterse todo mi seno dentro de su boca.

Me excité de gran manera, que lo mire con la boca abierta, el seguía ahí, ocupado en mi senos blancos de pezón rozado, mientras manoseaba mi sexo, me acomodó mejor en el sofá ahí mismo me volvió a penetrar con su pene, lo metió en mi vagina hasta el fondo… ummmm estaba caliente como el acero,,era muy hermoso sentirlo en mi sexo, ummmm Dios…que rico… lo siento dentro de mi, mmmmmm que sensación le bese el cuello y sus oídos, el mientras metió su mano por debajo de mis nalgas mientras me penetraba y las abrió tanto como pudo, como queriendo partirme en dos, era un loco amando, y yo gemía de placer, ya no me importaba la llegada de los niños… ya no me importaba entregarme a ese hombre…, solo olvidé todo y el aprovecho de eso,, me hizo terminar dos veces mas, llegando a mi tercer y cuarto orgasmo y luego se corrió dentro de mi,, mmmmmmmmm que rico sentir como termina dentro de mi,, era inundada por su semen, sentía un gusto en mis labios de mi clítoris que seguía palpitando ,,, y sentí como lo saco dentro de mi, yo no quería que lo sacara deseaba quedarme pegada a él, horas y horas, pero el lo saco me miro la cara,, lo tenia como de sueño, como mareada de tanto placer, con los labios enrojecidos por tan ricos orgasmos,, mmmm Señor perdona si estoy pecando…, pero que rico es esto… y me entregue sin inhibiciones a ese macho…, él lo captó, pero en esos momentos sentimos llegar a los niños, respetuosamente me permite arreglar mis ropas y el las suyas , diciéndome esta noche duermo aquí y ahora eres mi mujer, descorazonada acepto sus ordenes, salgo a atender a mis niños

Al anochecer vuelve y me pregunta si los niños duermen, contesto que si, entonces me toma de la mano y me arrastra al dormitorio diciendo entonces ahora eres mía solo mía, en el dormitorio comienza a desnudarme y me besa en todo el cuerpo, al tiempo que saca un negligé negro con encajes, precioso, con el cubro mi cuerpo, esta prenda mejora y acentúa mis formas…, arremete contra mí nuevamente, me penetra con mucha fuerza, me siento de mil maravillas, el negligé esta recogido, mas parece chalina en mi cuello, me siento deseada, estoy despeinada agitada, gimiendo, gritando de placer, me penetran por mi vagina, me excita, ¡sus embestidas eran mas fuertes, me sentía fantástica, me clavaba contra el colchón. Como me coge mi amante, rico, como me inunda, pues no riega mi sexo, son tan poderosos sus chorros de semen, que inunda mi sexo".

Luego conversamos, le digo esto no puede seguir soy madre de dos chicos y amo a mi marido…, él me contesta no te estoy pidiendo que te separes…, solo te digo serás mía mientras tu marido trabaje a mi cargo…, luego…, veremos que pensamos los dos.

Nos dormimos y en la madrugada al amanecer siento los labios de él sobre los míos, trato de cerrar mi boca, pero no puede él aprieta mi seno haciéndome gimotear y aprovecha de introducir su lengua en mi boca. Siento que se abalanzaban sobre mí, ahí seguía besándome y manoseando mi cuerpo. Él baja a mi entrepierna, se entretiene, empieza a besar mi vagina y a meterme su lengüita. Yo gemía, me retorcía, me gustaba lo que le estaba haciendo Leo en mi cuerpo, pero pensaba en mi marido, Leo se detuvo un momento, para mirar detenidamente mi vagina, rasuradita, y muy mojadita. Luego se sube encima de ella y empezó a penetrarla con fuerza, empecé a sentir que me llevaban al cielo. Pensaba que el sacrificio por su marido, sería placentero para mí. "Me estremecía, sentía goce, temblaba de placer y quería más". Pronto las embestidas eran mas fuertes, sentía el placer y con los orgasmos que comenzaba a llegar, ¡era fantástico!, mi marido dedicado a sus amigotes se había olvidado de mí y luego de todos estos meses nuevamente sentía que me poseían con pasión y eso me excitaba, llegando a un soberbio orgasmo y gritando de rabia al sentirme saciada por otro hombre y no por mi marido. Quedamos abrazados sobre la cama sin aire y agotados del esfuerzo realizado.

Luego se levanta y parte despidiéndose de mi con un hasta el otro mes, ¡ah! Te dejo estos cinco dólares para que los niños compren dulces o helados cuando vuelvan, nos veremos en un mes si así lo deseas, ¿vuelvo?, pregunta…, si…respondo y él sale. Pasan los días y a las dos semanas lo tengo de vuelta en casa, me dice que trae buenas noticias, pero como no están los niños hay que aprovechar apretando mis pechos con sus manos, me desliza hacia el dormitorio , después metió sus manos por debajo de mi blusa para acariciarlos por encima del sostén de seda que traía ese día, me acarició y manoseo los pezones, Dios… fue lo más rico que me habían hecho en los pechos en mucho tiempo, siguió besándome, no pude seguir resistiendo sus embates y su persistencia, me entregué completamente al diluvio de caricias que en ese momento él me ofrecía. No supe cómo reaccionar y eso terminó entregándome en los brazos de él, estaba súper excitada y con ganas de sentirme mujer penetrada y dominada, mi gran debilidad me había puesto de manifiesto, me recosté un poco hacia atrás apoyándome en el muro para recibir las caricias y besos mientras él me comía los pechos y con una mano se las ingeniaba para masturbarme por encima del calzón, con toques sutiles. Se sentía riquísimo tener sus dedos encima de mi intimidad, yo estaba sudando y él me estaba palpando a sus antojos.

Me guía a la cama, me recorre mi cuerpo soplándome suavemente se echó encima de mí y lo recibí en lo que hasta ese entonces había sido un lecho de amor y fidelidad, creí que nunca lo haría, pero ahí estaba yo, dispuesta a todo con tal de satisfacer mis deseos de sexo, de mujer dominada sexualmente, su bulto estaba bien hinchado, se sentía su dureza en mi vientre. Nos seguíamos besando y le dije que estaba en mis días más fértiles, que solo porque se trataba de él yo iba a dejar que pasara lo que iba a pasar, pero que su semen lo vaciara fuera de mi sexo. Si quería abusaba de mí por mi culito que el lo había desvirgado. Estaba sintiéndome muy abusada y a la vez cómplice de lo que estaba pasando e iba a pasar, estaba ocurriendo lo que había soñado, y la supuesta víctima estaba gozando tanto o más que el chantajista, nos habíamos vuelto cómplices de una pendejada descomunal, estábamos destrozando la cama donde dormía con mi esposo con nuestros vaivenes, pero la fricción era exquisita y estaba a punto de mojarme todita, eso no me importó mucho y seguía recibiendo en mi vagina ese pene grueso que me estaba haciendo delirar por el miedo a que él se vaciará dentro de mi útero y algún día se diera cuenta mi esposo, que eses hijo era de otro hombre.

Gemía y me retorcía, me gustaba lo que me estaba haciendo en mi cuerpo, pero pensaba en mi marido, cuanto lo amaba, pero sexualmente este hombre la compensaba plenamente, a su esposo lo amaba a este lo deseaba…, se detuvo un momento el macho, para mirar detenidamente su vagina, rasuradita, y muy mojadita, dilatada al máximo al ser penetrarla con fuerza por su pene, y ella empezó a sentir que la llevaban al cielo,, se acoplo al vaivén de las penetradas profunde del macho en sus entrañas y sin poder impedirlo lo amarró con sus piernas por la espalda atracándolo contra su cuerpo. Se estremecía, sentía placer, temblaba de placer y quería más. La cama crujía y ella se aferraba al respaldo del lecho Pronto las embestidas eran mas fuertes sentía el placer y con los orgasmos que comenzaba a sentir, ¡era fantástico!, pensaba que se había olvidado de esos orgasmos luego de meses sin uso, ahora sentía que la poseían con pasión y eso la excitaba, llegando a un soberbio orgasmo y gritaba de rabia de sentirse saciada por otro hombre y no por mi marido, lo apretaba en contra de su cuerpo atándolo con sus piernas por detrás de los riñones, cuando este evacua su semen mojándome todas las entrañas de su vientre, dejando que todas las emisiones de su miembro escaparan dentro de su útero, al no poder despejarse de ella que lo tenía atrapado con sus piernas y junto con llegada de los jugos a sus entrañas , le llega un colosal orgasmo, que me hizo olvidar que podría quedar preñada…. Dios mío… que rico y apretaba aún más al amante contra su cuerpo…, sorprendida ¡¡¡exclamé!!!, he quedado embarazada por culpa tu semen…. Cálmate, me contestó mi amante y jefe del mi marido, tu Manolo dentro de diez o quince días te visitará por dos o tres días y vuelve al trabajo, ahí lo engañas.

Quedamos abrazados sobre la cama sin aire y agotados del esfuerzo realizado y mas tranquila me quede sabiendo que vería a mi Manolo en algunos días mas.

A los pocos minutos mi amante esta como toro de fuerte y arremete contra mi delicado cuerpo, mi vagina nuevamente siente que es penetra con mucha fuerza, me siento como la mujer más deseada, miro hacia el espejo de la pared y el verme despeinada, demacrada, agitada, gimiendo, gritando de placer, que el camastro sube y baja con la penetraciones profundas que mi macho arremete contra mi vagina, haciéndolo crujir, me agobia y me exalta aún más mi enajenado arrebato por satisfacerme con este tronco duro como el metal que con unas embestidas poderosas me la destroza y incrusta contra mi lecho matrimonial, me hacia sentir un goce fantástico, Como me cogía mi amante, rico, como me inunda, pues no riega mi sexo, son tan poderosos los chorros de semen que inundan mi sexo y me excitan de mil maravillas. Pensaba que el sacrificio por mi marido, era inusitadamente placentero para mí. Me había convertido en una fogosa, apasionada y ardiente amante del jefe de mi esposo. Dos semanas después llega mi marido y se va después de tres días.

No pasa ni una semana cuando al anochecer llega a casa Mr. Leo, se queda esa noche en casa, imagínense esa noche no dormí, diferentes posiciones fueron ejecutadas en contra de mi zarandeado y desquiciado cuerpo, carretilla, tijeras, diosa, de pié, piernas sobre los hombros, el tigre, etc. como me llevó al cielo, gemía y lloraba de tanto placer y cuando descansábamos estaba acariciándome el sexo o succionándome mis pechos, vagina o besando mi cuerpo, locura tras locura, luego casi desgarrada me ordena que le dé un buen desayuno con huevos y leche, pues tiene que viajar hasta Alaska y eso de las cinco de la mañana parte de casa.

No lo veo hasta cinco meses después, cuando aparece de medianoche por mi casa solicitando los favores de mi cuerpo, deleitándonos con un reencuentro sorprendente, tenía en mi vientre a un nene de casi seis meses, por lo tanto, mi abdomen estaba crecida y eso a él lo excitó, me hurgó, me acaricio mi cuerpo y finalmente me disfrutó admirablemente a lo perrito, piernas sobre sus hombros, tijeras, posiciones que no aplastaran al bebé, cada una de esas posiciones a mi me estimuló deliciosamente y mi entrega fue total y con tanto escándalo que uno de mis hijos se despertó llamándome, y tuve que ir a calmarlo. Al amanecer abandona mi casa dándome la noticia de que a Manolo se lo lleva a Alaska a una nueva extracción petrolera y requisito para ir a ese apartado lugar es que el individuo debe irse con su grupo familiar, pues es muy abrumador el clima y el plazo por esos lugares es de más de seis años, prepárate para viajar con tu familia por esos territorios, dice, saliendo.