Enamorado de un hetero (Parte 2)

Como pasar 10 meses sin ver al hombre del cual estas enamorado, el que te hacía reír, el que hace que tu piel se se ericen con solo verlo a metros de ti… El cual es un imposible.

Nota: ¡Hola! Primero muchisimas grascias a todos por comentar en mi relato anterior, de verdad lo aprecio. Bueno, sin mas nada que decirles aquí va la segunda parte de "Enamorado de un hetero".

P.D: Disculpen lo corto del relato, no sé pero así me salió.

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Entonces ya era un hecho, me estaba enamorando de Pedro… me estaba enamorando de un hetero...

Llego el día de comenzar de nuevo clases, año escolar nuevo y como es costumbre en mi colegio intercambiaban los alumnos de las secciones, ya saben de la sección A pasan algunos alumnos para la sección

B y viceversa, según la directiva del colegio para “fomentar la unión en los alumnos”, lo cual para mi no tiene sentido, formar un grupo de amigos en un año para que al siguiente te separen de ellos, es estúpido. Estaba con mis amigos, deseando que a ninguno nos separaran, pero en verdad me importaba muy poco lo único que podía pensar en ese momento era: “¿A quien cambiarán?” “¿Me cambiarán a mí?” “¿Cambiarán a Pedro?” “¿Cambiarán al chico que huele mal siempre?”, estaba desesperado para saber si estaría con el en la misma sección, llegué a hacerme una promesa a mi mismo, si estábamos juntos intentaré hablarle todos los días, tratando de ser su amigo. Estaba decidido.

Luego de 15minutos llegó el, entrando tan seguro como siempre al colegio. Lo analicé de pies a cabeza, tenía un nuevo corte de cabello, esta vez más corto, había crecido un poco. Al llegar a su torso observé su pecho, obviamente había ejercitado en los últimos dos meses y sus brazos, oh… sus brazos, la chemise beige se ajustaba perfectamente a ellos, me cantaba. Continué mi recorrido hasta llegar a sus piernas, tenía el pantalón del colegio del año escolar pasado, me encantaba, podía apreciar sus piernas, grandes y duras, sus nalgas redondas y paradas, me encantaba. Cada vez que caminaba y sonreía sentía una corriente por todo mi cuerpo, mis piernas temblaban, mi corazón latía rápidamente, mi pene despertaba.

Al sonar el timbre nos reunimos frente a los salones de 4to año A y B para ver a quien cambiaban de sección.

Luego de una espera de aproximadamente 10 minutos llegó el profesor de matemáticas con una hoja en su mano. -Silencio por favor, seré el profesor guía de la sección A. Los que vaya llamando entren al salón.- dijo colocándose en la puerta del salón.

Así fue llamando a cada uno de los alumnos que conformaban la sección A. Ya que era un colegio pequeño no había necesidad de llamar a cada alumno por su nombre completo, así comenzó a llamar sin orden alguno a los estudiantes.

-Ana… José… Estefanía… Antonio… Anastasia…- así continuó hasta llegar a mi nombre- Fernando…- continuó llamando a los alumnos.

Entré  al salón, reuniéndome con mi grupo de amigos, los pocos que quedaron luego de la separación de secciones. Mientras hablaba con ellos miraba fijo a la puerta, esperando a que entrara Pedro… pero esto nunca sucedió. Sentía una mezcla de rabia, tristeza, impotencia, quería estar con Pedro, verlo todos los días, hablar con el un quesea para pedirle algo, pero bueno, eso no será posible, afortunadamente lo podía ver en el recreo y a la hora de entrada y salida, pero no sería igual. Supongo que sería mejor eso que nada.

El primer lapso fue horrible para mi, no en lo académico, en lo sentimental. Necesitaba ver a Pedro siempre, verlo en los recreos no era suficiente, verlo correr y sudar jugando futbol solo hacía aumentar mi deseo hacia, simplemente no aguantaba, necesitaba que me dirigiera la palabra, así sea para pedirme permiso para pasar a algún lado, pedirme prestado el borrador, cualquier cosa. Hasta llegue a pensar en pedir un cambio de sección, pero sin una razón valida no podría siquiera hablar con la directora, no podía llegar simplemente y decirle “Directora quiero un cambio de sección porque necesito ver a Pedro siempre, me encanta, estoy enamorado de él”.

Luego de las vacaciones de navidad, al volver a clases, no sentía lo mismo al ver a Pedro, todavía mi corazón se aceleraba al verlo, la sangre llegaba a mi pene, pero algo no era lo mismo, ya no sentía esa necesidad de verlo a cada rato. Ya al final del año escolar, con el pasar de los meses, ya no sentía nada por el, ya todo había pasado.

En efecto, ya no sentía nada por Pedro… Ya no estaba enamorado del hetero…

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Nota: Bueno, nada, gracias a todos por leer mi segundo relato. Si tienen preguntas, háganlas. Si tienen recomendaciones, díganlas. ¡Hasta el tercer relato!

P.D: Prometo que el 3er relato es más largo que este.