Enamorada de mi profesora
Los 16 años son una mala edad las hormonas se revolucionan.
Los 16 años son una mala edad las hormonas se revolucionan, y todo se vuelve confuso, tan confuso como se le estaba volviendo a Marta, una chica muy bien formada para su edad, con sus 1,70 metros de estatura, sus 59 kilos, su estrecha cintura, un culito muy bien puesto, que a ella le gustaba remarcar con vaqueros y minifaldas, siempre muy ajustadas y muy cortas una talla 100 de sujetador unos labios gruesos, sensuales, con unos dientes rectos perfectamente alineados sonreía muy pocas veces, pero cuando lo hacía su rostro se iluminaba, se volvía dulce, una dulzura que sus inmensos ojos azules se encargaban de remarcar
Sus notas en el instituto eran pésimas...no es que fuera tonta, pero odiaba los libros, y odiaba estudiar, y se rebelaba contra sus padres, contra los profesores, contra todo en general, lo único que le gustaba era pasarse los días enteros con sus amigos, tan descarriados como ella, fumando porros y etc etc.
Las matemáticas eran particularmente una las asignaturas que más odiaba. Y el profesor que le daba clase no contribuía en mucho a que les cogiese gusto, era un cincuentón aburrido, al que le habían huído todos los pelos de la cabeza para irle a emigrar a otros lugares como el cuello y las orejas.
Hacía quince días que Marta no aparecía por sus clases, pero aquel día decidió quedarse. Por la ventana del instituto se veía un cielo de un color gris plomizo, una lluvia intensa caía sin cesar, llevada por el viento junto con hojas caídas, solo de mirar para afuera se sentía frío, y Marta estaba muy bien allí sentadita con la calefacción, hasta le estaba entrando sueño y todo
Se abrio la puerta de la clase Y quien entró no fue el aburrido profesor de matemáticas de siempre, si no una chica, una mujer, de unos 27 años, tenía el pelo castaño claro, liso, muy largo, era alta, más o menos de la estatura de Marta, llevaba unos pantalones de tela, de color negro que marcaban unas bonitas caderas, una blusa blanca de la que parecía que dos grandes pechos querían huir y liberarse, pues no tenían mucho espacio allí dentro
- Me llamo Alicia, soy vuestra nueva profesora de matemáticas, ya que Paco ha tenido un lamentable accidente bla bla bla bla
Los chicos de la clase parecían extasiados. Marta sin embargo no lo estaba tanto lo que tenía era el mono de fumarse un cigarro llevaba ya cuatro horas sin probar uno estaba sentada en la última mesa de la clase, en una de las esquinas además, la tapaban veinte o treinta cabezas, y una columna, así que tranquilamente se encendió el cigarro, le dio una calada, y se puso a observar el bonito color del cielo, una gaviota se había posado en un tejado y pegaba saltitos de un lado al otro, las gaviotas no van a clase, no respetan normas, hacen lo que les da la gana le puden robar la comida a otra, o matar a otro pájaro a picotazos, no irán a la cárcel ni tienen que estudiar ni trabajar para ganarse la vida su hogar es el cielo, y no pasan el 90% de su existencia metidas entre cuatro paredes .BRRRRRRRRRRRomMMMM .Un fuerte manotazo en su mesa la despertó de sus pensamientos se le cayó el cigarro al suelo y su primera reacción fue buscarlo pues era el último que le quedaba en la cajetilla, pero se encontró con que una mano de piel suave y cálida le obligaba a girar la cara Los ojos verdes y un tanto gatunos de la profesora de matemáticas se clavaron en los suyos azúles.
¿A que viene usted a clase, señorita, a fumar y a mirar por la ventana?
No, vengo a mirarte a ti, es que me he vuelto lesbiana, guapa .te apartas para que pueda coger mi cigarro
Se oyeron algunas risas y Marta se sintió reconfortada, siempre le gustó putear a los profesores, y que los compañeros le siguieran la gracia.
A partir de hoy vendrás castigada todas las tardes, de cuatro a seis, dime tú nombre que lo voy a anotar en la lista, y si alguno más se quiere apuntar, estais a tiempo.
Se hizo el silencio. Marta enrojeció de la rabia. No quería pasarse allí todas las tardes, pero sabia que si no lo hacía se arriesgaba a una llamada telefónica a casa sus padres iban a comprarle una moto por su cumpleaños que estaba ya al caer y no podía arriesgarse.
A las cuatro y cuarto de aquella misma tarde se presentó allí. Estaban la profesora y además otros tres chicos, a uno de ellos le conocía, un buen amigo suyo, igualito de mal estudiante que ella. Saludo al chico con alegría y se sentó a su lado, por lo menos no se aburrirían.
-No, Marta Sientate aquí - la profesora le señalaba el pupitre que quedaba justo al lado de la mesa del maestro
Marta obedeció
-Bien, poneros todos a estudiar, el primero que diga una palabra en vez de estar aquí dos horas esta cuatro, por mí no hay problema que no tengo ningúna prisa.
Se hizo el silencio.
Marta se aburría Miraba para el libro, pero sin verlo en un instante determinado, y ya que la tenía tan cerca, su vista se clavó en la profesora, en Almudena estaba leyendo un libro enorme de gordo, parecía la biblia pero no la debía tener muy absorta, por que como si adivinara que la estaban observando, levantó sus ojos del libro y los posó en los de Marta
Se quedaron mirando unos segundos que a Marta se le hicieron eternos
Creo que el libro de matemáticas no lo tengo escrito en la cara verdad?
Marta se recostó en la silla con cara de fastidiada y volvió a fijar la vista en el libro Casi se dormía, estaba haciendo esfuerzos para no entrecerrar los ojos .de repente algo golpeo su pie
Disculpa
Era la profesora, sus mesas estaban tan cerca que sin querer le había rozado con el pie al cruzar las piernas
Marta no dijo nada y sin darse cuenta, quizas por el aburrimiento, se fijó en las piernas de Almudena la verdad es que eran más interesantes que el libro de matemáticas No entendía que le pasaba ella era heterosexual, siempre le habían gustado los chicos Además tenía un medio rollo por ahí con un vecino suyo que la traía loca, un chico alto y fuerte, bastante bien dotado, Marta había tenido ocasión de comprobarlo, pues le había pajeado varias veces el siempre quería pasar a algo más que las pajas, pero Marta nunca le había dejado, por miedo a que le hiciera daño, seguía siendo virgen.
Los días fueron pasando, y según pasaban los días más crecía el interés de Marta por aquella profesora Nunca faltaba a sus clases, raro en ella, y hasta iba a los castigos muy féliz, por las noches soñaba con que no había nadie en clase, que estaban las dos solas, y hacían el amor sobre una de las mesas.
Un día, al terminarse el castigo, Marta salio del instituto con la frustación de todos los días, se había enamorada de aquella mujer, quería poseerla, quería que hicieran el amor, quería besarla Pero no sabía como decírselo, y a veces sentía que la odiaba por todos los sentimientos que despertaba en ella
-Martaaaaa .
Su vecino había ido a buscarla se acercaba hacia ella con una sonrisa en la cara y la misma mirada de depravado que ponía cuando ella le hacía las pajas
-Chica, tengo el detalle de venirte a buscar por que tu madre me ha dicho a que hora salías y yo te echo de menos y mi polla más - Dijo acercándose a ella y susurrándole al oído
Marta se sintio asqueada antes no le daba asco pero ahora sí
-Estás muy distante últimamente casi no nos vemos, Marta
-Suelta - Dijo ella y empezó a caminar alejándose del instituto Pero en esto se fijó en la profesora, en Almudena acababa de salir tb y se dirigía hacia ellos pues tenía el coche aparcado allí justamente, todo un cochazo, otro de los sueños preferidos de Marta era que hacían el amor en el asiento de atrás de aquel Mercedes SLK
Entonces una lucecita se encendió en su mente Cogió a su vecino y lo tiró contra el Mercedes, se pegó a el, que enseguida le empezó a sobar las tetas, y ella le besó, sus lenguas se juntaron Las manos de el, bajaron de sus tetas hasta su cintura, se posaron en su falda, Marta sabía que con lo salido que era su vecino tenía que tener cuidado pues si no acabarían follando alli mismo y ella no pretendía eso, solo quería poner celosa a la persona que amaba.
Disculpen
¿Qué quieres zorra? Dijo el vecino malhumorado al verse así interrumpido.
Es mi coche .- se había sonrojado y todo Marta la miraba, divertida- tengo que irme, luego si quereis podeis seguir con lo que estabais haciendo
Naturalmente que no siguieron, en cuanto el coche de Almudena se alejó el pobre vecino se quedó caliente y salido, y enfurecido.
Al día siguiente Marta notó que algo había cambiado en su querida profesora Nunca habían tenido una relación muy cercana, pero es que ahora la notaba más distante que nunca.
Se sentó como siempre cerca de ella, y se acomodó para pasar las dos horas del castigo impuesto La saludó, pero Almudena no contestó, ni siquiera levanto la vista del libro que hojeaba.
Terminó el castigo. Marta salíó del instituto Era un día de invierno malísimo, parecía como si se fuera a terminar el mundo los rayos caían del cielo sin tomarse ni un respiro, formando un juego de luces y un espectáculo que daba gusto verlo, eran las seis de la tarde pero parecía noche cerrada, y llovía como si se estuviera terminando el mundo. La parada del bus que Marta tenía que coger para llegar a su casa estaba cerca, pero aún así se empapó, cuando llegó toda su ropa estaba mojada, gotas de agua resbalaban por su nariz, por su cuello, tenía mucho frío el bus no daba pasado se sentía realmente mal, estaba casi temblando
Entonces un claxón sonó a su lado No se veía mucho entre la lluvia y la oscuridad, pero era un Mercedes el corazón le dio un vuelco .se acercó, dudando, temblando, y ya no solo por el frío
Unos ojos gatunos la miraban desde el interior del Mercedes
Sube - dijo la dueña de aquellos ojos
Y Marta subio
Le voy a poner el coche perdido, se le mojara la tapicería
Estás empapada cogerás una pulmonía voy a llevarte a casa, dime donde vives
-Gracias - susurró
Se estaba muy agusto allí dentro el motor arrancó con un suave ronroneo el viaje no duraría mucho, aunque Marta hubiera deseado en aquel momento vivir en Indochina, y quedarse allí eternamente, con ella Tenía que hacer algo pero su corazón parecía querer salirsele del pecho, y las palabras no llegaban a su mente, lo único que podía hacer era mirarla Pero sus miradas no eran correspondidas, pues Almudena tenía la vista fija en la carretera Entonces un semáforo en rojo se interpuso, y la carretera ya no requería tanta atención Almudena piso el freno, puso la primera, y al hacerlo rozo la pierna de su copilota
-Perdón - Dijo, con una sonrisa preciosa
Marta se la devolvió se miraban fijamente el corazón de Marta parecía querer estallar...
-Tu novio tendría que haberse acercado por ti un día como hoy parece que lo hace solo cuando no llueve, ¿Verdad?
-No tengo novio si algún día se me antoja tenerlo, me lo buscaré con un Mercedes como el tuyo- dijo Marta, guiñándole un ojo- Yo lo único que tengo es un vecino salido y desmotorizado
Almudena volvio a mirar a la carretera, sin decir nada
-Pero no me interesa ningún chico- Marta se sonrojo, y sacando fuerzas y animos de donde no los tenía añadió en voz más baja- Me gustas tú
El semáforo cambió a verde, y Almudena arrancó, sin decir nada quizás no la había oído O quizás sí, pero no le interesaban las niñatas, y prefería a los hombres hechos y derechos de pelo en pecho que sería lo lógico
Marta sintio que las lágrimas estaban a punto de asomar a sus ojos se sentía rechazada, humillada, despechada, miles de sentimientos negativos a la vez, iba sumida en sus pensamientos, desconectada ya del mundo, del coche, de todo Cuando en un momento dado volvió a la realidad, al mirar por la ventanilla, vio un paisaje extraño por allí no se iba a su casa se acercaban a la zona de la costa
¿A dónde vamos?
Nada, ninguna respuesta, el Mercedes salio de la carretera general y tomo un desvío tras una media hora de viaje por carreteras secundarias, mal asfaltadas, y luego ya sin asfaltar directamente, llegaron a un acantilado...no se veía rastro de persona humana por ningún lado, solo árboles altísimos, solo el mar, y una luna llena que relucía ya sobre el cielo, iluminando la noche de una forma que se veía como si fuera de día Y había parado ya la tormenta, ya no llovía, ni tronaba
Baja del coche, porfavor
Marta lo hizo, y al momento se vio empujada contra la puerta, ya cerrada, del Mercedes
Podía sentir el aliento de Almudena en su cuello, podía sentir su cuerpo, podía sentir el calor de su corazón, los ojos gatunos de ella fijos en los suyos
Tu a mí tb me gustas -le susurro Almudena al oído- Y voy a hacerte el amor
Marta sintió unas manos introduciendose por debajo de su falda, muy hábilmente le quitaron el tanga, y empezaron a acariciar su coño depiladito
Yo soy virgen .- El calor subía a las mejillas de Marta, estaba muy ruborizada, y no sabía que hacer
Almudena no dijo nada, acabo de desnudarla completamente, y se desnudó ella...Tenía unos pechos preciosos Marta los acaricio, con miedo dudando
Entonces a parte de las Matemáticas, creo que aprenderás otras cosas, conmigo
Y sin más, colo una de sus manos entre las piernas de Marta, y le metio dos dedos en el coño, con fuerza, y con profundidad Marta sintio un dolor intenso, e iba a quejarse, pero Almudena la besó sus lenguas se encontraron, no podía quejarse pero le seguía doliendo, quería irse, pero Almudena con el brazo que le quedaba libre la sujetó Estaba fuerte los dos dedos se quedaron aparcados dentro de ella, y cuando su coñito por fin ya empezaba a acostumbrarse a aquellos nuevos intrusos, estos empezaron a moverse, despacio al principio, luego más rápido .cada vez más rápido, hasta que cogieron un ritmo más o menos constante, y Marta se acostumbró a el...y le gustaba sus caderas se acompasaron con el movimiento de aquellos dedos
Estaba muy excitada, y decidio hacer lo mismo que le estaban haciendo a ella, acaricio el coño de Almudena, ella no se opuso
¿Pero no era yo la maestra? ¿?
Ya no necesito más enseñanzas - Dijo Marta, y tres de sus dedos se introdujeron en el estrecho coñito de Almudena- Aprendo rápido, como puedes ver
Almudena no dijo nada, solo gimió .Se corrieron las dos a la vez, y esa misma noche volvieron a hacer el amor, en el asiento de atrás del coche, y aquel acantilado se convirtió en su lugar de encuentro para muchas muchísimas noches más de pasión desbocada
BUENO, SI HABEIS TENIDO LA PACIENCIA DE LEER ESTO, Y ME PODEIS HACER COMENTARIOS TANTO PARA BIEN COMO PARA MAL OS LO AGRADECERÍA, PARA MEJORAR, ES EL PRIMER RELATO QUE HE ESCRITO EN MI VIDA, ASÍ QUE TAMPOCO SEAIS MUY MALOS, JEJE