En vacaciones

Una historia sencilla, como cualquier otra, pero que me devolvio la confianza y la sensualidad.

PEQUEÑAS VACACIONES

Aunque

ya me describí en un relato anterior, para comenzar este, voy a recordarles un poco como soy. Me llamo Susana Gabriela. Tengo 33 años, llevo 6 de casada, tengo un hijo de dos años. Después de mi embarazo, me dedique a volver a tener el cuerpo que tenía antes y, con mucho orgullo, les digo que lo logré. Tengo el cabello negro ondulado, me llega hasta un poco mas abajo de los hombros. Mi piel es blanca, mido aproximadamente 1.76 de estatura, tengo ojos azules, boca pequeña muy sensual. Mis tetas son grandes y redondas. Mi talla de brasier es 36c. Mis medidas son 94, 62, 93. Tengo el estomago plano. Mi culo es grande, redondo, parado y firme, es un culo que cuando camino en cualquier parte, siempre hace que los hombres me lo miren y piensen de todo, se les nota en la cara. Puedo decir que tengo unas lindisimas piernas, largas, firmes, muy bien contorneadas, me esmero mucho en cuidarlas, hago ejercicios para mantenerlas firmes, contorneadas y lindas, puedo decir que son las mejores piernas de todo el banco en donde trabajo. Muchos gerentes e inclusive el presidente han querido estar en medio de este par de piernas. Algunos lo han conseguido, otros no. Antes de mi embarazo y ahora, voy regularmente al gimnasio para poder mantener un lindo cuerpo. También soy vanidosa y me aplico toda clase de cremas en la piel. Me gusta cuidarme partes de mi cuerpo que considero que son las que me hacen ver mas sexy, como mis piernas, mis tetas, mi culo y obviamente mi cara.

Me gusta lucir escote, también me gusta usar blusas ajustadas, pero lo que más me gusta es usar minifaldas y entre más cortas y ajustadas mejor. Me gusta porque así no solo se me pueden ver muy bien las piernas, sino también el culo. Aparte que es una prenda muy cómoda y a la vez elegante. A veces me gusta coquetear en la oficina con mis compañeros. Me paseo por la oficina con un caminado sexy y a cada momento cruzo las piernas para dejarlas ver bien y seguir con mi coqueteo.

Después de mi embarazo, como les contaba, me dedique también a volver a tener un buen cuerpo. Como les cuento lo logré. Pero igual, sentía como si no fuera la misma de antes, estaba feliz por ser mamá, pero me sentía poco atractiva. No era un problema mayor, pero igual era algo que me ponía algo triste. Mi marido me decía que estaba muy linda y hacíamos el amor seguido, pero igual me sentía poco atractiva. Un día después de llegar del trabajo, mi marido me comento que iba a viajar a Santa Marta por cuestiones de trabajo, me pregunto si quería ir. Mi suegra se ofreció a cuidar al niño ese fin de semana. El niño tenia ya año y medio y aunque podíamos viajar con el, cuando mi marido me dijo lo del viaje, me dijo también que quería que yo descansara y me relajara por dos días y que también era un viaje para los dos. Yo acepté y me pareció una buena idea.

Cuando llegamos, nos instalamos en el hotel y lo primero que hicimos fue ducharnos. Esa tarde, mientras mi marido fue a su primera reunión, me fui a dar una vuelta por el hotel y por su playa privada. Mis vestidos de tierra caliente también son bastante sexy. Esa tarde tenía puesto un vestido enterizo corto que se me ajustaba al cuerpo, y aunque logré la mirada de algunos hombres, no paso de ahí, solo miradas.

Estando en la playa sentada en un silla viendo el mar, de pronto un tipo se me acerco y me dijo que me había visto en el lobby del hotel pero que no me había podido hablar ya que me había visto acompañada, pero que ahora si tenía el gusto de presentarse. Era un tipo alto, mono, tal vez de ascendencia europea, con un cuerpo que cualquier mujer desearía, musculoso. Al comienzo me sorprendí, pero luego, me pareció interesante conocer gente nueva

  • Hola, respondí

  • Quien era el que te acompañaba? Pregunto Alessandro, que así se llamaba. Tenía acento colombiano, pero seguramente sus padres no eran de ese país y tal vez el tampoco, igual me pareció así por el nombre.

  • Mi esposo, le respondí

  • Que pena haberte incomodado, con tu permiso me retiro dijo Alessandro

  • Tranquilo, no pasa nada, quédate y hablamos, respondí

Nos quedamos hablando de puras bobadas, que en donde trabajaba que de donde era, que esto que lo otro hasta que me invitó a tomar algo al bar del hotel, a lo que no le vi ningún problema. Estuvimos hablando por largo rato y como había pensado, sus papas eran italianos, el también lo era, pero había llegado a Colombia cuando tenía 3 años, trabajaba en una compañía cervecera muy importante y era dueño de un restaurante italiano en Bogotá. Estuvimos así un rato hasta que le dije que me tocaba retirarme porque mi marido no demoraba en llegar. Alessandro me pregunto si nos podríamos volver a ver, le respondí que mañana me escaparía de mi esposo para podernos ver mas tiempo. Este hombre me había gustado, era muy atractivo y se conversaba muy bien con el. De igual manera también me hizo sentir contenta porque si se me había acercado, era porque yo era linda, eso fue lo que pensé y esto me hizo sentir de maravilla.

Al otro día, nos encontramos al medio día en la piscina, teníamos vestido de baño. Yo tenía un bikini azul oscuro. La parte de arriba, me hacía notar las tetas muy bien, parecía como si se me fuesen a salir, también se me notaban los pezones como queriendo romper el bikini. Abajo tenía una tanga, no tan pequeña pero que dejaba ver bien mis piernas y mi culo. Con este bikini, las piernas se me veían espectaculares, largas, duras, torneadas y bien formadas, aparte que los zapatos de tacón no muy altos, con los dedos descubiertos, me ayudaban a que las piernas se me vieran más provocativas. Cuando Alessandro se me acerco, se me subió todo, esto que sentí me sorprendió, nunca pensé que fuera a sentir algo por este tipo, pero era obvio que Alessandro me producía muchas cosas. Comenzamos a hablar y Alesandro me decía cosas muy especiales y excitantes que me gustaron demasiado. Me decía cosas que hace mucho tiempo no escuchaba. Alessandro me halagaba diciéndome cosas sobre mi cuerpo y lo bien cuidado que lo tenía, cosa que me hacía falta escuchar. Pensé en que este tipo era el típico playboy que se conquista a todas y luego se va, pero la verdad no me importó para nada.

Luego de un buen rato, Alessandro me dijo que si lo acompañaba a un sitio que sabía que me iba a encantar, yo accedí sin ningún problema. De pronto cuando estábamos pasando por el frente de los vestidores, Alessandro me metió a la fuerza al vestidor de hombres a lo que obviamente me opuse, le pegue una cachetada y solté un grito. Cuando grité, el me agarro por el culo y me recostó contra una pared, yo seguía gritando y haciendo fuerza para que Alessandro se quitara, pero este empezó a comerme toda, me comía por todo lado, me lamía, me chupaba. Yo le decía que porque me hacía esto, que no me hiciera nada, pero al mismo tiempo sentía que las fuerzas me abandonaban y me dejaban para que pudiera disfrutar del placer en ese momento. Poco a poco fui dejando de gritar, hasta que agarré por el culo a Alessandro y empecé a disfrutar de lo lindo. Me sentía en el cielo, ya que desde que se me notaba el embarazo y mucho tiempo después nadie me demostraba tanto deseo. Empezó a gemir y acariciar y a sobar a Alessandro por todas partes.

  • Dale papi, que rico estas. Decía

El me seguía comiendo con violencia, parecía como si me fuera a arrancar la piel. Me quitó la parte de arriba del bikini y mis deliciosas tetas quedaron al descubierto, redondas, grandes y con los pezones parados y duros. Alessandro me los chupaba y los lamía y apretaba con fuerza, se comía de una manera brutal las deliciosas tetas que tenía en frente. Yo me aferraba a su cabeza la cual hundía para que me comiera más. Luego Alessandro me quitó la tanga y abrí las piernas para que me las chupara y para que me hiciera sexo oral, pero Alessandro lo que hizo fue intentar penetrarme. Yo no me deje y de inmediato volví a cerrar las piernas.

  • Una cosa es que me comas y otra es que me lo metas. Le dije

  • Tengo ganas de clavarte nena, dijo Alessandro

  • Pero no voy a dejar que me penetres, solo chúpamela, le dije

  • Entonces ábrete otra vez que te voy a dejar seca, dijo Alessandro

En ese momento estaba perdida por el placer, aunque no quería que me lo metiera. También me sorprendió escuchar a ese hombre decir todas esas cosas y verlo actuar de la manera que estaba actuando, yo creía que el era un hombre diferente. Yo volví a abrir las piernas para que Alessandro me chupara la cuca, y así lo hizo. Fue delicioso, yo solo gemía, pero fue corto. Luego que paro volví a cerrar mis piernas y el comenzó a chuparme las tetas y a besarme la boca. Me dijo que si quería que se la volviera a chupar y le dije que si. Me dijo que cerrara los ojos y que volviera a abrir las piernas. Cuando hice esto, en vez de volverme a hacer sexo oral, lo que hizo fue metérmela toda.

  • Aaaayyyyyyyyyyyy, que hiciste, me clavaste, sácala, saacalaaaaa, saacaalaaaa, me clavaste.....siiiiii hazlo papasito, metemela toda, dame papi....oooohhhhh, ayyyyyyy

Al comienzo quería que me le sacaran, pero luego quería que me la metieran toda, estaba cabalgando esa verga y gozaba de lo lindo. Mientras Alessandro me la metía hasta el fondo, el me acariciaba las piernas y me sobaba las tetas y yo gemía y gritaba como loca, aunque esta vez de puro placer. Alessandro acabó dentro de mi cuca y el semen me empezó a chorrear por ambas piernas. Extenuados, nos recostamos sobre la pared, nos vestimos y salimos del vestidor.

Alessandro me preguntó que cuando dejaba el hotel y yo le respondí que mañana. Por lo que Alessandro me dijo que si nos veíamos esta noche, que me invitaba a cenar, yo acepté, nos dimos un beso en la boca, sin importarnos que nos pudieran estar viendo y nos despedimos.

Eran como las seis de la tarde y faltaba poco para la hora en que había acordado con Alessandro para vernos. Yo le había dicho a mi esposo que me iba a ver con unas nuevas amigas y que saldríamos del hotel a cenar a lo que mi esposo me dijo que estaba bien, que el también saldría con sus amigos y que llegaría tarde, entonces que no habría problema si yo también llegaba un poco tarde. Cuando mi marido se fue, comencé a arreglarme para la cita con Alessandro, yo quería que me pegaran la mejor follada del mundo, quería que me lo metieran como nunca y por eso debía estar especialmente arreglada.

Bajé al almacén del hotel y me compré la ropa más sexy que encontré. Apenas la compré, subí a la habitación y comencé a arreglarme. Me bañe y luego de haberme secado toda, me aplique cremas, tanto en mis piernas como en mis tetas, con el fin que olieran muy bien y que estuvieran suaves. También me aplique crema en mi cuca, en mi clítoris y en todo el culo. Habiéndome aplicado todas estas cremas, comencé a colocarme la ropa. Empecé por la ropa interior, aunque esta solo constaba de una sola parte....una diminuta tanga, color rojo, esta tanga aparte de ser pequeñísima era transparente y se me metía por todo el culo y por toda la raja. Luego me coloqué la súper minifalda....era una minifalda de tela, me quedaba súper ajustada lo cual hacia notar todo mi culo, en la parte derecha tenía una abertura y la falda me llegaba como hasta 3 manos arriba de la rodilla. Gracias a esta falda, podía mostrar las espectaculares piernas que tengo.....arriba me coloqué un top azul oscuro, no con mucho escote, pero si ajustado, lo cual también dejaba que se notaran mis tetas y mis pezones. Me coloque unos zapatos tipo sandalia y sin medias. Esta ropa me hacia ver terriblemente sexy.

Cuando salí de la habitación rumbo hacia mi cita, las miradas de todos los hombres con que me encontraba, parecieran que me desnudaban, me miraban de arriba a abajo y en lo que mas se concentraban era en ese par de tetas y en esas piernotas tan deliciosas que se me veían. Esto me puso feliz y también me excito demasiado. Tuve el deseo de abrirme de piernas en el lobby del hotel y que todos esos hombres me lo metieran. Me sentía fabulosa.

Cuando me encontré con Alessandro, estuvimos de acuerdo que la cena tendría que ser en un restaurante fuera del hotel para evitar que alguien nos descubriera. Alessandro me subió a su carro y no paraba de mirarme de arriba a abajo, aunque en el trayecto del hotel al restaurante, solo me miraba, se le notaban las ganas de tirarse encima mío, y yo pensé para adentro "tranquilo papi que mas tarde todo esto va a ser todo tuyo".

En el restaurante, hablamos de todo, inclusive de lo que había pasado al medio día y Alessandro me explicaba que era que le había gustado mucho y que le excitaba demasiado ya que era una mujer muy atractiva, casada y con semejante cuerpazo. Al escuchar esto me puse a cien y no veía la hora de salir de ahí y empezar la follada de mi vida. También acordamos vernos en Bogotá.

Luego de cenar, nos subimos al carro y Alessandro me dijo que fuéramos a su habitación en el hotel, yo acepté de inmediato. En el recorrido del restaurante al hotel, Alessandro me manoseo por todos lados, aunque donde mas se concentró fue en acariciarme las piernas que tenía a su disposición, me acariciaba todo el muslo y me rozaba la cuca por encima de la tanga. No solo me acariciaba las piernas sino que me apretaba el muslo. Me acariciaba las piernas por arriba, por debajo, por los lados, por todas partes. Yo tenía la falda subida casi hasta la cintura gracias al manoseo que Alessandro me hacía en las piernas....Yo ya estaba totalmente excitada y mojada. Yo también le agarré la verga y se la frotaba con fuerza.

Al llegar al hotel, Alessandro me dio la llave de su habitación y me dijo que me fuera adelante para evitar que nos descubrieran, pero que cuando lograra abrir la puerta, le dejara las llaves en una planta que estaba justo al frente. Yo hice lo que Alessandro me había dicho y mientras el llegaba, me senté en una silla mirando hacia la puerta con las piernas cruzadas, como solo yo las sabía cruzar. Con la faldita que llevaba y con esa cruzada de piernas hasta se me alcanzaba a notar el culo. Yo asumí una pose de lujuria y queriendo decir, "aquí estoy, ven y cómeme". De pronto la puerta se abrió y era Alessandro, él al ver esto, se fue derecho donde estaba sentada y comenzó besándome los pies, los besaba con pasión pero suave, me besaba los tobillos y las canillas, no pasaba de ahí, igual era lo único que me acariciaba, me quitó las sandalias y me siguió besando los pies.

Luego fue subiendo, me acariciaba los muslos y me subió la falda dejando al descubierto la espectacular tanguita que tenía. Yo ya estaba gozando como loca, gemía suavemente, tenía la respiración aumentada y estaba mojadísima. Alessandro no paraba de acariciarme y de comerme las piernas, de pronto me alzó y me llevó a la cama, me acostó con las piernas abiertas y me quitó la falda y la tanga, también me quitó el top. Yo al estar desnuda, le pedía a Alessandro que me cogiera ya, que me la metiera de una, no aguantaba más...pero Alessandro no me hacía caso y seguía con su comida a todo mi lindo cuerpo.

Alessandro se desnudó y yo pude ver lo bueno que estaba y pude ver la enorme verga que me habían metido al medio día y que pronto me meterían. Alessandro se desesperó y empezó a comerme de una forma descomunal, peor que la que me había pegado el medio día. Me comía toda, las piernas, la cara, la boca, el cuello, el ombligo y las tetas. Se entretenía bastante con las tetas. Las estrujaba, se las comía, mordía y chupaba los pezones. Yo al sentir que me estaban comiendo de esta forma me corrí. Alessandro me comió las piernas de una forma descomunal, las había preparado todo el camino y ahora las disfrutaba como loco. No me dejó un solo lugar de las piernas por comer, se las comió todas. Se comió las piernas que eran producto de todas las fantasías de los hombres que me conocían.

Ahora Alessandro llegó a mi cuca y la empezó a chupar. Se la comía con violencia también, metía su lengua, se comía mi clítoris y chupaba como queriendo sacar todo. Yo solo apretaba su cabeza hacia mi cuca. Luego me voltee y logré alcanzar la verga de Alessandro, la empecé a mamar con mucha pasión, me la tragaba entera, casi que la quería morder. Cuando Alessandro sintió que se venía, me quito y me dijo que quería venirse después. Dicho esto, yo, que ahora parecía un puta desenfrenada, acosté a Alessandro boca arriba y yo con las piernas abiertas, comencé a introducirme el pene de el despacio, al mismo tiempo que temblaba y gemía. Cuando ya lo tuve todo adentro, comencé a cabalgarlo. Me levantaba y bajaba a un ritmo descomunal, gritaba de placer y me movía como una potra. Subía y bajaba, me movía hacia adelante y hacia atrás fuerte, rápido.

Me corrí y quedé tumbada encima del pecho de Alessandro. Este me dijo:

  • Todavía no hemos terminado mi amor

  • Quieres seguir fallándome papi, pues hazlo y bien duro, le contesté.

Alessandro me colocó en 4 y comenzó a comerme la cuca en esa posición. Luego de eso, me la metió de un solo golpe, cosa que hizo que gritara....el bombeo era descomunal, cada embestida me arrancaba gritos de placer. Yo acompañaba el bombeo con movimientos de cadera que no permitían que Alessandro me la sacara ni por un instante. El sonido que hacia con mis nalgas retumbaba por toda la habitación, parecía como si alguien estuviera aplaudiendo fuerte y rápido. El mientras me la metía con toda la fuerza que tenía, me agarraba las tetas, me acariciaba las piernas y yo me frotaba el clítoris y me abría aun más la cuca. Nos corrimos en un orgasmo delicioso. El me lleno otra vez toda mi cuca de semen.

Pero Alessandro no dejó que me acostara, me dejó en 4 y comenzó a chuparme el culo, me metió un dedo y me dijo que me iba a encular. Mientras se le volvía a parar, Alessandro no paró de chuparme la cuca y el culo estando yo en 4. Cuando Alessandro ya la tenía otra vez parada y empezó a intentar clavármela por el culo le dije:

  • Me vas a romper el culo

  • Es que acaso nunca te la han metido por acá, dijo Alessandro

  • Si me la han metido, pero no con la violencia que tu lo haces. Contesté

  • Pues es lo que este culote se merece mi amor, toma!!!!!!

Y de una me la metió por ahí. Yo grité. Pegué un grito que se debió escuchar por todo el hotel. Empezó un bombeo descomunal, yo gritaba del inmenso placer que me estaban dando, otra vez el sonido de mis nalgas retumbaba por toda la habitación. Yo le decía "Así papi, así, rómpeme el culo, dame mas, dame bien por el culo". El me seguía clavando, pareciera como si hubiera querido atravesarme. El se vino otra vez en mi culo, y el semen chorreaba por mis piernas.

Ahora si me pude recostar y descansar un poco. Alessandro se recostó a mi lado y mientras se le volvía a parar, hablamos de vernos seguido en Bogotá, el me dijo que quería ser por ahora mi amante y que luego se podría pensar en algo mas. Cuando me dijo eso, me asusté, pero en ese momento estaba disfrutando mucho para preocuparme por algo ahora.

Cuando Alessandro la tenía otra vez parada, me acostó boca arriba y me abrió muy bien las piernas. Yo le decía

  • Métemela ya!!!!!!!! clávame!!!! fóllame como solo tu lo haces

y claro, Alessandro me la metió con una fuerte embestida. Yo puse mis pies sobre el culo de él, y lo apretaba hacia mi cuca. Alessandro me embestía con fuerza y con rapidez, que cogida tan supremamente rica me estaban pegando. Era con mucha fuerza y a la vez rápido. Mientras tanto el me decía:

  • Que cuca tan rica tienes mi amor

  • Es toda tuya papasito.....así, así, métemela toda, así

  • Que rica estas, decía Alessandro

  • Aaaayyyyyyyyyy, oooohhhhhhhh, aaaaahhhhhhhh, dame papi, dame duro, aayyyy

El duró dándome como 20 minutos, creo yo, y estaba haciendo lo que muchos soñaban con hacer, que era estar en medio de mis piernas. La cama se sacudía y pareciera como si la fuéramos a desbaratar, aunque claro, cabría decir que si se desbarataba la cama, la culpa era de Alessandro por el tremendo folladón que me estaba pegando, yo solo estaba boca arriba, con las piernas abiertas y gimiendo de placer. Yo me movía y mis tetas se movían y se sacudían de arriba abajo gracias a la fuerte cogida que me estaban pegando. Alessandro me dio con toda mientras me cogía, me acariciaba y me apretaba las piernas, me agarraba el culo y me estrujaba las tetas. Me daba a más no poder mientras me chupaba, me lamía, me comía y me gozaba toda. Luego de esos 20 minutos de darme y de casi romperme la cuca, Alessandro se vino y me lleno la cuca de semen. Yo también me pegué una corrida fenomenal. El semen se me salía de la cuca y me chorreaba. Me sentía inundada, sentía que no me cabía más semen.

Luego de esto, comencé a vestirme y observe en el reloj que eran ya casi las 5 de la mañana, me preocupé por un instante por mi marido, pero después no le di importancia al recordar la descomunal follada que me habían pegado. Me vestí con mi cuca todavía chorreando semen por mis piernas. Me puse mi ropa y me despedí de Alessandro dándole las gracias por lo que había pasado, el me beso y me froto el culo. Y quedamos en vernos la otra semana en Bogota. Yo obviamente quería repetir esto.

Llegué a la habitación y encontré a mi esposo durmiendo, cuando nos despertamos ya para regresar a Bogotá, le conté lo que supuestamente había hecho con mis amigas y el me creyó.

Desde este viaje, recuperé mi confianza y me sentí más atractiva que antes. Ahora cuando hago el amor con mi marido, lo hacemos de una forma descomunal. También he vuelto a gozar mucho mas con el juego del coqueteo en la oficina. Y obviamente nos vimos con Alessandro y volví a ser la que era antes.