En una playa Brasileña
En una playa del noreste del Brasil, vivimos una experiencia, que nunca pensé vivir.
Yo nunca pensé que esto me podía pasar, aunque alguna vez fantaseé, debo admitirlo.
Alguna vez le robé una bombacha para ponérmela, hasta llegué comprarme alguna, pero nunca pasó de eso. Una vez me vestí de mujer y me excitó pero solo pasó una vez.
Fuimos con mi esposa al nordeste brasileño por siete días. Un viaje relámpago casi improvisado, que salió imprevisto de descanso y placer.
Como siempre algo se olvida en la valija y esta vez fue mi bañador.
No importa, compramos una allá. -dijo mi esposa.
La tarea no fue fácil a que el pueblito solo tenía un local donde ademas de miles de costas vendían trajes de baño. Y allí fuimos a penas llegamos a la posada.
A loja fica perto. - Nos dijo la recepcionista. Mais nao hayo que elis tein. (disculpen mi portugues)
Allá fuimos muy decididos a encontrar mi banheiro....
Después de varios intentos de hacernos entender, por fin la vendedora nos llevo a un mostrador y sacó las pocas mallas que le habían quedado del verano. Y allí entendimos que lo que nos decía es que no tenía trajes de baño como las usan los argentinos, solo zungas, y de adultos solo tres.
Eso no me puedo poner.
¿No vas a ir a la playa? Si en está época casi no hay gente... solo yo me voy a reir de vos...
Tenía razón y la idea de usar una zanga no me caía nada mal.
Mi esposa eligió una y la llevamos, sin probarla ni nada ya que en negocio no contaba con vestidores.
Al llegar a nuestra habitación con mucho calor nos preparamos para ir a la playa. Me probé la zanga Era casi una colaless!!! Era preferible que me ponga una malla de mi esposa que esa zanga.. Pero ella también se había traído todas mallas muy chiquitas.
Esperando que a mi esposa le parezca impúdico que salga así; salí del baño como si nada, ella me miró y tampoco dijo nada.
Me puse una playera bien larga y nos fuimos al mar.
Era verdad en la playa no había casi nadie, pero igualmente me daba pudor sacarme la remera. Ella estiró una lona en la arena y rápidamente quedó en bikini. Una bikini muy sexy y le quedaba hermosa. Me encanta cuando empieza ponerse protector y cremas.
Ahora te pongo a vos, el sol está muy fuerte.
Me acosté a su lado y dejé que me unte en crema protectora.
Date vuelta que te tengo que poner en esa colita.- dijo con algo de morbo. - es que tu culito nunca vio el sol.
Me pasó la crema por mis nalgas y una uña rozó mi hoyito y me ericé. Pero creo que ella ni se dio cuenta.
Pocas veces me toca el hoyito pero cuando lo hace me excita mucho.
Después de eso yo me tranquilicé y pasé un día de playa de lo mas normal... era muy cómoda la zanga para usar, se secaba rápido y me pareció bastante natural usarla. Nadie me miraba ni nadie se reía de mi por usarla.
Volvimos al hotel y en la habitación Mi esposa me dijo que me había quemado mucho, pero estaba muy bien el protector era muy bueno.
Me fui a la ducha para sacarme la arena y la sal, me saque la zunga y vi la marca del sol en mi cola en el espejo... parecía la cola de una mujer en verano. U triangulito blanco quedaba sobre la raya de mi culo.
Con una toalla en la cintura salí del baño refrescado por la ducha fria que me di.
Ahora acostate que te pongo esta crema de aloe vera paraa didritarte
Pero me acabo de bañar.
Si por eso. Acostate y pasate esta, despues yo te paso en laespalda.
Nuevamente me encremo las nalgas y volvió a rozar mi hoyito. Pero esta vez no pude disimular y ella se di cuenta. Y volvió a hacerlo, esta vez de forma mas descarada, con el dedo todo encremado no le costó mucho meterme la primera falange.
Como me gusta tu culito. - dijo gozando de la situación.
Era muy extraño que ella haga y diga algo así. Muchas vces me elogió la cola y algunas veces me metió un dedo, pero casi siempre a mi pedido. Pocas veces se lo pedía porque creía que no le gustaba hacerlo, pero hoy parece que si le gusta y así que decidí aprovechar y disfrutar el momento.
Movi micola como para que ella sepa que me estaba gustando, lo que hacía y que quiero mas...
Yono la veía pero su cara era la de gozar y lo sé por como respiraba y su ricita nerviosa.
Te gusta papitp, siento como lo gozas-. Me dijo
Si mamita, me gusta todo lo que vos me haces.
Entonces te voyy a dar mas.
Su dedo se introfujo bastante profundo y quizás metio otro dedo. Yo gemí y ella me estaba cogiendo con sus dedo. Me hizo acabar y ella se reía de mi...
Desde que te vi con esa zunga pueta que quer+oa tocarte el culito.
Nos quedamos descanzando hasta la hora de cenar. Nos recomendarón un lugar y allí fuimos.
Mi esposam vestía con elcorpiñode la malla, y una falda de bambula, yo de playera y bermudas.
Era un puestito típoco del lugar donde servían lo de siempre, en la costa nordestina. Estaba semi vacio sólo dos mesas estaban ocupadas. Un jovencito tocaba la guitarra sobre un taburete y cantaba canciones de Caetano, Gil y otros interpretes.
Nos sentamos en una mesa apartada, apenas escuchabamos la música. Toda nuestra charla versaba sobre lo lindo que era el lugar, lo bien que la estabamos pasando. Con elfin de la cena y otra caipirinha,
Ahora, mi amor, quiero que te saque la tanguita, que quiero olerla.
¿Ahora, aquí?
Si
se movio en su silla bajó una mano y unos segundos después, me la entrega.
MMM, está bastante humeda y me encanta como huele. Mientras me la acercaba a la nariz.
Acerca la silla y busca con tu pie mi entrepierna.
Parece que el lima brasileño la excita mucho.
Mi dedo gordo del pie encontró su rayita y ella cerró los ojos. Me gusta hacrla gozar. Ella se movía sobre mi dedo y suspiró al correrse. El aplauso al musico no trajo de nuevo al lugar.
La moza del restaurant, fue la que nos consiguió macoñia y terminamos en la playa, los dos muy locos. A mi mujer le gustó eso de estar sin bombacha y se la pasó toda la semana tratando de estar lo mas desnuda posible.
Al otro día desayunamos y nos fuimos a la playa. Esta vez, nos alejamos mas para que ella stome sol sin corpiño.
¿Te gusta que tome sol sin corpiño?
Si me gusta y me excita. Desde que llegamos a Brasil, estoy excitado siempre. Primero la zunga, despues tu dedo en mi cilo, la playa, y ahora vos que queres tomar sol en tetas.
¿Te gustaría experimentar algo nuevo?
¿Algo nuevo como que?
No sé, yo también estoy muy cachonda desde que llegamos... y mis ratones no para de jugar en mi cabeza.
¿Y con qué fantaseas? ¿Queres coger con un negro?
Si... pero no es eso... Con un negro puedo fantasear en cualquier momento... yo hablo de nosotros...
Contame. ¿Qué es lo que estas deseando que hagamos?
Ella no contestó a mi pregunta. El sol no daba sombra.sin decirr nada ella se levantó me dio la mano y corrimos hasta llegar al mar. Nos sambullimos sin esperar a medir la temperatura del agua y nadamos un poco... Nos abrazamos y recien allime di cuenta que mi esposa estaba en tetas. A ella no le importó se la veía súper natural.
Esperamos a ver la playa descirta y volvimos a nuestro lugar donde habíamos dejado nuestras cosas.
¿Estás son tus fantasías? ¿Queres que terminemos presos en una carcel brasileña?- y nos reimos los dos
Por la noche volvimos a cenar en el mismo lugar de anoche. La camarera nos saludó con una sonrisa y nos sentamos en una mesa apartada. Comimos y nos quedamos de sobremesa. Nos sirvieron de regalo dos caipirinhas y nos quedamos charlando con el gerente del lugar, que resultó ser el novio de la mesera.
Noté que él no dejaba de coquetear con mi mujer, mientras su novia terminaba de ordenar el salón para cerrar, junto con otros compañeros.
El tipo era grandote, no era ni negro ni blanco, o mas bien era negro y blanco... Su cuerpo estaba bastante trabajado pero sin exagerar. tendría unos treinta y pico y se hacía entender muy bien en un idioma mixto.
Yo sabía que mi mujer se había puesto cachonda, porque no dejaba de moverse en la silla, se tocaba el pelo, cruzaba sus piernas y sonreía. En otro momento me hubiera enojado por su actitud, pero no se si eran las vacaciones, las caipirinhas o que el tipo era realmente un hombre muy seductor, pero me gustaba la situación... ¿Haríamos un trío con él? ¿Quién de los tres lo propondría? ¿Nos animaríamos?
Si lo desean podemos esperar a Dinorá e ir a seguir la conversación en mi casa.- Dijo él. Casi sin mirarnos los dos dijimos a la vez, SI.
Dinorá era la meera, que nos había atendido. Ella era la típica mujer brasilera, muchas curvas y súper sensual. Nos subimos a su auto y los cuatro nos fuimos a la aventura.
Su casa era muy linda, las luces tenues no dejaban ver el detalle... Dinorá desapareció por una puerta y nosotros nos acomodamos en unas sillas en el jardín. Prendió un charuto enorme y me lo ofreció y fumabamos los tres. Escuché que ella estaba bañándose y pensé que era natural que después del trabajo quier sacarse el sudor. En pocos minutos se nos unió, trayendo una bandeja con cuatro tragos y vistiendo un desabille, que casi no cubría nada de su cuerpo.
-¿Brindamos?.- propulsé yo
Por nosotros.- Dijo mi esposa
Por una noche larga.- Dijo el dueño de casa.
Miro a mi esposa, sentada frente a mi y abre las piernas, la muy puta no llevaba bombacha.... Él también la vio, entonce le apoyó una mano en la pierna se la acarició.
Me gusta tu piel.- le dijo, mirando mi reacción y yo no hice nada. Vi que su mano se perdía por debajo de la falda de mi esposa. Sacó la mano y se la llevó a la nariz. Mi esposa estaba entregada, y se notaba. Me miró con deseo.
Dinorá se agachó dejando ver su hermoso culo.
Ni mi mujer ni yo sabíamos bien que hacer, Pero el gerente del barcito, si sabía que hacer. Y de ahí en mas fue el director de la pequeña orgía.
Ven besa a tumujer... que está con deseos.- Me dijo. Mintras su novia se sentaba en sus piernas y lo besaba a él. Besemosnos ttodos.- agregó
Dinorá se acercó a nosotros y me besó y luego la besó a ella. Él hizo lo mismo y la besó y me besó a mi. Me besó con ganas su lengua se metió en mi boca y yo no me lo esperaba. Dinorá ya estaba casi desnuda y besaba ami mujer.
¿No te gusta que un hombre te bese, pero te calienta que dos mujeres lo hagan?- yo no contesté nada y él me volvió a besar. Está vez me tomo del cuello y fue mas profundo y mas sensual. Su lengua buscaba la mía, como mil veces la mía entró en la boca de una mujer. Me estremecí.
Mientras tanto, Mi mujer y Dinorá se estaban dando duro. La mesera le tocaba-las tetas y cada tanto se las chupaba y yo podía reconocer los gemidos de mi esposa. Y se intensificaron cuando bajó a su conchita.
Todo me excitaba
Mira como me pusiste.- Me dijo apoyando mi mano sobre el bulto de su pantalón de bambula, que dejaba sentir el tamaño y el calor de su verga. Se la acaricié; tenía ganas de tocársela.
Entones en un movimiento la sacó fuera del pantalón. Se sentó y me arrodilló a sus pies.
¿Te gusta? Minino.
Si.- dije tímidamente.
Pues, hacela gozar
Su verga era grande y oscura, mis pequeñas manos la hacían mas grande. Miré hacia las chicas y se estaban comiendo la una a la otra entre gemidos y pequeños gritos callados.
Bajé la cabeza y le pasé mi lengua por su tronco la pasé hasta llegar a su glande, sentí el gusto de su pre semen. No pude mas y me la fui metiendo en la boca despacio, él se movió, metiéndomela mas adentro, hasta atragantarme. Me dieron arcadas y eso parece que lo excitó aún mas adentro.
Dinorá dijo algo que no entredí y él le contestó algo que tampoco pude entender.
Cuando la sacó de mi boca y vi lo grande que era, no lo pude creer, era una verga de pelicula porno. Me manoteo mi verga, que estaba muy dura pero no se podía comparar.
Yo lo seguía masturbando mientras él me desnudaba. Mi polla se perdía entre sus dedos grandes, casi como mi verga.
Con solo mis ojotas puestas me llevo a dentro de la casa. Llegamos a su habitación y fue él quien me la empezó a chupar. Lo hice parar porque me iba a correr en un momento. Pero levantó mi pierna y me pasó la lengua por mi culo. Al sentir su lengua en mi hoyito Todo mi cuerpo se estremeció. No tuve reacción y mi leche salio disparada. Nunca sentí nada igual. Hasta unos minutos después.
No estaba preparado para lo que seguía, pero sabía que ella no dejaría que me hagan mal.
Mi esposa y Dinorá entraron al cuarto y con risitas cómplices, miraron la escena.
Yo estaba como perrita sobre la cama, mientras él me chupaba el culo y se masturbaba.
Me sentía nervioso y creo que ellas se dieron cuenta, porque empezaron a acariciar mi espalda y mi nuca.
Cuando mi culo estaba ya muy mojado, él metió un dedo y yo di un pequeño grito, pero siguió metiéndomelo, sin miramientos.
Mi esposa se recostó en la cama con las piernas abiertas ofreciéndome su concha para que se la lama.
Él apoyó su verga en mi culo, mientras yo, chupaba la concha de mi mujer y Dinorá jugaba entre mi culo y mis bolas.
GUAUUUUUUUUUUUU.grité cuando su verga empezó a penetrarme. Su verga era muy grande para mi. Mi esposa acababa en mi cara, con su mano en mi nuca, para que no deje de frotar su clítoris.
Quizás por el lubricante que usó, su verga fue entrando despacio pero sin parar.
Llegó hasta que mis nalgas se lo permitieron y una vez así me cacheteó las nalgas y empezó a moverse. Las lagrimas salían de mis ojos pero me daba placer y dolor.
Dinorá cambió de lugar con mi esposa y me hizo chupársela a ella.
Él me bombeaba hasta que me hizo acabar de nuevo...
Grité de placer en la concha de la mesera y ella también gritó.
La sacó de mi culo y yo me desplome en el cuerpo de Dinorá. Mi esposa tomo la verga de él y se la comió.
Luego nos hizo arrodillarnos, a los tres, a sus pies y se masturbó hasta correrse en nuestras caras.
Todos nos besamos y limpiamos el semen.
Volvimos a la pousada, caminando en silencio.