En una noche fria
Más allá de lo esperado en ambas parejas, este encuentro dejó mucho que desear y muchos resultados sexuales satisfactorios para ambos.
En una noche fría y tranquila como esta se encontraron después de mucho hablar por Internet ambos amantes que a continuación describo.
Su nombre Ricardo, el de ella Alia ambos habían compartido por muchos meses de una grata compañía durante el tiempo que su amistad y una gran atracción los había unido era hora de dar rienda suelta a sus deseos sexuales.
Decidieron después de haber pasado una larga noche de licor, baile, sonrisa y demostraciones de afecto y cariño dar rienda suelta a la pasión que corría por sus venas.
Se dirigieron pues a la habitación de ella en el hotel donde se había alojado solo los esperaba una gran soledad que gritaba por sus cuerpos y un desenfreno sexual que se veía venir.
Una vez se hallaron en dicha habitación simplemente comenzaron a darse unos suaves y lentos besos pero una cosa llevo a la otra, después estos besos se tornaron más apasionados y cada vez más y más ardientes.
El comenzó a deslizar su mano sin ningún destino por su espalda ella simplemente respiraba rápidamente y lo observaba muy detenidamente a sus ojos las miradas cubrían lo que las palabras no podían.
Él delicadamente dejaba pasar sus dedos por encima de la cintura de ella y a trabes de su espalda que aun cubierta con toda su ropa le proporcionaba una gran excitación.
Ella simplemente se aferraba con la mayor fuerza posible a su espalda y le raspaba con sus uñas.
Una vez que él se dio cuenta de su estado, comenzó a besar su cuello, esto la mataba, le proporcionaba mucha excitación y él disfrutaba con cada segundo que a ella se le aceleraba el corazón debido a sus movimientos.
Ahora sus manos se encontraban en su trasero, la agarro y la sostuvo primero con gran ternura y después con un poco de fuerza ejercida por la fuerza de sus brazos.
Era el momento de comenzar lo que ambos se habían prometido durante tanto tiempo, un gran encuentro sexual se veía venir en este momento en que ambos se encontraban respirando de forma acelerada y comenzando a bombear gran cantidad de sangre por sus cuerpos.
Él la levanto con una gran fuerza y la amarro a su cuerpo en un abrazo, ella así lo hizo y se dejo llevar mientras él la conducía por toda la habitación hasta un punto en el cual la podía dejar caer suavemente para que ambos se sintieran más cómodos.
Una vez él notó la comodidad de ella se dejó caer por completo sobre ella, ahora simplemente las caricias serian sus confidentes.
Ricardo comenzó a besarla desde arriba hasta abajo, sin dejar un solo lugar sin besos todo era perfecto, todo comenzaba tal cual ellos querían que hubiera comenzado.
Suavemente Ricardo llevaba sus manos por encima de sus senos, esto la dejaba sin aliento, pero le fascinaba, el simplemente se convertía en su esclavo al darle todo el placer que antes le había prometido.
Ahora Ricardo llevaba lentamente sus manos por encima de su abdomen, y a trabes de sus caderas, el deseo sexual de Alia no se hizo esperar, su respiración se aceleraba a cada instante más y más rápido.
Ahora el comenzó a quitarse la camisa con la ayuda de ella y continuo su interminable labor por llenarla de besos mientras la llevaba a un punto de locura que apenas y podía soportarlo.
Ella pasaba sus manos por su espalda, su abdomen y su trasero, comprobaba que era de verdad que este hombre se le estaba entregando por completo y que ella podía hacer lo que quisiera con él.
Pero ella también le pertenecía por completo a él, era la entrega misma de los deseos prometidos de ambos durante mucho tiempo.
Ahora él comenzó a quitarle la camisa a ella, mientras que con besos no dejaba de cubrirla para que su respiración y ritmo cardiaco no disminuyera.
Ahora se encontraban los dos frente a frente semidesnudos y listos a continuar con lo que hasta ahora venia siendo un excelente momento para ambos, una entrega total, un frenesí de fantasías planeadas y soñadas.
Después continuaron con su amplia sesión de besos por todos sus cuerpos, parecía que los labios de ambos se iban a acabar esa noche pues se estaban dando, más allá de lo prometido, un recorrido de besos que no parecía acabar.
Ahora Ricardo tomo las riendas y comenzó a descender hacia el abdomen de Alia, en donde se detuvo por unos segundos y en unos cuantos besos mientras jugaba con sus manos y las manos de ella, propinándole caricias, besos y muchísimas sensaciones placenteras que ella disfrutaba a cada vez más y más.
Sin perder un segundo más, Ricardo decidió desabrochar el botón del bluejean de Alia, y comenzó lentamente a bajarlo mientras se descubría frente a él ese majestuoso cuerpo de ella, casi por completo semidesnudo.
Ahora llevo su boca al cuello de ella, que para ese momento se encontraba listo a ser besado y era el punto perfecto para continuar el camino de besos que hasta ahora él había dejado en ella.
Sus manos se encontraban y se apretaban fuertemente las unas contra las otras, la pasión era inminente, el deseo de aquel momento prometido tiempo atrás era evidente y la temperatura que hasta ahora habían alcanzado con este encuentro desenfrenado de besos era ahora superior a lo que ambos podían soportar.
Pero después de que Ricardo había terminado de recorrer con besos el cuello de su amada, ella decidió tomar las riendas del asunto y lo empujo para abalanzarse sobre él y comenzar a besarlo era el momento que ella había estado esperando.
Durante un buen y largo tiempo ella dejo que sus besos fueran los cómplices de aquel momento en el cual él estaba llegando a un punto de locura por todos los besos que ahora ella le estaba plasmando en su cuerpo.
No podía creerlo, se estaba haciendo realidad su fantasía, se estaba cumpliendo ese sueño que lo acompaño durante muchas noches y que en este momento era toda una realidad apenas creíble.
Él se levanto un poco para quedar sentado y ella arrodillada sobre él, se encontraban ahora frente a frente en un ángulo en el cual podían saciarse el uno con el otro, pero este episodio de locura apenas comenzaba.
Ahora, él con gran habilidad, llevo sus manos a la espalda de ella y con gran rapidez desabrocho el sostén que ocultaba la belleza de sus senos hasta ahora cubiertos.
Dejó que pasaran apenas unos cuantos segundos antes de quitarle el sostén, mientras con sus labios continuaba propinándole una gran sesión de besos que la satisfacían de formas incomprensibles.
Era este el momento que se veía venir sin remedio alguno, ahora el comenzaba a desnudar el cuerpo de ella poco a poco.
Quito lentamente su sostén mientras continuaba proporcionándole besos cada vez más y más erógenos y una vez consiguió retirarlo por completo se detuvo solo un instante para contemplar la belleza que frente a él se presentaba en este momento único para ambos.
Era ella demasiado hermosa para él, y la belleza de su cuerpo así lo demostraba, no podía creer lo afortunado que era al tener a una mujer tan hermosa como ella muerta de deseo por él.
Mientras el contemplaba y pasaba su lengua por encima, debajo y alrededor de los senos de ella, ella alcanzaba niveles de excitación cada vez más y más fuertes.
Una vez saciado el deseo de él por la belleza de ella, continuó besándola lentamente y en dirección a su abdomen cuando se hallo en un estado en el que no podía continuar, decidió cambiar de posición y estaba vez él se haría arriba, la acomodó bajo él y se cercioró de que ella había quedado en una posición cómoda.
Una vez en este estado, él continuó su camino de besos llevando sus labios cada vez más y más abajo de su cuerpo.
Ella, por otro lado, jugaba con su cabello que era lo único que podía hacer más allá de gemir, respirar rápido y disfrutar del placer que su amante le proporcionaba.
Ahora Ricardo se encontraba frente a su objetivo primordial, el monte de Venus que la hacia lucir tan femenina como podía ser posible.
Con un movimiento lento pero elegante, comenzó a quitarle su pequeña y delgada ropa interior, ahora ella se encontraba completamente desnuda frente a él.
No podía creerlo, ¿Podía ser cierta tanta belleza? ¿Era cierto este momento? ¿En verdad ella se encontraba desnuda frente a él?... los pensamientos pasaron por su cabeza y no podía creer lo afortunado que era al tener a una mujer tan hermosa entregándosele por completo a sus deseos más sexuales.
Apenas y pudo calmarse un poco para organizar sus ideas y sus deseos ahora él estaba frente a ella en una posición en la cual solo podía propinarle un gran placer y así lo haría.
Se acerco a sus genitales para besarlos lentamente, ella se retorció con solo sentir sus labios en sus partes más sensibles, pero este era solo el comienzo.
Ahora él comenzaba a pasar su lengua por su entrepierna, acercándose peligrosamente al lugar donde había plasmado el primer beso erótico de esa noche tan larga.
Con delicados movimientos se acercaba cada vez más y más y su lengua apenas y rozaba este lugar en donde él se encontraba enfocado en este momento.
Una y otra vez paso su lengua por encima, alrededor y por los lugares más cercanos a sus genitales sin tocarlos en lo más mínimo, eso le producía una gran locura a ella, quería ser saciada, quería ser complacida, quería ser amada pero él se tomaba su tiempo.
A cada movimiento de su lengua por aquellos lugares tan cercanos a su objetivo, él pasaba sus manos por sus senos dándole así un masaje estimulante que la complacía cada vez más.
Era el momento esperado, ahora él puso su lengua justo en la mitad de los labios de sus genitales y lentamente la subió y bajo en movimientos que parecían no tener tiempo pero si mucha coherencia, pues le estaba dando un gran placer que se hacia evidente en el movimiento de sus piernas y su respiración acelerada.
Durante unos cuantos minutos estuvo repitiendo este movimiento con pequeñas variaciones que la estimulaban cada vez más, después comenzó a chupar sus labios superiores para dar así más lubricación y proporcionar más placer de lo hasta ahora proporcionado.
Ahora comenzó a hacer uso de sus dedos y llevo dos de ellos a sus partes más sensibles, en donde simplemente los dejo deslizar lentamente para producirle más placer que al que hasta ahora le había dado.
Adentro y afuera, lentamente introdujo ambos dedos mientras continuaba succionando la parte superior de sus partes íntimas, y con la otra mano no desamparaba la estimulación de sus senos esto la volvía loca.
En ese instante en cuando se encontraba en un punto de ebullición promedio, comenzó a dar una larga y profunda sesión de lengua a su perla escondida, su clítoris, que para entonces ya se asomaba por encima del capullo de piel que lo recubría.
Apenas sintió ella su lengua en su perla, simplemente dejo escapar un gemido que le dio la orden instantánea a él de que no se detuviera, que continuara pues hasta el momento el trabajo realizado iba por muy buen camino, se encontraba en el punto indicado y con las condiciones correctas.
Durante un buen rato estuvo Ricardo dándole a su amada Alia una excelente sesión de lengua en su parte más sensible, lo cual le proporcionaba el placer más profundo esto claro sin descuidar el ir y venir de sus manos que estimulaban cada vez más sus genitales y sus senos.
Lento y rápido, lento y rápido el placer no se hacia esperar, era evidente, era obvio, era lo que ella había estado deseando.
Con su lengua Ricardo le estaba dando un placer que para entonces era evidente y la dejaba con deseos de más y más.
Ahora la lengua de él parecía tener vida propia pues cada vez lo hacia más rápido y con mayor agilidad, pues ella simplemente gemía, respiraba y se retorcía.
Era el momento, después de un largo tiempo de estimulación, Alia dejo escapar el primero de sus orgasmos que se presento frente a él como el primer objetivo logrado de ese encuentro tan esperado.
Ahora la situación era un tanto más delicada, pues ella se encontraba supremamente sensible y completamente satisfecha por el momento. Ricardo se detuvo un segundo para observar su mirada, esa mirada de satisfacción y deseo que ella emitía a trabes de sus ojos, esos maravillosos ojos que la convertían en la mujer que él siempre había soñado, en la mujer que él siempre había deseado.
Pero él seguía ardiendo de pasión, así que comenzó a dar un paseo por todo su cuerpo con miles de besos que le demostraban muchas cosas a ella, le fascinaba el hecho de tener a su lado a alguien tan considerado, él solo pensaba en satisfacerla y hacerla sentir lo mejor posible mientras que se encontrara a su lado.
Durante este largo y minucioso trayecto de besos, ella se dejo colmar de satisfacción mientras que él conseguía su objetivo, prepararla para lo que tenia planeado hacer con ella dadas las circunstancias.
Ya una vez ella comenzó a calentarse nuevamente, el se percato de aquello y dado el estado en el que él se encontraba, no tenia más remedio que complacerla totalmente y de igual modo complacerse él también.
Comenzó por terminar de desnudarse, pues hasta el momento solo se había quitado la camisa, así que rápidamente se quito el bluejean y los boxer que traía puestos quedando de esta forma totalmente desnudo.
Ahora bien, una vez se hallaron frente a frente los dos, completamente desnudos, y dada la erección que para entonces presentaba Ricardo, se acerco una vez más a su hermosa y sexy Alia, para de esta forma dar un nuevo comienzo a su encuentro intimo.
Muy lentamente comenzó a introducir su miembro a través de los genitales de Alia, la cual se estaba abriendo más a él para así estar más cómoda y entregarse por completo a su deseo, que era lo que él más anhelaba.
Lentamente él se fue adentrando en el interior de ella, con movimientos muy sensuales y lentos, para proporcionarle un placer progresivo. Adentro y afuera, suavemente, lentamente fue dándole todo de si, mientras ella se entregaba por completo a él para ser su esclava, él la tomaba por las manos y la apretaba fuertemente, quería que supiera lo importante que ella era para él, quería que supiera que lo tenia a su lado, quería que sintiera que no la dejaría escapar jamás.
Poco a poco el fue acelerando el ritmo de sus movimientos, para brindarle más placer con cada contacto de sus cuerpos, con cada caricia que le proporcionaba, con todos los besos que esta vez se entregaban en esos labios que mordisqueaban y con las lenguas que parecían tener un encuentro del mismo tipo.
Ahora se encontraban unidos el uno al otro, nada más podría separarlos, esta vez se hallaban tal y como habían soñado mucho tiempo atrás, esta vez estaban compartiéndose el uno con el otro, ya eran uno solo.
Él tomaba el control, ella se dejaba llevar, pero después de un tiempo, ella decidió tomar el ritmo y así comenzar a dominarlo a él, no importaba quien fuera el que llevara el control, lo importante es que se estaban entregando por completo entre si.
Ricardo solo podía pensar en el placer que le estaba provocando a ella, más allá del placer que él mismo sentía, su rostro, sus miradas, sus besos, sus caricias, sus gemidos todo era un complemente que le confirmaba la plena satisfacción que ella estaba sintiendo y después de mucho ir y venir, después de mucha entrega y mucho placer proporcionado en aquel gran lapso de tiempo, Ricardo dejo escapar su primer orgasmo ya nada lo podría hacer más feliz de lo que hasta ahora era.
Pero el placer no terminaba, casi que de inmediato, continuo la estimulación manual de los genitales de Alia para que ella también consiguiera alcanzar el clímax, pues más allá del deseo que él mismo se estaba produciendo al producirle placer a ella la felicidad de ella era lo más importante para él y lo único por conseguir.
Con sus dedos y haciendo uso también de su lengua continuo el prolongamiento del placer que hasta ahora venia entregándole no tardo mucho ella en alcanzar el clímax y estallar también en un gran y maravilloso éxtasis producido por él y esta vez fue una satisfacción más grande que la conseguida anteriormente, pues ella también se había sentido completamente feliz al saber que él había tocado el nirvana, pero no se había olvidado del placer de ella.
Él se tumbo a su lado para acariciarla, mirarla a los ojos, hablarle, decirle palabras suaves y tiernas el momento era el propicio, el instante era el correcto, ahora las caricias era lo único que los unía. Una mirada de satisfacción los acompañaba a ambos y ahí tumbados, uno frente al otro y unidos por un abrazo, se quedaron por un lapso de tiempo determinado.
Él miraba muchas cosas en sus ojos, veía muchísimas más cosas de las que ella le expresaba con tan solo una mirada, miraba más allá de su alma, miraba la profundidad de su corazón, miraba el resplandor que le producía esa felicidad.
Apenas y acaba de entender lo afortunado que era al tener a una persona tan maravillosa como ella completamente dispuesta a amar y ser amada, para dejarse querer y ser querida, para dejarse tener y poseer hasta que el destino lo quisiera.
Ahora después de unos cuantos minutos de descanso para reponer las energías, Ricardo comenzó otra vez a besarla suavemente en el cuello. Ella ya se imaginaba que otro encuentro de ese tipo se veía venir.
Sin mediar palabra, fue lentamente con sus manos llevándolas a su cintura, ella solamente se dejaba llevar por aquel momento, ahora él tomaría las riendas del asunto.
La tomo de la cintura y la levanto por encima de él, ahora ella se encontraba sobre él, la abrazo por unos segundos y continuo recorriendo su cuello en un camino de besos que terminaría en sus senos.
Ella comenzó otra vez a sentir el mismo calor interno de antes, con sus manos tomaba las manos de él y ambos recorrían su cuerpo. Él se tomo el tiempo necesario, llevo las manos juntas a sus senos, sus caderas, su cintura y de vuelta a su cuello.
Ahora, él se sentó y ella continuaba sobre él amarrada con las piernas a su espalda. Los besos iban y venían, las miradas decían más de lo acostumbrado, sabían que ambos deberían de saciarse el uno al otro una vez más.
Y así lo estaban haciendo, esta vez el ritmo de las cosas iva un poco más rápido, dado el nivel de temperatura de sus cuerpos, esta vez se estaban concentrando más en el placer propio y en la satisfacción del otro.
Lentamente Ricardo introdujo su miembro en el interior de Alia, comenzó con un movimiento lento para que ambos sintieran el placer progresivamente, después de unos minutos comenzó acelerando más y más el ritmo . Arriba y abajo afuera y adentro más y más.
El amor era evidente en estos amantes que se estaban entregando mutuamente una vez más.
Después de unos cuantos minutos, Ricardo decidió adoptar otro tipo de posición pensando en un mayor placer que le podría proporcionar a su amante si cambiaba la posición, hasta ahora adoptada.
Esta vez, él la colocó a ella en posición de rodillas y la tumbo para que descansara las manos sobre la cama dejándole así a su completa disposición su hermoso trasero y sus genitales para que el hiciera con ella lo que él quisiera.
Ahora él, con mucho cuidado se arrodilló detrás de ella para tomar entre sus manos el hermoso trasero que ella le estaba brindando, lo tomo por unos segundos y lo acaricio, y busco una vez más la abertura de sus genitales para introducir de forma muy lenta su miembro apenas ella sintió a Ricardo dentro de si, dejo escapar otra vez un sonido de satisfacción que lo volvía loco, él sabia lo bien que ella lo estaba pasando y esto lo llenaba de alegría.
Tomándola por la cintura, la llevo esta vez adelante y atrás para proporcionarle más placer, ella solamente se rendía frente a las órdenes que con sus movimientos él le daba.
Lentamente rápidamente lentamente el tiempo era variable, él sabia como moverse y ella sabia como dejarse llevar.
Él tomaba sus manos y las ponía sobre los senos de ella para brindarle más placer con unas suaves pero bien colocadas caricias que ella disfrutaba cada vez más y más.
En esta posición decidieron continuar un buen rato, pero él siempre, tomando la iniciativa del asunto, decidió esta vez adoptar otra posición la cual sabia que era supremamente estimulante para ella y definitivamente muy agradable para él.
Tomándola de la cintura, la voltio boca arriba, para que descansara sobre la cama y de esta forma ponerse frente a ella, pero no la penetró en la conocida posición del misionero, esta vez le levantó las piernas y las coloco alrededor de sus hombros, para de esta manera poderla penetrar fácilmente, esto sin duda le proporcionaría mayor satisfacción a ella, por que en esta posición ella tendría un mayor nivel de penetración lo cual era supremamente estimulante para ambos a estas alturas de su encuentro intimo.
Además dejó el espacio libre para que Ricardo pudiera tocar los senos de Alia y besarla en la boca al mismo tiempo sin duda era un maravilloso encuentro y la estaban pasando de maravilla.
Ambos se miraban, ambos se tocaban, ambos se decían miles de cosas con tan solo las caricias, los besos y las miradas las palabras sobraban donde las caricias reinaban.
Durante un largo tiempo estuvieron disfrutándose el uno del otro y más allá de lo que ambos esperaban, todo estaba marchando a la perfección, el ir y venir de sus cuerpos era todo el idioma que ambos podían dominar en este campo.
En un largo y muy divertido trayecto de tiempo, ambos dominaron por completo el placer que se estaban generando y compartiendo.
Y llegado el momento oportuno, ambos estallaron mutuamente, casi sin diferencia de tiempos, en un orgasmo que se compartieron juntos con gemidos y besos que se daban por todos lados.
El clímax había sido alcanzado y ambos amantes se hallaban esta vez sin alientos siquiera para decirse alguna palabra solo podían disfrutar de ese momento, ese instante mágico en el cual ambos se habían entregado por completo para saciarse hasta el cansancio y demostrarse lo mucho que se gustaban y atraían.
Una vez más, todo había sido consumado.