En una carpintería
Contacto con un lector amante del serrín
Buenas tardes.
Este relato se basa en una experiencia muy reciente. Me contactó un lector de uno de mis relatos. Me comentó en su correo que le había gustado el relato y que le pareció muy morboso y original. me contó que era muy morboso y abierto a nuevas experiencias. Que era dominante y activo. tras varios correos me decidí a quedar con él, tenía sitio en Madrid y parecía una persona seria y discreta. No me reveló mucho de lo que quería hacerme, lo que hacía la cita más morbosa. Sólo me insistió en si dejaba que me mearan, a lo que le respondí afirmativamente.
Quedamos en una calle de Carabanchel. Apareció a la hora fijada. Era un hombre maduro de unos 50 y tantos, con barriga y no muy alto, 1,65 más o menos. Me dijo que tenía un local por allí cerca. Llegamos y me abrió la puerta, era una carpintería. Era algo pequeña y desordenada. Una vez dentro me dijo que pasara al servicio, me desnudara completamente y saliera. Así lo hice y sali desnudo. Me esperaba sentado en una banqueta en el centro del local, me llamó y sin mediar palabra empezó a sobarme por todo el cuerpo. Me gusta, comentó.
Me hizo agacharme con el culo en pompa y sentí como me escupía en el culo, luego empezó a meterme un dedo. Buen culo, te irás follado, pero antes haremos alguna guarrada, dijo. Me soltó unos cuantos lapos por la espalda y me ordenó que me tumbase en el suelo boca arriba. Así lo hice. Estaba el suelo lleno de serrín por lo que se me pegó por toda la espalda gracias a los escupitajos. Se bajó la bragueta y se sacó la poya, de unos 16 cm. Al momento soltó una copiosa meada sobre mi pecho. Me ordenó abrir la boca y su meada entró por ella. Luego fue bajando y orinó sore mi polla y huevos. Date la vuelta y rebozate bien en el serrín. Me hizo ponerme a cuatro y con el culo hacia arriba. me soltó un par de azotes, volvió a escupirme en el ano y metió un embudo por el. el pis que le quedaba fue a parar a mi interior. Luego estuvo un buen rato restregándome el serrín por todo el cuerpo. Me la meneaba llena de serrín y sentía una mezcla de dolor y placer. Le gustaba escupir y de vez en cuando me escupía en la boca. Me tumbó sobre una mesa con la cabeza colgando y empezó a follarme la boca duramente. A la vez me pellizcaba los pezones y me daba alguna bofetada. Continuaba escupiendome la cara. La escena era curiosa, yo desnudo sobre una mesa lleno de serrín por todo el cuerpo y con una polla entrando y saliendo de mi boca llena de babas. Quiero follarte, me dijo, y me colocó apoyado sobre la mesa con el culo a su disposición.
Sin mediar palabra me penetró bruscamente y comenzó a bombear. No tardó en soltar una buena corrida. Cuando acabó me pidió que me lavara y vistiera rápido y me fuera. Fuí al servicio y mientras soltaba en el water su pis y su semen por el culo, me hice una buena paja. Me lavé, me vestí y me fui.