En un Tren Coche Cama de Madrid a Vigo

Decia ser Etereo pero como le gustaban las Pollas

En 1985, y cuando tenía que desplazarme a Vigo o La Coruña por temas de trabajo generalmente lo hacía combinando Madrid, y aunque solía volar, en esta ocasión decidí hacer el viaje en coche cama del Expreso.

Cuando fui a buscar el billete me dijeron que no quedaban cabinas individuales, y que podía optar por una compartida de dos camas, en principio opuse resistencia pero acepté por el morbo de una posible nueva experiencia, con lo que compré el billete.

Media hora antes de salir el tren subí al vagón de coches camas y el revisorencargado me acompaño a la cabina que me correspondía, las camas estaban en alto una a cada lado, y en centro abajo había un asiento tipo banco y un pequeño lavabo debajo de la ventana, coloqué el equipaje, me aligeré de ropa poniéndomecómodo a la espera de ver quién era el compañero de viaje.

Este no tardó en llegar, era un poco más joven que yo, fuerte, agradable, gallego que según me contó había estado en Madrid para solucionar unos asuntos personales.

Cerramos el compartimiento, y él dijo se ponía cómodo pues allí no tenía que entrar

nadie, se desnudo y se quedó en slip y una camiseta, tenía un buen cuerpo bastante mejor que yo. Sacó un bocadillo y me invitó pero desistí pues había cenado antes de subir al tren, lo que si llevaba yo era una botella grande de agua para el viaje

Poco a poco empezamos ha conversar, ya el tren estaba en marcha, y enseguida la conversación derivo por parte de él en temas de sexo según decía con tías que era un gran follador, me resultó un poco fantasma y falso como pude comprobar después, así que le dejé hablar, y al rato decidimos irnos a nuestras respectivas camas, él solo se quedó con el slip, y yo con prudencia en bolas que es como me gusta dormir,

Al cabo de un rato se puso encima de la ropa alegando que hacía calor y que llevaba un gran calenton, se tocaba la polla, diciendo que lastima no tener una tía para que le hiciese una mamada, me indicó que si yo también tenía calor que me destapara, le comenté que estaba en bolas por que era como yo dormía, él dijo que no le importaba y también se quitó el slip, pude comprobar que estaba empalmado, y no estaba nada mal de rabo, mayor de la media y circuncidado.

Viendo el panorama y al destaparme yo también empecé a empalmarme, a lo cual me dijo – tu también vas bueno tío -, y como las miradas y los toques a nuestros rabos eran tales dijo – a falta de unas tías podríamos bajarmos mutuamente este calentón? – sin cortarme y manteniendo en principio mi supuesto machismo le dije – por mi no hay problema súbete a mi cama y me haces una mamada- .

Sin pensarlo dos veces se bajó de su cama y subió a la mía poniéndose encima, y comenzando a morrearme con cierta pasión, mientras nuestros nabos se frotaban uno con otro. En un momento que me mordía el pezón le dije: - bájate al pilón y come cuanto quieras, piensa que te estas comiendo un coño -, - si a mi lo que me gusta realmente son las pollas -. dijo, enseguida tenía toda mi polla dentro de su boca y mas que hubiera habido (el macho...), la verdad que para gustarle las tías como él decía…, se comía mi polla como si fuese una piruleta, lamía de abajo al capullo para tragarse toda. Volvía a los huevos intentando comérselos enteros (y eso que mis huevos son gordos), para seguir con la polla, el cabrón me estaba haciendo una mamada alucinante.

Tras un buen rato, giró su cuerpo con cuidado poniéndome su rabo en mi boca y así hacíamos un 69, mientras me mamaba. Me follaba la boca y era tal la excitación que llevaba que casi me ahogaba, a la vez se con los dedos llenos de saliva empezaba a jugar con mi culo, intentando meter alguno de ellos dentro, comprendí que acabaría follado, pero yo estaba en la gloria.

En un momento me dijo que quería follarme, yo no me opuse para lo cual y con cuidado para no caernos me puse boca abajo y el se colocó encima llevando su aparato a mi ojete que poco a poco fue introduciendo hasta que lo tuve todo dentro, el placer y el morbo era muy fuerte, mientras me abrazaba se movía despacio en un mete saca, con el movimiento del tren se creaba una situación distintas a las que yo había tenido, aquella follada duró bastante yo tuve un orgasmo controlándome no correrme y empecé a decirle que me diera mas fuerte, sus embestidas de suaves aumentaron con el mismo ritmo que se oía del movimiento del tren, enseguida empezó a gemir y entre espasmos me llenó el culo de leche quedándose rendido encima de mí, luego me pidió que me corriera, pero preferí dejarlo para luego, tenía un culo muy apetecible que quería follarlo, así que bajamos nos lavamos en aquella pequeña pila, y fuimos a dormir.

Sobre las 7 de la mañana me desperté con ganas de mear, me puse un pantalón de chándal y camiseta y me fui al baño, cuando volví el tío estaba preparado para ir también a descargar la vejiga, yo no lo pensé dos veces me despeloté y subí a su cama, cuando el volvió me dijo: - que haces ahí – sube y sigue comiendo rabo – le respondí, se desnudo y tras cerrar la cabina subió a su cama donde le esperaba mi polla con ganas de ser succionada otra vez. Se amorró a ella y de nuevo empezó una buena mamada (y este era el que decía le gustaban las tías…), como tragaba el tío, disfrutaba con el rabo en la boca mas que un crío con un caramelo, tras un rato dijo de hacer un 69, pero en esta ocasión le pedí se pusiese abajo y yo encima aunque con cuidado por el movimiento del tren no caerme, pues quería follarle bien la boca.

Cuando ya nos cansamos de mamarnos mutuamente le dije de bajarnos al banco del centro para poder follármelo allí mejor, lo coloqué a cuatro patas con su hermoso culo en pompa en el extremo del banco, se lo ensalivé bien con la lengua y

le acerque mi polla que entró sin ningún problema ya que el gallego tragaba todo lo que le dieran, no hacía falta moverse mucho ya que ta-ca-ta del tren ayudaba, y el tío empujaba hacia mi polla para que le metiera más, tras un buen rato de suaves metidas, le di una ostia en el culo y aquello aun le animo pidiendo mas, mis embestidas fueron mayores con lo que acabé corriéndome y llenando de leche su culo. Como él también quería correrse de nuevo me senté en el banco y le dije que me follara la boca, que lamentablemente tardó poco en darme un buen biberón mañanero con su leche.

Después de lavarnos, y vestirnos fuimos a la cafetería para tomar un desayuno, y allí me contó que este viaje lo hacía con relativa frecuencia y siempre cogía cabina doble que además de ser barata en muchas ocasiones le surgía el ligue con el correspondiente polvo, pero que en ocasiones había tenido algún corte.

Sobre las 9 llegamos a Vigo y no volví a saber de él. Es cierto que repetí el viaje pero no tuve suerte, además las cabinas de coche cama pasaron a ser todas individuales, con lo que mis viajes fueron ya en Avión, pero siempre recordaré aquella aventura llena de morbo, vicio y placer.