En un table dance

Bailando en la pista a punto de iniciar mi desnudo, aparece en el club un conocido de la casa...

EN UN TABLE DANCE

Una historia real que me fue contada directamente por la protagonista de la historia.

La conocí una tarde-noche que asistí con unos amigos a un restaurant-bar que más bien es un night club del norte de la Cd. de México, para hombres, ella se llama, o se hace llamar en ese trabajo, Allison, guaperrima mujer, como todas las que tienen este tipo de trabajos, un cuerpazo, no muy alta, tendría entonces unos 36 años perfectamente disimulados, 1.65 de altura, pelo medio quebrado castaño a media espalda, muy buenas piernas, bubis no muy grandes pero bien paraditas, supongo que ya "cirujeados" piel clarita, y muy, muy guapa.

Esa vez ella y otras 2 compañeritas de trabajo se sentaron con nosotros, yo establecí rápidamente plática con Allison, les invitamos unos tragos y estuvimos pasándola muy bien, en un momento dado ella se levantó porqué le tocaba hacer su baile en la pista, me gustó mucho, movía su cuerpo muy sensual, se fue quitando la ropa de a poquito hasta quedar totalmente desnuda y bailar la última pieza de las 3 que baila cada chica sin nada encima.

Cuándo regresó a la mesa la felicité por lo hermosa que se veía y lo bien que había bailado, poco más tarde me hizo un par de bailes en privado, como normalmente sucede cada que va uno a esos lugares, la verdad, lo disfruté mucho, pasaron un par de horas, ella volvió a hacer su baile en la pista y regreso con nosotros, que seguíamos ahí aunque ya eran más de las 11 de la noche, en un momento dado le pregunté si era casada me contestó que sí, que su esposo viajaba mucho por su trabajo, y que tiene dos hijos, pensé que eran pequeños pero me dijo que el muchacho tenía 18 entonces y la chica 16, entonces más por curiosidad le pregunté que si ellos sabían en qué trabajaba ella, me contestó, que solo sabían que era recepcionista de un restaurant y que tenía el turno de las 6 de la tarde hasta que cerraba el lugar, que a veces era a las 2 y a veces a las 4 de la mañana, ella usa auto, y mejor que el mío por cierto, casi nuevo, y que su familia no sospechaba nada. A mi se me hizo que el marido o era muy crédulo o muy pendejo, o sí sabía a que se dedica su esposa, cómo es que no la acompañaba al trabajo nunca a su esposa? Sobre todo con lo bonita y buena que está, pero bueno, cada quien.

Ya entrados en confianza y con algunos tragos encima me soltó que actualmente estaba viviendo una especie de problema personal, pero no con su esposo, me dice que no le gusta relacionarse con los clientes, que solamente a lo que van, que les baila en los privados, que los cachondea, pero hasta ahí, que ha tenido propuestas de salir a algún hotel con uno que otro pero que nunca acepta, no por fidelidad, según dice, sino por miedo por no conocer a los clientes y podían darle algún golpe, intrigado le pregunte entonces por el problema que tenía y me contó:

Hace más o menos 2 años, estaba en la pista bailando todavía con ropa, cuándo vi entrar a un grupo de muchachos al lugar, eran 5, mesa y pidieron sus tragos y se acomodaron dispuestos a pasar un buen rato, sentí un frío recorrer mi espalda cuándo reconocí a uno de ellos, era Adrián, el mejor amigo de mi hijo Raúl, un muchacho que vive en la misma colonia e incluso es compañero de la escuela de mi hijo, con frecuencia andan juntos, salen juntos a las fiestas y comparten mucho tiempo, y ahí estaba, a unos 10 metros de la pista y yo bailando frente a él y a unos minutos de tener que quitarme la ropa, estaba nerviosisima, procuraba no voltear a su mesa pero era un hecho que él me estaba viendo, a eso van a estos lugares los hombres, pensé que tal vez con las luces tenues y con el maquillaje no me reconocería.

En un momento dado voltee hacia la mesa de estos muchachos, para acabarla de amolar a Adrián le había tocado la silla que daba justo de frente a la pista y me estaba viendo fijamente, a diferencia de los demás que reían y miraban con lujuría, él estaba serio y mirándome fijamente, no me quedaba duda, ya me había reconocido.

Ya no me quedaba de otra, como sea continué mi baile, fui despojándome de la brevísima ropa con la que subimos a la pista las mujeres, lo hacía muy lentamente como retrazando el momento de desnudarme, pero el respetable comenzaba con discretos silbiditos y exclamaciones de "mucha ropa" a exigirme hacerlo, por lo que roja de pena me despojé primero del sostén y después de la tanga, quedando totalmente desnuda, involuntariamente miré nuevamente a dónde estaba el muchacho, él seguía mirando, como incrédulo, muy serio y muy fijamente a la mamá de su amigo, ante tanta gente exhibiendo su cuerpo desnudo, nunca odié tanto haberme dedicado a esto.

Cuándo terminé el baile, me retire al tocador, estuve algunos minutos, no quería salir, quería vestirme y salir, pero no podía, tenía un horario que cumplir, me llamaron 2 veces porque cuándo más solicitadas estamos es precisamente después de bailar, ya que se exhibe "la mercancía" y al respetable se le apetece. Me vestí lentamente, me puse una faldita y un top, ambos color oro, muy breves por supuesto, me mordí los labios, me retoque el maquillaje, levanté la cara… y salí al salón.

Para acabarla de chingar, quien me había solicitado en su mesa fue el pinche Adrián, no puede ser, que hago? No me quedo de otra fui a la mesa y me senté junto a él, sin mirarlo y haciéndome pendeja como atenta a la pista, quería que me tragara la tierra.

Me dijo: - Hola, cómo estás? , En ese momento y tratando de no ponerme tan abajo en esta situación voltee la cara y mirándolo encabronada le dije muy bajito para que nada más él oyera: Cómo estás, cabrón? Ya no me hablas de Usted? Él acercó su cara a mí y me dijo igual muy bajito: - Perdón, no quise molestarla, pero… es que, bueno encontrarla aquí me tiene muy sacado de onda… - Y tus padres saben que asistes a estos lugares? Traté de manejar la situación diciendo esto con energía… Me contestó el gran cabrón: - Y su familia sabe que Usted trabaja aquí…? - Qué es lo que quieres, es obvio que ni tú ni yo estamos cómodos- le dije.

Preséntanos a la dama pinche Adrián, dijo uno de sus amigos… el aludido me presentó: Allison, mis amigos son Alex, Juan, Beto y Pepe, maldita la gracia que me hacía, me saludaron todos de beso y yo como lampareada, él me ofreció: - Que tomas? Hay una bebida popular que se manejan en estos antros, y que casi no embriaga, la pedí: "quiero una mamada" al oír las risitas de los cabrones escuincles me arrepentí, pero ya había metido la pata.

Las pinches sillitas de estos lugares son pequeñas, por lo que quedas sentada con las piernas encogidas y enseñando las piernas a lo bestía, Adrián no me quitaba la vista de ellas, así como del generoso escote de la blusa, cuándo me tocaba la mano se la retiraba, en otra ocasión me puse una mano en la rodilla y también se la retiré, voltee a verlo y le dije: ven quiero hablar contigo y lo jale de la mano hacia uno de los privados, no recordé que tenía que llevar un boleto para pasar ahí hasta que nos lo requirió una persona de control, no hay problema dijo él, ahí mismo pago los 250 pesos que ole pidieron y pasamos.

Pasamos al privado y él se sentó en el como sillón y me miró, yo le dije: mira, voy a seguir trabajando, me iré a otra mesa, tú dejas de molestarme y guardas silencio con Raúl, entendiste?

Él no contestó, solamente me miraba de arriba abajo, desde las piernas hasta la cara y otra vez hacia abajo… Adrián, te estoy hablando… me di cuenta de que exigiendo no iba a lograr nada, por lo que endulzando un poco la voz le repetí: vas a ser buenito conmigo, verdad? Y usted… va a ser buenita conmigo? - A que te refieres? - Bueno… a que ya pague la entrada de un privado y me merezco un bailecito especial, no?, muy seria le dije: Adrián, serías capaz de exigirme eso? Recuerdas siquiera que soy la mamá de tu mejor amigo? –él contestó tajante: ahora no tengo frente a mí a la mamá de mi amigo, tengo a una mujer hermosísima que va a hacerme un baile privado, no voy a exigirle nada, Usted me lo va a hacer con mucho gusto, verdad? Lo pensé unos segundo, estaba en sus manos, sentí que el buey era capaz hasta de quejarse, resignada me acomodé con las piernas abiertas por encima de las suyas, de pie, mirándolo casi con odio a los ojos le quite el top lentamente, cuándo lo retire y lo deje caer pude ver el asombro en su mirada, no lo podía creer, ni yo tampoco, me sentí sobre sus piernas, frente a él, estaba sentada con las bubis en la cara, en las piernas del mejor amigo de mi hijo.

La narración que me hacía Allison era de lo más cachonda, pero traté de mantenerme serio, ella me estaba abriendo su corazón y era un serio problema para ella.

Continuó: él puso sus manos en mis caderas, me beso las bubis, me mordisqueaba los pezones, me lengüeteaba las tetas, el cuello, la cara, yo evitaba acercarle la boca, él me besaba las orejas y me decía que linda estas mamita, que buena, cuantas veces soñé con esto, siempre te me antojaste, desde que me presentó Raúl contigo, estas buenísima… Ya cállate cabrón le solté, aunque la verdad me estaba poniendo cachondisima, él me sobaba de arriba abajo los muslos, se regodeaba en las nalgas, me sobaba suavemente, pero no dejaba quietas las manos y con las succiones que me daba en los pezones me ponía de lo más caliente, el hecho de ser amigo de mi hijo y verme descubierta en mi trabajo me hacia este privado muy especial, muy diferente y muy erótico, estaba como hipnotizada… yo me restregaba en su sexo que lo sentía duro como de piedra, mis pezones estaban ya durísimos, él me repetía en el oído algo que me hacia estremecer: te deseo mamita… te deseo mucho

Yo arremetía mis movimientos sobre él, me restregaba como en un fregadero, me tallaba en su miembro y él no dejaba quietas las manos, me di cuenta entonces de varias cosas que me estaban pasando y que en otras circunstancias no permitía: no dejaba que me toquetearan con tanto descaro, no permitía tampoco que metieran los dedos por debajo de mi tanga y este cabrón ya me jugaba con sus dedos en mis agujeros, y además… algo que nunca había dejado… me estaba besando ya en la boca y yo correspondiendo, nuestras lenguas estaban entrelazadas, pasándonos nuestra saliva de uno al otro, estaba desconocida, pero no podía parar esto.

Vas a ser buenita conmigo? Me repitió, yo solamente le conteste: vas a hacer lo que te pedí? – Si mami me dijo, esto va a quedar entre nosotros, mis otros amigos no te conocen, tu secreto esta a salvo conmigo, acto seguido hizo a un lado la tira de en medio de la tanga, se bajo el cierre del pantalón y sentí su tibia carne dura entre mis piernas, yo ya estaba totalmente empapada de jugos vaginales, él solamente apunto su glande a la entrada de mi intimidad y con un suave movimiento mio me lo introduje lentamente hasta quedar sentada sobre Adrián, estaba totalmente clavada por el amigo de mi hijo.

Estuve cabalgando, primero con suavidad, y después salvajemente, me sentía llena de carne mis interiores, era muy agradable, después de todo a pesar de tener este trabajo tenía mucho tiempo de no tener sexo, así que lo disfrute con la tranquilidad de su promesa. Cuándo sentía que me venía Adrián me anuncio que estaba por venirse también, por lo que terminamos casi al mismo tiempo, lo bese en la boca y le dije: aquí acabo esto, ok? Me dijo Ok, la sesión al cabrón le duró de 6 a 7 piezas de música cuándo solamente deben ser 3, fue muy especial su baile privado.

Me vestí, él se acomodó la ropa, salimos nuevamente al salón, me despedí de sus amigos y fui a atender otras mesas, un par de veces durante la noche lo sorprendí mirándome, la siguiente vez que voltee ya se habían ido,

En adelante él siguió visitando la casa con Raúl, al principio de portó como un caballero, no toco el punto, pero después me buscaba cuándo sabía que no estaba mi esposo ni Raúl, quería tener nuevamente relaciones conmigo, yo le dije que no es el trato, pero por la insistencia terminé cediendo un par de veces más con Adrián, no quiero hacerlo pero cuándo estaba conmigo me convence, lo disfruto, no es lo mismo con mi esposo que ya es grande que hacerlo con alguien joven, fuerte, que me hace vibrar y sentir mujer.

Tengo ese problema, que me aconsejas? Terminó diciéndome… La verdad no sé que aconsejarte, te diría que te alejaras y que lo evitaras, pero tú disfrutas mucho esos encuentros, lo único que sí te puedo sugerir es que tengas cuidado, que seas discreta y que mientras dure lo disfrutes.

Me dio las gracias por el consejo, bebimos de nuestros tragos, ella con "una mamada" y yo una cuba con añejo, llamé a la boletera y pagué un privado, tenia que disfrutar también del precioso cuerpo de Alison.