En un pueblecito de León (2)

Nuestro protagonista tiene una de sus mejores experiencias sexuales con su joven novia.

EN UN PUEBLECITO DE LEÓN II

Después de aquella experiencia vinieron más. Había pasado un año desde aquel encuentro del puente. Tami siempre me daba una de cal y otra de arena. Lo que ocurría era que yo estaba en una época en la que comenzábamos a mantener relaciones sexuales y esto me llegaba a sobrepasar. Era como un juego para mi, pero ella no siempre estaba receptiva. Con lo cual yo, a veces, me tenía que contentar con masturbarme recordando aquellas primeras y gozosas experiencias. Durante aquel año comenzamos a practicar sexo con más regularidad , aunque la mayoría de las veces nos contentábamos con masturbaciones o tocamientos sin penetración. Con el tiempo me he dado cuenta que no fui lo suficientemente listo para aprovechar mis armas con ella, quizás porque era demasiado egoísta.

Aquel año no solo viajábamos Carlos y yo , como sorpresa venían dos amigas suyas Susana y Laura. Aquella sorpresa le agrado mucho y también condicionó nuestros encuentros. Pasaron los días y aunque no podíamos estar a solas me conformaba con estar con ella hacía casi dos semanas que no la veía y sentía su falta.

Aquella semana fue de juerga total , salimos todos los días. Tami y yo esperábamos que Carlos se decidiera a atacar a alguna de sus amigas pero no ocurrió. Cuando yo ya pensaba en que me iría sin premio, algo colmo con creces mis expectativas.

Tami había pedido permiso a su madre para dormir en el camping con nosotros, en la tienda de sus amigas, pero no la dejaron. Lo único que consiguió fue una prorroga en su toque de queda. Cenamos y salimos por ahí. Hacia las tres decidimos irnos al camping. Estuvimos hablando durante largo rato. Laura , Susana , yo y Tami , en ese orden nos encontrábamos acostados en paralelo mientras que Carlos permanecía justo encima de nosotros pero en el otro sentido. Se posiciono de tal manera que su cabeza estaba muy próxima a la de Laura y sus pies enfrente mío. Charlamos durante una hora mientras el sueño hacía mella en todos. Incluso yo que deseaba pasar esa última noche con Tami estaba que me caía. Al final tan solo estaban despiertas Susana y Tami que seguían hablando. Yo me coloque más abajo para que ellas pudieran seguir hablando y cambie mi posición dándole la espalda a Susana y apoyándome en el regazo de Tami. En un momento dado me desvele y pude superar aquella necesidad de dormir. Comencé a acariciar a Tami, poco a poco me fui animando, dado que la posición y la manta que nos cubría lo permitían. Ya sin pudor mis manos alcanzaron su trasero. Aquel culo me volvía loco estaba en su justa medida me encantaba apretarlo con fuerza, rozando aquella fina piel. Ya envalentonado moví mi mano hacia delante pasándola por el contorno de su cadera hasta colocarla delante. Tami seguía hablando como si nada , como si yo siguiera dormido. La posición apenas me permitía rozar su pelo púbico . Como seguía dejándose hacer yo seguí dando pasos adelante. Saque mi mano y la introduje por debajo de su short. De aquella manera podía tocar toda su rajita. Un movimiento suyo facilitándome la operación hizo que mi pene casi se saliera de mi pantalón. Acaricie su rajita e introduje uno de mis dedos en ella. Aquella situación era excitante, allí estaba yo masturbando a mi novia mientras esta hablaba como si nada con su amiga, al amparo de aquella manta y la noche cerrada. Estaba súper húmeda lo que hizo que le introdujera algún dedo mas. Yo no podía más necesitaba que me tocara ella también . Así que cogí su mano izquierda que estaba sobre mi espalda y la acerque a mi miembro. Enseguida comenzó a masajearlo por fuera de mi pantalón. Yo seguía introduciendo mis dedos que en ese momento ya eran tres. Lo hacía vigorosamente, pero sin llamar demasiado la atención. Tami seguía hablando sin temblarle para nada la voz, pero apretaba mi mano en señal de que disfrutaba.

Llego el momento en el cual teníamos que salir, yo ya no aguantaba más. Aprovechamos que Laura se incorporaba de nuevo a la conversación y con una excusa nos fuimos a mi tienda que estaba pegada. Abrí la cremallera atropelladamente y los dos nos introdujimos . Cerré el candado por dentro y sin solución de continuidad nos comenzamos a besar arrodillados. Con un leve empujón me tumbo a la larga, y ansiosamente me bajo los pantalones y comenzó a engullir mi erecto pene como si estuviera hambrienta. Yo gozaba de una manera indescriptible, necesitaba tocarla y acerque mi mano de nuevo a su sexo y comencé otra vez a meterle mis dedos. Ella enseguida reacciono y acercó su rajita a mi boca. Yo disfrute de aquel suculento manjar. Lameteaba aquellos labios vaginales húmedos por las circunstancias e intentaba introducir uno de mis dedos. Mi trabajo daba sus frutos porque ella dejo de chupármela, cosa que agradecí porque estaba a punto de correrme, y se elevo contoneándose acompasadamente con los movimientos de mi lengua y manos. Note como las ondas de placer recorrían su cuerpo, y como sus secreciones aumentaban por momentos.

Cuando termino se aparto y yo aproveche para coger un condón mientras me lo colocaba mire su cara, tenía aquella expresión sería y desencajada que mostraba cuando estaba muy caliente, eso me puso en aviso de que era uno de aquellos gloriosos días. Enseguida se la metí, su lubricación hacía que entrara y saliera con facilidad lo que yo aproveche para envestirla con dureza. Me pare para observa su cara con la boca entreabierta y emitiendo pequeños gemidos. Su gesto lo decía todo.

La cogí elevándola sobre mi, para luego sentarme. Ella estaba sobre mi y presa de su excitación ya no le valía solo mis envestidas sino que ella se movía para que mi pene le llegara lo más adentro posible. Mordía los dientes, no podía apretar más contra ella como si me apeteciese traspasarla ella seguía gozando y sus movimientos eran cada vez más fuerte. Necesitaba seguir desarrollando mis fantasías que mas de una paga me habían proporcionado. Saque mi miembro ante el gesto de desaprobación de Tami y la hice ponerse a cuatro patas. Me excitaba esa posición , pese a que si lo habíamos hecho aquella vez por detrás , no era lo mismo. Intente meterla pero mi poca práctica me lo impedía, así que fue Tami quien la cogió y la acercó a su rajita. Enseguida note el calor húmedo de su orificio.

La posición permitía que mis envestidas fueran más fuertes aún. Extendí mis manos para cogerle los pechos cosa que hizo que el ritmo de mis penetraciones disminuyese , al notarlo fue ella quien llevaba su cuerpo hacía atrás para que no parase. Así que continué dándole con fuerza y a la vez pellizcaba sus pezones , punto débil de Tami. Note que ella cada vez se movía más rápido hacía mi. Al golpear conmigo en su trasero se formaban una ondas que me excitaban aun más si cabe. De repente sus movimientos se frenaron y sus labios vaginales recorrían lentamente mi pene de la punta a la base. Se comenzó a agitar y a emitir pequeños gritos de placer, se estaba corriendo otra vez. Cuando termino se separo de mi y dándose la vuelta me quitó el condón y volvió a chupármela. Recorría con sus labios todo mi pene mientras su mano acariciaba mis huevos. Mi corrida era inminente y así se lo hice saber a Tami que hizo caso omiso . Cuando noto mi caliente fluido se separo un poco haciendo que el resto de oleadas de semen golpearan su cara mientras me miraba fijamente.

Nos limpiamos antes de volver a la tienda de las chicas, fue entonces cuando caímos en la cuenta de que con la tenue luz que habíamos encendido nuestras siluetas se veían a través de la tela de la tienda de campaña. Como siempre que volvía a la normalidad se preocupo por si nuestros amigos nos habían visto. Yo exhausto apenas le hice caso y le conteste que estarían dormidos.