En un mundo diferente
Una linda y peligrosa vampira se masturba pensando en su letal compañero angelical, siendo sorprendida por el y sus compañeros. Advertencia: cristianos, católicos,o creyente de angeles, no entrar, podría perturbar SU CABEZA Y MENTE ...no me hago responsable.
En un mundo diferente al que recordamos, criaturas miticas gobiernan nuestro mundo, los humanos son sus esclavos, mientras los Arcangeles mandan desde sus tronos.
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Diana estaba acostada en su enorme cama tamaño orgia, el saten rojo y negro, sacado de una fantasia erotica, lo cubria, mientras la linda vampira introducia un enorme pene de plastico en su coño hambriento, que no habia sido penetrado por siglos, siglos de abstinencia desde que conocio a su compañero de armas, el angel Jerico, con sus enorme alas de color diamante, tal letal como hermoso, que te podia paralizar con esos grandes ojos de ámbar, la mayoria de sus juguetes eran del tamaño de la polla del angel, deseando sentirlo al menos una vez en su interior, sabiendo su descomunal tamaño por las incontables veces que lo vio follar con las esclavas humanas, desgarrandolas por dentro y dejando desangrandolas en el piso, aun rogando por más...si, el angel era brutal con las humanas, pero tambien era cariñoso con los angeles femeninos, pero siempre rogaban, rogando por algo que ella tambien deseaba, ya que la regla del puto y gran angel era no follar con vampiras, aún si ellas estaban disponibles, y menos si eran su compañera de armas y más aún si era la protegida del Arcangel Rafael, triple problema para la vampira.
Toco sus pezones, apretandolos con fuerza, dejando que el juguete funcionara profundamente en su interior, gimiendo por un amante que no estaba con ella, pero que si en su mente, en su conciensa.
Se lo imaginaba entrando en ella brutalmente, sin reparos en ella, humillandola y lastimandola, encadenada a su calabozo, dejandola morir de sed. Se lo imaginaba castigamdola, azotandola hasta que su espalda se llenara de cardenales y heridas, haciendo que la roja sangre que ella tomaba de otros se deslizara por su piel blanca, riendose de ella y usandola por los agujeros que nunca habia entregado a sus amantes de hace centenas.
Estaba a punto de llegar al orgasmo, cuando Demetrio entro como una furia en su cuarto, seguida por el resto de sus compañeros, que la miraron asombrados, y más aun a su coño, llenado por el gran pene de plastico, con sus tetas al aire, y gimiendo como una perra en celo.
-Valla...emm...esto...yo....nosotros-miro al más joven, Andreatos, que se notaba un bulto en su pantalon- Te esperamos en la reunion, y como no venias, te venimos a...
La risa del resto estallo en el cuarto, interrumpiendo la explicacion del angel, miro a sus compañeros, sintiendo como su orgasmo se acercaba, preguntandose como se olvido de la bendita reunion
-Chicos-gimio, retorciendoso, el sudor bajando por su cuerpo desnudo-me voy a correr.
Sledio se hacerco y poco su mano en su clitoris, frotandolo con rudeza y seguridad, mientras los gemidos se hacian más fuerte.
-Nos has visto follar, violar, tener un frenesis de sangre y sexo con nuestras esclavas...pero nunca...-miro como su angel tomaba el consolador, moviendolo freneticamente- te hemos....visto...-su voz bajo un octavo, como cuando follaba con una amante y estaba a punto de correrse, mientras Sledio se inclinaba y se alimentaba de su lujuria, el puto Incubos no pudo controlarlo- tener...un orgasmo...nunca...¿por que?...-siguio moviendo el objeto, aun mas brutal-....dinos... bella dama de la sangre-su apodo causo que se moviera exitada en la cama-...ningun amante...ningun hombre de una noche....¿por que?
Miro a su alrededor, sus compañeros de armas mirandola casi solemnes, ya que no importa la situacion, se ayudaban mutuamente, no importa acto, sabian que hacia siglos no tenia amantes, y que el unico contacto sexual que tenia era cuando ellos estaban en su lujuria de aparearse, que nunca dejo que la penetraran, mas de una vez los toco como una amante debe hacer. Ellos cumplirian tambien, no importa cuanto costara, era su obligacion.
Ese pensamiento la dejo fria, como un tempano, y lo miro llorosa, dejando que Sledio se apartara de ella al no sentir mas su lujuria, dejando que lagrimas sangrientas se deslizaran por su rostro. El angel, sorprendido por su cambio de humor, saco el consolador de su interior.
-Por que el hombre que amo me rompio el corazón hace centenas- mas lagrimas sangrientas, Andreatos se apresuro a su lado, abrazandola y consolandola, aun con el aroma del sexo flotando en el aire.
Un rugido de rabia broto de Lexenio, mientras que el resto parecia que destriparian a alguien, mientras ella se aferraba al joven angel.
-Dinos su nombre, Diana, y lo haremos pagar por tu sufrimiento.-miro asustada a Jerico, pero nego con la cabeza-¿Era un humano?¿oir eso no nos dijiste nada?-nego con la cabeza- DINOS
-TU- su voz retumbo en la habitacion, el angel retrocedio sorprendido.-TU ERES EL MALDITO BASTARDO...TU...LARGO TODOS...TODOS-
Salieron, el ultimo en salir fue Jerico, que la miraba con sus hermosos ojos ambar.