En un jacuzzi con mi amigo hetero III (Final)
Reservé una habitación de hotel con jacuzzi para mi novia y para mi, pero por temas de estudio ella no puedo y en su lugar vino un amigo que hasta entonces pensé que era hetero...
Seguíamos en la cama besándonos, yo desnudo encima de él, sin intercambiar palabras después de haber echado ese pedazo de polvo. Nuestros manos tocaban la cara del otro, la nuca y los hombros. Si seguíamos así, no tardaríamos mucho en volver a estar inmersos en un nuevo polvo. Así que antes de que ocurriera nada más, paré de basarle, despegando mi cabeza un poco de la suya.
- Abel, creo que esto me gusta demasiado. Creo que me estás gustando demasiado.
- Creo que tú también me gustas demasiado Fran… No sé si esto será del momento, pero me siento muy a gusto contigo, y nos compenetramos… genial… -acercó su boca a la mía y me robó besos durante 5 segundos, hasta que conseguí hacerle parar de nuevo.
- Por favor, no le vayas a contar nada a mi novia.
- Oye oye… tranquilo Fran, ¿cómo voy a hacerte eso? Eres un tío de puta madre, un gran amigo, me estás haciendo que me lo pase genial y estoy súper a gusto contigo -me decía con ternura.
- Vale Abel, gracias… que esto quede solo entre tú y yo…
- ¿Esto y lo que queda de noche no?
- Jajaja joder Abel, ¿me estoy preocupando porque no se lo cuentes a mi pareja y me saltas con que quieres seguir follando?
- ¿Y tú no? -me estaba devolviendo lo que le hice anteriormente en el balcón, me estaba picando y después de los polvazos que habíamos echado, no podría resistirme a más…
- Jajaja bueno… puede… -le dije mientras me levantaba de la cama y le ayudaba a él a levantarse- la verdad es que me ha gustado mucho llenarte ese culazo… -y le di un azote en sus glúteos.
- Y a mi… -dijo acercándose lentamente y de manera dominante hacía mí, acabando por agarrarme del cuello- pero no te flipes que el próximo en ser follado va a ser tú -sacó su lengua para pasármela por los labios de arriba abajo, sacando yo la mía para poder encontrarme con la suya- antes te follé lento y con cuidado, pero ahora te pienso coger y hacerte mi puta… ¿te parece?
- Si… joder… como me tienes ya… -dije mientras sentí como me volvía a empalmar ante esa situación y sus palabras- estoy deseando probar de nuevo esa polla que tienes -hice intento de coger su polla, pero me empujó levemente apartándome de él.
- Mmmm jeje anda… vamos a lavarnos que estamos perdidos -indicando la corrida que aun teníamos en nuestro abdomen.
Me giré caliente perdido y me encaminé hacía el baño, donde se encontraba el jacuzzi. Ya iba fantaseando sobre lo que podía ocurrir a continuación, cuando una cachetada en mis nalgas me quitó las tonterías, sintiendo una oleada de placer que recorrió desde mi culo hacia mi espalda.
- Trátalo bien eh… -le dije a Abel.
- Si tranquilo -dijo mientras me daba otra cachetada en la otra- lo voy a tratar muy bien y además lo voy a alimentar…
Las palabras de Abel me ponían a mil, no podía esperar el momento en el que me penetrara de nuevo con su enorme polla, esa con la que había gozado tanto antes chupándola, ese manjar para mi paladar, y en breves, para mi culo…
Nos colocamos de pie en el jacuzzi que aun estaba lleno agua de antes y con la alcachofa de la duda nos mojamos y nos limpiamos los restos de la corrida de Abel que estaban esparcidos a lo largo de nuestros abdómenes. Podía observar como el agua recorría el cuerpo de Abel, llegando hasta su ombligo y bañando su polla morcillona en agua… No pude resistirme, y como zombi hambriento de cerebro, me arrodillé y abrí la boca para succionar ese nabo que me volvía loco. Abel me miró sonriente y con cara de placer al sentir el calor de mi boca alrededor de su miembro. Estaba limpio, pero aun sentía cierto sabor a semen… era simplemente delicioso y me ponía más, haciendo que pusiera más empeño en chupar esa polla y extraer todo su jugo.
Aunque parece que esta vez Abel quería tomar el control, pues comenzó a mover sus caderas hacía delante y hacía detrás, follándome la boca lentamente. La verdad es que tenía ganas de eso, de que alguien tomara el control. Siempre he sido yo el dominante en la relación con mi pareja, y a veces también me apetecía ser usado en lugar de usar.
Abel como vio que no me quejaba aceleró su ritmo, llegando a tocar en ocasiones la campanilla cuando introducía su herramienta en mi boca.
- Coge aire y no lo sueltes.
- ¿Para qué Abel? -dije sacándome la polla de la boca.
- Tú metete la polla y coge aire, hazme caso, te va a gustar.
Y eso hice, volví a tragarme su polla y cogí aire. Abel me apretó la nariz, tapándome los orificios para respirar y comenzó a follarme la boca a un ritmo mayor. Era brutal las sensaciones que estaba comenzando a sentir. En un principio humillación, por ser tratado de esa manera, pero también, me sentía muy caliente, comenzando a sentir un placer muy difícil de explicar a medida que seguía follándome la boca y el tiempo de aire que tenía se me agotaba. Y así siguió durante 7 segundos muy largos, pero el cabrón, en lugar de sacármela, hizo todo lo contrario, introdujo sus 18 centímetros de polla, pudiendo notar como esa carne tocaba lo más profundo de mi garganta.
Pude notar como abría mis ojos ante la calentura y falta de aire que tenía en mi. Y así permanecí durante 3 o 4 segundos interminables, y solo cuando le di un par de azotes en su pierna con mi mano, indicando que parara, quitó sus dedos de mi nariz y sacó su polla de lo más profundo de mi garganta. Ambos pudimos oír como una arcada salía de mi boca al ser mi campanilla liberada de ese tronco Su polla seguía conectada a mi boca por un hilo de saliva que me había producido tal follada de boca. Su polla estaba totalmente bañada por mi saliva, y yo además tenía muchísima más en mi boca.
Miré la cara de Abel, que lejos de ser de dominante chulito, estaba sorprendido por haber llegado a lo que había y hecho y sin saber cómo iba a reaccionar ante eso. Así que cuando pude recuperar el aire que necesitaba, le sonreí, agarré su polla por la base y escupí toda la saliva sobrante en ella, mientras que subía mi mano de su base a la cabeza y viceversa para repartir esa saliva. Sabía que eso le encantaba a Abel, que solo sabía resoplar y decir lo bien que lo estaba pajeando.
Alterne durante 5 minutos entre paja, lamidas y golpes de su polla en mi lengua, lo cual nos volvía locos a ambos. Disfruta de tener ese caramelo entre mis manos y mi boca, pero también estaba deseando ser follado de nuevo por el semental que tenía delante de mí.
- Abel… -le dije mientras le seguía pajeando- quiero que me folles ya… me tienes muy caliente… la necesito dentro de mí.
- Uff pues ya sabes Fran… ponte como antes que te voy a dar lo tuyo…
Y así hice, me coloqué en pompa en la posición donde estaba cuando me ayudó a encender el jacuzzi en el primer polvo. Parece que no pudo resistirse a mi culo, pues en lugar querer follarme inmediatamente, se arrodilló tras de mi para acercar su boca y comenzar a darme mordiscos en mis glúteos, intercambiando con ligeros azotes…
Me abrió los cachetes del culo y sentí su lengua caliente hurgando en mi agujerito. Podía notar como empleaba bastante saliva y también como lo degustaba con lentitud. Me lubricaba tanto mi culo que noté como la saliva chorreaba por mis huevos y mi polla. Abel se dio cuenta y con su mano arrastró la saliva de mis huevos hacía mi polla morcillona, comenzándola a pajear y activándose en cero. Me tenía a mil y yo tenía muchísimas ganas de sentir esa polla dentro de mí, así que le dije:
- Uff… ¿Sabes que me gustó… mmm antes en el jacuzzi Abel…?
- El qué -dijo jadeando de estar lamiéndome el culo.
- Que me refriegues la polla de nuevo por mi raja… me puso tanto…
- ¿Si…? -dijo incorporándose, abriéndome de nuevo mis glúteos y colocando el tronco de su polla a lo largo de mi culo- ¿así? ¿te gusta que te roce con mi polla así?
- Ufff me vuelve loco… está tan lubricado… y se siente tan bien… me parece muy guarro esto… me encanta…
Así siguió unos minutos, refregando su gran polla por mi culo y cuando faltaba lubricar escupía sobre mi ano, recogiendo la saliva con la punta de su polla y refregándomelo por toda mi raja. Era muy cabrón porque cuando la saliva estaba en mi ano la cabeza de su polla tocaba directamente con mi agujero, y yo me moría porque me penetrara.
- Y a mi Fran… creo que tu culo está hecho para mi polla… -y me azotó bien fuerte en el glúteo derecho-
- AHFFF -exclamé apretando mis dientes y mirándole con deseo- que cabrón eres…
- Uff que ganas tengo de follarte… pero me vas a perdonar que te corte el royo un minuto que vaya al inodoro… me estoy meando tío…
- ¿En serio Abel?
- He bebido antes mucho tío -me respondió encogiéndose de hombre e intentando incorporarse.
Yo estaba tan caliente, que no quería que me cortara el royo parando un minuto, así que se me ocurrió una idea que vi en algunas pelis porno y que tenía cierta curiosidad por realizar. Le cogí rápidamente de la polla antes de que se levantara. Abel me miró extrañado, mientras que yo la colocaba a 5 centímetros apuntando a mi culo.
- ¿Qué pasa? -me dijo Abel extrañado.
- Mea, ¿no tienes ganas?
- Mmm me lo dices… ¿en serio?
- ¿Crees que estoy de coña?
Abel parecía confuso, posiblemente no se creyera que le estuviera pidiendo que me meara el culo…
- Venga Abel… -le suplicaba y, para convencerle y excitarlo, eché hacía atrás mi culo para rozar mi ano con su polla- meame… te has corrido dentro mía, te he comido la polla, y me he manchado de tu semen… ¿Qué más da?
- Es que nunca me lo habían pedido… pero la verdad… es que siempre había querido probar la lluvia dorada… mm de acuerdo… -me dijo sonriendo.
Y pasado 4 segundos… comenzó a bañar mis lumbares y mi culo con el líquido amarillo que salía de su polla… Sentía el calor de ese líquido bajando por mi culo, rozando mi ano, bajando hasta mis huevos y mis piernas, y goteando mi polla… Era increíble como cada vez me iba poniendo más caliente y excitado de lo que estaba minutos antes… Estaba tan caliente que comencé a mover mi culo, haciendo una especie de twerk, para que se repartiera bien su pis.
El iba regando mis lumbares, mis glúteos… y cuando apuntaba su chorro hacía mi ano, podía sentir un inmenso placer calidez en él… Me pasa su mano por todo mi culo mientras ese chorro caía para refregármelo como si de loción bronceadora se tratara. Me tenía a su merced, este tío me ponía a mil… y yo moviendo mi culo, giré mi cabeza, abrí mi boca y saqué mi lengua.
Lo comprendió al instante, porque no le faltó tiempo a levantarse, para bañar mi espalda de abajo arriba, pasando por mi hombro y apuntando a mi boca.
Noté ese chorro caliente, mojando mis labios y mi lengua, sentí como era bastante amargo, pero por la situación tan caliente en la que me encontraba, me dio igual y mantuve la boca abierta y sacando mi lengua lo máximo posible… Pude ver la cara de Abel en ese momento y era de puro vicio. Estaba alucinando por la situación tan guarra en la que estábamos en ese momento. Y así seguimos unos segundos hasta que su chorro comenzó a perder potencia y terminó de mear… y de mearme…
Nos quedamos callados, mientras que yo recogía mi lengua y saboreaba lo que había recogido. Era amargo, por lo que no dudé en escupir.
- Si pufff está amargo… pero me ha gustado…
- Y a mi… no sabes cuánto… y creo que ahora toca que te folle por fin -me dijo mientras se colocaba detrás mía- A ver, esta vez te voy a follar así…
A continuación, cogió mi polla erecta y goteante de su pis, y tiró hacía atrás, mientras que juntaba mis piernas, quedando mi polla y mis huevos por detrás de mis muslos. Esa posición, con la tensión de que mi pene estuviera estirado hacía atrás de esa manera me excitaba demasiado. Y más que me excitó cuando me agarró de nuevo la polla y me la masajeaba con sus manos en esa posición.
- Joder Abel… me está encantando…
- ¿Sí? -preguntaba el cabrón mientras que me pajeaba y sus nudillos rozaban mis muslos- pues vas a flipar cuando te la meta en esta posición…
Y sin demorarse mucho soltó mi pene, quedando de nuevo bloqueado por mis piernas y apuntando hacía abajo. Se incorporó y apuntando su polla a mi culo, comenzó a introducirla muy lentamente.
- Uff Abel, ten cuidado ahora que está más estrecho en esta posición.
- Lo sé Fran… tranquilo… iré despacio…
Y así lo hizo, despacio y con paciencia fue metiendo cada vez más centímetros de su polla. Lo dejaba unos 10 segundos dentro para que mi ano se fuera acostumbrando. Volvió a sacarla lentamente, sintiendo como pese a que no la había metido entera, provocaba un gran vacío en mi interior. Y volvió a la carga de nuevo, no sin antes escupir en su polla. Lentamente volvió a introducir más su enorme y venosa polla en mi apretado culo… Esta vez metió muchos más centímetros que antes, y volvió a esperar unos 20 segundos a que yo me acostumbrara a la molestia.
- Sigue Abel… ufff -le indiqué.
Abrió mi culo e introdujo lo que quedaba de su polla, notando como también podía sentir sus huevos tocándome.
Abel me agarró y me giró el cuello, atrayendo la parte superior de mi cuerpo hacía él, no sin antes tener arqueada mi espalda por estar empalado por su polla. Me acercó a sus labios y me besó. Ambos pudimos sentir el sabor que me quedaba mi boca de su pis, pero esta vez era menos amargo, pues estaba besando su deliciosa boca. Paró, me miró y me dijo:
- ¿Y si nos quedamos así? Con mi polla… bien dentro tuya…
- Mmmm ¿para siempre…? ¿Dónde tengo que firmar…?
- Mmmm si quieres lo puedo firmar yo… -me susurraba muy cerca mientras comenzaba un metesaca muy muy lento de su polla en mi culo- ¿ves? Ahora mismo estoy comenzando a realizar mi firma…
- Ufff joder… parece que se te da bastante bien… ¿y no utilizas tinta…?
- La tinta… viene al final Fran… -me insinuaba y se reía malicioso mientras incrementaba un poco la follada a mi culo.
Esas palabras y esa comparación entre firma y follada, tinta y corrida… me ponía muy caliente… A veces es más morboso insinuar o decirlo con otras palabras que decirlo directo.
Abel también estaba calentísimo y excitado y siguió con su follad… perdón, con su firma en mi culo lentamente. Sin prisas, pero sin pausa. Disfrutando de cada centímetro de esa polla que me volvía loco. En esa posición, con mi polla atrapada detrás de mis piernas, sentía un cosquilleo y gusto indescriptible, además de que, al tener las piernas juntas, mi culo no estaba tan abierto y mi agujero estaba más apretado, haciendo más presión alrededor del tronco de esa polla.
Abel fue incrementando progresivamente el ritmo de la follada, volviéndose cada vez más salvaje, hasta tal punto que dejó de besar, me agarró de mi pelo y me jaló hacía atrás. Me estaba dando una señora follada, como si de una puta se tratara. Me estaba mandando al cielo del gusto que me estaba dando. Hacía que mis ojos se tornaran blanco y mis gemidos se incrementaran, mientras que de vez en cuando le llamaba “cabrón”, “vaya polla que tienes”, “fóllame”. Esas palabras hacían venirse arriba a Abel, haciendo salir su polla entera de mi culo, dejando un gran vacío, pero inmediatamente metiéndola hasta el fondo. Me estaba matando de tanto placer, y él también moría antes las embestidas que me proporcionaba. No tardaría mucho en correrse…
Pero menos iba a tardar yo, entre como me follaba y el roce de mi polla con mis piernas, me estaba excitando mi punto G, y sentía como me iba a venir sin estar masturbándome.
- Abel… ahhh me voy a correr…
- ¿En serio? ¡Pero si no te estás tocando!
- ¡Cállate y sigue follándome! Haz que me corra Abel… sigue metiéndomela… ahhh así…
Abel cumplió mis súplicas y no paró en su labor. Taladraba mi culo una y otra vez con esa larga y venosa polla, haciendo que cada vez estuviera más cerca de correrme, y así se lo hice saber.
- ¡Me corro! ¡Abel! ¡Sigue sigue sigue sigueeee!
Y así fue como una descarga eléctrica llevó mi cuerpo al máximo éxtasis posible de placer, sucumbiendo a lo largo de mi polla, haciendo que comenzará a soltar chorros de semen que manchaban mis piernas y mis gemelos. Acabé rendido y jadeando mientras que Abel seguía follándome. Notaba como su respiración se incrementaba y sus gemidos subían de volumen, señal inequívoca de que se iba a correr en breve.
- Fran… yo también me voy a correr… me voy a correr en nada… tu culo tan apretado me está matando de placer…
- Mmmm córrete dentro Abel… lléname… estoy deseando de que te corras de nuevo dentro mía…
- ¡Me corro Fran! ¡Que gusto! ¡Ahí lo llevas! -exclamaba mientras comenzaban sus contracciones a la vez que comenzaba a sentir trallazos de leche en mis entrañas.
Sus empujes fueron cesando, a la vez que exprimía su polla dentro mía con cada uno. Sentí su esencia muy caliente dentro de mí. Además de estar lleno de eso, me sentía feliz y saciado porque ese pedazo de hombre hubiera acabado dentro. Me sentía afortunado de tener un semental de ese calibre para mí.
Abel sacó lentamente su polla, haciendo un ligero PLOF al salir por completo. Un hilillo de semen salió de mi ano, corriendo hacia mis huevos, debido a la cantidad de leche que había dejado dentro mía. Me ayudó a darme la vuelta, se tumbó sobre mí, y nos fundimos en un caliente y tierno beso dentro del jacuzzi, donde comenzó toda esta morbosa, excitante y placentera experiencia.
¿FIN?
Espero que hayas disfrutado de este relato ficticio. ¿Será este el final de las experiencias sexuales de Fran y Abel? Si te gustaría leer más relatos de este tipo valoralo positivamente y deja un comentario, dejando claro lo que te ha gustado y lo que no, lo cual me ayuda a mejorar. También podéis contactarme por correo electrónico.
¡Un saludo!