En un hotel con un extraño

Una tarde lluviosa, un encuentro inesperado con un extraño y de repente en el interior de un Hotel.

EN UN HOTEL CON UN EXTRAÑO

Saludos a todos: me he animado a escribir esta historia para TR, real que me sucedió a mí, después de leer tantas y tan buenas en este mismo site, y como una pequeña contribución al foro.

Me presento: me llamo Roberto, 42 años. Ningún tipazo ni nada que se parezca, más bien bajo: 1.72 mts. no tengo un cuerpo como de fisiculturista como muchos los protagonistas de otras historias, pero no estoy descuidado, no "hice panza" ya que hice deporte y mucho ejercicio hasta entrados mis 35 años por lo que más o menos estoy en forma, trabajo soy empleado de una compañía por el sur de la Ciudad de México, con un puesto de jefatura y un buen sueldo que me permite un buen nivel de vida, Casado con Tere de 39 años, 2 hijos estudiantes ya adolescentes y una vida sexual moderada pero satisfactoria.

Esto comenzó en una tarde que salí de trabajar y estaba lloviendo sorpresivamente, ya que no era época de lluvias, vivo retirado del trabajo, los que conocemos la Cd. de México, sabemos que es casi normal hacer trayectos en coche de 60 a 90 minutos y cuándo llueve, como es el caso todavía se complica más, por lo que subí a mi carro y resignado a pasar tranquilamente un par de horas para llegar a casa, encendí el clima caliente y la radio e inicié el trayecto a casa.

La lluvia seguía cayendo a cántaros, eran más o menos las 7 de la tarde por lo que empezaba ya oscurecer, cuándo circulando por una avenida de mediano tráfico me detuvo la señal roja de un semáforo, quede hasta delante de la fila de autos en espera, cerca de la banqueta cuándo los vi, estaba una señora y un niño pequeño a quien trataba de cubrir inútilmente con su suéter y una bolsa, ambos estaban mojándose bastante ya que no se encontraba cerca ningún lugar en dónde resguardarse del agua, la pared era el costado de un almacén cerrado y volteaba a un lado y al otro la señora para localizar algún punto de protección que no había, seguramente esperaban transporte público y fueron sorprendidos por la lluvia.

Normalmente yo no abordo personas en la calle, ni señoras, vamos, no volteo a verlas siquiera para no molestarlas o que pareciera yo un casanova barato, pero me pareció en ese momento más una obligación ofrecer el auto a esas personas que en ese momento estaban prácticamente pidiendo auxilio, solamente abrí la puerta delantera de la derecha y le grite a la señora: Suban ¡¡¡

La señora como que dudo un par de segundos cuándo mucho, se acercó rápidamente, subió al niño primero y en seguida lo hizo ella. Lo que vi fue a una señora totalmente mojada de pies a cabeza, despeinada, prácticamente sin maquillaje, si lo llevaba más temprano el agua se lo retiro de la cara, llevaba puesta una falda a las rodillas, medias claras, un suéter grueso oscuro abierto del color de la falda y una blusa blanca, que totalmente mojada la hacía transparente permitiendo ver su brasier. En ese momento me era indefinido si era joven o no tan joven, el niño a más tendría unos 3 años e igualmente estaba totalmente empapado, la verdad sentí mucha compasión por ambos, eso podía pasarle a quien sea.

Lo primero que hice fue ofrecerle una franela roja que tenía en el hueco de entre los asientos delanteros, estaba seca y limpia y le dije - seque al niño, aunque sea la cabecita, ella me dio las gracias y tomo el pedazo de tela, en ese momento cambio la luz a verde y avance lentamente, igual que todos los autos. Me presente como Roberto con el animo de darle un poco de confianza, ya que la mujer no volteaba ni a verme, se sentía totalmente cohibida en una situación que para ella era desconocida, en un coche con un extraño y escurriendo agua de todo su cuerpo. Solamente me dijo: Claudia.

Subí un poco el calor del coche, el ambiente interior era calido y seguramente reconfortó en algo a mis invitados, - Que pena – dijo la mujer le estamos mojando los asientos. – No se preocupe, no es problema, a dónde van? puedo acercarlos a algún punto.

No, que pena, volvió a decir, por aquí déjenos en algún lugar que tenga techo, esperamos a que deje un poco de llover y después nos vamos a casa. El niño entonces tosió 2 veces; yo le dije a la mamá de ninguna manera voy a bajarlos en la lluvia, mire al niño viene muy mojado y ahora está recibiendo un poco de calor, si lo sacamos se le va a enfermar seguro. La mujer ya no contesto.

Le Sugerí quitarle al niño su playerita que llevaba puesta y que estaba escurriendo, que lo secara con la franela y le pusiera encima mi suéter que llevaba en el asiendo de atrás. La mamá se resistió al principio arguyendo que me estaba dando ya muchas molestias, pero un nuevo tosido del niño la término de convencer. Ya con mi suéter envolviendo a la criatura volví a preguntarle a la mamá por el rumbo en dónde Vivian, me indicó que en una colonia cerca del aeropuerto de la Ciudad que nos quedaba de "polo a polo" ya que esto se ubica del lado Norte-Oriente de esta enorme ciudad, pero me pidió que solamente la acercara a una estación del metro, lo que rechace y le dije que los llevaría, más por el niño que por ella, ella solamente sonrió y agradeció

En un siguiente señalamiento de luz roja, me detuve y voltee a verla, le pregunte que que estaban haciendo tan lejos de su casa y me dijo que había ido a pasar la tarde en casa de su mamá ya que había estado un poco enferma y que no pensó en tardarse y menos que la "agarrara el agua" que la visita poco y que esa ocasión tuvo mala suerte, también me dijo que es casada, con dos hijos, que el otro tenía 8 años y que en la tarde asiste a la escuela, que una vecina lo recogería y que ella al llegar a su vez pasaría por él, que su Marido trabaja cerca de la casa, pero que esa tarde llegaría a casa entrada la noche porque le aviso que doblaría turno en la fábrica, por lo que supuse que trabajaba como obrero.

En ese par de minutos de plática pude ver bien las facciones de la mujer, era bonita, sin ser un ángel, sobre todo mojada y despeinada no le ayudaba, pero si era guapa, como de 32 ó 33 años, le miraba involuntariamente muy seguido sus pechos empapados, los tenía de buen tamaño, pero su ropa discreta no permitían más que simples conjeturas, lo que si aprecié muy bien fueron sus piernas, apenas unos 10 cms. Arriba de las rodillas, por su posición sentada en el coche, me permitían ver que se trataba de un par de bien formadas piernas que se veían mejor en aquellas medias café claro.

Seguimos avanzando en el coche pero la lluvia que a ratos se volvía una tormenta pocas veces vista nos hacia desplazarnos muy lentamente, y para varias igual que siempre que llueve el tráfico se pone espantoso, las luces de los semáforos cambian, verdes, rojos y nosotros no avanzamos, el niño comienza a quedarse dormido con el calorcito del coche, los vidrios empañaos no me permitían hacer maniobras intempestivas para tratar de escabullirme por algún lado, por lo que además con tan buena compañía no hice ningún intento por lo que seguíamos así.

Le sugería que acostara al niño en el asiento de atrás, que él estaría más cómodo y ella descansaría un poco de sus brazos, íbamos tan lentos que no tuvo problema para pasarlo para atrás, al hacer esto, se puso de rodillas en su asiento y arqueo su cuerpo para depositar el niño atrás, pude apreciar en estos segundos que tenia un buen par de nalgas y un culo respingado, levantadito, sentí una descarga en mi cuerpo y en ese momento la situación me hacía pensar en la posibilidad de un flirt con esa señora, joven, guapa y que si manejaba bien la situación pudiéramos pasar un buen rato; tenia que pensar bien como manejarlo ya que, insisto, no tengo experiencia en estas situaciones, y pensar solamente en la remota posibilidad me ponía literalmente la carne chinita.

El tráfico estaba imposible, el tiempo pasaba y no avanzábamos casi nada, lejos de nuestro destino, el niño entre sueños pidió:

Mamí quiero Leche

Espera un poco hijo, ya vamos a llegar, contesta, aunque la madre sabía que faltaba mucho para eso… el niño dice: mami, tengo frío, entonces me retiro el saco que llevo puesto, la mamá se opone, pero igual se lo doy y le pido que tape al niño, ella lo toma y lo coloca sobre su hijo sin protestar.

En eso veo a la derecha unos metros adelante un letrero luminoso que parece que me manda el diablo: HOTEL… le digo a la Claudia: me parece que lo mejor será entrar a esperar un rato a que pase la lluvia y el tráfico, el niño tiene frío y habrá que quitarle la ropa mojada que trae puesta, no me contesto nada, solamente volteó a verme, no sé en ese momento si comprendió lo que le sugería, pero igual dirigí el auto a la entrada, vi de reojo que ella volteaba su cara al otro lado, ocultando su rostro al receptor del hotel, pague y me dirigí al reservado asignado, baje la puerta del mismo, apague el coche y abrí la puerta trasera para sacar al niño, Claudia seguía con la vista fija a su ventanilla, subí las escaleras con el niño en brazos… la suerte estaba echada.

Entre y deposite al niño en la cama, unos segundos después entro silenciosa la madre y empezó quitándole los zapatos al niño, después su pantaloncito, el niño adormilado se dejaba desnudar, yo retire por la cabecera las cobijas para que lo metiera allí, en seguida pedí al servicio que nos mandara leche tibia, pastel y café caliente.

Encendí el televisor y lo deje con el volumen muy bajito, el niño como que se animo un poco pero se adivinaba con mucho sueño, cuándo llegó el servicio el niño tomo la leche y comió un pedazo de pastel, unos minutos después ya satisfecho le pidió a su mamá que lo acostara que ya tenia sueño, a lo que su mamá lo acomodo en la cama y lo cobijo. Todo este tiempo yo no dejaba de mirar a Claudia, en realidad estaba mejor de lo que había imaginado, más o menos de 1.65 de altura, bien proporcionada y ahora la veía realmente hermosa, no sé si por el ambiente de sensualidad que nos proporcionaba la privacidad, era realmente turbador estar en en un cuarto de hotel con una linda desconocida, pero no se lo que pasaba por la mente de Claudia, ella seguía en silencio.

Después de que hubo recostado al crío se quedo sentada en el borde de la cama en un punto alejado de mi, aunque no más que solo unos metros, yo le propuse cuidar el sueño del niño y que ella tomara un baño caliente para que se quitara también sus ropas mojadas, a lo que replico que no, que no tenía otra que ponerse y que comprendiera que no era normal una situación como la que teníamos ambos.

Haciendo acopio de mis mejores argumentos le pedí que me tuviera confianza que la situación aunque ciertamente bochornosa para ella no era provocada por mi y que no trataría de sacar ventaja de ella, que estuviera tranquila porque su hijo en ese momento estaba bien, que ya había cenado algo y que estaba lo mejor protegido posible contra la posibilidad de enfermarse pero que hiciera lo mismo por ella ya que también tenia el riesgo de enfermar… no contesto, se queso pensativa con la mirada al piso, como evaluando las opciones.

Puedo hacer una llamada? Me pregunto

Por supuesto, le dije, ella marcó a casa de la vecina y le dijo algo asó como esto: Mary qué tal, oye esta lloviendo mucho y no puedo salir de casa de mi mamá, por favor quédate con el niño hoy por la noche y déjale un recado a Juan, me imagino que es su esposo, que estoy con mi mamá y Juanito, que este tranquilo, y que si puedo más tarde tomo un taxi, sino que mañana estoy temprano en la casa, sale?.....

Si… Si Mary… Gracias por todo y disculpa las molestias… Gracias Mary, te debo una…. Chao. En seguida entro al baño y unos segundos después se oía el agua de la regadera caer, yo ya estaba totalmente caliente, pero todavía pensé en hablar con Tere para explicarle mi retrazo, tome el teléfono y le explique que estaba atorado con el tráfico y que seguramente tardaría, ella me pidió solamente que regresara con cuidado. Eran para entonces aproximadamente las 8 de la noche.

Me dirigí lentamente hacia el baño en dónde tomaba una ducha caliente Claudia… qué hacía? entraba, o esperaba afuera? Abrí lentamente la puerta, como temiendo romper el encanto del momento, al entrar sentí de inmediato el calorcito de un baño caliente, pero lo que mis ojos vieron me pusieron a templar: notaba a través de lo opaco del cancel del baño la silueta de una preciosa figura femenina, su cuerpo de un color de carne clara, con movimientos lentos se aplicaba shampoo por toda su anatomía, solamente se apreciaba lo obscuro de su pelo que se notaba que caía sobre sus hombros y llegaban a la mitad de su espalda… y lo negro de una mata de pelo fino en su entrepierna, que aunque la veía de perfil se adivinaba, realmente la visión era de reyes.

vi. también su ropa, totalmente húmeda en el piso afuera, la recogí la deposite en la plancha del lavabo, con una toalla grande la seque lo mejor que pude y en seguida con el secador de pelo comencé a aplicar aire caliente para tratar de secarla. Con el ruido del secador se percato Claudia de mi presencia dentro del baño, se quedo quieta, con un movimiento instintivo se cubrió del otro lado del anaquel con una mano ambas tetas y con la otra la mata de pelo de su entrepierna, no se movió por unos segundos, yo continué con lo labor como si tal cosa y pasados unos instantes ella continuo con recelo sus movimientos para terminar su baño.

Unos Minutos después de gloriosa vista que me obsequió Claudia cerro las llaves y se quedo quieta sin animarse a asomarse ni a salir, notaba su cabeza agachada, como mirando al piso y pensando en que hacer. Yo tome la iniciativa y le toque el anaquel, ella abrió solamente un poco y asomo su carita, le alcance una toalla, le dije solamente –toma- la mire a los ojos, ella me sostuvo unos segundos la mirada y me dio un sencillo: Gracias.

Otra vez su figura para mi lívido: secándose el pelo primero, después su cuerpo, sus piernas, lentamente, como no queriendo terminar, y yo con la tranca a todo lo que da, la ropa a medio secar con la pistolita de aire, haciéndome tonto y mirando el reflejo encantador. Ella abrió la puerta con la toalla envuelta en su cuerpo, por encima de sus pechos y hasta las rodillas, solamente nos miramos unos segundos sin decirnos nada, yo continuaba aparentemente ocupado con lo del secado, ella se paro a un costado mío, no tan cerca, la veía por amplio espejo frente al lavabo, me miraba ahora fijamente y yo volteo a verla directamente y le ofrezco la secadora, ella la toma y empieza a aplicarse el aire en la cabeza, me dice, no seas malo, por favor me alcanzas mi bolso? Necesito un peine

Avanzamos, ya me tutea y me encanta, regreso con ella y le digo toma, me quedo mirándola a un costado de ella y a través del espejo, ella intercambia miradas hacia su peinado y hacia mi, la situación me tenia ya electrizado y seguramente ella también, se veía lindisima ya con su pelo en orden, con olor de recién bañada y mirándome, haciendo esta tarea entreabría un poco sus labios, la escena era realmente sensual, termino de peinarse metió su peine en el bolso, apoyo ambas manos en la tarja del lavabo y se me quedo mirando a través del espejo, la sentí retadora, como preguntándome, bueno, y ahora qué?

Me puse frente a ella y ella volteo también para ponerse frente a mi, siempre mirándonos el uno al otro, yo me acerque un poco a ella, quien por instinto retrocedió un paso muy lentamente, hasta que su espalda dio con el cancel del baño, acerque mi rostro al suyo tanto que nuestros alientos se hicieron uno, le tome el borde de la toalla para retirarla, roce uno de sus pechos y sentí su piel de terciopelo, ella cerro los ojos y entreabrió su boca, estaba vencida… la bese delicadamente, con besos cortos y sensuales, después uno largo, muy largo con nuestras lenguas en batalla, sentía el sabor exquisito del interior de su boquita, la toalla cayó al piso, estaba totalmente desnuda y a mi merced…¡

Besándola interminablemente en la boca, su cara, sus oídos, su cuello, mientras mis manos se paseaban lenta y delicadamente por todo su cuerpo, hasta dónde alcanzaba, su espalda, sus hermosos y grandes pechos, su cadera y sus lindas y firmes nalgas, la mujer estaba formidable¡¡¡ era todo un monumento ¡

Gire un poco nuestros cuerpos para poder ver por el espejo la espalda y nalgas de ella, nuevamente mi visión era formidable, le veía las nalgas y unos 15 cms. de los muslos de sus piernas tan hermosas, mis manos no dejaron rincón sin sobar ni toquetear, pensaba… perdóname Juanito, no te conozco pero… hoy me como a tu mujer…¡

La abrazaba por debajo de su nuca, me cobijaba el brazo con su pelo, con olor a limpio, cuándo pasaba mi lengua por el interior de su oreja la oía claramente rechinar… AAhhhhhh…. Mmmmmm…..

Le besaba el cuello y la veía con el rabillo del ojo, levantaba hacia atrás su cabeza cerrando sus ojitos y abriendo su boca, metí en ella un par de dedos, los mismos que ella chupo y succiono, como quien chupa una paleta, la sensación era increíble. Me miraba al espejo y me decía en la mente, Roberto, ese eres tú… nos separamos un poco ya que mi ropa nos estorbaba, ella me empezó a desabotonar la camisa uno a uno, me miraba con ojos lascivos y sonreía discretamente apretando los dientes, jalo hacia arriba la camisa para sacarla de debajo del pantalón y me la retiro introduciendo sus manos entre mis hombros y la camisa que se fue al piso, después desabrocho el pantalón, siempre mirándome a los ojos, ahora se arrodillo y me bajo lentamente los pantalones, debajo de mis boxers se adivinaba la enorme tranca que pedía a gritos lo liberaran, ella me sobo por encima y después retire del resorte hacia abajo para liberar por fin el animalito prisionero, lo tomo amorosamente entre sus manos y lo sobo, comenzó a besarlo desde los huevos hasta el glande, besitos y languetazos delicados hasta que por fin lo introdujo a su boquita, poco a poco, mete y saca, volvía a mirarme a los ojos, ahora comiéndome la verga, se veía realmente hermosa esta mujer, que no era la mía, pero que en ese momento no tenia más macho que yo, y ella era mi hembra, mi mujer, mi puta

Con lentos movimientos de los pies termine de retirar mi pantalón y mis boxers, ahora estábamos los datos totalmente desnudos, ella seguía dándome una mamada de campeonato, cuando la sacaba de su boquita era para paseársela por la cara, por sus ojitos, por las mejillas y la besaba amorosamente. La tome delicadamente de los hombros y la levante suavemente, volví a besarla en la boca, ahora me sabía más rica, deliciosa, tibia, con un sabor de sensualidad y sexo.

Me incline un poco hacia abajo para besarle los pechos, ahora estaban a mi disposición y estaban hermosos, grandes, firmes, con unos pezones de buen tamaño, rosados y erectos, sencillamente la gloria, mientras los besaba pasaba mi mano por su vientre, con un dedo juguetee unos segundos con su ombligo, baje la mano por su vientre, firme seguramente por ejercicios y llegue a su riquísima mata de pelo, medio recortado, alineadito, bien cuidado, pero abundante, despedían un aroma riquísimo, baje un poco más y sentí la gloría: su vagina se sentía caliente, bien mojada, viscosa, sentí sus labios delgados pero hinchados, como acolchonados, introduje un dedito con algo de trabajo ya que era sumamente estrechita, lo que es una delicia, mete y saca el dedo y sus jugos chorreando por toda mi mano. Ella seguía rechinando… Aaaahhhh.. .. Ssssiiiii…… Rober….tooooo, Aassiíííiiiii, MMmmmmm

En eso ella contrajo su cuerpo, me oprimió con fuerza de mi nuca para aplastarme en su vagina y gritó AAaaaaaahhhhh, yyyyyaaaaaa…..yyyaaaaaa….. Sentí sus jugos invadir mis labios, mi boca, y trague lo que me regalaba, ya tenía sus delicias en mi garganta y entrando a mi estomago.

Me levante, la bese en la boca larga y delicadamente, ella correspondía con todo, nos besábamos y movíamos de un lado a otra nuestras caras, siempre pegados con la boca, la empuje un poco para recargarla en la tarja del lavabo, la levante por la cintura y la senté, me fije que quedaba perfecta la altura para penetrarla sin siquiera levantarme un poco en las puntas de mis pies, por lo que al sentarla ella separo un poco sus piernas , yo me coloque en medio de ella, embarrándole la verga en su pelo, su vagina y hasta el ano, porqué la tenia sentada más con la cadera que con las nalgas, lo que hacia que levantara más su vagina hacia mi y quedara dispuesto a mi vista también su hermoso culo. Tenia la entrada a su cuevita totalmente mojada por lo que con la cabeceada que le estaba dando mi verga quedaba igualmente lubricada, cuándo le acerque la cabeza a la entrada la sentí estremecer, empuje suavemente y ella ya rechinaba de nuevo, sacaba y metía pero solamente hasta la mitad, ella me enterraba las uñas como sintiendo dolor, seguramente mi amigo Juan lo tenia más pequeño que yo, porque parecía que la estaba lastimando, algo real es que ella me estaba apretando con sus paredes vaginales interiores bastante por lo estrechita que estaba, yo seguía empujando hasta que la tuve totalmente dentro de ella. Ella gemía y gritaba aunque no muy fuerte, seguramente para no despertar a Juanito, Yo entraba y salía con un mete-saca, mete-saca lento primero y luego más rápido, cambiaba la velocidad de mis movimientos y a ella parecía enloquecerla, a su vez ella hacia movimientos oscilatorios que me estaban haciendo acercar a un orgasmo, pero me ganó, ella volvió a crispar su cuerpo, se arqueo y me grito al oído: aaaahhhhh…. Ssíííííií, …. aaaaahhhhh….aaahhhhhh… mmmee ven…..goooooo, aahhhhhh…..seguí moviéndome dentro de ella pero tratando de pensar en mil cosas para evitar terminar en ese momento.

Ella terminó y quedamos abrazados, ella sentada en el lavabo y yo ensartado en ella, le saque lentamente el pene y la baje de de ahí, la recosté en el piso sobre las toallas y nuevamente a besarla, nuevamente el manoseo por todo el cuerpo, la penetre nuevamente, ella me abrazo por el cuello y con las piernas a la altura de mis nalgas, esta vez no pude safarme de tan hermosas ligaduras y explote con un orgasmo y sentí que vaciaba litros de lefa dentro de ella.

Quedamos así unos minutos, la besaba en la punta de la nariz, ella reía y devolvía mis besos, en la palma de mi mano, en mis hombros, en el cuello, le ofrecí café y acepto, salimos del baño, envueltos solamente en una toalla cada uno, tomamos café, ella reviso que su hijo estuviera dormido, y volvió conmigo, me pregunto algunas cosas de mi, que en dónde trabajaba, qué que hacía, y yo le preguntaba que cuántos años de casada, por sus bebes, etc. yo le acariciaba en una pierna, después metía mi mano por debajo de la toalla y jugaba con el interior de su vagina, mientras seguía la plática, en eso, le toque su punto débil, lo sentí de inmediato, ella arqueaba su cuerpo un poco y yo seguía con mis ataques con el dedo, le retire la toalla y comenzó nuevamente el ataque, esta vez en el piso de alfombra a un lado de la cama dónde estaba dormido Juanito.

Ella tuvo otro orgasmo más conmigo arriba, después me la eche encima y ella me cabalgo y me uso como lavadero, después se pudo en cuclillas mientras se apoyaba con sus manos en las mías y entraba y salía ella ensartándose sola, primero solamente la punta, después medía verga, hasta que terminaba desapareciéndola totalmente, en cada ensartada ella cerraba sus ojitos al sentirse totalmente llena de carne en su interior, cuándo la tenía toda adentro hacia unos movimientos oscilatorios que me volvían loco, pero no quería terminar, había un lugar que todavía no visitaba y quería que fuera mío, la deje que terminara con su montada y lo hizo cuándo se vació con otro delicioso espasmo. Sobre mí, al que me dejó los muslos y vientre totalmente pegajosos con sus jugos.

Ella dejo caer su cuerpo encima del mío, totalmente sin fuerzas, entonces con un movimiento me hice a un lado, cuidando en dejarla a ella en esa posición, es decir boca abajo sobre la alfombra, acto seguido me subí sobre ella delicadamente, con mis pies separe sus piernas, ella se dejaba maniobrar sumisamente, yo restregaba la tranca en sus nalgas y hacia algunos penetraciones en su húmeda y trabajada vaginita, entonces me levante un poco, me agarre el miembro con la mano y le cabeceé la entrada de su ano, ella como que respingó y volteo a verme como interrogando: que pretendes? Me di cuenta que si quería hacerlo tenia que ser muy delicado, así que repetí el juego, paseada por entre las nalgas, entradas en su vaginita, y cabeceadas en el culo, una y otra vez, ella solamente se dejaba hacer, empecé a ayudarme lubricando un dedito con los mismos fluidos vaginales que eran abundantes, y hacia movimientos circulares alrededor del culo para irlo aflojando, ella se da cuenta de mis intenciones y me dice, por ahí no Roberto por favor, nunca lo he hecho, mi marido lo ha intentado y solamente me lastima… Yo le contesto que me deje intentarlo, que es riquísimo y que si le duele suspendo la maniobra… ella no contesta, pero estoy seguro de que no esta convencida.

Continuo con el juego y las cabeceadas en su anito son cada vez más prolongadas, su pequeño orificio parece empezar a ceder, ya que puedo meter la punta de la cabeza un poco, luego la retiro, otra vez y la retiro, hasta que la pude meter, ella pone duro el cuerpo, sus nalgas se tensan y le digo aflójate Claudia, no te va a doler… vuelvo a la carga y otra vez la punta y la retiro, pero cada vez entra un poco más, el culo lo tiene realmente estrechito por lo que es cosa de paciencia… Ya tenia media verga adentro y me pide que ya no la meta más, por lo que inicio solamente el mete-saca con la mitad de la verga, lentamente y parece que empieza a gustarle porque vuelvo a escuchar música en mis oídos: sus rechinidos… aaaahhhhhh,,,, ahhhhh….sssíiííííi´…. mmmmmhhhhhh……..aaaaaahhh¡¡¡ cada vez voy metiendo más y más verga hasta que ya esta totalmente adentro, se escuchan los chasquidos en su interior y lentamente la saco hasta casi dejarla afuera y vuelvo a meterla hasta el fondo, ella sigue con sus gemidos de placer…. Aaahhhhhh… mmmmmmmhhhhh… Rober…rto…. mi amor…. Par…te…me…loooooo…. Aaaa….ssiííííií…. ahhhhhhh…. Le pregunto: te duele preciosa?

contesta… Nnnoooooo, naaadaaaaa…aaahhhhh….

Ella levantaba el culo hacia mi como queriendo tragarme todo, cuándo lo sacaba lentamente ella retiraba un poco, cuándo iniciaba mi embestida a su interior ella me aventaba el culo hasta chocarme, era sencillamente maravilloso, ya no tardaba en terminar otra vez dentro de ella, en eso siento que tensa su cuerpo, señal inequívoca de su próximo orgasmo, yo la abrazo por la espalda y le sobo los pezones con mis manos, la monto como a una perra y le dejo ir toda la leche justo en el momento que ella también explota y ambos gemimos como animales…. Aaahhhhhhhhhh….. mmmmmhhhhhhh.

Pasados unos minutos tuve la intención de despedirme y retirarme a la casa, voy a llegar muy tarde pensaba, pero la verdad es que no quería irme, terminamos toda la noche cogiendo como lobos en celo, hicimos el amor nuevamente en el baño, en la alfombra la monte en el tocador, sobre la cama a un lado de Juanito que afortunadamente tiene el sueño muy pesado. A Claudia deje de contarle los orgasmos que tuvo, pero en la noche se vino más de 15 veces, yo tuve durante toda la noche y parte de la madrugada 6 orgasmos, la verdad es que termine como moco, sin fuerzas ni de caminar, me templaban las piernas a cada paso, cuándo repare en el reloj estaban por ser las seis de la mañana, estuvimos cogiendo Claudia y yo 10 horas ¡¡¡¡

Despertamos a Juanito, y los lleve de regreso casi al lugar en dónde los recogí, cerca de la casa de su mamá, nos despedimos con un apretón de mano, Claudia no quiso darme un beso por la presencia del niño, solamente le dije: gracias Claudia, ella contesto: gracias a ti Roberto, la pase muy bien, no te olvides de mí….

De regreso a casa… a pensar que decirle a Tere, a bañarme y de regreso a tratar de trabajar.

SALUDOS A TODOS, OJALA LES HAYA GUSTADO MI EXPERIENCIA

Roberto.