En un concierto, un soldado me hace cantar...
Asistia a un concierto de musica romantica el cual era resguardado por muchos varoniles soldado. Y uno de ellos me hizo cantarle, usando su buen microfono para ello.
En un concierto, un soldado me hacen cantar
Esto sucedió hace apenas algunos días y cada vez que lo recuerdo, las nalgas se me ponen "paradas" y se me aprieta el "asterisco" de la emoción que viví en ese momento. Resulta que asistí al concierto que un artista mexicano de música romántica que estaría en el estadio de San Pedro Sula. El programa decía que el iba a comenzar a las 8:00 PM y comenzó a las 9:00 pasadas.
Yo llegué a las 7 de la noche y ya estaba algo aburrido, sin embargo me deleite viendo la gran cantidad de soldados y policías que estaban desplegados para mantener el orden en el concierto. Eran decenas de uniformados de diferentes edades, rostros y figuras, pero la mayoría de ellos masculinos. Se miraban más que deseables con sus uniformes moteados en colores grises y negros y sus boinas negras. Sus armas y toletes los hacían ver muy varoniles y deseables. Me encantan las personas uniformadas, no se porqué. Pero cuando veo uno me erizo de la emoción y creo que eso ha pasado con todos ustedes amables lectores. . Será por lo prohibido, por la fuerza que ostentan o por otras causas, pero yo estaba fascinado de verlos a todos ellos.
Me dije que antes de que comience el concierto, debía ir al baño, para luego no perderme nada de la música de artista. Cuando llegué a los urinarios, estos eran una línea corrida sin divisiones, como de unos 5 metros de longitud y Ohhhh maravilla! Estaban dos soldados "cobras" (especialistas en fuerzas especiales) orinando. Por curiosidad y excitación me puse al lado de ellos y a uno de ellos, le pude ver la verga. ¡ Que linda y especial verga señores!. Tuve el placer de podérsela ver por casi un minuto y me hizo que mi culo diera un salto de a metro!. Sólo pude verle la cabeza y parte del tronco y me dejo fascinado!. Tenia una cabeza muy , muy grande y por lo menos el tronco de su verga alcanzaba las 5 pulgadas en posición dormida!. Mi culo dio un respingo y mi pija se despertó un poco de su letargo. Normalmente no se ven "bellezas" de esas todos los días y menos en uniforme.
Quedé tanto tiempo absorto viéndola que imaginé que el lo había notado. El militar, que después supe que se apellida Urbina y que le decían de apodo "tubito (después sabremos porqué)", era un chavo de unos 21 a 23 años, de cuerpo blanco sonrosado, de cara ovalada y de unos ojos muy llamativos. Su cabeza estaba totalmente rapada y tenía el uniforme muy a su medida. Su brazos eran bastante fuertes, producto del ejercicio que cotidianamente realizan. Andaban con el uniforme moteado en colores negro y gris, con la camisa por fuera no dejaba ver nada interesante, sin embargo al verlo orinar, mi corazón queso fascinado.
Queria que el supiera que yo estaba interesado en él. Por lo que cuando subi las gradas que llegaban de los urinarios a área de graderia, me plante un momento alli y para llamar su atención, ya que ellos habian quedado atrás, me empecé a meter mi mano en la parte trasera del pantalón, como si me rascara las nalgas. Asi pensé, ellos se imaginarán lo que deseo. Yo los miraba de reojo y vi que ellos cuchicheaban algo entre si y cómo que me hicieron una seña, sin embargo, yo temeroso, me fui a sentar a unos 50 metros de donde ellos se quedaron.
Desde allí los miraba pensando en lo bueno que estaba el "Cobra". El concierto no comenzaba y ya que no podía aguantar la tentación volví al urinario de nuevo y pase enfrente de ellos, viéndolos a los dos. Ya estando en el urinario, me quedé esperando por si alguno de ellos llegaba y para mi satisfacción, llego el soldado de apellido Urbina, el que me había fascinado su verga desde que la vi!.
El hizo como que iba a orinar de nuevo y se puso cerca de mí. Yo estaba súper excitado!. Volví a ver, ahora más cerca, lo macizo de su pene, de color blanco rosáceo y con grandes venas azules que le surcaban longitudinalmente. Su cabeza era exagerada, muy grande y tiraba un chorro de orina que daba gusto escuchar. Llegó el sólo. Mi culo estaba que no aguantaba!. Y empecé una charla vaga con él, sobre que le parecía el concierto, si no habian tenido muchos problemas con el público y otras cosas, que el cortésmente me contesto. Y eso sin despegarle un ojo de su varonil miembro.
De repente, el me preguntó si me gustaban los hombres, ya que había notado como yo lo quedaba viendo a él y a su pija. Yo le dije que si, que algunos hombres, principalmente los que tenían vergas grandes como la de él. Parece que la respuesta le gustó, ya que vi que se frotó su pija con su mano. Me dijo que el me permitiría mamarle la verga si yo le daba algo de dinero. Le dije que por ese tipo de verga, yo le pagaría aún solo por tocarla. Haciendo el trato, nos dirigimos al uno de los servicios, que en ese momento estaban desolados. El escogió el último. Me dijo que el se quedaría parado y que yo debía de sentarse en la taza del servicio para que no me vieran. Yo hice así.
Estando en el servicio, yo le desabroche el pantalón y con cuidado le saque la paloma. Era una preciosidad!. Era muy blanca, como él dueño. Se miraba algo gruesa aún dormida y tenia un suave olor a jabón de baño. Era una escena de impacto!. Yo acuclillado en la taza del servicio, con un miliar enfrente de mí, con su uniforme de camuflaje y su fusil en su hombro. Con una verga linda que salía de la cremallera de su pantalón y un tipo con buena apariencia!. Qué más podía pedir en ese momento. Viendo es linda verga cerca de mi, procedí a acariciarla con mis labios, empecé a chuparle longitudinalmente todo su tronco dormido. Metí suavemente mis manos dentro de la cremallera, buscando encontrar su escroto, el cual estaba refugiado en la parte baja. Empecé a acariciarla sus huevos, los cuales tenían un tamaño como huevos de paloma. EL hombre se excitaba profundamente cada vez que yo pasaba mis manos y dedos por sus testículos. Sentía el escalofrió que dejaba ir cada vez que metía mis manos y se los tocaba.
El estaba parado con sus piernas separadas, lo que me daba lugar que agachado, pudiese mamarle la paloma. Acaricie con mis manos su gran cabeza roja. Luego la metí en mi boca, dándole suaves movimientos cilíndricos. El soldado dio un suspiro muy profundo. Le gustaba la sensación. Le agarré sus nalgas para ayudarme en el movimiento y poco a poco me fui metiendo más y más de su varonil y deseado miembro. El dejaba que hiciera todo eso. Logre aguantar toda su pija dentro de mi boca y chupaba su glande, su cabeza, su endurecido tronco, mientras en afuera, ya sonaban las primeras canciones del cantante. No me importaba. Estaba gozando una hermosa y larga paloma y nada me quitaría ese placer inesperado. ¡Yo también estaba cantante y tenia un buen micrófono enfrente!
Comenzamos un mete y saca estupendo. Su paloma ya había crecido tanto, que ya no podía tenerla dentro de mi boca completamente. Tenia un largo de unas 7 pulgadas (¡unos 18 centímetros de exquisita carne endurecida!), pero mi boca solo le chupaba unos dos tercios de la misma, dejando por lo menos unas dos pulgadas de caliente y gruesa verga por fuera. No podía más. Mi quijada no podía abrirse tanto para tenerla toda adentro, aunque mi culo reclamaba tenerla dentro y el si podía darle alojamiento.
Mi hombre estaba que quemaba. Sabia que estábamos en peligro de que alguno de sus compañeros nos descubriera, pero la emoción lo tenia absorto. En una de esas me dijo que me bajara el pantalón, que quería conocerme mis nalgas y ver si mi culo podía recibir su gordo mástil. Sabiendo el peligro, pudieron más mis deseos carnales y me bajé de la taza y puse mi pantalón a las rodillas. Urbina, puso un poco de saliva en su cabeza y tanteo el agujero de mi ano, el cual estaba muy cerrado, ya que no lo habíamos preparado para algo así. Ya un poco lubricada y encontrado el agujero, Urbina dejó ir su rosado tronco, en toda su longitud dentro de mi ano, sin darme tiempo de nada. Sentí un dolor agónico y por instinto me recule, para sacar su verga dentro de mí. Con mucho ardor y dolor y lamentando no poder en ese momento, le dije que sólo podía mamarsela e inconforme, el aceptó. Seguí chapándole su verga a lo largo, mamandole su cabeza y su ojetee, acariciándole y mamandole sus ricos y redonditos huevos y todo lo que se podía hacer con su verga. El tipo duraba bastante y estuvimos unos 20 minutos alli, los que disfrute a lo máximos, pero nada de tenerla dentro, ya que el lugar no era propicio para ello. Ya para acabar, Urbina hizo algunos espasmos y dio unos alaridos de gozo y arrojó dentro de mi boca una cantidad industrial de semen!. Su semen tenía el normal sabor salado, pero estaba muy espeso y con centrado, con un olor muy fuerte, como que tenía varios días sin eyacular.
Una vez que eyaculo en mi boca, yo le empecé a limpiar el semen que tenia en su cabeza y acariciar un poco los vellos que tenia desde sus genitales hasta su pecho, ya que el se había abierto la camisa. Me estaba excitando de nuevo, pero el me dijo que debíamos den salir, ya que podían darse cuenta que estaba fuera de su posición. El me dijo que estaría en seguridad del concierto hasta las 12 de la noche, pero que el día siguiente el tenia libre y que le llamara para que nos pudiéramos ver y terminar lo que habíamos empezado. Como que no!. Y de paso averigüe que lo de "tubito" era un apodo que le habían puesto sus compañeros militares por lo largo de su verga. ¡ Y se lo merecía!.