En un cine porno con mi mujer

Impresionante escena de mi mujer gozando con todos en el cine porno....

Ya he descrito a mi mujer en el relato "Dos extranjeros se follaron a mi mujer en la playa" por eso no voy a volver a describirla.

Yo conozco a mi mujer y sé que cuando se calienta y el coño le chorrea, no tiene frenos y su cachondez y morbo de situaciones la lleva a no decir que no en ninguna situación, distinto es pillarla en frío porque entonces no hay nada que hacer.

Como sé de que pie "cojea" me preparé una situación que había visto en una peli porno y que a mí me daba mucho morbo, y era la de ir a un cine porno poco frecuentado y forzar situaciones.

Empecé por visitar yo uno de estos pocos cines que quedan en Madrid para situarme y estudiar como planificar la situación.

En uno de mis viajes a Madrid la llevé conmigo. Llegada la hora de cenar nos vestimos en el hotel y le sugerí que llevase determinada ropa. Una falda no muy estrecha, una blusa con escote y abrigo (era invierno). Por supuesto le pedí que no llevase braguitas para poder meterle mano cuando yo quisiera. Ya solos el hecho de no llevar bragas la calienta muchísimo y le moja el coñito. Después de cenar, yo me encargué de que bebiese algo de vino, le dije que íbamos a ir a un cine porno para calentarnos un poquito y después follar en el hotel como locos. Ella se extrañó al principio y me preguntó acerca de la gente que frecuentaba esos sitios, yo le contesté que casi nunca había nadie, ya que la gente a día de hoy no suele ir a ese tipo de salas. Eso la tranquilizó un poco.

Cuando estábamos llegando, le dije que esperara para no coincidir con nadie en la puerta que pudiese vernos. Nos acercamos sacamos las entradas y entramos. Yo ya conocía la sala. Era muy oscura y al entrar a duras penas se podía ver a nadie. Nos fuimos hacia los últimos asientos y tomamos sitio. Las butacas eran amplias y tenían las filas delanteras a mas distancia de lo habitual, la verdad es que todo era muy espacioso. Nos quitamos el abrigo y nos sentamos. La película era sobre tíos negros que se tiraban a mujeres maduras, el tema también le gustaba a ella. Al instante de estar allí nuestra vista se acostumbró y ya empezamos a ver a la gente que había en la sala. Desde nuestro sitio se podían ver a 5 tíos en asientos bastante distantes unos de otros y separados por algunos bancos de nosotros. Al momento empecé a meter mi mano por debajo de la falda de mi chica y me encontré su coño completamente mojado, no sé el motivo pero entre la peli, ir sin bragas, el cine, los tíos alrededor y mi dedo en su clítoris, aquello estaba al rojo vivo.

Continué haciéndole un delicioso dedo y metiendo mi mano por su escote. Me bajé la cremallera, llevé mis pantalones hacia mis rodillas y saqué mi polla que estaba reventando, acerqué su mano a mi aparato y empezó a masturbarme. Al rato bajó la cabeza y empezó a chupármela, sin dejar yo de acariciar su rajita. En ese instante ya había tenido ella un orgasmo, pero muy ahogado para que no la oyesen. Mientras ella me la chupaba yo miraba alrededor y ya vi. a dos de los tíos con sus pantalones bajados y masturbándose mientras nos miraban sin disimulo. Me quedé mirando a uno de ellos y pareció pedirme permiso con la mirada para acercarse. Yo asentí con la cabeza y le señale el otro asiento al lado de mi mujer. Se levantó, se quito el pantalón y los calzoncillos, los dejó en su asiento, y cruzo el pasillo con la polla al aire al asiento de al lado de mi mujer. Sin dejar de masturbarse, ella seguía chupándome la polla, metió su mano por debajo de la falda, encontró mi mano y le metió dos dedos en el coño. Me hizo gestos al notar como estaba aquello, mi mujer me miró de reojo al sentir otros dedos y con la vista la tranquilicé para que siguiera mamándome tranquila. Al rato este tío se acercó a a su ropa y trajo en la mano un condón, me lo enseñó y yo di permiso con mi cabeza. Se lo puso, su polla era más grande que la mía, calculo que unos 19 cm. Levantó el culo de mi mujer del asiento, sin que ella dejara de chuparme, y una vez la tuvo a 4 patas delante de el comenzó lentamente a follarla. Entre el polvo que le estaban dando y mamada que me estaba haciendo, empezó a gemir un poco más alto de volumen.

Con esa visión me corrí en dos minutos llenando la boca de mi chica que se tragó todo sin dejar caer ni una gota, siguió chupando hasta que se me quedó flácida y levantó la cabeza de mi polla. En ese momento estaba apoyada en mis piernas mientras le follaban el coño por detrás. Apareció otro tío, sin decirme nada, se puso delante de mí, levantó la cabeza de mi mujer y le dio un morreo lento y largo con lengua hasta la garganta. Cuando acabó de morrearla, le bajó su cabeza hasta su picha y la obligó a chupársela. En ese momento yo volvía a estar a tope, me separé un asiento y viendo la escena me estaba masturbando. En ese momento el que estaba follándola por detrás se corrió dando golpes de cadera que parecía que la iba a romper. Sacó su polla flácida del coño de mi mujer, se quitó el condón, se puso su ropa y se marchó del cine. Mi mujer estaba agachada con el culo al aire y chupando la porra del que se había agregado. De la oscuridad salió un tío gordo con su polla en la mano (muy gorda 23 cm.) se sentó en el asiento de detrás de ella, la agarró suavemente del culo, la atrajo hacia él y lentamente y sin que ella soltara la polla que estaba chupando, la sentó encima de su verga lentamente hasta que la tuvo completamente clavada.

Ella cabalgaba aquella porra del gordo y mamaba con ganas la del otro tipo. Este al que se la estaba chupando, le agarró la blusa que llevaba y lentamente tiró de ella hacia arriba sacándosela por la cabeza, acto seguido le soltó el sujetador dejando al aire sus hermosa ubres, se agachó le chupó los pezones, ella se retorcía de placer sintiendo la polla del otro desconocido dentro de su coño. Dejó de chuparle los pezones y volvió a meterle la polla en la boca. Ahora el que jugaba con sus tetas era el que la follaba por detrás, agarraba sus cantaros, pellizcaba sus pezones, y ella gemía cada vez más. Los orgasmos de ella eran incontables. Al momento el que la follaba la levantó de encima de su polla y dejó que ella se sentase en el asiento, poniéndose cada uno en un asiento a su lado, la dejaron un poco recostada y comenzaron a masturbarse a ambos lados de ella. Se corrieron casi al instante dejando caer su leche encima de sus tetas, cuello, pezones. El gordo era como una fuente no pude contar los latigazos de semen que lanzó desde el cabezón de su cipote. Ella con su mano extendió aquella leche por su pecho quedando toda embadurnada de liquido de machos desconocidos. Yo a esa altura ya me había corrido dos veces viendo lo que hacían, me gustaba aquello con desconocidos, y sin muchas complicaciones, el morbo que sentía era bestial y no me hubiese importado que hubiesen llegada mas tíos a follarla, ver como gozaba como una perra me ponía a tope. Al acabar los tíos desaparecieron del cine, nosotros nos limpiamos un poco ella se vistió y nos fuimos al hotel. Al llegar una buena ducha y un polvazo recordando ese momento.