En un baron rojo de la ciudad de Mexico

Existen cosas que todos llevamos ocultas, y la mejor manera de recordarlas es confesándolas. De lo que puede llegar a permitir un esposo.

Existen cosas que todos llevamos ocultas, y la mejor manera de recordarlas es confesándolas.

Lo que a continuación les voy a platicar, sucedió que en una bar de la ciudad de México de nombre el barón rojo de vallejo, de la cadena restaurantera wings.

En aquella ocasión un amigo mío y yo decidimos que después del trabajo pasaríamos ahí a tomarnos unos tragos antes de enfilarnos a nuestra respectiva casa.

Pues llegamos al lugar aproximadamente como a las nueve de la noche, y para los que no lo conocen, este tipo de bares tienen un ambiente bastante romántico, a media luz, show en vivo de grupos musicales o comediantes y unas meseras buenísimas, con sus uniformes consistentes en falditas arriba de las rodillas, medias negras y un diseño para el busto que no importando el tamaño, hace que cualquiera se te antoje.

Al llegar nos asignaron una mesa cerca del escenario, y como era jueves, si no mal recuerdo, la afluencia de gente no era mucha. Nos sentamos y empezamos a beber, pero de aquellos tragos para relajarnos que habíamos decidido, estos fueron superados y se convirtió en una perfecta borrachera.

Mientras estábamos conviviendo me percate que la mesa que se encontraba a la espalda de mi amigo, es decir de frente mío, estaba ocupada por una pareja, de aproximadamente 28 años ambos, el un tipo digamos bien parecido y su acompañante una mujer bastante agradable bonita y muy pero muy sexy. Ella vestía una falda recta de color gris que daba un poco debajo de sus rodillas y una blusa blanca que dejaba ver su brasier de media copa y desde luego la carnita de sus senos, que aunque no eran muy grandes no pasaban desapercibidos.

La noche transcurría y yo con unos tragos encima no perdía de vista sus movimientos, cuando cruzaba las piernas, cuando las cambiaba cuando iba al baño, en fin, estaba pendiente de todos sus movimientos, y sucedió que en un momento que cruzó las piernas nuevamente su falda se levantó y pude observar brevemente sus muslos, pero cual fue mi sorpresa que al levantar la vista me di cuenta que me estaba observando y como pude esquive la mirada para evitar que me dijera algo, no se, algún reclamo.

Lo que hice a continuación fue acomodar mi silla de tal manera que no pudiera verla de frente, lo que paso después fue bástate bueno, tuve necesidad de levantarme al baño y en ese preciso momento ella con la pierna cruzada hizo un movimiento que ocasiono que su falda se levantara, y me dejara ver un poco mas de su preciso muslo. Me emocioné un poco pero tome las cosas con calma, cuando regrese del baño a mí mesa, quise comprobar si no estaba imaginando cosas, y pues no, al voltear a verla tenia sus piernas ligeramente separadas de tal suerte que podía verle debajo de su falda y al cruzar su pierna se tardo un poco mas de lo normal para dejarme ver mejor.

Fue un momento muy erótico, como ya habían puesto música ranchera en el sonido, pues empezamos a disfrutar las canciones y en una de ellas el acompañante de mi sexy amiga me hizo un comentario sobre la música y no desaproveche la oportunidad para entablar platica y acercarme a su mesa.

Mi amigo se había levantado al baño, y la chica sexy al parecer ya le habían hecho estragos los whysky´s que se había tomado. Total que cuando mi amigo regresó se sentó en la mesa de ellos frente a mí, y cuando ella regreso se sentó frente a su acompañante a un lado mío. Al llegar ella me miro con una mirada de complicidad de esas que sol tu sabes como son y pues ahí empezó todo.

Cuando la chica sexy se sentó me dio un pellizco en la pierna izquierda y me sonrió, entonces por debajo de la mesa yo baje la rodilla y la puse debajo de su piernita, de tal forma que le cargue su rico muslito provocando que abriera mas de lo debido las piernas.

Ahí fue donde empezó todo, mientras su acompañante nos enteraba de que hacían y ahí y que eran esposos yo disfrutaba acariciando sus pernas hasta su vagina, obteniendo como respuesta uno pequeños gemidos de placer de parte de la chica sexy. Así continué respetando la posición de las prendas cuando de repente en una situación simpática derivada de la platica todos nos reímos y ella se movió para quedar casi recargada en mi hombro y decirme con una voz sensual "dame más".

Fue la gota que derramo el vaso, me excite como no tienes idea el miembro se me puso durísimo y procedí a mover su calzoncito de posición. Yo no sé si de las veces que fue al baño no se limpiaba bien o fue la excitación de que un extraño la estuviera manoseando por debajo de la mesa enfrente de su esposo, pero cuando empecé a tocar su vagina esta empapada, a tal grado que antes de poner mi mano en la mesa tenia que secarla en mi pantalón, total que empecé a sobar su vagina, con delicados movimientos utilizando toda la palma de la mano. Así estuve un buen rato y de repente nuevamente la voz sensual "dame más". Entonces empecé a meter un dedo, luego dos, luego uno, sobandola acariciándola metiendo los dedos y sacándolos y en un momento me dijo "espérate", y con un fuerte movimiento que no pudo controlar movió las piernas y le dio una patada a mi amigo con la pierna que tenia abajo (la otra yo la cargaba en mi pierna.)

Mi amigo ausente de todo lo anterior, se sorprendió muchísimo y reclamo que quien lo había pateado, entonces para disimular la situación y que la chica sexy se repusiera del orgasmo, yo me levante hice como que yo había sufrido también un golpe y bueno, ahí quedo todo.

No paso mucho tiempo y ella me dijo que no me preocupara por su esposo que había estado al tanto de todo y que si yo quería podíamos terminar lo que habíamos empezado, sin pensarlo mucho le dije que si y ella casi de inmediato con una seña a su esposo le asintió con la cabeza.

A la salida del barón rojo, no platicamos mucho, nos subimos a su coche ella manejaba, su esposo a un lado y yo atrás. No nos dijimos mucho, llegamos a un hotel cercano y tuvimos sexo como animales.

CONTINUARA...