En un bar nudista de Madrid

Una experiencia particular, en un lugar donde todos estábamos... en bolas.

En un bar nudista de Madrid.

Soy un tipo "calentón", es cierto. Y me gusta mirar.

También que me toquen, que me acaricien, que me pellizquen, que me chupen... (y estoy careciendo de "algo": nunca me han podido penetrar así que todavía no puedo añorar... lo que no he vivido)

En cada viaje, se me disparan fantasías y deseos.

Imagínense cuando el viaje era a Madrid..!

Desde aquí, mi Argentina, "aquello" se vislumbra como la sede de la liberalidad, del espectáculo a la mano, del placer sin trabas.

Así viajé: con ganas, con fantasías, con escenas imaginarias que me calentaban y con la duda de cómo haría para encontrar todo "aquello".

No voy a hablar aquí ni de la Gran Vía, ni de la Plaza del Sol, ni de la Puerta de Alcalá. Pero sí que, buscando y buscando... encontré un sauna (o "una" sauna) muy bien montada, de lo mejor, en cuanto a comodidades (una pileta con hidromasaje de más de 10 metros de largo, entre otras cosas... esculturas varias... laberintos... y gente dispuesta.)

Trancé... lo disfruté... Pero pretendía más.

Quería ver cuerpos desnudos y no tapados con paños... Quería un "show", pensando que serían superados los de los streapers argentinos. (De esto, vi sólo a uno ... en un lugar sumamente pequeño, lindo pibe... pero nada más)

Pasaban los días y sentía que algo me faltaba.

Hasta que veo la propaganda de un "bar gay nudista".

Obvio... para allá fui.

Me recibe un muchacho todo sonrisa y servicial... vestido sólo con un "delantal de cocina" y zapatillas.

Pregunto que de qué se trata... Me invita a pasar para que yo mismo viera si me gustaba... y lo PRIMERO que veo... es a un tipo que se la chupa a otro que estaba apoyado... la barra del bar.

"Bueno... –digo- parace que en un lugar tan chico nos vamos a frotar los unos con los otros... y nos vamos a calentar... y aquí puede pasar de todo... –y ya me estaba agitando-".

"Esa es la idea". Me dijo, así, sencillamente. Y su sonrisa pícara me "conquistó".

Pasé. Me desnudé... y entré al "bar". Poca gente, todavía ("Vienen más tarde", me había dicho el "portero"): los dos que seguían disfrutando... y otros dos más allá, acodados a la barra con un brazo, con el otro acariciándose la verga... y mirando las porno que se proyectaban en televisores "grandes".

Recorro el lugar: al sector de barra le sigue una habitación... con pocas luces, un pasillo breve (estaremos obligados a rozarnos, no?) y los sanitarios.

Fui, volví... Toqué, fui tocado... Me pidieron más (pero el culo no lo entrego... todavía).

Sigue llegando gente... Y todos, en más o en menos, con sus porongas duras o en erección. Y nos rozamos "accidentalmente"... y las manos van y vienen... y cuando uno encuentra "algo" de donde agarrarse... se agarra.

Y cuando el otro hace lo mismo... a festejar!!

De ir y venir... sucedió el encuentro esperado.

Más o menos de mi altura... y en la casi oscuridad del ambiente tenía sólo mis manos para identificarlo.

Lo primero que toco es su pecho... y disfruto de recorrer su ligera cobertura de vellos.. (qué cosa que me encanta en un hombre, caramba!!)

Y él, al principio se deja hacer. Bah! Mientras yo le acaricio el cuerpo él lo hace con mi verga, ya parada.

Me tomo mi tiempo... como me gusta... Y, por lo que me dice, a él también. Nos hemos encontrado, parece: a los dos, nos gusta lo mismo: serenidad, caricias, tiempo...

Ya estoy frente a él y nuestras pijas se rozan y él mismo, mientras sigo con mis manos en su pecho... se encarga de acariciarlas.

Tiene unos hombros magníficos... Se nota que los ha trabajado. Duros, compactos... pero lo mejor son sus tetillas....

Protegidas por los vellos... unos pezoncitos caprichoso que se escapan cuando uno los toca... pero que, cada vez, se van "formando" mejor...

Sigo ahí... me encanta rozarlo... apenas, como para provocar electricidad entre los dos cuerpos. Y la química se va dando...

Acerco mis labios a su cuello... Lo beso... le paso la lengua...(se estremece!) y luego chupo el lóbulo de su oreja... Lenta... lentamente.

Recorro con mi lengua su cuello (vuelca su cabeza hacia atrás...) y, cada tanto, lo rozo con mis dientes. Y él gime...

Y yo también...

Y luego me inclino (no tanto como para que él no deje de trabajar sobre mi verga) y beso y chupo y succiono sus tetillas....

Ya otros se están acercando al escuchar nuestros gemidos... pero seguimos en lo nuestro...

Ahora yo me inclino hacia atrás... y él "me devuelve la atención". Y qué labios que tiene! Y cómo sabe chupar...! y morder!

Yo también me dejo llevar... y ahora sí libero mi pija de su mano porque de lo contrario estaría acabando ahí mismo. Y se lo digo. Y me contesta... "yo también quiero que dure..."

No sé cuánto tiempo estuvimos así... de las tetillas de uno a las del otro... Del cuello de uno al del otro.

Y, de pronto, me soltó.

Y temi que se fuera... tal vez conquistado por otro "pasajero" más joven que yo.

Pero no... Se agachó frente a mí... y comenzó a besarme y a chuparme la pija.

Mientras, sus manos, acariciaban mi culo y el borde del agujero...

"Todavía no me la metieron"... me justifico.

"No importa –me dice- disfruta". Y tiene razón.

Así es que seguimos... con el mismo ritmo... y con una pasión que crecía... se mantenía... crecía...

Nos dejamos caer sobre la cama y ahí cruzamos las piernas... nos acariciamos cuerpo al cuerpo... mientras las manos descubrían "otras latitudes".

Ahí mismo nos pusimos en 69...

Ni sé cuántas veces le dije que parara... que no daba más...

Lo mismo él.

Y nos dábamos un tiempo... y volvíamos a recomenzar...

Hasta que acabamos los dos... uno sobre el otro... en esos estertores indescriptibles... Y, lo que es mejor... tuvimos ganas de quedarnos uno en brazos del otro... con besitos cortos, diciéndonos tonterías, y de cómo habíamos disfrutado...como dos enamorados. Y, de verdad, lo fuimos: de la piel a la piel... De la química a la química.

No supe su nombre. No sabe el mío...

Pocas, muy pocas veces, me sentí tan relajado y satisfecho.

Me había encontrado no con un cuerpo... sino con un hombre.