En un baile de carnaval

Empezó con un beso en un concurso, una noche de carnaval, pero lo que siguió fue mucho mejor.

Llegué a la fiesta muy "producido", disfrazado de bailarina clásica, con un tutú maravilloso de tul blanco, zapatillas de punta que se ataban a mis pantorrillas con largas tiras, mis bigotes rubios y todo o casi todo el pecho al aire. Yo sé que era un espectáculo bizarro, con mi torso velludo, mi cuerpo bien masculino y fuerte, piernas musculosas y esas ropas diminutas, tan frágiles, tan femeninas. Pero estaba aburrido. Quería sobresalir en la Fiesta de Carnaval del club gay al que pertenecía .Llamar la atención hacia mi cuerpo fornido, musculoso y varonil , apenas cubierto con un traje minúsculo que intentaba dar una imagen diferente de mi, y que solo despertó un inicial revuelo y algunas risas.

Estás divina, me dijo "una loca" conocida, a la que apodámos la Verónica, por Verónica Castro, porque es petiso, chaparrito como dirían los mexicanos, con ojazos celestes muy claros y y pintarrajeados, bastante putarraca y se le contabilizan al menos doce cirugías plásticas (nariz, mentón, papada, bolsas de los ojos, "lifting", lipoaspiración de la barriga, transplante de pelo, orejas de repollo entre otras) para parecer más joven, menos flácido, y menos arrugado.

El barman del local, Guido, me guiñó el ojo y la verdad, te cuento, que casi me orino del gusto, era la primera vez que demostraba algo de simpatía hacia mí. Es un "chongo" precioso, o sea un tipo heterosexual masculino y algo ordinario, guapo y bien equipado. Yo le bauticé "Pestañita" por sus largas y arqueadas pestañas que envidiaría más de una super modelo. Pero el tipo no me había dado nunca ni la hora, en los dos años que nos conocíamos. Y yo me lo había querido "avanzar" varias veces. Ahora, este disfraz de bailarina, que cubría mi cuerpo serrano, le habría despertado cierto morbo. ¿Lo habré calentado? Me lo pregunté, pero seguí caminando , moviendo ese trasero redondo y tentador que me dio la naturaleza.

Un viejito pelado y de anteojos de mucho aumento, disimuladamente me tocó el culo al pasar y me dijo que me haría un montón de cosas "chanchas" si yo me dejara. Le contesté: eso se lo dirás a todas, picarón. Lo negó. Dijo que si yo le diera el sí se casaría conmigo por civil y por iglesia.

Yo me quiero casar de blanco, y virgen le dije.

Bueno tesoro,contestó el anciano muy serio.El viejito estaba muerto conmigo

Porque yo vírgen, vírgen, a estas alturas, solo de la oreja izquierda… Lancé una carcajada y me fui al fondo del salón, donde la gente estaba bailando música que era pura batería ¿Viste esa música de última moda , música de mierda, sin melodía que no podés bailar porque tampoco tiene ritmo, y que tanto retumbar te hace doler la barriga?

Un gordo disfrazado de árabe, que más que Bin Laden, se parecia a la turca renga de la otra cuadra, pero sin bigotes, me sonrió provocativo y guiñó un ojo en señal de complicidad pero no pude retribuirlo porque el maquillaje me lo impedía. Tenía miedo de perder las pestañas postizas. ..

Me puse a bailar solo, en el medio de la pista, enceguecido por las luces de todos colores y las burbujas y señales de humo que lanzaba el disc jockey, un morocho algo entrado en carnes, al que llamaban "salsa mayonesa" porque se decía que era puro huevo o sea tenía el pito cortito pero sus bolas eran gigantescas, decían, claro, porque yo nunca lo vi desnudo, (lo juro por las cenizas de mi comadre, que no está muerta pero fuma.).

Bailando con un petiso, algo chueco y mal entrazado, al que llaman Hot Dog, por el tamaño y temperatura de su "salchicha" y que llamaba mucho la atención pues estaba dizfrazado de Silvester Stallone, con una boina verde , botas y camiseta de soldado americano en Vietnam, estaba mi amigo Enrique, mas conocido por su nombre de guerra, La Terremoto, por la energía con que mueve la cama en el acto sexual . Y de eso puedo dar fe…. Tuvimos algo, pero en la perehistoria y quedamos "amigas".

La Terremoto me guiño el ojo y me presentó a un muchacho disfrazado de El Zorro,que bailaba al lado. El muchacho me hizo ojitos y me invitó a bailar con él, pero no tuve mucha suerte, porque resultó ser el primo de una ex pareja mía, y tan desagradable como su pariente. El mal aliento, es una dolencia familiar. Huí despavorido.

Parejas no me han faltado. A los 37 años (con poca luz y algo de compasión parezco de 29) contabilizo una tres parejas importantes o protagónicas y varias en papeles de reparto diría o suplentes. Con todos me había ido mal. Me habían abandonado, traicionado, defraudado, usado, mentido. Uno me molía a golpes. El otro me robó hasta la bombacha de mi bisabuela.

Siempre he perdido en mis amores, he sido lo que se dice desafortunado, un desgraciado, viste…. El último de mis novios, el Carlos Norberto, alias El Cañon del Colorado (porque la tiene muy grande y se tiñe de pelirrojo) me había dejado por un cura provinciano que le había regalado un auto último modelo: o sea que mi pareja reemplazó mi belleza por una pija parroquial, cuatro gomas y un poco de carrocería. El amor no existe decía yo, mientras esquivaba un baño de espuma que me tiraba un señor mayor con antifaz de El Fantasma de la Opera.

Si la verdad que es una tristeza, un bochorno, un desastre natural, ser como yo,:digamos lindo, bastante guapo, sangre caliente, apasionado, cariñoso y tierno, de ojos grandes y soñadores, cuerpo escultural, sonrisa bien blanca pues uso Colgate después de cada comida, y cutis de porcelana (que no es lo mismo que tener cara de piedra).. No me duraban los hombres….

Yo vestido de bailarina, con una diminuta tanguita que no me contenía lo suficiente la verga y los huevos y que dejaba mi culo exquisito casi al al aire, andaba caliente como perra callejera en celo, como agua hervida, necesitado de que alguien me removiera el cocido, revolviera la ensalada, destapara mis cañerías. Que alguien me cogiera por favor. El culo me ardía de ganas, si no te rías. Viste cuando te levantás con unas ganas locas de coger, garchar, culear, follar tio, hacer la porquería, que le dicen…. Ese era uno de esos días. Una ducha helada no había disminuído mis bajos instintos. Las miradas libidinosas de ciertos hombres, los tocamientos, las palabritas sensuales, me ponían muy cachondo, muy caliente. Avanzaba por la pista mas regalada que puta en liquidación y no obstante la penunbra del lugar, más de uno se había dado cuenta, como un portugués, casi desdentado y con mucho vello en el cuerpo, que me acarició el bulto asi como quien no quiere la cosa, pero te la roza…. Sacá la mano de la mercdería le llegué a decir.

Pasé al baño acalorado para refrescar mi cutis , terso como culito de bebé y en la puerta un tipo muy feo me dijo un piropo mientras ponía la mano para tocarme y yo me puse mas nervioso y me acordé de su santa madre de una forma tan grosera que el tipo me gritó " mas puto sos vos"

Más puta que yo ninguna , rico. Le dije. Se quedó mudo y yo seguí mi camino pensando , bueno no soy tan pero tan puta. Hay peores.

Ay que desgracia ser soltero, y no coger en el mes estero, doña. Yo ya caminaba por las paredes viste? Si ya se que a vos te pasa lo mismo. Desde acá te noto esa cara paliducha de mal atendido.

Me lavé la cara, peiné los suaves bucles que poblaban mi cabeza y de mi mochila extraje un frasquito de perfume francés, porque uno será sencilla pero limpita y fragante, no vaya a creer otra cosa. Esta referencia al perfume lo hago para aquella "loca" que dejó de leer un relato mío porque yo hablaba del olor de otro hombre….Para mi que ella es la sucia y ya ni se huele a sí misma…. .

Avanzada la noche, llamé por el teléfono móvil a mi amigo Pipi, y le dije que se viniera al baile de carnaval , porque yo que estaba aburrido y sin ganas de quedarme. Me dijo que no podía, porque se había "levantado" un verdulero y ha iban por el tercer round. Dichoso del Pipi, tan poca cosa él, de "pi pi" tan chiquito, insignificante le digo, tan emirriado y sin gracia, tan desgarbado y con cara picada de la viruela boba.. Tenía razón mi tia abuela, a que se hizo monja tras un desengaño amoroso, cuando decia : "La suerte de la fea, la linda la envidea". Yo envidiaba al Pipi porque siempre tenía con quien coger. Y yo nada che

Yo "planchaba" olímpicamente en la fiesta: o sea nadie me invitaba a bailar y con las ganas que tenía de mover el esqueleto, los bofes, el culito

Eran casi las tres de la mañana, cuando el animador invitó a los asistentes a participar del Concurso titulado "El baile del beso" con importantes premios: podían participar todos aquellos que lo desearan. Era en realidad un juego de cambio de parejas e intercambio de besos apasionados. Cuando paraba la música había que besarse. Los más aplaudidos seguían en concurso pero debían cambiar pareja y así sucesivamente. Se elegiría ganadora a la pareja que entre los finalistas y según el voto popular se diera el beso mas sensual a la vista de todos.

Como sólamente se engancharon en el concurso los que estaban acompañados, invitó a los sueltos (o sea a tipos como yo, sin pareja, sin novio, sin amante, sin pretendiente, medio deshauciado o sea solo de toda soledad) a unirse al juego. Un flaquito muy afeminado (la Doris Day por su edad) y yo nos anotamos y comenzamos a jugar.

Mi primera, segunda y tercera parejas fueron un desastre. Con ninguno hubo piel y los besos que debíamos darnos antes de que retomara la música no impresionaron demasiado al Jurado. Pero hubo peores y me vine salvando. Ya me iban a eliminar pensé, pero yo me dije a mi mismo:

" … hace meses que lo único que besas es la estampita de San Antonio, patrono de las solteras, asi que mejor que te esmeres con el próximo , sea quien sea. El premio era una estadia en una ciudad balnearia por un fin de semana con todos los gastos pagos.

Cuando se hizo el cambio de parejas, comencé a bailar con un morocho disfrazado de obrero de la construcción, parecia uno de The Village People, pero masculino, alto, bien formado y muy buen mozo. Me inspiré y al final del tema, le di un beso increíble que no solo lo sorprendió a mi compañero , que dijo llamarse Ismael, sino a mi. Hacía mucho que no besaba así, con toda la boca, con la lengua excitada y chorreante, con los dientes y las encías. Con el paladar y los labios bien abiertos. El retribuyó mi beso y casi me desmayo de la emoción. Nos besamos con tal pasión que fuimos muy aplaudidos, porque parece que todos se dieron cuenta que la atracción era mutua.

El papito este besaba que daba calambres, su boca era suave, caliente y sensual y nuestras leguas no querían despegarse. Me abracé de el y le se abrazó a mi, como si estuviéramos en alta mar, y fuéramos dos náufragos del Titanic. Yo la Kate Winslet claro. Nos olvidamos del tiempo, del concurso, de los disfraces. Hasta que en medio de los aplausos más fuertes de la noche, gritos y golpes, nos declararon campeones. Luego de recibir los premios, reparé que Ismael estaba con su pareja, y me dio mucha vergüenza, mucha decepción. El juego había sido solo eso, un juego, y el beso sólo un procedimiento para ganar. El viaje lo habíamos ganado los dos, pero yo sentí en ese momento que no podía forzarlo a viajar a la playa conmigo y con ello dejar a su pareja en la ciudad.

Ay San Antonio miraste para otro lado, me mandaste un novio pero estaba ocupado…….,

Me acerqué a la mesa de Ismael y de su pareja (un rapado, con cara de " me das asco" con un piercing en el ojo, y dos tatuajes enormes en los brazos y no sin cierta timidez, le entregué mi "voucher" (con los pasajes y la estadía de hotel con pensión completa), a la pareja de Ismael, que dijo llamarse Alberto. El chico me agradeció muy secamente e Ismael no hizo el menor esfuerzo de disuadirme. Era lo justo, pensaba yo. Y después de todo lo único qué había pasado entre nosotros era apenas un beso, un largo beso de campeonato. Claro que un beso inolvidable. Ay papito que manera de usar esa boca y esa lengua que eran de otro Malo , malo muy malo…..

Me saqué la ropa de bailarina en el baño, limpié el maquillaje, lavé mi cara y mi boca y mi lengua y mis manos, como si todo aquello que hubiera hecho hubiera sido sucio o desagradable, y me vestí de mi mismo, pantalón gastado, camisa a cuadros , zapatos de goma y salí a la calle.. Tenía que olvidarme de Ismael , del premio y especialmente de aquel beso…. Pero ¿Cómo?

El hechizo del beso había terminado y como Cenicienta, la carroza de lujo se había transformado en un colectivo de pasajeros, lleno de gente que me llevaría a mi casa. Solo, como de costumbre.

Me compré un kilo de helado antes de llegar a mi casa y me lo fui comiendo despacito, como si estuviera demorando la muerte.

Si ya sé, dirás que me había hecho ilusión con el tal Ismael: un tipo comprometido y tal vez insensible, con quien casi no había intercambiado palabra, y que me había besado como nadie lo había hecho. Si yo soy un iluso incorregible.

A las tres de la mañana , llamé a mi amigo La Pi pi , y entre suspiros y gemidos me dijo que se lo estaban cogiedo por cuarta vez en la noche. Colgué y me acordé de mi tia la que se hizo monja, sobre la suerte de las feas.

Arrastré mis huesos (y mis carnes): no soy una de esas flacas pura piel, tengo mis redondeces, y sé que me quedan muy bien.

Sin sacarme la ropa, encendí el velador, abrí la ventana y vi la luna Era una luna grande y roja, luna llena hecha con mi sangre, pensé.

Intenté dormirme pero me pareció que no podía. Sentía una terrible compasión por mí mismo. En un momento soñé que llovía y al despertarme sobresaltado, comprobé que tambíén en la realidad, estaba lloviendo. Caminé descalzo hasta la ventana y un aire frío cubrió mi cuerpo, me saqué la camisa y el pantalón y tras de la cortina miré la calle y ya no se veía la luna. El cielo estaba negro, apenas iluminado por momentos por los relámpagos, La lluvia sólo se veía en ese instante O cuando algun automovil pasaba por la calle mojada.

Me quedé mirando la calle entristecida por la lluvia y en esa duermevela me pareció verlo a Ismael, empapado por la lluvia, con un diario en la cabeza, y mirando hacia mi ventana iluminada desde la vereda de enfrente.

Ismael , me pareció que gritaba mi nombre y me pellizqué para asegurarme que estaba despierto. ¿Cómo había encontrado mi casa? ¿Quién le había dicho dónde vivía? ¿Dónde estaba su pareja , el rapado de tatuajes ?. ¿Porqué gritaba mi nombre?. La noche silenciosa no contestó ninguna de mis preguntas y en un momento dejé de verlo y confirmé que era un sueño.

Sonó el timbre de mi departamento y al contestar por el portero eléctrico , escuché su voz, esa voz apenas conocida cuando me dijo su nombre: Ismael….

Abrí la puerta y lo hice pasar. El agua chorreaba de sus ropas, estaba mojado hasta los huesos. Le ofreci un toallón y se fue sacando la camisa, el pantalón, las medias, los zapatos y tiró el calzoncillo por los aires.

De pronto pude ver su cuerpo mojado y desnudo. Su pelo negro cayendo sobre su cara, temblaba mientras se secaba. Yo también temblaba como una hoja. No podía hablar, mientras el levantaba una pierna y se secaba los pies, mientras sin disimulo algúno, el secaba su pija, sus huevos, su culo blanco y fuerte, sus piernas, su pecho , su cuello.

El seguía secándose, minuciosamente, y ahora sus brazos estaban levantados para secar sus cabellos y sus axilas muy pobladas y negras terminaron de calentarme, y con cierto pudor estiré un poco, mi boxer entumecido, para llamar la atención de mi verga erguida y hacerle entrar en razones. Pero mi verga tiene unas razones que mi conciencia no entiende y siguió parada, observando atenta aquel hombre desnudo que me había traído la lluvia.

Terminó secándose los brazos y las axilas, mientras bebía el cognac que le serví, y en la penumbra de mi living comedor ví el brillo enorme de sus ojos, y en su mirada leí muchas cosas aque no me atreví a traducir.

Ay San Antonio mi dueño , murmuré , que esto no sea un sueño…..

El tiró el toallón al suelo y cuando le ofrecí una bata la dejó sobre una silla y caminó desnudo hacia mi Yo no me atreví a mirarlo a los ojos para no descubrir mi interés, para que el no supiera que yo estaba ya entregado a su presencia , a su piel brillante, a sus ojos mortalmente dulces, a sus brazos fuertes y musculosos, a su verga enorme , dura y brillante asomando desafiante, a sus piernas de ciclista, a aquella sonrisa que llenaba de dientes blancos el rosado contorno de sus labios.

  • Vine a repetir ese beso, me dijo. Y no esperé a que dijera nada más cuando me entregué a su abrazo, cuando apoyé mi cabeza en su pecho desnudo, y senti el calor de su boca en mi cabeza, en mis cabellos despeinados, en mis ojos, en mi frente, en mis mejillas y en mi boca. Cuando me besó en los labios, sentí como si una brasa de fuego quemara mis labios, y me pareció que me derretía de placer.

Devolvi el beso y lo abracé con fuerza, como queriendo retenerlo en mi cuarto, como protegiéndolo de la lluvia fría, como quieriéndo atarlo a mi vida definitivamente.

Su cuerpo se unió al mío , se incrustó en mis flancos, se mezclaron nuestras piernas y nuestros brazos y creí morir cuando sus manos grandes acariciaron mis nalgas, una y otra vez, y yo tomé con mi mano derecha su enorme pija erecta y la apreté hasta causar su grito y la sobé y acaricié desde la cabecita hasta los huevos y el devolvía mis caricias, amasando mi culo , entrando un dedo y luego dos en mi orto, acariciando mi espalda, mi nuca, mi cabeza.

Yo levanté los ojos y encontré en los suyos mi imagen apasionada, y volvimos a besarnos y a abrazarnos y a acariciárnos como si no hubiere mañana.

El me levantó, como si quisiera evitar que me cayera redondo al piso. Y yo me dejé aupar como si fuera un niño, mis piernas rodeando su cintura, mi pija apoyada en su pecho, sus brazos sosteniéndome el culo hasta volverme loco de deseo.

Me abracé a su cuerpo para no caerme y sentí su inmenso calor, su piel afiebrada y sudada y caí en la cama boca arriba y lo miré por primera vez , y me asombró su cara desfigurada por el deseo., los ojos entrecerrados, la boca en un rictus de pasión, la respiración entrecortada.

Su cuerpo caia pesadamente sobre el mío, su piel se pegaba con tenacidad sobre la mía, y con fuerza inaudita su pija grande y gruesa se hundía entre mis piernas. Olí su suave olor a limpio, percibí la tersura masculina de su piel, su boca en mi boca, su necesidad.

Pasé mis manos por sus espaldas, por su culo fuerte , su cuello grueso y perfecto, y me pareció que el tiempo se paraba como parada estaba mi verga y grité su nombre mil veces mientras el , me chupaba el orto, y luego lubricaba y abría mi culo, hundía sus dedos para preparar su entrada triunfal.

Abrí mis piernas y las puse sobre sus hombros y el sin mayores preámbulos me penetró profundamente, con su daga ardiente de carne, con su virilidad de fuego. Quise gritar pero no pude, pues su boca tapó la mía, su lengua se adueñó de mi garganta, y el sordo eco de sus embestidas, de su verga enorme entrando y saliendo de mi culo, incendiaban mis entrañas hasta quitarme la respiración.

Había parado de llover. Por la ventana parecía retornar la luna llena. Con un grito animal, Ismael acabó toda su leche, toda su lava, en mi cuerpo, y apenas se salió de mi, comencé a extrañarlo.

galansoy

Un relato para calentarse y para reir . Espero les agrade. Valórenlo por favor. Muchos abrazos ,g.