En tu mirada 9

Disculpen la tardanza. Está un poco corto, el próximo será más largo y ya se acerca el final de la historia.

Capítulo 9

En uno de esos viajes...

-¡La puta madre Daniela!-decía claramente enojada en la recepción del hotel.

-¿Qué pasa?-decía acercándose en tono juguetón.

-¿Reservaste sólo una habitación?-

-¡Noouuu! Reservé dos habitaciones simples-dice sonriendo-¿Por qué?

-La recepcionista me está diciendo que sólo hay una habitación reservada a nombre tuyo y por si fuera poco dice que es la suite matrimonial-cruza sus brazos.

-No, debe haber un error. Te juro que yo reservé dos habitaciones. Bueno-dice pensativa- pensándolo bien, le dije a mi secretaria que reservara una suite matrimonial para mis padres en Milán. Seguramente se confundió con el destino. Y ¡Voilá! Nos tocó la suite matrimonial a nosotras-dice juntando sus manos emocionada.

-¡No puede ser!- se tapa la cara con sus manos, suspira- Señorita-dirigiéndose a la recepcionista- Dígame que tiene habitaciones disponibles por favor- hacía ademán con las manos suplicando.

-Lo lamento, no quedan habitaciones disponibles. Esta época del año se llena de turistas y por la locación es imprescindible reservar por lo menos dos meses con antelación.

Gabriella arrugó la cara.

-¡Bien! Me iré a otro hotel. ¡Tú!-dirigiéndose a Daniela- te puedes quedar aquí. Yo me largo.

Mientras hacía ademán de irse, Daniela la detiene.

-¡Nooooo! Tú no te vas. A estas alturas no vas a encontrar nada libre nena. Quedémonos aquí las dos. Prometo no hacer nada que te disguste-levanta la mano en señal de juramento.

-¡No confío en tí! Además no creo que a mi novia le guste esta situación-cruza los brazos nuevamente.

-¡Simple! No le digas-sonríe- no haré nada en serio.

-Sólo porque es de noche. Mañana me largo.

-¡Bien!-sonríe.

Por supuesto que todo era un plan de Daniela para poder dormir con Gabriella y que bien le había resultado todo hasta ahora. Sólo le faltaba lo más importante: "Que Gabriella quiera sexo toda la noche conmigo" pensaba y se moría por estar otra vez en sus brazos. Recordaba esos momentos de cama con ella y quería repetir y si era posible para siempre. Porque si había algo de lo que estaba segura, era que quería estar con Gabriella y haría todo lo que le fuese posible para conquistarla. Sólo que no contaba con su astucia, Gabriella ya se había enamorado y no precisamente de ella, sino de Fernanda.

Llegan a la suite matrimonial en completo silencio. Como era de esperarse era inmensa, espaciosa y estaba muy bien decorada.

-Bien, tu duerme tranquila en la cama. Yo dormiré en el sofá- decía Gabriella agradeciendo a todos los poderes celestiales de que hubiese un sofá, sólo rogaba que al día siguiente se levantara sin dolores.

-¡No seas tonta! Duerme en la cama conmigo.

-Estás loca si piensas que voy a dormir en la misma cama que tu. ¡Entiéndelo! Daniela métete en la cabeza que no va a pasar nada. Por favor-suplicaba con las manos- no me molestes, de verdad. Esto que teníamos fue lindo mientras duró, de hecho me encantó. Lo sabes. Pero se terminó, me ahogabas. Me asfixiabas y me cansé. Eres hermosa, eres realmente bella. Deberías buscar a alguien que te corresponda. Yo no puedo.

Gabriella se fué a la ducha, al cabo de unos 20 minutos sale ya vestida y encuentra a Daniela completamente desnuda en la cama.

-¿Pero qué carajos?

-Antes de que digas cualquiera, hablaré yo. No me daré por vencida. No sé con quien sales ni me importa, porque eres mía. Porque no importa cuanto tiempo pase yo te amo y te voy a conquistar de nuevo.

-Pierdes tu tiempo.

Sale de la habitación. Iba maldiciendo por lo bajo y camino al bar del hotel sin querer choca con una chica.

-¡Oh lo siento!

-No está bien, yo venía distraída.

La chica levantó la mirada y sus ojos con los de Gabriella se encontraron.

-¡No puede ser!

-¿Paulina?

-Gabriella Mendoza.

-Tanto tiempo.

Se abrazan.

-¡Estás bellísima! Mejor que antes.

-Bueno gracias por decirme que era fea.

-No no, no me malinterpretes. Si antes eras hermosa, ahora estás hecha un caramelo- la miraba de arriba a abajo.

-Sólo bromeo.

-Como siempre.

-¿Cómo va todo? La última vez que supe de ti, estabas diseñando en Roma.

-Tutto va bene principessa-ríen.

-Felice di vederti bella-

-Wow tu italiano mejora.

-Sí, ahora hablo varios idiomas por mi trabajo.

-No lo dudo empresaria.

-Tu también me dices así- arruga la cara.

-¿Alguien más te dice así? Recuerdo que te decía eso cuando salíamos en la universidad.

-Sí, es verdad-hacía gesto de querer recordar aunque no lo recordaba, sólo tenía en mente que así le decía su actual novia.

-¿Bueno y que te trae por aquí?-cruza sus brazos y sonríe.

-Estoy con mi jefa tratando de concretar un negocio aquí. Pero no la estoy pasando bien que digamos-apreta la mandíbula.

-¿Bueno que te parece si vamos al bar a tomarnos una copa y nos ponemos al día? De paso me cuentas porqué no la estás pasando bien en el paraíso donde estamos.-toma la mano de Gabriella y sin esperar respuesta la lleva al bar, se sientan en la barra y piden dos cubalibre.

Mientras bebían se pusieron al día, Gabriella le dijo que estaba saliendo con una hermosa chica y que estaba enamorada. Pero Daniela su jefa le hacía la vida imposible porque estaba enamorada de ella y que no sabía de que otra forma decirle que la dejara en paz y que para colmo sólo reservó una habitación y tenía que dormir en la misma suite que ella y blah blah blah.

-Ya veo-decía mientras bebía un sorbo de su trago.

-¡Uff sí!- también bebió de su trago.

-Bueno si de algo sirve, esta noche tenía que "enrollarme" con una rubia que está para chuparse los dedos- decía mientras hacía gesto de orgasmo.

-¿Y de qué me sirve eso?-reía mientras bebía.

-Jajaja que me invitó a su habitación de hotel y mi habitación va a quedar libre-sonríe con picardía.

-Oh no me estarás diciendo lo que creo- juntó sus manos en señal de oración.

-Así es bonita, te puedes quedar en la mía-sonríe.

-Oh no sabes cuanto te quiero en este momento.

-Jajaja sí lo sé.

-Esta es la llave de la habitación- se la entrega- de verdad lo más probable es que me quede hasta mañana con la otra chica, así que es toda tuya.

-Gracias gracias gracias. Que suerte encontrarte aquí.

-Lo se principessa. Me alegra tanto verte después de tanto tiempo.

Sonríen.

Estuvieron hablando otro rato, contándose la vida de la otra y dejándose sus respectivos números celulares. Gabriella como era costumbre le entregó una de sus tarjetas personales con todos sus números de contactos y dirección. Finalmente, se despidieron prometiéndose estar en contacto.

Gabriella sigilosamente abre la puerta de la suite, encuentra a Daniela dormida por suerte y agradece a todos los santos. Recoje su maleta y sale nuevamente. Ya en la habitación de Paulina, se instala y se acuesta. Toma su celular y decide llamar a Fernanda, aunque posiblemente se encontrara dormida por la hora.

Ring, ring. No contesta. Decide volver a marcar y esta vez consigue escuchar su voz.

-¿Hola?-pregunta medio dormida.

-Mi amor.

-Mi vida... ¿Cómo estás? ¿Llegaste bien? Estuve esperando tu llamada pero me quedé dormida.

-Me imagino amor, es super tarde allá. Discúlpame por no llamarte antes.

-¿Sí, por qué no llamaste antes?

Gabriella suspira.

-Amor no te enojes.

-¿Qué pasó ahora?

Gabriella le contó lo sucedido con Daniela y que se encontró con una vieja amiga (no le dijo que había tenido algo con ella, después de todo fue algo pasajero y habían quedado en buenos términos).

-Esa hija de...

-No digas groserías Fernanda. Ya está.

-No, no está. Ella no te va a dejar tranquila nunca. Tienes que renunciar, buscar otro trabajo. Puedes hablar con Lorenzo, el quiere que trabajes con él y...-se ve interrumpida.

-¡No! Yo no tengo porqué renunciar por Daniela, me gusta mi trabajo, me gusta mi independencia. Y ni loca le pediré trabajo a Lorenzo.

-¡Tu padre coño! Gabriella no seas inmadura. Eres muy orgullosa. Pues bien, yo te daré un empujoncito.

-¿De qué hablas?

-Quiero que renuncies.

-¿Qué?

-Lo que escuchaste. No te quiero cerca de esa mujer.

-Mira muchachita yo no tengo porque hacerte caso a ti.

-Sí, si tienes. Yo soy tu mujer.

-Eso no te da derecho a decirme qué hacer Fernanda.

-Pues bien, no tengo nada más que hablar contigo.

Fernanda cuelga.

-Fer, Fer. ¡Me lleva!

Vuelve a llamarla. Afortunadamente contesta.

-¿Qué?

-Mira quien habla de inmadurez.

-Estoy hablando en serio. Yo no pienso dejar que esa se te acerque. Si no quieres trabajar con tu papá no lo hagas, puedes trabajar en otras empresas. Amor por favor, lo siento sí. Pero entiéndeme.

-Te entiendo pero es mi trabajo Fernanda. Yo decido que hacer.

-Tienes razón. Espero que la decisión que tomes no los afecte como pareja.

-No tiene porqué afectarnos.

-Sí, si tiene.

-Mira hablamos cuando llegue a la ciudad mejor. Mañana mismo me regreso.

-Está bien.

Cuelga nuevamente.

Gabriella ahoga un grito en la almohada.

A la mañana siguiente, cuando se estaba terminando de arreglar para el desayuno de negocios, llegó Paulina.

-Wow si que tu noche estuvo buena.

-Buena no, buenísima-se reía. Se acostó en la cama- puedes creer que pasamos toda la noche haciéndolo hasta hace un ratito que se quedó dormida y me vine para acá.

-Que bueno, me alegra por ti.

-¿Y ese genio?

-Que no estoy para cumplir deseos.

-¿Qué paso ahora con tu jefa?

-Con mi jefa no, con mi novia sí.

-Bueno cuéntame.

-Le conté lo qué paso con mi jefa y se enojó feo. Me pidió que renunciara y buscara otro trabajo.

-Bueno tiene un punto.

-¿Estás de acuerdo?

-No, pero en parte defiende lo que es suyo.

-¿Entonces, qué debería hacer?

-Lo que creas mejor para ti, para tu relación.

-Bien, lo tomaré en cuenta. Gracias por todo, me iré hoy mismo.

-¿Qué? Pensé que te quedaban un par de días más aquí.

-No, me iré en la tarde.

-Bueno fue un placer verte. En un par de meses estaré por ahí, te buscaré.

Se despiden con un fuerte abrazo y prometen verse pronto.

Gabriella se dirige al restaurant del hotel donde ya la está esperando Daniela.

-Buenos días.

-¿Se puede saber dónde carajos has estado?

-Problema tuyo no es.

-Por supuesto que sí. Se te olvida que vinimos juntas, además me tenías preocupada.

Gabriella rápidamente cambia el tema al ver a los empresarios llegar a la mesa.

-Bienvenidos señores.

-Gracias señorita Mendoza.

-Un placer, tomen asiento por favor.

Amablemente pidieron el desayuno y mientras comían, conversaban. Estuvieron deliberando largo rato hasta que para suerte de Gabriella pudo sacar el trato. Como ya tenía listo el contrato, lo sacó y se los dió a los empresarios que gustosamente firmaron sin chistar (cabe destacar que anteriormente se les había enviado una copia a ellos). Daniela miraba embobada. Después de una media hora los empresarios se retiraron, prometiendo estar en contacto para próximos arreglos.

-Wow eso fue fabuloso-dijo

-Lo fue-terminé mi café-bueno fué un placer, adiós.-me levanto y me dispongo a marcharme pero alguien me detiene.

-No puedes irte aún, nos quedan dos días más para disfrutar puesto que ya cerramos el trato.

-Precisamente por eso, me voy. No tengo porque quedarme aquí contigo amargándome la existencia.

-Pero...pero...

-Pero un carajo. Y te lo advierto, si sigues con tu plan de conquista...-me interrumpe.

-¿Qué harás?

-Renunciaré-suspiré.

Larga una carcajada.

-¿Tú? ¿Renunciar? No lo creo-cruza sus brazos.

-¿Y por qué no?

-Porque no creo que en otra empresa te den el mismo trato que en la de mi padre.

-¿Y qué? A mi no me hace falta nada. Daniela por lo que más quieras, déjame en paz.

-¿O qué?

-O te demando.

-¿Demandarme?-abre los ojos.

-Así es-cruzo mis brazos.

-Pues demándame con ganas- se acerca rápidamente a Gabriella y le planta tremendo beso en la boca. Gabriella intentaba zafarse pero no lo conseguía hasta que mordió los labios de Daniela y ahora sí se separaron.

-¡Ooochhh!- decía tocándose suavemente su labio inferior- ¡Eres una bruta! Mira nada mas, me sangra el labio.

Gabriella se limpiaba su boca.

-Eso te pasa por atrevida. ¡La puta madre! Hasta cuando contigo. Al regresar verás a mi abogada-se aleja.

"Ya veremos Gabriella, Ya veremos" pensó para sí misma Daniela.

10 horas después.

Toc toc.

-¿Quién será a esta hora? Consuelo abre la puerta. !Hugh! !Hugh! ¡Bah! Ni modo abriré yo misma. Donde se encuentran cuando se les necesita-abre la puerta.

-¿En qué puedo... Vaya que sorpresa Gabriella. Pensé que era alguien más.

-Buenas noches señora. Lamento venir así sin avisar pero...

-Pues no hace falta que avises nada, esta también es tu casa. Pasa adelante.

Carmen sonríe ampliamente. Gabriella no tiene más remedio que sonreirle de vuelta.

-¿Te puedo ofrecer algo de tomar?

-No, gracias. Vine a...

-Sí sí. Tu padre está en la sala de estar. Bueno a decir verdad, todos estamos ahí. Estamos por cenar. ¿Gustas acompañarnos?

-No, no. Quizás en otra oportunidad.

-Bueno como quieras. Estás en tu casa.

-Gracias.

Gabriella se dirige a la sala de estar esperando encontrarse con Fernanda que no le atendía llamadas ni mensajes. Pero al llegar no se encuentra con ella, sino con sus hermanos y su padre.

-¡Vaya vaya! Hermanita-dice Juan Pablo.

-Juan hermano-se abrazan.

-¡Por fin te vemos la cara!-dice Lisa también abrazándola.

Por último se acerca Dominic y la abraza también.

-Estabas perdida nena.

-Ustedes también ni una llamadita.

-Si si.

-Gabriella hija que gusto verte-comenta emocionado su padre.

-Lo mismo digo.

Mercedes también estaba ahí, se saludan y después fija su mirada en Fernanda que venía llegando de la mano de Emma que se suelta rápidamente y corre hacia Gabriella.

-¡Gaby gaby!-decía riendo.

Gabriella la carga en sus brazos y le da muchos besitos.

-Hola princesita. ¡Wow! Que grande y pesada estás.

La niña ríe.

-¿Que hacías?

-Jugaba a las muñecas con Fer-ríe.

Gabriella mira fijamente a su novia.

-¿No me saludas?-dice soltando finalmente a la niña que se va corriendo.

-¿Se conocen?-pregunta Dominic que ya le había echado el ojo a Fernanda sin importar que ahora fuesen hermanastros y que no tenía idea de la relación que ésta tenía con su hermana.

-¿Conocerse? Estás lento Dom-dice Lisa riéndose.

-¿Por qué?-pregunta confundido.

-Eso te pasa por no asistir a la boda de pap-continúa Lisa.

-¿Por qué?-repite desesperado por respuestas.

-Pasa hermanito que Gaby te ganó-suelta Juan.

-Hijo Fernanda es la novia de tu hermana.

-¡¿Qué?!-pregunta evidentemente confundido y molesto a la vez.

-Pues sí-termina de responder Lisa.

A todas estas mientras ellos seguían hablando, no se dieron cuenta que hacía mil horas que Fernanda y Gabriella se habían ido. Bueno realmente Fernanda se había ido y Gabriella fue tras ella.

-Fer espera.

Fernanda se detiene en seco.

-¿Qué quieres?

-¿Por qué me hablas así? ¿Qué te pasa?

-¿A mi? Nada.

-Te conozco algo te pasa.

-¡Ay Gabriella! Dime que quieres. Debo estudiar para un examen y no puedo perder el tiempo.

-¡Wow! Estar con tu novia es perder el tiempo.

-¡Ajá!-respondió irónicamente y sin mirarla a los ojos- pensé que dijiste que nunca volverías a ésta casa.

-Pues no pensaba volver-decía confundida aún por la reacción de Fernanda- pero eso pasa cuando mi novia vive aquí y no me contesta el puto teléfono. Pensé que te había pasado algo.

-No seas dramática.

-¡La puta..-trata de controlarse, apreta la mandíbula y sus puños.-¿Me vas a decir que carajos te pasa?

-Pasa que he sido una tonta. Te creí como estúpida y tú sólo jugaste conmigo.

-¿Pero qu... qué estás diciendo? ¿Ah qué te refieres amor?

-No me vuelvas a decir amor en tu vida Gabriella. Esto se acabó-sale corriendo de vuelta a la casa.

Gabriella la persigue pero ni caso. Al llegar a la sala y preguntar por ella, le dijeron que se había ido a su habitación a "estudiar". Fue hasta su habitación y tocó.

-Ábreme Fer. Necesitamos hablar.

-Vete Gabriella. Déjame en paz.

Gabriella en su confusión, no intentó nada más. Se despidió de todos diciendo que tenía que levantarse temprano para trabajar. Le dejó un beso a Emma que ya se encontraba dormida en los brazos de Lisa.

Sin más se dirigió a su auto y condujo a su casa. Iba sumergida en pensamientos y en ninguno de éstos se encontraba la prueba de haberle hecho algo a Fernanda. Jugó limpio siempre. Nunca la engaño, nunca. No entendía el porqué de la reacción de su novia. "Estará en sus días que se yo" pensó para sí misma intentando ponerle un toque de humor, cuando estuviera más calmada hablaría con ella. Al llegar a su departamento se fué directo a la cama y a pesar de qué no quería dormirse aún, cayó en un sueño profundo hasta el día siguiente.

3 días después las cosas seguían igual con Fernanda, no respondía nada de Gabriella y ésta como cosa rara se encerraba en su oficina a trabajar como loca. Nada hacía que perdiera la concentración, le pidió a su secretaria que por favor no le pasara llamadas y que cancelara cualquier cita personal con ella. Así pues, seguía en lo suyo cuando su celular comenzaba a sonar con un tonito muy peculiar. ¡La re pu.. Ah Laura. Contestó apresuradamente.

-¡Laura!-

-Hasta que por fin mija.

-Perdón, estaba ocupada. Menos mal llamas. He estado como loca tratando de ubicarte y nada. Llamé a tu oficina y tu asistente me dijo que estabas en Suiza.

-¡Uhuh! Sí, tuve que ir con Lorena a un viaje de negocios.

-Claro tu mujer si sabe controlarte-suelta coqueta.

-¡Oye! -piensa un momento- Pero si a quien engaño, ella me controla amiga-suelta un suspiro.

-Si, te dice esta noche no hay sexo y tu como perrita en celo haces lo que ella quiere.

-Bueno bueno ya. Tampoco es así.

-No te enojes, sabes que sólo bromeo- ríe.

-Lo sé amiga. Tengo muchas cosas para contarte.

-Yo también. Y necesito urgente que seas mi abogada.

-¿En qué coño te metiste ahora? O mejor dicho con quién.

-Bueno es complicado. No estoy metida en nada. Pero tengo un problema de acoso laboral.

-¿Qué? Y te quejas-ríe.

-Es en serio Lau no es tan divertido como crees. Estoy en pareja y esto me está volviendo loca.

-Bueno algo haremos para.-deja de hablar- Un momento. Ya va. ¿Estás en pareja?

-Sí-

-Amiga creo que tenemos que juntarnos más seguido.

-Lo sé. ¿Cuándo nos podemos ver?

-Hoy mismo si quieres.

-Perfecto, nos vemos esta noche en mi apartamento.

Horas después.

Toco toc.

-Voy.

Abre la puerta y se encuentra con su mejor amiga y su esposa.

Entre sonrisas y abrazos se incorporan en la sala de estar.

-Muy lindo apartamento Gabriella-comenta Lorena.

-Sí, está lindo.

-Gracias chicas.

-Por cierto, sé que la charla que íbamos a tener era entre "nosotras"-hace gesto de comillas- pero sabes que Lorena tiene mejores consejos para eso del amor y no quería dejarla solita-hace pucherito.

Gabriella ríe.

-Ah sí todo bien. Mientras más ayuda mejor.

-Bien manos a la obra.

-Sí pero espero que tengan hambre.

-Pues que bueno que preguntas porque sí.

Laura recibe un golpecito de Lorena en el hombro.

-¡Ouch!

Gabriella vuelve a reír.

-Tranquila Lore, conozco perfectamente a mi amiga. Mira- se va a la cocina y regresa con una pizza y una botella de vino- ¡Voila! La pedí hace un rato y la trajeron justo antes de que llegaran.

-Ahora sí me presto mis servicios gratuitos- recibe otro golpecito de Lorena.

Todas ríen. Y entre pizza y vino Gabriella les contó toda la historia no sólo de Fernanda sino de Daniela también. Al finalizar Laura y Lorena se miraron cómplices.

-¿Y?-pregunta Gabriella bebiendo un sorbo de vino.

-Amiga hace meses sales con alguien y no me habías dicho.

-Bueno no creí que fuese para tanto pero me enamoré.

-Ya veo- silva- bueno primero lo primero. ¿Qué le hiciste para que reaccionara así?

-Nada. Te juro que nada, o sea fuí fiel, sincera. Esperé todo lo que quiso para estar juntas. Me porté como toda una dama-Laura la mira incrédula- es en serio. Nunca había hablado más en serio en mi corta vida- hace gestos dramáticos.

-No seas tan dramática jaja. Te creo amiga. ¡Wow! Sí que estás enamorada mira que solicitar ayuda para llegar al fondo de esto habla mucho de lo que sientes.

-Lo sé. Estoy desesperada, hace días que está rara, me dijo que la deje en paz y no me contesta las llamadas ni me responde los mensajes.

-Bueno si me permites Gabriella. Yo creo que ella piensa que tú le hiciste algo, o sea quizás piensa que la engañaste o le mentiste.

-Sí, pero yo trato de recordar y no sé que pude haberle hecho. No le mentí en nada y mucho menos la engañé.

-¿Y si alguien le dijo algo malo de ti?

Gabriella piensa un momento.

-Puede ser. Daniela es capaz de lo que sea, ya me lo dejó en claro- recordó el beso que Daniela le dió en el viaje- ¡La put.. Creo que ya se que pasó.

-Cuenta cuenta.

-Bueno hace unos días viajé con Daniela para mi desgracia y ella me besó. Quizás se enteró de eso.

-¿Y no se lo dijiste?

-Bueno se lo iba a decir apenas llegara pero llegué y me encontré con que no quiere hablarme ni nada. Así que no me dió chance de nada.

-Bueno plan b. Hay que descubrir si es eso y quién se lo dijo.

-Bien. ¿Lo de Daniela?

-Yo me encargo. Mañana mismo hablo con el juez. Pero tienes que renunciar.

-Lo sé, mañana mismo hablo con Don Ernesto.

-Bien.

-Manos a la obra.