En tu mirada 6 y 7

Disculpen la tardanza. Aquí les dejo la continuación de esta historia. Espero les guste!

Capítulo 6

El viaje a New York fue un infierno para Gabriella. Pero sorprendentemente todo un éxito. Pudieron concretar el negocio y recibir unos cuantos millones de más que no caen mal.

Daniela por su parte sí que sabe negociar, pudo conseguir otro contrato a largo plazo que les permitirá tener un mayor acceso al mercado estadounidense. Se preguntaran que pasó con Gabriella todo este tiempo, bueno simplemente se dedicó a asistir a Daniela, trató de hablar estrictamente lo necesario y después de cada reunión se iba a su habitación de hotel. Daniela la molestaba cada vez que podía. Siempre se la pasó coqueteándole y dejando en claro que son pareja, lo cual no es cierto. Lo peor de todo es que ni siquiera pudo desmentirla. En fin, entre cielo y tierra no hay nada oculto. Nada más que compañeras de trabajo, siendo Daniela su jefa.

Estuvieron dos semanas y media en New York, más de lo que se quedarían y obviamente Daniela tenía que ver en eso. Quería quedarse el mayor tiempo posible al lado de Gabriella, pero no contó con su astucia, ésta no le prestó ni la más mínima atención. Gabriella hablaba con Fernanda en cada oportunidad que tenía y le contaba lo que estaba pasando con Daniela, estaba furiosa y se moría de los celos pero era mejor ser sincera con ella, no sabía si después Daniela diría algo que no le favoreciera. Se quedaba tranquila con cada te quiero y Gaby, a su vez, se dormía soñando con ella, con su Fer. No podía creer que en poco tiempo se había enamorado de ella. Gabriella Mendoza. Empresaria de profesión, mujeriega de corazón. Pero ya no más, se terminaron esas nochecitas vacías. Quería dedicarse por completo a Fer, ella merecía su total respeto.

Por fin llegaron a su ciudad. Se liberaba de su tormento. Adiós Daniela. Llegó a su departamento, se duchó, se acostó un rato. Se quedó profundamente dormida, despertó al día siguiente.. ¡Viernes oh sí! No iría a trabajar. No le dijo a nadie que había llegado, así que sería sorpresa. Lo primero que hizo fue dirigirse al estudio de su madre, al llegar su secretaria la recibió tiernamente. La hizo esperar unos minutos ya que su madre se encontraba en una importante reunión. Mientras esperaba, se tomaba una taza de café y de repente una chica rubia se acercó a ella. Dejó de tomar su café y pudo observar que la chica estaba buenísima, debía estar en los 30 más o menos. Pero por más linda que fuera, su corazón ya tenía dueña: Fernanda.

-Hola. Alissa (la secretaria de su madre) me dijo que estabas aquí esperando. ¿Eres la hija de Isabella cierto?-preguntó sonriendo.

-Así es. Gabriella Mendoza, un gusto-Me levanté y le ofrecí mi mano.

-Un gusto señorita Mendoza, yo soy...-se ve interrumpida.

-Gabriella hija- y ahí estaba mi madre tan hermosa como siempre, pensó para sí misma.

-Madre, que gusto verte-sonreímos.

-Espero que hayas tenido un buen viaje-sonriente.

-Pues, pudo haber sido mejor pero para qué quejarme.

-¿Tuviste problemas en el avión?

-No, todo bien. Cosas mías mamá.

-Bueno hija, que gusto que ya estés aquí.

La chica que estaba a su lado de pronto carraspea haciendo notar su presencia.

-Oohh que maleducada soy. Hija veo que ya conociste a Valentina.

Mierda, ella era Valentina.

-Así es-digo sonriendo tímidamente.

-Bueno justo estaba en eso cuando llegaste Isabella. Un gusto-le ofrece su mano-Valentina Ferreira-la tomó y estrecharon las manos.

-Un gusto señorita Ferreira.

-¿Por qué tanto formalismo chicas? En fin, ya que estás aquí por qué no vamos a almorzar las tres. Así hablamos y ustedes se conocen más.

Valentina no dejaba de sonreír y su madre más todavía.

-Eehhmm. No, lo siento madre. Ya tenía planes. Quizás en otra oportunidad.

-Pero..-

-Madre lo siento, en serio. Ya me comprometí. Discúlpame Valentina-le sonrió y ella asintió, se dirigió de nuevo a su madre.- sólo vine a ver como estabas, pero ya debo irme-le dió un fuerte abrazo y un beso en su frente-nos vemos prontito- Valentina, ha sido un placer- se acercó y le dió un suave beso en su mejilla. Acto seguido abandonó el estudio, se subió a su auto y emprendió su camino hacia la facultad de su novia. Sabía que tenía clases hoy hasta el mediodía, así que estaba a tiempo. Llegó, se estacionó y se fue a la entrada. Ahí la esperó unos 20 minutos, antes de verla salir con sus amigas. Hablaba con ellas y se reía a carcajadas. Estaba tan linda como siempre. Su sonrisa era algo indescriptible. No se había percatado aún de que la observaba su adorable novia. Cuando se estaba acercando a dónde Gabriella estaba, le gritó.

-Hola extraña-con su mayor sonrisa. Ella se dió vuelta y se miraron. Su sonrisa cambió drásticamente, estaba sorprendida supongo. Luego de unos segundos, volvió a sonreír.

-Mi amor-salió corriendo a abrazarla- ¿qué haces aquí?

-Wow, noto cuánto te alegra verme-dijo sarcásticamente.

-Jaja claro que me alegra, sólo que estoy sorprendida-la abraza de nuevo- que linda estás.

Sonrió.

-Tú también estás muy linda.

Una voz las interrumpe.

-Dale Fer, esperamos por ti.

-Chicas vengan, así las presento.

Las chicas se acercan a donde estaban.

-Chicas, ella es Gabriella, mi novia.

-Por fín te conocemos. Un gusto soy Rocío-se acerca y se saludan de beso.

-Supongo que te acuerdas de mí-le saludó de beso también.

-Claro Flor. Que gusto verte de nuevo.

-Igualmente. Tenías a Fernanda en ascuas. Se enamoró de su celular, siempre lo tenía a la mano esperando una llamada tuya.

-¡Hey!-cruzando sus brazos.

Gabriella rió.

-¿Cuándo llegaste amor?

-Ayer en la noche, no te avisé porque quería que fuese sorpresa mi vida. Y para serte sincera, quería descansar. No fue el mejor viaje que digamos.

-Me imagino- arruga la cara.

-Justo vamos a almorzar. ¿Vienes con nosotras?

-Sí seguro, si no hay problema con tus amigas.

-No, todo bien. Vamos.

Se dirigieron al restaurante, fueron en el auto de Gabriella. Al llegar, hicieron lo que obviamente se hace en un restaurante (¡Pues obvio no!). Hablaron, comieron, bebieron. Todo fue muy ameno, las amigas de Fer son agradables y le cayeron bien a Gabriella. Después de un par de horas, pagaron la cuenta y se fueron. Con gusto, Gabriella llevó a sus amigas a sus respectivas casas y después llevó a Fer a la suya. En la misma esquina de siempre.

-Que gusto verte de nuevo hermosa.

-Mmmju- se acercó y le dió un suave beso en los labios.

Cuando se iba a despegar, Gabriella la agarró de su nuca y la besó con ganas, bien apasionado.Sui lengua entró en su boca y ella lo disfrutaba. Después de unos minutos, ella se alejó nuevamente.

-Amor eres tan linda. Te extrañé tanto.

-Lo sé.

-Engreída.

Gabriella rió.

-¿Qué harás esta noche?

-Nada. Estoy muy cansada, la facultad me consume horrible.

-Me imagino. Pero escucha, me gustaría que te quedes conmigo hoy.

-Amor me encantaría pero no creo que pueda.

-¿Por qué?

-Pasa que mi madre me tiene vigilada prácticamente. Me escuchó hablar contigo por teléfono y está cómo loca. Ella no sabe que soy lesbiana. Se puso como loca en serio. Me reclamó feo, por suerte ahí estaba mi hermana y me defendió. Y para colmo, nos mudamos la próxima semana a la casa del marido de mi madre.

-No me habías dicho.

-No quería joderte con más cosas.

-No me jodes, al contrario. Me encanta que me cuentes tus cosas. Si hay algo que pueda hacer, no dudes en decirme.

-Lo sé. Te quiero.

-Yo más.

-Linda-me da un pico- sabes, mi madre se casa en un mes.

-¿Aahh sí?

-Sí. Me gustaría que vinieras conmigo, mi hermana se muere por conocerte. Pero no sé como se lo tomaría mi madre. Me dijo que podía invitar a quien yo quisiera. Pero eso fue antes de que me escuchara hablar por teléfono. Ahora no estoy segura.

-Está todo bien, no importa. Si quieres que vaya, yo estaré ahí. Y si no se puede, pues ni modo.

-Mmmju-volvieron a besarse.

Se despidieron. Fer prometió avisarle si podía quedarse con ella a la noche y Gaby rogó porque así fuera.

Capítulo 7

-Mamá llegué-gritó Fernanda.

-Al fin llegas. ¿Dónde estuviste jovencita?- dice poniendo sus manos en su cintura en señal de molestia.

-Fui con las chicas a comer por ahí.

-Estoy tan estresada con todo lo de la boda que ni siquiera te pienso interrogar.

-Aiishh-

-Me voy, tengo cita con la planeadora de bodas. Todo está quedando perfecto y Lorenzo me está dejando hacer lo que yo quiera.

-Me alegro madre.

-Bueno ahora sí me voy. Me quedo con Lorenzo esta noche, así que más les vale que se comporten tu hermana y tú. Nos vemos mañana. Y cuidadito con hacer tonterías.

-Sí madre-suspira.

Carmen (la madre de Fernanda y Mercedes) se va casi corriendo.

-¡Al fin! Sola soledad- sonríe.

Se abre la puerta de la entrada.

-¡Familia.. Llegué!

-Adiós soledad. Familia yo nada más. Nuestra querida madre se fue corriendo a terminar los detalles de la boda, que sé yo.

-Sí, eso la tiene loca- se queda unos segundos pensando- bueno más de lo que ya está- sacude su cabeza rápidamente- Y tú... ¿Qué me cuentas?

-¿De qué?

-De tu vida mija. Aiishhh.

-No tengo nada para contarte- se tapa la cara con sus manos.

-Y esa noviecita tuya... ¿Cuándo llega de su interminable viaje?

-Ya llegó. De hecho recién nos vimos- Fer pone cara trágica.

-¡Mijaaaa! Te lo tenías guardadito. ¿Cómo fue? Tienes como gesto de dolor en tu cara. ¿Te dolió?- junta sus manos en señal de oración.

-No seas estúpida Mercedes. No ha pasado nada. Es sólo que toda esta situación con mamá. Ella no acepta como soy. Me preocupa tanto arruinarle su gran momento de convertirse en la esposa del famoso empresario Lorenzo Mendoza- hace un gesto exagerado que causa la risa de su hermana.

-Mira tarada. No te preocupes. Yo digo que vivas tu vida como quieras, total... Es tuya, tu decides qué hacer. Por lo de mi mamá, estate tranquila. Algún día lo va a aceptar. Además, está tan risueña con su boda, que prácticamente somos un cero a la izquierda. Yo digo que vayas a la casa de tu noviecita, que por cierto no sé cuando carajos me la vas a presentar, yo tengo que darle el visto bueno. Pero como te seguía diciendo, ve a su casa y fóllatela. Diviértete, pásala bien. Yo te doy permiso.

Fernanda se volvió a tapar la cara con sus manos y su hermana reía como loca. Pero sí, le hizo caso a su hermanita. Tenía ganas de estar con Gabriella, se moría por hacer el amor. Cada vez que estaba con ella, sentía que podía tocar las estrellas, no se imaginaba como sería estar sexualmente con ella. Pasaron 3 horas y ya Fernanda se estaba terminando de arreglar para ir a la casa de su novia.

-Pero mijaaaa. ¿Para dónde vas así? Pareces prosti. Sin ofender- se pone su mano en su boca en señal de asombro y disculpa a la vez.

-¿Tan mal estoy? O sea, me quería ver provocativa pero no sé- se miraba en el espejo con dudas.

-Bueno eso depende a donde vayas.

-Voy a la casa de tu cuñada.

-O sea, que tu estás dispuesta a que te cog...

¡Mercedes! Interrumpe Fernanda la palabrota que iba a decir su hermana.

-¿Qué? Es verdad, estás lista para.. Tu sabes-hace un gesto sexual con su mano.

-Te pasas.

-Te estoy jodiendo nada más. 1) Estás provocativa, check. 2) Déjate el pelo suelto, a los hombres les encanta. Supongo que a las mujeres también- Fernanda le hace caso y se lo suelta.- así está mejor, check. 3) Espero que te hayas puesto ropa interior de encaje- Fernanda se le queda viendo pensativa.

-No te pienso contestar eso.

-Bueno haya tú. Te doy consejos y no me aprecias. Ya otra te hubiese cobrado.- pone su mano en su pecho fingiendo estar ofendida.

-Está bien- suspira- Sí, hace unos días compré ropa interior a juego de encaje. La traigo puesta- se muerde nerviosa el labio inferior.

-Muy bien, check entonces.

-¿Algún otro consejo? Ya sabes a que me refiero.

-Bueno que abras bien tus piernas y deja que Gabriella se encagué de todo.- sonríe de oreja a oreja, le encantaba molestar a su hermana.

Fernanda sonrió al imaginarse en esa situación.

-¡Uuh! Otra cosa- hace una pausa dramática y Fernanda esperaba atenta- ¿Te depilaste verdad?

Fernanda le lanza una almohada.

-Eres detestable.

Mercedes se aleja muerta de la risa.

Fernanda al espejo:

-Bueno Fer, tu puedes. Deja que Gabriella se encagué de todo. Sí, eso.

Se acomoda un poco más su camisa, bueno, realmente acomodando sus pechos. Exactamente como su hermana lo hacía. Y listo, se puso un poco de perfume, tomó su bolso y su celular. Se despidió de su hermana, quien le hizo un gesto sexual con sus manos y se reía a carcajadas. Tomó un taxi y se dirigió a la casa de Gabriella.

20 minutos después ya se encontraba en la puerta del departamento de su novia. Tocó el timbre. No le había avisado que venía porque quería que fuese sorpresa, pero la sorprendida podría ser ella al ver que nadie abría la puerta. Tocó otra vez el timbre y nada. Cuando decide irse cabizbaja y decepcionada ¡Bam! Gabriella abre la puerta con tan sólo una bata encima. Al parecer estaba tomando una ducha.

-Fer.

Sonríen.

-Hola mi amor.

-Hola, pasa adelante. Qué sorpresa, pensé que no podías venir- se dan un beso fugaz.

-Sí, pero tenía ganas de verte. Igual mi mamá se va a quedar hoy con su novio, así que prácticamente me escapé- sonríe pícaramente.

Gabriella la mira embobada. Fernanda se veía esquisitamente atractiva.

-Me alegra que vinieras.

Sonríen.

-¿Tomabas una ducha?- Gaby asiente y Fer se ríe- perdón, no quería interrumpirte.

-Está bien. Pero debo terminar, creo que aún tengo jabón en la espalda jaja-

-Jajaja bueno si quieres yo te ayudo a quitártelo- la mira con lascivia.

-Jajaja a mi me encantaría pero no creo que sea posible. Temo que si me ves desnuda no puedas resistirte- la mira con picardía.

-Pruébame-

-¿Estás juguetona hoy eehh?- se acerca lentamente y pone sus manos en la cintura de Fer. La acerca a ella y la besa apasionadamente. Fernanda pone sus manos en su cuello. Después de un par de minutos, se despegan.

-Mmm que ricos son tus besos.

-Lo sé.

-¿Hay algo que no sepas?

Gabriella se queda pensando un momento.

-Pues no, lo sé todo.

Se ríe.

-Que egocéntrica eres.

-Jajaja sabes que es joda mi amor.

-Sí lo se- le da un pico.

-Bueno será mejor que me termine de duchar. Ya vuelvo. Estás en tu casa-sonríen.

Al cabo de unos 15 minutos.

-Listo hermosa.

Ambas sonríen nuevamente.

-Quedaste linda

-O sea, que antes estaba fea.

-Jajaja no, ahora estás más linda

-Bueno bueno- se dan un beso- Yo debo decir que tú estás... ¡Madre mía!

Fernanda se sonroja y baja la cabeza apenada. Gabriella la miraba divertida aunque también con lascivia puesto que se moría por quitarle la ropa a su novia.

-Me encanta que hayas venido. Te extrañé tanto- la abraza.

-Yo también mi amor- se funden nuevamente en un beso apasionado que Gabriella corta rápido por obvias razones.

-Amor, me encanta besarte pero si seguimos así no voy a aguantar.

-¿No vas a aguantar que?- Fer la miraba divertida, por supuesto que sabía a lo que se refería, pero quería que fuese su novia la que diera el primer paso puesto que ella ni puta idea tenía de como empezar aquel acto que tanto deseaba. Ya no quería esperar más, no le importaba que fuese así tan de repente.

-No voy a poder aguantar las ganas de hacerte el amor Fernanda- la abraza y esconde su cara en su cuello- Mmm hueles tan bien mi amor, te deseo tanto.

Fernanda a esa altura le temblaba todo, la respiración de su novia en su cuello le producía unas cosquillas tan lindas. Estaba segura que quería hacerlo con ella, pero se moría de los nervios y de la verguenza, sería la primera vez que una mujer la vería desnuda. Pero ya decidida, contesta firme.

-Amor. No quiero que aguantes nada.

Gabriella se incorpora y la mira fijamente a los ojos.

-¿Eehh?-pregunta confundida.

-Sí, mira-suspira- estos días que estuviste de viaje, me dí cuenta que despertaste en mí deseos que ni sabía que existían- Gabriella la escuchaba atenta, Fer suspira- lo que intento decir, es que, decidí que quiero que seas la primera.

-¿La primera?

-Sí amor, ya sabes.

-No, no sé.

Gabriella obviamente entendía pero quería que fuese Fernanda quien dijera las palabras que tanto quería escuchar.

Fernanda suspira nuevamente.

-Quiero que seas mi primera vez-baja su cabeza sonrojada.

Gabriella sonríe y celebra por dentro.

-¿Estás segura?-le toma la barbilla y levanta su rostro para que la mire a los ojos.

-Sí, estoy completamente segura.

Se funden en un beso tierno, dulce. Un beso que lo dijo todo.

-No tengo ningún problema con esperar un poco más.

-¡NO! No quiero que esperes más. En serio, te necesito. Quiero que me hagas el amor- se miran fijamente- Aquí y ahora.

Gabriella sintió una corriente eléctrica atravesar todo su cuerpo. La sensación de saber que estaba a punto de ser la primera mujer en la vida de alguien la puso nerviosa pero estaba consciente que haría hasta lo imposible por hacerla disfrutar como nunca.

-Yo me muero por hacértelo- se besan apasionadamente, ya sin restricciones, se mordían los labios, jugaban con sus lenguas, se acariciaban. Gabriella no perdió tiempo y puso sus manos en la cola de su novia, apretaba fuerte, lo que hizo que Fernanda se sobresaltara un poco pero disfrutando igual. Poco a poco se fueron acercando al sofá y Gabriella ejerciendo su liderazgo, sentó a Fernanda en el sofá.

Se alejó un poco de ella pero en frente igual. Comenzó a quitarse su ropa. Primero su camisa. Fernanda la miraba atenta, excitada y con ganas de más. Se mordía el labio inferior, mientras que Gabriella la miraba llena de lascivia.

Procedió a quitarse el pantalón, hasta quedar en ropa interior. Fernanda detallaba cada parte de su cuerpo, le encantaba lo que veía. Gabriella era una adicta al ejercicio, le gustaba verse bien, sentirse bien y obviamente le gustaba robar miradas y suspiros de toda mujer que se encontraba. Ahora sólo quería robarle el aliento a la persona que le había devuelto las ganas de amar. Y estaba frente a ella.

-Qué hermosa eres- se pasó la lengua por sus labios.

-Tú eres hermosa. Creo que estás con mucha ropa mi amor.

-Sí- Fernanda se puso rojita.

-¿Qué pasa?

-Es que sinceramente, prefiero que tu seas quien me quite la ropa. Estoy muy nerviosa.-baja su cabeza apenada.

-No, mi amor. No estés nerviosa- se acerca a ella, se arrodilla y toma sus manos, las besa- tranquila, confía en mí- Fernanda asiente y sonríe tímidamente. Le da un beso fugaz en sus labios.

Acto seguido, Gabriella le quita su camisa lentamente y puede ver ese par de bellezas que tanto se había imaginado en sueños. Pasa su lengua por sus labios y se inclina para darle un besito en su canalillo. Fernanda al sentir el contacto de sus labios, gime. Baja con besitos por su abdomen plano, pues a pesar de que Fernanda no hacía tanto ejercicio, se mantenía en forma. Llegó al comienzo de su pantalón pero no se detuvo, siguió bajando con besos. Depositó un suave beso en su sexo por encima del pantalón. Lo que hizo que Fernanda se pusiera más húmeda todavía. Sentía su respiración acelerada, el deseo por sentir a Gabriella era incontrolable. Le quizó sus zapatillas de tacón alto y llevó sus manos al cierre de su pantalón. Miró fijamente a Fernanda que estaba atenta a cada movimiento.

-¿Puedo?

Fernanda asiente. Gabriella sonríe.

Procede a desabrochar su pantalón y con ayuda de su novia se lo baja y quita. ¡Voila! Quedó frente a ella ese sexo que tanto deseaba y que en sueños buscaba. Estaba realmente excitada y quería como loca sentir la lengua de su novia por todo su cuerpo. (No Gabriela, esta noche es de Fer. Aguántate). Besó sus piernas tiernamente, luego con un poco de lengua. Fernanda se movía inquieta, estaba humedeciéndose cada vez más. Gabriella subió nuevamente y la besó en la boca con lengua casi que se la comía. Llevó sus manos a sus pechos y los apretaba, mientras Fer ya con más confianza, tocaba la cola de su novia.

-¡Estoy muy excitada!- exclamó Fer agitadamente.

-Yo también mi vida. ¿Quieres que vayamos a la cama?.

-Sí, vamos.

Se incorporan rápidamente y se dirigen a la habitación. Una vez dentro, Gabriella empuja a Fernanda en la cama y ésta cae de espalda a ella. Se sube a la cintura de su novia y se sienta a horcajadas justo a la altura de su sexo. Se empieza a mover. "Aaahh" sale de la boca de Fernanda que ya no sabía si estaba a punto de hacer el amor o estaba en el País de las Maravillas. Y realmente se encontraba en un punto medio, porque estaba extasiada con la maravillosa lengua de su novia que cada vez aplicaba un nuevo truco en su boca. Estaba maravillada de lo habilidosa que era moviéndose en su cuerpo. Estaba perdiendo la poca lucidez que le quedaba pero veía todo mucho más claro que antes. De repente Gabriella se baja de su cuerpo y se sienta de rodillas en la cama. Fernanda se queda descolocada. Le gustaba lo que le estaba haciendo y quería seguir sintiéndolo.

  • Ven, arriba- le ofrece sus manos. Fernanda se incorpora e imita la posición de Gabriella. Quedan frente a frente arrodilladas en la cama.

Gabriella lleva sus manos a la espalda de su novia y le quita la prenda que le estorba. Frente a ella quedan descubiertos sus hermosos pechos. Sus pezones se encontraban erguidos debido a la excitación acumulada en tan poco tiempo. Fernanda baja su cabeza mostrando verguenza. Gabriella la levanta y hace que la mire.

-Estás hermosa, me encanta tu cuerpo- le pasa su lengua por sus labios, luego muerde suavemente su labio inferior para posteriormente succionarlo un poco.

-Mmm-Fernanda suelta un gemido ahogado.

-¿Te gusta?

-Mmmju.

-Me gustaría hacer lo mismo acá- y al decir esto posa sus manos en sus pechos y aprieta un poco, juega con sus dedos en sus pezones.

-Hazlo mi amor. Son tuyos- se miran con deseo.

Gabriella acostó nuevamente a su novia y se lanzó a comerle sus pechos literalmente. Primero los beso tiernamente. Recorrió con su lengua cada uno de ellos. Mientras tenía un pezón en su boca, el otro era atendido por sus dedos y viceversa. Lamió, mordió y succionó por un buen rato sus pechos. Fernanda acariciaba los brazos de Gabriela, mientras no se perdía ni por un segundo lo que le estaba haciendo. Gemía por lo bajo y emitía soniditos de puro gusto. Gabriella emprendió un caminito de besos, bajó con besos por su abdomen, se entretuvó con su ombligo al que no le faltó su ración de lengua, continuó bajando hasta llegar a ese lugar sagrado. Miró con lascivia a ese manjar que estaba a punto de degustar. Rozó con sus dedos la tela de sus bragas, con cuidado aparto un poquito la tela y en el lado que quedó descubierto, se acercó y deposito un beso. Fernanda casi se viene al sentir el aliento caliente de su novia en su sexo.

-¿Puedo?- esa preguntita innecesaria volvió otra vez, aunque a estas alturas no había manera que alguna de las dos pararan, Gabriella quería estar completamente segura que su novia quería seguir. Al notar que ésta asentía, comenzó a bajar sus bragas para dejar al descubierto su sexo brilloso ya por la excitación que se cargaba. Al tener en sus manos sus bragas, Gabriella las acerca a su nariz e inhala profundamente para impregnarse de su olor. Fernanda no pudo evitar gemir al ver a su novia hacer eso.

-Me encanta tu olor. No me imagino lo mucho que me va a gustar probarte.

Dicho esto, Fernanda sintió su corazón saltar literalmente de la emoción, acelerarse por los nervios y palpitar a ritmo con las palpitaciones de bueno... Allá abajo. Ustedes entienden.

Gabriella acercó su boca a su sexo y empezó a inspeccionar con su boca todos los rincones de ese lugarcito sagrado que por primera vez estaban descubriendo. Con sus dedos abrió sus labios y pasó su lengua, recorrió suavemente toda su zona con ella. Llegó a su clítoris que estaba super hinchado listo para ser atendido, no corta ni perezosa Gabriella empezó a estimularlo con vehemencia.

-¡Oh dios!- exclamó una Fernanda totalmente descontrolada, se movía como loca, inquieta. Sus manos agarraban fuertemente las sábanas y gemía cada vez más alto.

-Mmm me encanta tu sabor. Que rica estás.

-Mmmju. Sigue mi amor.

-¿Te gusta lo que te hago?

-Mmm.. ¡Aaaahh!- Fernanda se limitaba a gemir, no podía pronunciar ni una palabra con lógica.

Sentía esa corriente eléctrica subir y bajar, llegar hasta lo más profundo de su ser. Le palpitaba hasta el alma.

Gabriella seguía comiéndose su sexo como loca. Lamía, mordía suavemente, succionaba una y otra vez el sexo de su novia, bebiéndose todo lo que emanaba de el. Cuando sintió las contracciones vaginales, supo que su novia estaba próxima a correrse y decidió parar.

Subió con besos hasta llegar a su boca.

Se quitó su sujetador y sus bragas. Fernanda pudo ver por primera vez el cuerpo desnudo de Gabriella y lo recorrió con la mirada.

-¿Te gusta lo que ves?

-Mmmju. Eres preciosa.

Gabriella sonríe.

-Date la vuelta. Quiero que estés de espalda a mi.

Fernanda asiente.

Una vez establecidas en la posición de "cucharita" Gabriella besaba el cuello de su novia y le daba besos húmedos en su espalda. Simultáneamente masajeaba sus pechos y de vez en cuando los apretaba. Por otra parte, Fernanda sentía el cuerpo desnudo de su novia pegado al suyo y disfrutada de la sensación que eso le causaba. Fue bajando con su mano hasta encontrarse nuevamente con su hermoso sexo, siguió acariciándolo de arriba a abajo y luego cuando sintió que la respiración de su novia se volvía cada vez más agitada acompañada de gemidos ahogados, estimuló su clítoris. Lo hacía de arriba a abajo, luego de un lado al otro y por último de forma circular. Siguió así unos minutitos más. Fernanda sentía como su cuerpo ardía de placer. Buscó la boca de Gabriella que entendió perfectamente lo que quería su novia y le comió la boca, la besaba apasionadamente mientras apuraba sus movimientos en su sexo. Uno, dos, tres. Los espasmos se hacían cada vez más frecuentes cuando un "Aahhh" salió de la boca de Fernanda que atrapó en la suya su novia. Fernanda temblaba de placer, sentía ese calorcito recorrer todo su cuerpo. Se sentía en las nubes, tocaba las estrellas. Había ido al espacio y recorrido la vía láctea un millón de veces en tan sólo 12 segundos. Gabriella seguía acariciándola pero lentamente, alargando un poquito más el primer orgasmo de su novia. Después de unos minutos, la respiración de Fer volvía a la normalidad.

-¡Oh dios! Todo me tiembla.

Gabriella ríe.

-¿Cómo te sientes?

-No sé, es una sensación tan divina. Me siento muy bien.

-Jajaja bueno me alegra pero espero que no estés cansada.

-¿Por qué?

-Porque aún no terminamos mi amor.

-¿No?- pregunta sorprendida, se podía ver claramente que estaba un poco agotada y es normal debido a la intensidad del orgasmo.

-No mi amor. Se te olvida que yo sigo excitada-la miro con lascivia.

-Cierto mi vida. Pero eso se puede arreglar.

-¿Aaahh sí?

-Sí. Pero humildemente digo que no tengo idea de qué hacer- se sonroja.

Gabriella soltó una carcajada, le encantaba la inocencia de Fernanda.

-No te preocupes por eso. Hoy es tu noche y aún eres virgen.

Fernanda abrió los ojos como platos. No pudo decir nada porque Gabriella la besó.

Empezó a jugar nuevamente con sus dedos en su sexo, buscando su entrada. Acaricaba suavemente, hizo el amague de entrar pero cuando Fernanda sintió sus dedos queriendo entrar, la detuvo con su mano.

-¡Para!

-¿Qué pasa?

-Tengo miedo, me va a doler.

Gabriella le dio un pico a su nariz. Le dedicó una sonrisa sincera, de esas en las que puedes ver a través del alma.

-¡Confía en mí! Yo no te lastimaría jamás. Va a doler un poco quizás, pero después te va a resultar muy rico te lo prometo. Te va a gustar.

Fernanda asiente.

-Hazlo con cuidado por favor.

Ahora asiente Gabriella.

Siguió jugando con sus dedos y sin previo aviso introdujo uno en su interior, al mismo tiempo que besó a Fernanda en la boca mientras ésta ahogaba un gemido en su boca.

-¡Aaahhh!- exclamó.

-¿Duele?- preguntaba mientras no se movía dentro, pero empezaba a acariciar su clítoris para que se relajara un poco.

-Sí, dolió-Fernanda tenía los ojos cerrados y Gabriella aprovechó para darle besos en sus párpados, besó su frente, sus mejillas, su nariz y por último sus labios. Fernanda abrió sus ojos, se encontró a los de su novia de frente. Esa era la señal para seguir y así lo hizo. Se movía lentamente en su interior. No pasó mucho tiempo cuando ya Fernanda buscaba el roce de su novia más seguido, se movía a ritmo con los dedos de Gabriella, que pronto introdujo otro más, ocasionando en Fer un gemido ahogado.

Gabriella penetraba cada vez más rápido a Fernanda que se agarraba fuertemente a las sábanas y de vez en cuando acariciaba a Gabriella, sus brazos, su cuello y su espalda también. Mientras seguía haciendo de las suyas en su interior, se comía sus pechos, los devoraba y su novia vuelta loca sentía esa corriente cada vez más cerca.

Gabriella aceleraba sus movimientos cada vez que escuchaba esa melodía cerca de su oído, los gemidos de Fernanda se hacían más frecuentes. Esas contracciones succionaban los dedos de Gabriella quien rápidamente bajó a comer el sexo de su novia. Pasó su lengua por su clítoris, por toda su zona en realidad. Cuando Fernanda sintió que Gabriella metía su lengua en su interior, se dejó llevar. Se entregó por completo y descargó todo ser. Está de más decir, que Gabriella se bebió todo lo que salió del interior de su novia y lo hacía con todo el gusto. Fernanda tenía los ojos cerrados y seguía disfrutando de las sensaciones causadas por ese orgasmo celestial que acababa de tener.

Rápidamente Gabriella se subió a Fernanda y se puso de manera que sus sexos se rozaran, se movía lentamente. Fernanda acariciaba los pechos de Gabriella. Ésta de pronto paró los movimientos y se dedicó solamente a besar los labios de su novia, se besaban tiernamente pero desbordando pasión igual. Gabriella se acostó al lado de Fernanda y ésta como si Gabriella se lo pidiera, se subió a ella. Empezó a moverse lentamente.

-¿Lo hago bien?-preguntaba agitadamente.

-¡Ohhh sí! ¡Aaahhh!

-¿Te gusta?

-Mucho, no pares.

Entrelazaron sus manos mientras seguían besándose. Fernanda se movía lento ocasionando que Gabriella la tomara de sus caderas y la moviera también. Siguieron así unos cuantos minutos más.

-¡Oohh!

-¡Aaahhh!

-Sigue amor, me vengo.

Acto seguido Fernanda se empezó a mover como loca en el sexo de Gabriella. Un par de minutos después las dos estaban teniendo un orgasmo descomunal y sí, juntas.

Como la canción de Arjona, basta con resumir que se besaron hasta la sombra. Se conocieron mutuamente (corporalmente hablando) y se dieron unos cuantos orgasmos más. Fernanda aprendía rápido. Y Gabriella estaba contenta por ello.

Días pasaron en donde aprovechaban cada oportunidad que tenían para estar juntas y seguir amándose.

Fernanda se estaba mudando a casa de su "próximamente padrastro" y ese mismo día:

Suena el teléfono de Gabriella.

-Sí, diga.

-Hijita. ¿Cómo te va?

-Consuelo, muy bien. ¿Cómo está todo?

-Todo bien, sólo que te llamaba por qué me dijiste que ibas a venir a buscar tus cosas y te sigo esperando.

-Mierda. Cierto, se me había olvidado ese asuntico. Más tarde paso por allá.

-¿Más tarde mi niña?

-Sí, más tarde. Ahora te dejo porque voy a entrar a una reunión.

-Pero mi niña han pasado cosas que quizás debas saber.

-Sí nana, luego me cuentas. En serio no puedo hablar ahora. Hasta más tarde- cuelga.

-Licenciada Mendoza, esperamos por usted en la sala de juntas-lanzándole una mirada pícara.

-¡Wow! Qué formal.

-Pues dejaste claro que somos.

-Sí, tienes razón. Por cierto Daniela, estuve revisando estos documentos.

-Sí, dime.

-¿Tenemos que viajar a Londres la próxima semana cierto?

-Sí, tenemos que concretar el proyecto de la nueva sucursal de la empresa allá.

-Perfecto, bueno las demás dudas las aclaramos en la reunión.

-Bien.

Horas después.

-Bienvenidas chicas. Siéntanse cómodas. Ya las habitaciones están debidamente acondicionadas para ustedes. Hugo lleva el equipaje a las respectivas habitaciones por favor.

-Enseguida señor.

-Gracias mi amor, la casa está divina.

-De nada querida. Me imagino que deben tener hambre, ha sido un día difícil.

-Pues yo sí Lorenzo-lanzó Mercedes.

-Pues no se diga más.. ¡A comer!

Rato después tocan el tiembre en la casa de los Mendoza.

-Consuelo por favor abre la puerta.

-Enseguida señor.

-Quén será a estas horas. La gente ya no respeta en estos días-comentó Carmen.

Siguieron cenando. Mercedes y Fernanda en total silencio, mientras Lorenzo y Carmen charlaban de cosas triviales.

-¡Mi niña!

-Nana-

Se dan un fuerte abrazo.

-Discúlpame por no venir antes, estaba muy ocupada y bueno ya sabes cómo están las cosas.

-Y ahora están peores hija.

-¿Pasó algo?

-No, nada grave. Bueno creo.

-¿Qué pasó?

-Pues, que se acaba de mudar la mujer de tu papá.

-¿Qué?

-Sí, de hecho están cenando en este momento. Están sus hijas también.

-¿Y mis hermanos?

-No se encuentran.

-Ni modo, me podrías por favor buscar mis cosas. Dile a Hugo que te ayude.

-Sí mi niña, enseguida.

(Será mejor que espere aquí. ¡No! Yo tengo que ver a esa mujer de frente. Yo necesito saber quién separó a mi familia)

Gabriella se dirige al comedor, donde encuentra a su padre tranquilamente charlando. ¡En familia!

-¡Buenas noches!

-Gabriella hija- Lorenzo se levanta rápidamente de su silla.

-¿Cómo te va Mendoza?

-Tu padre Gabriella, coño. Respétame un poco.

Gabriella arrugó la cara.

No se había percatado que en la misma cena se encontraba Fernanda, puesto que estaba de espaldas a ella. Fernanda se da la vuelta.

-¡Gabriella!

-¡Fernanda!- abre los ojos como platos.

-¿Se conocen?-preguntaron al unísono Carmen y Lorenzo.

Gabriella se encontraba helada. Fernanda completamente descolocada. Ahora unía los puntos Lorenzo Mendoza. Gabriella Mendoza. (Claro, como pude no darme cuenta. Fernanda que ibas a saber).

(La puta madre, si Fernanda es hija de esta mujer, yo me muero).

Ninguna de las dos respondió, ambas se quedaron mirando fijamente a los ojos, tratando de encontrar una explicación a lo que posiblemente no tenía solución.