En tu mirada 2

No Fer, no está mal. Sólo que pareces desesperada, como si fueses virgen, algo así-dijo en broma. Fernanda se quedó seria y helada- Ya va ¿Tu no eres virgen o sí?.

Hola queridos lectores. Aquí les dejo la continuación del relato. Espero les guste. Besos.

En tu mirada

Parte 2

Tocaron la puerta de mi departamento. Eran las 2am y yo estaba perdida en el quinto sueño, quien podrá ser. Rápidamente me vestí y me dirigí hacia la puerta. Pregunté quien era y cuando escuché la voz ebria de Daniela, abrí la puerta.

-Pero que carajos haces Daniela, mírate-le dije acercándome a ella para sujetarla- y como hueles, te bebiste hasta el agua de la fuente.

-No tenía otra opción para calmar mis penas-respondió amargamente.

-Que dices, de que penas hablas-comenté.

-De la nuestra, de nuestro fallido amor-dijo.

-¿Fallido amor Daniela?-pregunté- nosotras nunca tuvimos un amor, una aventura tal vez, que te dejé claro desde siempre y tu aceptaste-dije mirándola fijamente-no quiero lastimarte, fui muy clara en no querer enamorarme y tu lo tomaste, no me vengas con fallido amor ahora-

-Sí se me olvidaba que sólo querías sexo pero perdóname si me salí del guión. En el amor no se manda-dijo con lágrimas en los ojos.

La miré con ternura, nunca pensé que se tomara tan serio unas cuantas noches de pasión.

-Ven, vamos-dije.

-¿A dónde?-preguntó.

-A tomar una ducha, la necesitas-respondí secamente.

Al llegar al cuarto de baño, la desnudé lentamente, nos mirabamos. Ella tenía la mirada perdida, como avergonzada y yo simplemente la contenía, quería protegerla pero no sabía como, no podía corresponderle de la misma manera, esta aventura se había salido de mis manos. Poco a poco la introduje en la bañera y dejé que se relajara un poco. Le pasaba la esponja por su espalda, el agua le caía de tal manera sensual, sólo que no era la ocasión perfecta para intentar algo.

-¿Te sientes mejor? Te noto más calmada. ¿Necesitas algo?- le pregunté con ternura.

-Que me abraces, que me quieras-respondió.

-Es que yo te quiero Daniela, pero no de la misma manera. Como dijiste en el amor no se manda y yo no quiero forzar algo que después termine peor-respondí.

-Si tan solo intentaras-dijo secamente- como te dije yo me conformo con tenerte de vez en cuando pero no soportaría que estuvieras con alguien más. ¿Es eso? ¿Estás con alguien más?-preguntó.

-No, no estoy con nadie en estos momentos-respondí-solamente he estado contigo Dani y a pesar de que esto no fuera una relación formal, te he respetado. No me interesa nadie más, pero tampoco quiero intentar algo contigo, por lo menos no en este momento. Hay cosas más importantes para mi ahora.

-¿Cómo cuáles?-preguntó.

-Como desempeñar bien mi cargo, como estar para mi familia, ayudar a mi madre, entre otras cosas. No estoy para una relación y punto. Tema cerrado.

-Bien, no jodo más con el tema-terminó de hablar.

La ayudé a salir de la bañera y a secarse, la llevé a mi habitación, le presté algo de ropa y la acosté.

--Descansa Dani-le dije.

-¿No te quedas conmigo a dormir? Aunque sea en plan de amigas-me preguntó.

Le sonreí.

-Será mejor que no, dulces sueños-terminé de decirle.

Me dirigí a la cocina por un vaso de agua fría, todo me daba vueltas, parecía como si Daniela hubiese acabado ella sola con el bar y la resaca la hubiese recibido yo. No le dí mas vueltas al asunto, termine mi vaso y me acoste en el sofá. El departamento era nuevo, aun no terminaba de amoblarlo, así que no me quedó otra opción. Intenté cerrar mis ojos y en menos de lo que canta un gallo, me dormí.

Me desperté a eso de las 8am, era sábado. Escuché ruidos en la cocina, me levanté con dolor de cuello y espalda, necesitaba un baño. Cuando alcé la vista, vi a una rubia hermosa saludarme.

-Buenos días preciosa-dijo Daniela-te preparé el desayuno, está todo en la mesa. Quiero disculparme por el episodio de ayer, estuvo mal que viniera en ese estado. No soy así y...-le interrumpí.

-Ya está, ya fue. Sé exactamente como eres, está olvidado-le respondí.

-Bueno bien. Me tomé el atrevimiento de tomar una ducha, espero no te moleste-

-No, en lo absoluto, estás en tu casa-

-Gracias. Debo irme, tengo cosas que hacer. Te pido nuevamente disculpas y voy a estar al margen.-

-Bien, nos vemos pronto entonces-

La observé cerrar la puerta y respire tan hondo. Comí algo de lo que Daniela había preparado, si que sabe cocinar. Cuando termine de desayunar, tomé una ducha rapida y salí a caminar. Debía hacer unas compras, además tenía que terminar de amoblar el departamento. Llamé a mi madre y nos pusimos de acuerdo para arreglar el departamento, terminamos de acomodar todo y el departamento quedó totalmente equipado, realmente sólo faltaban algunas cosas para la habitación de huéspedes y la pequeña oficina que tengo cerca de la cocina.

-Bueno, no puedes negar que tu madre tiene buen gusto-comentó graciosamente.

-Jajaja si madre, quedó todo muy lindo, gracias por ayudar-respondí.

-Estuve pensando, que tal vez podrías conocer a Valentina, es mi socia en la firma y estoy segura que se la van a llevar de maravilla y además...-interrumpí.

-Vamos madre, deja de buscarme pareja-respondí quejándome de su insistencia.

-Pero si apenas habló de una sencilla amistad, una cena romántica no caería nada mal-dijo sonriendo.

-He dicho que no madre, de verdad, estoy bien así-dí por terminado el tema- Y, ¿qué tal te va con Raúl?-

-Muy lista jovencita, cambiando tema. Con respecto a Raúl, me va exquisitamente, es muy tierno y muy bueno en lo que hace-dijo pícaramente refiriéndose al sexo. Raúl Fuentes, es la pareja de mi madre de hace más de 2 años, es un importante hombre de negocios en el país y fuera de el también.

-Ay madre, no necesito saber tu romance al pie de la letra vale.

Río a carcajadas. Nos sentamos en la mesa y merendamos. Estuvimos hablando por largo rato de tantas cosas que se nos pasó la hora. Ella recibió una llamada de Raúl y yo un mensaje de texto que no leí inmediatamente. Me despedí de mi madre con un beso en su mejilla, esperando verla pronto.

Tomé mi celular y revisé el mensaje, para mi sorpresa era Fernanda y decía: - buenas noches señorita empresaria, espero no sacarla de su innotable inspiración laboral. No se si estás ocupada, pero hoy salgo con mis amigas a un pub, se llama Girl´s in touch. Si quieres venir, sientete libre de hacerlo. PD: soy Fernanda, en caso de que no hayas guardado el número.-

Sonreí para mis adentros y decidí llamarla.

Ring Ring. Al segundo tono contestó.

-Hola señorita empresaria-dijo alegremente.

-Haces mal en invitarme a un pub-respondí secamente.

-Y.. ¿Eso por qué?-preguntó confundida.

-Bueno porque no sé bailar y vas a cargar con la tediosa tarea de explicarme cada movimiento- Era mentira, tomé clases de baile desde hace 4 años, así que era experta en cada ritmo.

-Ah me asusté, pensé que no querías empresaria aburrida-rio torpemente.

-Jaja bueno nos vemos ahí en un par de horas. Un beso-colgamos.

-Aaaahh dijo que sí, dijo que sí-dijo Fernanda para los 4 vientos y saltaba alegremente.

-¿Quién dijo que si?- preguntó Mercedes, la hermana de Fernanda.

-No nadie, una amiga-contestó Fernanda de manera seria.

-Vamos Fer, cuentame-lanzó Mercedes.

-Bueh esta bien. Conocí a alguien ayer, una chica divina, tiene unos ojos preciosos y es tan inteligente y...-interrumpió su hermana.

-Ya va, ¿me estás diciendo que conociste a alguien ayer y hoy ya la estás invitando a salir?-preguntó Mercedes.

-Ehh sí, es exactamente lo que te estoy diciendo-contestó confundida- ¿está mal que lo haya hecho?-preguntó.

-No Fer, no está mal. Sólo que pareces desesperada, como si fueses virgen, algo así-dijo en broma. Fernanda se quedó seria y helada- Ya va ¿Tu no eres virgen o sí?.

Fernanda lanzó una mirada que le dio a entender a su hermana que efectivamente la respuesta era afirmativa.

-Naaa Fer, me estás jodiendo. ¿En tus 20 años nadie te ha calentado la oreja?-preguntó Mercedes.

-Y bueno, sí. Pero nunca me dejé llevar a la cama por ellas-dijo tristemente.

-Y ¿Por qué Fer?-dijo Mercedes, tomando de la mano a su hermana y sentandola en la cama- Cuentame, yo puedo ayudarte.

-Porque siempre sentí miedo. Además esas chicas sólo querían utilizarme-

-Pero Fer, ese es el propósito de toda persona, llevar a la caa a otra.

-Yo no pienso así Mecha, de verdad. Siento que debe haber algo más. Por alguna razón con esta chica sentí cosas...-interrumpió Mercedes.

-Ya va, ¿pasó algo con esta chica que conociste? ¿Segunda base al menos?-

-No, no. Sentí cosas profundas ¿sabes? Como cuando sientes que algo mágico puede pasar.

-Ah no Fernanda, tu quieres cuentos de hadas y eso no existe. En serio hermanita, necesitas sexo para que dejes de pensar en palomitas amarillas.

-¿Palomitas amarillas?.

-Sí, sí.

-No entendí.

-Fernandaaaaa-gritó Mercedes-Que dejes de pensar en pajarillos preñados, a eso me refiero.

-Ah ya ya-respondió Fernanda. Aunque para sus adentros seguía sin entender.

-A ver, ¿Que es exactamente lo que te pasa con esta chica?-

-No sé, apenas nos conocemos pero siento que puede pasar algo lindo entre nosotras.

-Te vuelvo a preguntar y quiero una respuesta concreta. ¿Qué es exactamente lo que te pasa con esta chica?-

-Me gusta, me encanta, se que sólo ha pasado un día pero me gusta mucho y su sonrisa...-volvió a interrupir Mercedes.

-Bien te tengo la solución hermanita-dijo triunfante Mercedes.

-¿Ah sí? Y.. ¿Cuál es?- preguntó confundida Fernanda.

-Bésala-

-¿Qué? No, no puedo hacer eso-

-¿Y por quéno? Ay... ¿no me digas que tampoco has dado tu primer beso?-preguntó horrorizada Mercedes.

-Sí vale, que sí he besado y a varias pero no sé. ¿No crees que es muy pronto?-

-Ah que alivio. Una cosa menos que explicarte. Y no, no es muy pronto. O bueno si lo es- Oh válgame Dios, le estoy enseñando a mi hermana menor como putear. Dijo Mercedes para sus adentros.- A ver, recapitulemos querida hermanita. Deja que ella dé el primer paso, es mejor así. No te apresures.

-Pero me dijiste que...-interrumpió Mercedes.

-Sí, se lo que te dije pero aun no estas lista para actuar como yo.-

-Bien, dejo que ella me guíe.

-Bien, en lo que si puedo ayudarte, es en como debes vestirte. Oh sii.-

-No, creo que yo puedo con eso hermana, gracias.

-Bah, esta bien. Pero por favor, viestete sexy y maquíllate plisssss.-

-Jaja dalo por hecho.

Fernanda decidió ponerse unos jeans ajustados que resaltaban su buena figura, tacones no tan altos pero que aún así le daban elegancia. Eligió una camisa manga larga pegada al cuerpo de color azul. Dejó su cabello suelto y se maquilló un poco. Cuando estaba saliendo, su hermana la vio.

-No está nada mal-comentó pícaramente.

-Gracias, chau-respondió-

Camino al pub, se encontró con sus amigas, algunas de ellas con sus respectivas parejas y pidieron una ronda de tequilas.

Fernanda estaba nerviosa y sus amigas lo notaron.

-¿Estás bien?- preguntó Flor, mejor amiga de Fernanda y la única heterosexual seguramente del lugar.

-Sí todo bien, espero a alguien, es todo.

-¿En serio? Quien lo diría Fernanda. Conociste a alguien, por finnn-comento Flor. Ambas rieron y siguieron bebiendo.

Bien Gabriella piensa, que te puedes poner. Listo, botas con tacón bajo, pantalón ajustado negro y una camisa corta ajustada blanca, encima una chaqueta manga larga. Se arregló un poco, se maquilló y se puso un poco de perfume.

Tomó las llaves de su auto y su cartera. Y salió.

Camino al pub, pensaba como debía actuar con Fernanda, se notaba a simple vista que era diferente de las chicas con las que había estado. Era tímida, aunque se hacía la que no. Era sería, seguramente no buscaba divertirse con cualquiera, por eso le sorprendió la invitación a salir.

-Bueno supongo que si me da pase libre, lo tomaré-dijo triunfante.

Mientras Fernanda miraba insistentemente su reloj y su celular, fue a la barra a pedir otro trago para calmar sus nervios. Estando en la barra, se acercó alguien por detrás y le susurró en el oído.

-¿Cómo es que invitas a una chica a un pub con el nombre de girl´s in touch?

-Jajaja bueno me encanta este lugar, vengo muy seguido-comentó Fernanda casi gritando por el volumen de la música.

-Ah me imagino. Disculpa la tardanza-le dijo suavemente.

-No importa, ya estás aquí-

Se sonrieron tiernamente, esperando pasar una noche mágica en el principio de una nueva historia de amor.