En silla de ruedas

Una guapa mujer es animada por su esposo a tener otros amantes ya que este se encuentra impedido en silla de ruedas y no puede satisfacerla.

En silla de ruedas

Moha es una atractiva ama de casa que vive en el extrarradio de Londres... Ella tiene poco más de cuarenta años... Lleva casada ​​casi veinte años... Su esposo, Richard está confinado en una silla de ruedas.

Por desgracia, él ya no puede tener relaciones sexuales normales con su encantadora esposa y para satisfacerla usa su lengua y dedos para darle a Moha los mejores orgasmos posibles.

Ella tiene grandes pechos, aunque nunca se ha sometido a ninguna cirugía para aumentarlos... Son naturales a pesar de que la mayoría de los hombres pueden pensar lo contrario... Le encanta que su marido le estimule sus grandes pezones.

A los hombres también les encanta comentar sobre sus piernas sexys y su adorable culo, porque en realidad ella es muy apetecible.

Richard, su marido, lleva ya años confinado en una silla de ruedas y cada vez está más preocupado por satisfacer sexualmente lo mejor que puede a su amada esposa.

Él ha tenido muchas conversaciones con Moha sobre permitirle estar con otros hombres en casa para disfrutar sexualmente con ellos, pero ella siempre lo ha rechazado, aunque a veces a regañadientes, la oferta de su marido... Bueno, la ha rechazado hasta hace poco.

Una noche, Moha estaba sentada, desnuda, sobre la cara de su esposo, como lo había hecho muchas noches en el pasado, cuando le recordó lo mucho que le gustaba su lengua lamiéndole su clítoris.

Le encantaba que él se entregase totalmente a satisfacerla y sentía lo bien que trabajaba con su lengua hasta que estuvo completamente agotada tras tener varios orgasmos seguidos esa noche.

Fue entonces cuando Moha le habló traer a otra mujer al dormitorio... Ella le dijo que así no sentiría que lo estaba engañando si trajera a un hombre... Y estuvieron de acuerdo.

Moha ya tenía en mente a esa mujer... Era una compañera de trabajo que era bisexual y desde hacía tiempo, se sentían atraídas las dos.

Eso funcionó muy bien... Moha y su nueva amante pasaron un par de meses disfrutando del sexo de una manera inolvidable para ella, ante la mirada de su marido, que en ningún momento intervino.

A Moha le encantaba el toque suave que la otra mujer le daba por todo su cuerpo y que era muy parecido a la lengua de su marido.

Una noche, Moha habló con su esposo sobre una oferta que le ofreció su amante... Ella tenía un novio y estaba dispuesta a compartirlo, si le apeteciese y su marido se lo autorizase.

Al marido de Moha no le importó... De hecho, animó a su esposa y pensó que podría ser bueno para ella follar con otro hombre ya que él esto no se lo podía ofrecer aunque quisiera.

El siguiente fin de semana, Moha invitó a cenar a su amante y a su pareja... Esa noche Moha vivió su primer trío con una mujer y otro hombre... Fue una noche en la que la follaron hasta dejarla agotada pero muy feliz de haberlo hecho.

Más tarde, esa noche, Moha le contó a su esposo todo sobre su experiencia vivida mientras ella se sentaba desnuda sobre su rostro y aún tuvo dos buenos orgasmos cabalgando la cara de Richard mientras le explicaba con detalle todos esos momentos íntimos que vivió con la pareja... Estaba sumamente caliente y muy puta.

Durante varios meses, Moha compartió al novio de su amante femenina hasta que ambos se casaron y se mudaron a otro estado, quedando afectada por la pérdida de esta forma de sexo.

Pasaron unas semanas después de que fueran cuando una nueva oportunidad surgió en la vida de Moha.

Un afroamericano, llamado Jason, se mudó a la casa de al lado... Él era soltero y tenía poco más de treinta años... Trabajaba como ingeniero en una empresa londinense... Era alto y musculoso y le encantaba hacer ejercicio por las noches.

Este hombre era el primer negro en mudarse al vecindario de Moha y por su carácter abierto y simpático, se hizo amigo del marido de Moha... Compartían el gusto por los deportes y pasaban sus horas libres viendo partidos en la televisión.

Fue tal la amistad que cogieron que Jason llevó al esposo de Moha a un partido de fútbol usando y conduciendo la camioneta que ellos compraron especial para que Moha pudiera transportarlo... En resumen, se hicieron buenos amigos.

Moha disfrutó tener a Jason en su casa y ver la alegría que le traía a su esposo Richard tener un amigo viviendo justo al lado y dedicarle tanto tiempo a él... Eso la hizo sentirse muy agradecida.

Una noche Moha terminó de tener un par de orgasmos muy intenso y se bajó de la cara de su marido... Ella le dio besos en sus labios, como solía hacerlo siempre como agradecimiento, cuando, sin esperarlo, Richart le hizo esta pregunta que la dejó un tanto desconcertada:

  • “Cariño, me preguntaba si encuentras atractivo a Jason.”

Moha realmente no sabía cómo responder a esa pregunta, pero dijo que pensaba que él era una buena persona y físicamente era guapo... Y si, le resultaba atractivo.

La conversación duró más de una hora esa noche y Richard le explicó que pensaba que Jason se sentía atraído por ella y que podría ser una gran oportunidad para ambos, el poder follar y disfrutar mucho.

Moha finalmente admitió esa noche que siempre sintió curiosidad por los hombres negros... Desde que estaba en la universidad se preguntó cómo sería hacer el amor con un hombre negro.

Moha y Richard continuaron esta conversación el día siguiente y durante toda la semana, conversación que a ella la ponía muy caliente y terminaba en la cama, desnuda y sobre la cara de su esposo, que le provocaba orgasmos deliciosos con su lengua.

Por mucho que disfrutaran de su amistad con Jason, ambos no querían arruinar lo que tenían como buen vecino, amigo y compañero de deportes para su esposo.

Poco a poco, Richard le dio a Jason algunas pistas sobre cómo era su relación sexual con su esposa... Y Jason parecía intrigado al saber cómo disfrutaban ellos del sexo, ante la invalidez de él.

Un viernes por la noche, Moha invitó a Jason a cenar y luego vieron una película juntos... Moha se disculpó para ir a preparar bebidas para todos y cuando volvió, minutos más tarde, iba vestida con ropa muy sexy.

Se sentó en el sofá junto a Jason compartiendo un plato de palomitas de maíz... El marido de Moha sabía lo que estaba haciendo y se centró en la película.

No pasó mucho tiempo en que Jason pusiera la palma de su mano sobre el muslo de Moha... Ella reaccionó abriendo las piernas ligeramente para permitirle a Jason acceder a la parte interna del muslo si así lo deseaba.

No hizo falta mucho para convencer a Jason de que tenía una invitación abierta y él acercó lentamente la mano al coño de Moha.

Richard, viendo lo que estaba sucediendo apagó la luz de la lámpara de pie y el salón se oscureció, pues quedó tan sólo iluminado por la luz del televisor.

Cuando de nuevo Richart giró levemente la cabeza hacia su esposa, vió que ella estaba arqueada de su asiento... Jason le estaba tocando su coño.

Pasaron unos minutos y Moha se encerró en un apasionado beso con Jason.

El beso pareció durar una eternidad y cuando finalmente rompió el beso y miró a su marido, él asintió con la cabeza dándole permiso para dirigirse hacia el dormitorio... Esa era la señal que habían planeado si todo iba bien.

Moha se levantó, cogió de la mano a Jason, lo condujo al dormitorio y cerró la puerta.

Moha sabía que su marido estaba de acuerdo con eso... Él le había dicho que si las cosas llegaban tan lejos para poder follar, que no preocuparse por él... La animó a cerrar la puerta para tener privacidad pensando que Jason podría sentirse incómodo.

Esa noche, Moha descubrió lo que era hacer el amor con un hombre negro... También se enteró de lo que había oído acerca de las grandes pollas que tienen los hombres negros.

Moha tenía todo planeado por etapas esa noche... Incluso permitiría que Jason se la follara a pelo y lo hizo... Salieron a la mañana siguiente bien tarde ya... A ella se la veía muy agotada y con las piernas mojadas de semen que le salía del coño.

Han pasado varios meses desde la primera noche que Moha folló con Jason... Él está invitado a cenar al menos dos veces por semana, en especial los viernes... Y cada noche termina igual... Y cada mañana, ella sale desnuda y con las piernas flojas... Siempre muy agotada.

Y Richard ha empezado a disfrutar de todo esto... Le permiten que esté presente en el dormitorio mientras follan y aunque ya no puede practicar sexo, disfruta viendo a su esposa como se corre y cómo recibe el semen de Jason.

Luego ella se levanta cada vez y pone su coño cremoso, húmedo y bien usado en la boca de su esposo Richard para que se lo limpie y saboree le leche de Jason y el flujo que tiene dentro de su coño o culo, pues depende por donde se la haya metido Jason.

¿Se quedará preñada de tanto ser follada?... Opinen de ello.

F I N