En mi soledad... 3
Sigo con mi soledad, con deseos de ser azotada...
A veces intento negarlo, como diciendo no, no sé, no sé que quiere que desea en ese momento que haga, pero me engaño a mi misma, se perfectamente lo que espera de mi, se que quieres que me exprima, que lo dé todo y cada cosa en su momento...pero a veces me engaño a mi misma.
Después del tiempo transcurrido cree que ya debo de estar bien preparada, domada a su estilo a lo que desea, y efectivamente, así me siento, así quiero estar, así quiero actuar, así quiero comportarme, a la media de sus deseos que a su vez son los míos, y no se si es apropósito, sólo se que disfruto complaciéndole, hago lo que le gusta, lo que quiere, porque eso es lo que a mi me gusta, y lo que quiero. No sé si me explico bien, pero esa sensación de mi existencia en la suya es lo que me lleva a un nirvana indescriptible.
Lo hice, quería hacerlo, él seguía arriba, ignorando como me encontraba, que calor sentía en todo mi cuerpo, aunque la temperatura no era elevada, yo sudaba, me notaba el sudor por todo mi interior.
Allí me encontraba, toda espatarrada, abiertas mis piernas, con cada brazo del sillón acogiendo mis muslos, en esa posición, caliente, con los pezones duros, con el chocho húmedo, sólo quería sentir en ese momento como, no controlaba esos pensamientos, azotaban mi culo, sentir calor en los glúteos, sentir quemazón, sentir picor, escozor, sentirlo golpeado una vez y otra.
Ese pensamiento incontrolado, no paraba, mi mano seguía ahí, en el coño, abierta, entera, abarcándolo por completo, quieta, sabiendo que al mínimo movimiento la castaña se volvería loca, la sentía como controlada, esperando ansiosa cualquier descuido, cualquier fricción para reventar, para que la pipa ya hinchada reventara de calentura.
Necesitaba correrme, quería hacerlo, pero ese pensamiento que, ahora ya en todo momento, abarcaba por completo toda mi mente.
Levantarme de ese sillón, bajar mis piernas de donde tan cómodamente las tengo para tener expuesto mi coño permitiendo el fácil manipular, ponerme de pie, nerviosa, excitada, caliente, con la adrenalina apoderándose de mi, sin querer, dirigiéndome a la cocina, no sé porqué, una fuerza, sin pensar, todo el pensamiento puesto en los azotes que tanto deseaba, todos mis pensamientos puestos en como mi coño chorrearía de jugos, se correría de gusto sintiendo los azotes, el calor, la picazón, el dolor...
Y él arriba dormido, y yo queriendo su polla...
Y él arriba dormido, y yo queriendo su fuerza su poder, sus azotes, sus manos, su fusta. Queriendo que me hiciera quejar, dándome con sus manos, hinchando el coño, azotándolo una vez y otra, volviéndome loca, usando la fusta, dejando marcas en mis muslos, en los glúteos, una vez y otra, y yo queriendo más, y yo pidiendo más, y el coño cada vez más cachondo, y la pipa cada vez con más ganas de reventar de explotar.
Y él recreándose, como cada vez que me azota, cada vez que sabe que su deseo se mezcla con el mío, cada vez que lee en mis ojos, lo que necesito, cada vez que hace conmigo lo que necesita y lo que necesito que haga con mi cuerpo, cada vez que nota mi abandono, mi dejadez a su capricho, a su antojo, a lo que quiera, sabiendo que es eso lo que deseo.
Siempre lo sabe, siempre coincidimos, y si no es así hacemos que coincida sin querer. Me provoca, su actitud siempre me provoca, cuando lo siento altivo, sabiendo lo que quiere, sabiendo que quiere ver mi culo rojo, bien hinchado, ardiendo, me provoca, hace que mi mente sólo quiera que sus manos se impacten en mi carne con fuerza, que su fusta me marque, que su correa serpentee una vez y otra por mis tetas....oh como me provoca el cabrón, como sabe que me gusta, como disfruta haciéndolo, como percibo su nabo bien duro, empezando a chorrear conforme mas señales rojas deja en mis muslos y en mis tetas....
Andando rápida para la cocina, eso creo, pero no, voy superlenta pensando en todo esto, quiero llegar pero me cuesta, todo relentizado, sintiendo un fuerte pellizco en mi estómago, sintiendo el flaqueo de mis rodillas impidiendo casi que llegue al destino tan deseado.
Sin apenas darme cuenta, como en un sueño, me veo delante del espejo viendo como con esa tabla que tan frecuentemente he usado en su ausencia la estampo una vez y otra en mi culo......una vez y otra en mi culo.............una vez y otra en mi culo........................una vez y otra en mi culo.........una vez y otra en mi culo...............una vez y otra en mi culo...............................
Gloria