En mi nuevo trabajo como barbero I
No hay sexo. Como pasa en muchos de mis relatos, el primero es de introducción, pero comienza el morbo, el juego, la calentura....las ganas de más. Espero que os haga disfrutar
En mi nuevo trabajo como barbero I
Tengo 36 años, y viendo como están las cosas con el virus y la crisis me replanteé cambiar de profesión, y me puse a estudiar un curso de barbería.
Me volví loco buscando curro. Ya que sin experiencia es difícil. Pero encontré una donde me dieron, al menos, la posibilidad de hacer una prueba.
Cuando entré en ella, lo primero que me llamó la atención fue la decoración. Una belleza de salón, pero que quedó completamente opacado en cuanto miré a mi izquierda y vi a uno de los trabajadores; un chulazo de 1´70, con un corte degradado con tupé, espaldas anchas con una cintura minúscula y un culazo que iba a hacer estallar el pantalón.
¿Qué si iba a poder concentrarme ante semejante semental? Puede….pero…
- Ho..la. Soy Daniel. Vengo por la prueba de barbero- dije intentando que no se notara que estaba babeando por dicho hombre.
- Ey, hola- me contestó girándose para mirarme de frente y no por le espejo. Fue peor que si no lo hubiera hecho. QUE SONRISA!! Una “profident” como se decía hace años- Si, ahora llamo al jefe que está dentro- Izan- le llamó Erik ( me enteré después como se llamaba ).
De repente, apareció el jefe de detrás de una cortina. Casi un doble del primero. Con más barba, completamente rapado, más músculo, más alto y más maduro.
- Hola, Daniel- dijo alargando la mano para saludarme- Pasa conmigo a la oficina para hablar un poco y luego, cuando cerremos, veré como le cortas el cabello a Erik- dijo señalando a su trabajador, el que se giró asintiendo.
Pasamos detrás de la cortina donde había una mesa con dos sillas, una pequeña nevera, un microondas y varias estanterías con productos y material de trabajo.
- Siéntate ahí y cuéntame un poco de ti y de tu experiencia.
Le conté de donde era, en lo que había trabajado, dónde había estudiado el curso, el tiempo que duró…
- Veo que como barbero no tienes experiencia, ¿no?
- Ya te dije cuando hablamos por teléfono. Es verdad que acabé el curso con muy buena calificación, y te traigo la carta del profesor donde alaba mis capacidades- se la pasé.
La leyó tranquilamente mirándome de vez en cuando
- La verdad que habla muy bien de tus capacidades como barbero y que cree que puedes llegar a ser bastante bueno en la profesión. Está bien, veremos a ver lo que sabes y tu técnica, y veremos. Aunque la mayoría de los que vienen ya viene buscándonos a nosotros dos, es verdad que hay momentos en los que hay bastante trabajo, viene gente nueva y no damos abasto. De ahí que quiera coger a alguien más.
Según hablaba me costaba concentrarme, mi mirada iba de sus ojazos azul profundo al paquete que se le marcaba en esos chinos color café. Sé que dijo algo más, pero mi mente no estaba en su sitio. De repente se abrió la cortina y apareció Erik.
- Ey, “boss”, ya se fue el cliente y cerré. Limpio y me preparo para la prueba, ¿ok?
- Perfecto- le dijo- ¿Has traído tus herramientas de trabajo? - dijo volviendo la mirada hacia mí.
- Sí. Me traje la maquinilla, las tijeras, los peines y la navaja.
- Perfecto
“Ya está listo”, se escuchó desde fuera , y salimos los dos al salón.
¿¿?¿?¿?¿?¿?....Así fue lo que hizo mi mente en cuanto salí. Erik estaba sentado en el sillón sin camiseta. Un pecho peludo, súper definido se reflejaba en el espejo.
- Perdón por quedarme así, es que no voy directo a casa y no quería que me cayeran pelos en la camisa porque me pican un montón después.
- No, no te preocupes- dije intentando que no se notara que me costó tragar saliva ante semejante espectáculo.
- Venga, prepárate y comienza con tu estilo. Yo no te diré nada excepto que vea algo muy mal hecho- me dijo Izan sentándose en el lavacabezas que había detrás nuestra.
Le puse el papel del cuello, la capa y coloqué mis cosas en un auxiliar.
Comencé a hacerle el degradado. Estaba nervioso, no solo por superar la prueba, sino por lo cerca que tenía a este Adonis que además me daba conversación. O sea, guapo, buenorro y encima majísimo.
Pasó el rato entre comentarios de la profesión, algún tema personal y la cosa derivó un poco al sexo, pero sin entrar en profundidad.
La verdad que no sabría decir la orientación sexual de ninguno de los dos. Podría gustarles tíos, tías, ambos o nada. Era una incógnita.
Terminé de cortarle el pelo e Izan se levantó para venir a observarlo de cerca.
- Está bastante bien, la verdad. Hay que darle la razón a tu profesor. Hay cosas que perfeccionar, entre ellos la velocidad, pero bastante bien. Mira ponte aquí- me dijo haciendo que me colocara justo detrás del respaldo del butacón.
Justo cuando lo hice se colocó detrás de mí, se acercó tanto para poder moverme el brazo y mejorar el corte de Erik, que podía sentir su bulto en mi espalda.
- Mira, si colocas así la mano y la mueves así, en vez de como lo hiciste tú, queda mejor el degradado. ¿Lo notas? - dijo moviendo su cuerpo a la par que movía mi brazo
- Sí, si- dije.
Y no solo lo decía por como estaba quedando mejor el corte, sino porque notaba todo ese bultaco restregándose en mi cuerpo.
Se alejó para dejarme espacio y comprobar como había quedado el corte. Ahora te va a cortar a ti el pelo Erik y te vamos explicando bien los pasos y lo hará despacio para que veas los movimientos y demás.
Me senté en el sillón y comenzó con el corte. No era la primera vez que iba a una barbería, pero notaba que se acercaba demasiado. Puede que fuera por irme explicando bien los pasos, pero notaba demasiado su polla, y diría que dura, sobre mi brazo y mi hombro. Cada vez más dura, seguro.
¿Le ha tocado el culo al pasar por su lado?
No sabía si sería mi imaginación por el exceso de porno que solía ver o era realidad. Había buen rollo entre ellos, pero bueno, llevarse bien no es sinónimo de follar.
- Te voy a arreglar la barba ya que estamos- me dijo de repente.
No me había enterado de nada del corte porque no podía pensar nada más que en su polla en mi brazo.
- Vale, sí, lo que quieras. ¿Pero no te tenías que ir?
- Si, pero quedé más tarde. No te preocupes.
Inclinó el sillón hacia atrás, se inclinó hacia mí y quedó su cara muy cerca de la mía. Tan cerca que podía oler su aliento , súper fresco…… Joooooooder, va a ser imposible no ponerme cachondo trabajando con ellos.
Terminó su trabajo y me reclinó. En algún momento apoyó su mano en mi muslo. Demasiado cerca de mi entrepierna, demasiado. Menos mal que no tengo un pollonaco, sino me la habría agarrado seguro.
- Ya estás. Has quedado guapísimo- me dijo
- Perfecto para comenzar a trabajar aquí- se escuchó la voz de Erik a nuestra espalda.
Le miré por el espejo según se levantaba colocándose el paquete, el cual, de seguro, había crecido bastante.
Se acercó a nosotros.
- Voy a darme una ducha mientras habláis para quitarme bien los pelos. Ahora os veo- nos dijo Erik pasando tras la cortina de nuevo.
- Si. Tenemos una pequeña ducha en el baño para cuando salimos de aquí directos a algún sitio. Cambiando de tema. Mañana tráeme los papeles para hacerte el contrato. Serán 40 horas de lunes a sábado y el sueldo te lo digo mañana. Rondará los 1000 , pero no sé si llega o no.
- Ok, perfecto. Pues mañana nos vemos.
En ese momento aparece mi nuevo compi por la cortina llevando una toalla minúscula, de la que se pone en la cara para rasurar las barbas. Tan corta, que tenía que agarrársela con una mano y aún así se le veía casi media cacha del culo. Cogió una cera para el pelo y se volvió hacia dentro.
- No te asustes, Daniel, son cosas normales. Llevamos ya mucho tiempo trabajando juntos y hay confianza. Además entrenamos juntos y nos hemos visto en las duchas
- No, si no me escandalizo. También entreno y estoy acostumbrado a ver a tíos en bolas, pero no en mi trabajo.
Ambos nos echamos a reír.
Erik salió ya vestido abrochándose la camisa dejando los dos botones más altos abiertos, haciendo que la pelambrera de su pecho quedara al aire.
- Bueno chicos, os abandono. Un placer compi- dijo dándome un golpecito en el brazo. Mañana os veo
Y salió por la puerta.
- Bueno, compi, mañana nos vemos. Intenta venir lo más pronto posible para que pueda llevar por la mañana todo el papeleo a la gestoría y que comiences pasado mañana.
- Sí sí, sin falta a las 9:30 que abrís estoy aquí. Bueno, encantado y gracias por darme la oportunidad.
- No hay de qué. Te lo has ganado tú solo. Por cierto, ¿dónde vives?
- Vivo en Móstoles.
- Anda, yo también. En los chalets del hospital viejo
- Yo en “el Soto”.
- Pues si te esperas a que me duche te llevo y te ahorras el transporte.
- No te preocupes, estoy acostumbrado.
- No es molestia. Normalmente no podré por varias razones, pero hoy voy para allí. Si me esperas a que me duche, salimos.
- Ok- fue lo único que pude decir cuando se metió tras la cortina.
Me puse a escribir por whatsapp a mi familia lo del curro y a mi mejor amigo. Cuando Erik sale de detrás de la cortina, tapándose la polla con una de esas minúsculas toallas ( al ser él más grande no le daba la vuelta al cuerpo ) y fue a coger un producto para la calva.
Al acercarse al tocador pude verle el culazo completamente desnudo y depilado, duro como un casco de moto. Metió la toalla entre las piernas para que no se le cayera y comenzó a aplicarse el producto por el cuero cabelludo. Por el espejo pude ver la base de su polla, también rasurada al máximo, intentado no salirse de la cárcel que había creado con la toalla.
Se giró volviendo a sujetar la toalla con una mano.
- Me visto y nos vamos
No pude responder. Mi mirada se fue directa a su entrepierna. Y desapareció.
“Joder, joder, joder….ahora no me dará el trabajo”, me decía en mi mente.” ¿Cómo se me ocurre quedarme mirándole el paquete a mi jefe?”
Erik salió del baño ya vestido.
- Listo. Podemos irnos.
No parecía disgustado ni nada. Tal vez no le diera importancia.
Nos metimos en el coche. Yo iba bastante rayado con el tema.
- Te quedaste muy callado. ¿Pasó algo?
- No no, es que estaba pensando a donde ir a por las fotocopias de los papeles para llevarlos mañana- mentí
- Si no estás a las 9:30 pueden ser las 11 o las 12. Daría tiempo. Pero te pasa algo más. Se nota. ¿ No será porque te quedaste mirando hacia mi paquete cuando salí?
- No, no nononononon… repetí varias veces demostrando que tenía razón.
- No pasa nada, hombre. Es normal quedarte mirando a alguien, que además se acaba de convertir en tu jefe, desnudo, delante de ti. Además que todos los tíos miramos. Hay que comparar. Aunque pocos me ganan- me dijo soltando una sonora carcajada.
La tensión se disolvió y el camino fue más relajado hasta mi casa.
- Hasta mañana , compi- me dijo cuando salí del coche.
- Hasta mañana, jefe- le dije sonriendo
- Llámame Erik o Boss, no soy el típico jefe
Ya lo he comprobado. Está claro que no es el típico jefe.