En manos de un profesional
Como pude sentir por primera vez los placeres de ser sodomizado.
Soy bisexual y os voy a explicar como fue la primera vez que me penetro un hombre. Sé que es un tema muy recurrente y que todo el mundo alega que es una historia real. Éste es también mi caso, así que a vosotros corresponde decidir si esta historia es una más o tiene un "algo" diferente.
Yo hasta aquel momento solo tenia experiencia de pajas en los cines X y alguna mamada que otra, pero siempre que alguien había intentado penetrarme lo había tenido que dejar pues el dolor superaba al placer, y eso que en los primeros momentos me derretía de gozo sintiendo un capullo rozándome la entrada del culo y notando como comenzaba a entrar; pero cuando intentaban seguir era imposible.
Fue en un viaje de trabajo -viajo bastante-, por la noche después de un día de aguantar tíos plastas, me decidí a ir a un bar de ambiente de esos que tienen sala de video porno y cuarto oscuro. Elegí uno casi al azar de una guía gay y allí me fui.
Esta sentado en la sala de video, cuando una voz me preguntó si podía sentarse en la mesa pues estaba todo lleno. Separe la mirada de la pantalla y me encontré con un tío buenísimo: Joven, alto, cachas pero sin pasarse, con la piel ligeramente tostada, pelo largo castaño, ojos claros y marcando un paquete que té hacia la boca agua. Acepte sin dudarlo y se sentó a mi lado.
Al rato nos presentamos y empezamos a hablar comentando la película. En eso note su mano sobre mi muslo, en la pantalla un negrazo se follaba a un rubio que a su vez le estaba mamando la polla a otro tío con pinta de hispano.
Acerco su boca a mi oreja y rozándola levemente con los labios me pregunto
- ¿Quién te gustaría ser es ese momento?.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y mi polla se puso mas dura de lo que ya la tenia.
El rubio de en medio - Le conteste yo.
Pero soy virgen, nadie ha conseguido follarme todavía.
¿Quieres qua vayamos a mi casa y lo intentemos?. Vivo justo enfrente.
Me dijo él.
En ese momento me di cuenta de que allí había algo que no era normal. No podía creerme que un chaval como ese, que podía tener a sus pies a todo aquel que quisiera, me propusiera a mí irnos juntos a la cama. Y entonces me di cuenta de la situación.
- ¿Esto lo haces por dinero, verdad?.
Le pregunte tímidamente.
- Sí.
Me dijo directamente y sin justificarse, como otros habían hecho otras veces.
- No gracias. No me gusta pagar por follar y además con mi experiencia seria tirar el dinero. Ya te he dicho que soy virgen porque nadie ha conseguido penetrarme.
Añadí yo, explicándole la situación.
- Si no consigo follarte o no te gusta lo que te hago, no te cobrare nada. Fíjate si estoy seguro de como la vas a pasar
Yo estaba cachondísimo, él estaba buenísimo y la oferta era de lo más tentadora. Así que acepte.
Subimos a su casa, me llevo al dormitorio y empezó a desnudarme mientras me besaba y me lamía todo el cuerpo. Luego se desnudó él lenta y provocativamente. Cuando lo vi desnudo, el panorama que apareció era mucho mejor que lo que en la semioscuridad del bar había podido adivinar. Se quedo desnudo delante de mí, consciente de la impresión que causaba, con su pelo suelto, los músculos firmes, pero no marcados de manera exagerada y una polla deliciosa, recta, larga, no muy gruesa y con un color moreno suave que me volvía loco.
-Vamos a la ducha.
Dijo sonriendo, mirando mi expresión golosa.
Bajo el agua tibia, empezó a enjabonarme lentamente acariciándome el culo y pellizcándome las tetillas. Se arrodillo y se metió mi polla tiesa en la boca mientras me introducía un dedo en el culo. El dedo enjabonado y mojado entró suavemente y tuve que sacar mi polla de su boca para no correrme. Siguió explorando mi recto y con su lengua me lamía los huevos y el mástil de mi verga haciéndome gemir de placer.
Me cogió de la mano, me llevo a la cama, me tumbo boca abajo se estiro sobre mi espalda. Yo notaba su sexo sobre mis glúteos mientras me susurraba al oído.
- Relájate y déjame hacer. No te haré ningún daño.
Empezó con un masaje en los hombros y espalda bajando lentamente hacia mi culo impaciente. Finalmente colocó su cara entre mis glúteos trabajándolo con su lengua y su boca. Me lleno de su saliva y su lengua entraba y salía de mi interior. Yo estaba ardiendo de deseo y tenia ganas de su polla, así que me giré y nos pusimos en posición del 69.
Su hermosa polla no estaba en ese momento muy dura pero pronto adquirió toda su envergadura dentro de mi boca. Él seguía ocupado con el culo y ya tenia dos dedos metidos e iba a intentar meter el tercero.
- Si te duele avisa que paro.
Me dijo.
Con su polla en la boca y los tres dedos en el culo creí morir de placer y empecé a gemir como un poseso.
Cambiamos de postura. El se tumbó boca arriba en la cama, se puso un condón, unto bien de lubricante su verga enfundada y mi culo y me dijo.
- Siéntate sobre mi polla y ves entrándotela a tu aire y sin prisas, avanza hasta que notes molestias, retrocede y vuelve a avanzar.
Seguí sus consejos y su polla fue entrando milímetro a milímetro en mi interior sin sentir dolor. Yo notaba como su verga crecía y vibraba a cada nuevo avance, pero no se movía para nada ni hacia la menor fuerza para precipitar la penetración. Cuándo noté que su capullo había pasado el esfínter me deje caer de golpe hasta notar sus huevos en mi culo, empalándome en aquel soberbio falo que tanto placer estaba dándome, gritando ¡que bueeeeno!.
-Muévete arriba y abajo poco a poco e inclínate hacia adelante que pueda morrearte.
Me ordenó, mientras él comenzaba a menear suave y lentamente sus caderas y me agarraba con sus manos tersas y suaves la polla, masturbándome mientras su lengua invadía mi boca.
No sé cuanto rato estuvimos así, pero yo creía morir de éxtasis.
- Cambiemos de postura
Dijo, mientras me indicaba que me pusiera a gatas.
Se colocó detrás de mí y me la metió lentamente frenando al menor obstáculo y volviendo a presionar, hasta que la volví a tener toda dentro. Me fue bombeando cada vez más rápido.
El no se corría y yo no podía mas, quería correrme de una vez y así se lo dije. Me coloco boca arriba con las piernas sobre sus hombros y ahora su miembro entró de un golpe a la primera. Que gozada verle la cara mientras me follaba, con el pelo suelto que saltaba a cada envestida y sus músculos tersos y sudorosos. Tenia mi polla en sus manos y me la cascaba al ritmo que me follaba.
Me corrí salpicándolo todo, mi cara y la suya, y se acerco para besarme en la boca sin sacarla.
Quedamos así unos momentos, abrazados, exhaustos, sintiendo todavía aquel pedazo de carne dentro de mí y gozoso de haber perdido la virginidad de mi culo con un experto como ese.
Retiro su verga todavía tiesa de mi interior y yo le pedí que se corriera encima de mi pecho. Quería ver salir la leche a borbotones de su magnifico cipote.
- Eso es lo único que no haré. Necesito mantenerme en forma para otros clientes y para mi novia.
Dijo sonriendo morbosamente
¡Su novia!. Que sorpresa y que envidia. Ser su novia y disponer de un semental como ese.
- ¿Té extraña que tenga novia, verdad?. Esto lo hago por dinero. No me disgusta, es un trabajo agradable si puedes elegir a tus clientes y está bien pagado.
-¿Ella lo sabe? Pregunte tímidamente.
- Sí claro. Y se pone muy cachonda con lo que le explico que he hecho con mis clientes. Lo que te acabo de hacerte, también lo he probado con ella, con la diferencia de que si me corrí. De tanto oírme como me follaba a los tíos por el culo o me dejaba follar, quiso experimentarlo y desde entonces tiene tres agujeros para nuestro placer: La boca, el culo y el coño. Sus mamadas no están mal, pero los tíos lo hacemos en general mejor. Pero su culo y su coño son exquisitos, para follarselos y para comérselos.
Su verga empezaba a crecer y daba cabezadas intentando levantarse. El se dio cuenta y dijo:
- Mas vale que dejemos aquí las confidencias o me pondré cachondo.
Nos volvimos a duchar y me vestí mientras él se acicalaba para captar a otro nuevo cliente. Antes de salir me miro diciendo:
- ¿Te ha gustado? ¿Estas contento de haber venido?.
Era evidente que si, y simplemente sonreí y saque la cartera, pagándole generosamente sus servicios. Es la única vez que he pagado en mi vida por follar, pero lo doy por bien empleado. En la calle nos despedimos con un beso. Él volvió a entrar en el bar de cacería y yo cogí un taxi para volver al hotel.
En la cama no podía dormir pensando en lo que había pasado, tenia otra vez la polla dura y con ganas de marcha solo de pensar en el extraordinario placer que me había dado e imaginándomelo jodiendo con su novia. Mi vista se fijo en un candelabro decorativo, me levante tomé la vela me tumbe en la cama y me la fui metiendo lentamente como aquel chapero me había enseñado mientras me iba haciendo una paja fenomenal. Me corrí con un orgasmo bárbaro y me quede dormido estirado con la vela todavía en el culo y la polla chorreando leche en mi mano.
Desde ese día no he vuelto a tener problemas para ser penetrado y lo disfruto, de verdad que lo disfruto, cada vez que puedo.
¿Queréis saber un secreto?: Me quede con ganas de proponerle un trío con él y su novia.