En manos de Ahmed

Una mujer casada, comienza con normalidad el dia, pero no se imagina como terminara.

Aquella mañana tenía cita en el ambulatorio, un constipado normal que llevaba arrastrando varios días me había llevado a llamar para que me vieran. Así que después de que la tropa desapareciera de casa, me dispuse a acudir allí. Cuando llegue aun no había llegado el médico así que me senté a esperar, como tenia la primera hora no tendría que esperar. Al poco llego un joven de aspecto extranjero que se sentó cerca.

  • ha llegado el doctor?

  • Aun no ha llegado, pero no creo que tarde

El se puso a juguetear con su móvil y como no había otra cosa que hacer disimuladamente lo observaba, rondaría los 25 y se le veía muy fuerte, además estaba sentado con las piernas abiertas y mostraba un paquete importante. Estaba absorta en aquello cuando su mano se poso en el distraídamente y me miro, y me pillo apartando la mirada rápidamente. Me maldije por mi comportamiento y dirigí la mirada al suelo deseando que apareciera el doctor cuanto antes.

Entonces ocurrió, se levanto y se sentó a mi lado.

  • te gustaba lo que estabas mirando?

  • Como dices?

  • si te gustaba lo que estabas mirando

  • No miraba nada

  • no? Bueno

Allí sentada, vi como a mi lado adoptaba la misma pose con las piernas abiertas, y levantando la vista vi como me miraba.

  • Qué?

  • estaba viendo tus tetas, son impresionantes

  • Como te atreves?

  • bueno, a diferencia de ti, me gusta ser sincero, y si veo algo que me gusta lo digo

Note como mi cara se ruborizaba, me había pillado y ahora se vengaba, y el doctor sin venir.

  • sabes, me encantaría pillarlas

  • soy una mujer casada

  • jajajaja, mejor

  • Como que mejor?

  • las casadas sois muy fogosas, el matrimonio os deja a medias.

  • Y tu como lo sabes

  • bueno, he conocido alguna que otra

  • descarado

  • no he sido yo quien empezó

  • Yo no he hecho nada

  • miraste

  • Bueno, solo lo que estaba visible

  • entonces eso es que te gustaría ver mas

  • No dije eso

  • pero lo pensaste

A mis 42 años no era un figurín ni mucho menos, y aquel joven me estaba tirando los tejos sin ningún reparo.

  • no te gustaría tocarlo?

  • No

  • eso es un sí?

No dije nada un una de sus manos cogió la mía y la llevo a su paquete. Me quede paralizada con mi mano sobre aquel pantalón.

  • ves tampoco es para tanto, y es de verdad, lo notas?

  • Si

Si lo notaba, toda la carne que había allí debajo dejaba entrever un miembro bastante aceptable, mi mano apretaba y abarcaba un pene nada despreciable. Una ráfaga de cordura me hizo quitar la mano y mirar hacia el pasillo desierto para mi desdicha. Claro que podía irme a la entrada y esperar allí.

  • seguro que no has probado muchas como la mía

  • Si

  • vaya, has probado muchas?

  • No, quería decir no, estoy casada

  • entonces la de tu marido, es tan grande?

  • Si

  • bueno, que suerte tienes, las que la prueban quedan derrotadas, así que tu estarás satisfecha.

  • Si

  • claro que, es difícil de creer que mires con tanto deseo, algo que ya tienes

A parte de descarado tampoco andaba mal de sicología.

  • lo cual me lleva a pensar que si lo deseas es que no lo tienes. Me pasa a mí, que veo tus tetas y las deseo porque no las tengo, y me gustaría tenerlas entre mis manos.

  • llevas relleno o es todo lo que se aprecia.

  • es todo mío

  • puedo?

Me estaba pidiendo . . .? Me quería tocar . . ? En aquello andaba cuando su mano atrapo mi pecho sin ningún temor, lo apretaba amasándolo con fuerza soltándolo para sopesarlo.

  • vaya, si, todo natural.

  • Si

La situación me superaba por momentos, pero estaba clavada en la silla, sin reaccionar, pero para mi sorpresa soltó mi pecho y se sentó bien. Pero entonces acerco su cara a mi oído.

  • si quieres volver a tocármela tendrás que hacerlo tu sola.

Y sacando su móvil, volvió a perderse en el, dejándome perdida en mis pensamientos. Pero mi cuerpo no andaba perdido, mi sexo estaba ardiendo como hacía tiempo no lo estaba. Así que mi mano lentamente se volvió a poner sobre su pantalón, notando además que su dureza había aumentado desde la última vez. Y cuando mi mano acariciaba sin ningún pudor los pasos del médico resonaron por el pasillo.

El doctor entro en la consulta y dijo que enseguida empezaría a llamar.

  • bueno, si quieres mas, cuando salgas espérame en la puerta

  • Pero . . .

  • mira, viendo como me tocabas, creo que necesitas un buen tratamiento, pero tu veras, si crees que estoy equivocado solo tienes que marcharte.

  • Bien, pero donde iríamos

  • a tu casa?

  • No sé, es que en mi casa

  • hay alguien?

  • No pero . .

  • Un primo tiene un chalet en las afueras, si quieres podríamos ir allí

  • Bueno, mejor

  • si te decides quítate la ropa interior

  • Como?

  • lo que has oído, seguro que llevas una ropa normal y no quiero verte con ella.

Me quede nerviosa, aquel joven se volvió a su quehacer con su móvil, mientras esperaba con ansia que se abriera la puerta del médico, al menos un momento para pensar. Y no tardo mucho, entre sofocada sin mirar atrás y el médico me dijo que andaba con un constipado común, claro que mi cara ruborizada no era de una fiebre común, si no del alocado momento que había vivido en la sala de espera. Mientras soportaba la mecánica toma de temperatura, tensión y la ocultación, mi mente se debatía entre el deseo y la cordura. Pero mi sexo ardía como nunca, bueno, quizás como en mi lejana pero ya olvidada juventud.

Cuando por fin el médico le extendió las recetas y las metí en mi bolso, me levante abriendo la puerta esperando que la pesadilla no estuviera allí, y pudiera irme a casa con normalidad, pero el joven andaba liado tal como lo había dejado, y mientras salía sin mirarle, escuche como el médico le llamaba - Ahmed Marhan -.

Antes de salir me dirigí al baño, cerré por dentro y me mire al espejo, el rubor encendía mi rostro, y pensé que había visto aquel joven. Mi cuerpo no era el de hace años, los pechos crecieron en las maternidades y ahí se quedaron, pero aunque algo caídos aun conservaban su dureza, las caderas me proporcionaron un respetable trasero y solo la fuerza de voluntad había conseguido, no sin esfuerzos, evitar un sobrepeso evidente.

Me lave la cara y maldiciendo mi poca resistencia me despoje de la ropa interior, las bragas no eran problema, la falda iba por debajo de las rodillas,  pero sin sujetador mis pechos se movían debajo del jersey escandalosamente, así que me puse la chaqueta cerrándola para evitar que alguien se diera cuenta. Salí resuelta, aunque no sabía bien a qué. Y al llegar a la salida, saque de sus bolso un cigarro y lo encendí. Quería encaminarme hacia casa y olvidarme de aquello, pero mis pies no se movían.

Notaba como mi sexo mojado y caliente, se erizaba con el viento que, al entrar por la falda, no encontraba ningún obstáculo para llegar a él. En esas tribulaciones andaba cuando oí una voz detras de mí.

  • sígueme

Y comenzó a andar sin esperar, pensé que aquello era mejor, si iba a hacer aquella locura mejor que en el barrio no me vieran con él, así que deje que se alejara unos pasos y me dispuse a seguirle.

Anduve detrás de el varias calles, alejándonos del barrio, hasta llegar a una rotonda enorme, allí se paro y me hizo un gesto para que me acercara.

  • el chalet es de mi primo, pasara y nos llevara.

  • Tu primo?

  • si te parece mal, te largas, no me hagas perder el tiempo

  • Pero él se quedara?

  • pues me ha dicho que tenia cosas que hacer, que luego nos recogería

Estaba intentando procesar aquello cuando un coche se paró a nuestro lado, iban tres personas dentro Ahmed hablo en árabe con ellos, entre risas. Y abriéndome la puerta de atrás me invito a entrar.

  • te decides?

El conductor era un chico joven como el de la parte de atrás, como copiloto había un señor ya maduro de unos cincuenta.

  • son mis primos y mi tío, no se comen a nadie, ah y quítate la chaqueta.

Y negándome a pensar, me quite la chaqueta y entre el coche sentándome en medio y Ahmed detrás de mi cerró la puerta y arrancamos.

  • Está muy lejos?

  • tienes prisa por llegar?

  • No, era por saber

  • yo también quiero saber si has hecho los deberes.

Y su mano se poso en mi pecho, sobándolo con descaro, después su mano se poso en la rodilla encima de la falda y la fue subiendo poco a poco, y cuando la pierna quedo al descubierto su mano intento entrar.

  • nena, abre las piernas

  • No llevo bragas

  • pero quiero comprobarlo

  • Aquí?

  • aquí, venga

Mis piernas cedieron un poco y su mano resbalo al interior de mis muslos no tardando en encontrar mi sexo.

  • pon esta pierna ahí

Y me puso la pierna encima del asiento quedando abierta frente a su primo y de espaldas a él. Con aquella postura la falda resbalo y su mano termino de subirla, mi sexo estaba a la vista de todos, intente cerrar las piernas pero un mano firme las fijo en esas posición y empezaron a bajar a su objetivo, sus dedos entraron en mi húmedo sexo arrancándome un gemido que fue acompañado por sus risas. mientras una de sus manos seguía martirizando mi clítoris  la otra, subiendo por el amasijo en que se había convertido mi falda, se introdujo debajo del suéter y no tardo en asir con fuerza mis pechos, mi cuerpo termino de descansar sobre su pecho y su boca se apodero de me cuello. Mi excitación me llevo a cerrar los ojos dejándome llevar del placer que me llenaba.

  • sigo? o te dejamos en casa?

  • Noo, sigue

Su mano abandono mi sexo y al poco note como se posaban en mis labios, que se abrieron para atender su solicitud, lamiendo sus dedos con devoción, cuando los retiro, note como esa mano se unía a la anterior en masajear mis pechos y con sorpresa note como una boca comenzaba a devorar mi sexo, abrí los ojos sorprendida y vi al primo en esa tarea.

  • shhh, tranquila

Y mi placer llego  al máximo y me corrí, lo cual aprovecho aquel chico para asir mi culo con sus manos y arremeter con mas ansia sobre mi ya receptivo clítoris, su lengua me estaba volviendo loca, igual jugueteaba con él, como se introducía ferozmente dentro de mí.

Mi cuerpo buscaba aquella boca que me devoraba mientras Ahmed no dejaba en paz mis pechos, centrándose en mis abultados pezones que estiraba sin ningún tipo de delicadeza. Mis gemidos provocados por la lengua de mi devorador, solo hacían que poner más intensidad a los manoseos que no tardaron en llevarme a un segundo y ruidoso orgasmos que me dejo desmadejada encima de el.

Poco a poco me recupere y me recompuse como pude, andábamos por una urbanización que no conocía y pararon en la puerta de un chalet. Ahmed abrió la puerta y salió.

  • venga, ya hemos llegado

Cogí mis cosas y le seguí, abrió la verja y entro en una especie de jardín algo descuidado, que llevaba a una casa de una planta. Cuando entramos vi que no había ningún mueble y el se dirigió a una escalera que iba hacia abajo.

  • hay una cama grande en el sótano, además, allí podrás disfrutar sin complejos, nadie nos oirá

  • Vendrán a recogernos?

  • claro

Y bajo por las escaleras abriendo una puerta. Yo me quede arriba, no sabía si traspasar aquel desconocido umbral, no lo conocía de nada y me metía en una casa, en un sótano donde nadie nos oiría, estaba loca.

  • bajas o que

Mis pies me llevaron hasta una habitación bastante grande, al fondo había una cama de matrimonio, y todas las paredes llenas de estanterías con multitud de cajas y cables.

Ahmed me quito de las manos la chaqueta y el bolso acercándome a la cama. Yo estaba allí de pie mirando el colchón desnudo y el detrás de mí.

  • no quieres que te folle?

No me movía, había llegado hasta allí y mi sexo reclamaba más, pero, no reaccionaba.

  • no te muevas, a ver si lo arreglamos

Lo oí trastear, y de pronto sonó una música suave, al poco note su cuerpo detrás de  mí y vi como mis ojos se cegaban, me estaba poniendo una especie de venda.

  • shhh, veras como te gusta, ven arrodíllate en la cama

Me agarro de la mano y me hizo subirme al colchón. Después con delicadeza me despojo de suéter y instintivamente tape mis pechos.

  • no no, necesitas tus manos para aguantarte, ponte a cuatro patas

Note como se subía al colchón, mi falda volvió a arremangarse en mi cintura y oí el sonido de la bragueta al descorrerse, sus manos separaron mis nalgas y algo enorme pugno por encontrar la entrada a mi cueva. No tardo mucho en encajarla y comenzó a penetrarme, las paredes de mi vagina inundadas recibían cada centímetro de aquel mástil con espasmos que me llevaban al borde de otro orgasmo. Me penetraba lentamente y parecía no acabar nunca, invadiendo sitios inexplorados en mi interior. Cuando mis nalgas notaron el contacto de su cuerpo mi cuerpo no resistió más y un latigazo de placer recorrió mi cuerpo. Retrocedió con la misma parsimonia y cuando salió de mi, sentí un vacio tremendo. Volví a notar cómo se bajaba y oí el ruido de la ropa, se estaba desnudando. No tardo en estar en el colchón de nuevo, pero esta vez su mano agarro sin delicadeza mi pelo.

  • abre la boca

Y al hacerlo, fue mi boca quien fue tomada por su polla húmeda de mis flujos, me la follaba haciéndola entrar cada vez más adentro.

  • mmmm, si ábrela bien , que te la voy a enterrar en la garganta

Aguantaba como podía pero él no cedía y cada vez presionaba mas, y cuando más centrada estaba en respirar, alguien se unió a la fiesta, note unas manos en mis caderas y otra enorme polla me traspaso de un golpe. Mi gemido fue tremendo pero ahogado por la carne que taponaba mi boca.

  • ves como mi primo ha venido, solo que quería cobrarse el alquiler y el viaje.

Y el primo no perdió el tiempo, comenzó un metisaca terrible que me llevo a un nuevo orgasmo, Ahmed se retiro de mi suplicio, y al hacerlo caí en la cama boca abajo y el cuerpo del primo me aprisiono con su peso no dejando de martillear en mi interior. Oí como hablaban entre ellos y Ahmed le sustituyo.

  • mi primo ya esta apunto, pero quiero estrenar ese coño.

Y siguió con el mismo ritmo infernal, oía sus gemidos en cada embestida, y mi cuerpo era una cascada de placer que mi mente no podía contener, ¿estrenar mi coño? se  iba a correr dentro de mí.

  • Por favor no te corras dentro

Pero sin contestar acelero el ritmo y ensartándome con toda su fuerza, grito algo en árabe, inundadme sin remedio en lo más profundo de mis entrañas. Mi cuerpo aprisionado y húmedo de sudor se erizaba a contacto de aquel macho que acababa de poseerme, y pese a todo mi sexo palpitaba sin freno.

Poco a poco se retiro de encima, pero otro cuerpo se apodero de mí.

  • tranquila, que mi primo quiere obsequiarte también.

Y otra polla entro en mí, vaciándose al poco y llevándome a un nuevo orgasmo y me perdí derrotada de cansancio.

Cuando desperté andaba tirada en la cama, me sexo rezumaba semen y mucho reseco poblaba mis muslos. Me recompuse la falda y colocándome el suéter busque sin éxito mis cosas, no podía ser que me hubieran robado dejándome allí tirada. Me dirigí a la parte de arriba, y en una habitación había un sillón donde estaba sentado Ahmed.

  • ya has tenido bastante?

  • Y mis cosas

  • ahí

Me señalo una percha donde descansaba mi chaqueta y mi bolso.

  • ven siéntate

  • estoy sucia

  • y mas que vas a estar, ven

Me hizo sentarme a su lado

  • me vas a hacer una buena mamada, venga empieza

Mi mano desabrochó su pantalón, y el selo bajo, su pene flácido era más grande que el pene de mi marido en erección, aun llevaba restos de su trabajo anterior.

  • venga, deja de mirarlo, métetelo en la boca y hazme disfrutar

Como no me movía su mano se apoyo en mi espalda y mi cabeza acabo frente a aquella serpiente, intente cogerla con la mano pero no me dejo

  • no no, con la boca, solo con tu boca

Y como pude la introduje en ella, su sabor amargo pronto desapareció con mis atenciones y poco a poco fue cobrando vida, mientras su mano introduciéndose a través de mi culo invadía mi sexo.

  • vaya, si la señora aun anda mojadita

Sus dedos entraron dentro de mí masajeándome sin descanso y electrizando mi cuerpo. Una de mis manos logro asir su polla y la acompasaba con mí que hacer al ritmo de mi placer que iba en aumento.

  • venga, más adentro, que puedes

Fui acomodándola dentro de mí hasta que la mantenía en mi garganta, arrancando sus gemidos de placer.

  • ves como si, mmmm

Acelere mis movimientos sintiendo que mi orgasmo no tardaría en llegar, explote en sus manos ahogando mi placer con su polla en el fondo de mi garganta, cuando la solté, el me separo.

  • túmbate en el sillón

Lo hice, el se puso encima mío, y pensé que iba a follarme pero introdujo su herramienta por debajo del suéter colocadlo entre mis pechos.

  • agárrate tus tetas y apriétalas

Y lo hice

  • mas fuerte

Y empezó a follarlas, veía su cara de placer en cada movimiento, y después de un buen rato comento a gemir y note como se corría, y el calor de su leche se extendía embadurnado mi jersey. Cuando se recupero limpio su polla con el jersey.

  • ves ahora estas más sucia

Al incorporarme note como escurría hacia abajo y como mal menor intente que el jersey lo empapara todo.

  • quieres ducharte

  • Si

  • desnúdate y ven

Me quite lo que llevaba encima y dejándolo sobre el sillón el seguí, andamos hasta el fondo del pasillo y entramos en un baño, el abrió el agua de la ducha y al poco empezó a salir agua caliente. Yo me metí y vi como él se desnudaba y se metía conmigo.

  • te has masturbado en la ducha alguna vez?

  • Si

  • venga hazlo

Aquello había sido algo intimo, era mi forma de desahogarme, así que cerré los ojos y lleve mi mano a mi sexo, acariciando mi clítoris, el se dedico a dirigir el chorro de agua a mi cuerpo pero no tardo en dirigirlo a mi sexo que ya palpitaba por mis atenciones.

  • te gusta hacerlo?

  • Si

  • lo haces a menudo?

  • Cada vez que me ducho, casi todos los días, dios que gustooo

  • me parece que andas muy necesitada

Dejo el brazo de la ducha en  su sitio, abrí los ojos y vi su pene totalmente empalmado, me cogió los brazos y los agarro a su cuello y agarrando de mi culo me subió hacia arriba, presionándome contra la pared, mis piernas le rodearon y no tardo en ensartarme. Me estaba follando de pie, sus embestidas eran fuertes y arrancaban fuertes gemidos de mi garganta, el orgasmo de dejo sin fuerzas, un títere en sus fuertes manos que se hundían en mi culo arañándolo sin compasión.

  • pídeme que me corra

  • Si, dioss, córrete

  • ahhhhh, siii

Y entre gemidos y gritos se vació de nuevo en mi interior, cuando me soltó quede desmadejada en el suelo, el se ducho y se fue con una sonrisa en la boca. El chorro de agua continuaba cayendo y aun sin moverme vi entrar por la puerta a su primo, totalmente desnudo, entraba con su pene en la mano, se acercó a mí y me tumbo en el suelo, yo le deje hacer y sin mediar palabra me encajo su herramienta. Mientras me follaba frenéticamente, su boca alternaba entre mi cuello y mi oreja, en la cual me mascullaba palabras que no entendía, yo gemía sin control y mi cuerpo seguía el ritmo, mis piernas rodearon su culo aprisionándolo, no dejando escapar aquella fuente de placer que me taladraba sin descanso, hasta que se tenso indicándome por su expresión se placer que su semilla recorría ya mi interior nuevamente. Estuvo un buen rato encima mía recuperando el aliento, y cuando por fin se levanto se puso a limpiarse conmigo entre sus pies. cerré mis ojo intentando descansar cuando note que algo diferente caía sobre mi cuerpo, al abrir los ojos vi su cara perversa y como se estaba orinando encima mía, apuntaba a mi cuerpo regándolo, yo me tape la cara con las manos y proteste pero aun así no me libre de que una parte mojara mi pelo y mis manos. Cuando termino se aseo y se fue dejándome allí meada y medio desfallecida, pero como pude me levante y me duche a conciencia para quitarme todo lo que me habían dejado, tanto dentro como fuera de mi. Creía que no podía caer más bajo, o eso creía.

Me seque el pelo con la única toalla que había, y como mi ropa estaba fuera me la enrolle en el cuerpo, aunque no era muy larga, y eso dejaba casi todas mis piernas al aire. Salí al pasillo y cuando llegue a la habitación del sillón vi que mi ropa no estaba allí. De repente oí la voz de Ahmed a mi espalda.

  • mmmm que limpia

  • Donde esta mi ropa

  • tendida fuera, para que se seque

  • creo que deberíamos irnos

  • ya te quieres ir?

  • Me siento una puta, me estáis usando, tu primo me ha meado, aparte de follarme

  • y no te ha gustado? según me ha dicho lo apretabas para que no se fuera

Baje la cara avergonzada, eso era cierto

  • Pero se meo encima de mí

  • estabas desnuda y en la ducha, así que no es tan terrible, además lo que más le gusta en mearse en la boca, así que ha sido delicado contigo.

Yo estaba apoyada en la puerta y el bajo su mano por debajo de la toalla y  a escasos centímetros del borde encontró mi sexo, comenzando a jugar con mi clítoris. Su mano subía y bajaba pero mis piernas cerradas no le dejaban avanzar, pero cedí y abrí las piernas y sus dedos comenzaron a deslizarse por la entrada de mi sexo.

  • te gusta que te toquen

  • Si

Oí como la puerta se abría y me asuste

  • shhh, tranquila, será mi tío

Su masaje se incremento mientras el tío y su otro hijo se acercaban. El hombre de unos 50 años

Se planto delante de mí, hablando con Ahmed. No los entendía pero estaban hablando de mí.

  • quítate la toalla

  • Pero

Y sin más Ahmed tiro de la toalla, intente taparme pero la mano de Ahmed retuvo mis brazos. El tío, siguieron hablando mientras sus manos aprisionaban mis pechos. Cerré los ojos intentando no ver cómo era usada, pero un guantazo, leve pero firme me hizo abrirlos de nuevo.

  • mi tío dice que no cierres los ojos, y  te pide que le pajees con tu tetas.

Y diciendo esto se fue el sofá

  • Pero

  • a que no lo has hecho nunca?

  • No

  • pues venga

Y dándome un sonoro cachete en el culo me llevo hasta su tío, que estaba esperando con los pantalones en los tobillos y su polla medio tiesa, me hizo arrodillarme entre sus piernas y atrapándosela con mis pechos empezó a moverlos arriba y abajo, si herramienta era más corta que la de Ahmed, pero aun así mucho más grande que la de mi marido. mientras gemía dijo algo que no entendí pero que Ahmed me tradujo, quería que con la lengua le lamiera el capullo, cosa que comencé a hacer recibiendo su aprobación con expresiones de placer más ruidosas, su mano de puso en mi cabeza u poco a poco iba presionándola haciendo que mis labios lo rozaran. Veía aquel trozo de carne y pensaba que en cualquier momento explotaría en mi cara, pero su presión no paraba y la poco parte de ella ya se introducía en mi boca. Sus gemidos y sus palabras que no entendía subieron de tono. Ahmed me susurro al oído.

  • se va a correr, te aconsejo que te la tragues toda.

Sus movimientos anunciaban que no quedaba mucho para ese momento, y su presión dentro de mi aumentaba, y en ello estaba cuando su pene se tenso y con un rígido comenzó a vomitar su leche, el primer latigazo me llego directo a la garganta, después le siguieron varios mas, que inundaron mi boca, era densa y copiosa, pero hice caso a Ahmed y la trague, su manos cesaron en la presión, pero mi mano termino de exprimirlo.

Cuando levante el rostro tenia a mi lado al otro primo con un evidente bulto en el pantalón, no tuvieron que decirme nada desabroché el pantalón, e introduje aquel pene en mi boca. Al hacerlo me tomo de los pelos y empezó a follarme, estaba muy excitado así que en poco tiempo mi boca fue invadida de nuevo por una copiosa corrida que caí me atraganta, pero contuve las arcadas que me provoco y como al anterior termine de la misma forma.

Lo peor de todo no era que hubiera mamado dos pollas de rodillas a dos desconocidos, si no que mi coño estaba ardiendo, deseando mas. Ahmed me saco de mis pensamientos, entregándome la ropa.

  • esta algo mojada, vístete, mi primo está esperando ahí fuera y te llevara a casa

Me vestí rápidamente, poniéndome también la ropa interior, y cuando iba a salir Ahmed estaba en la puerta.

  • no quieres continuar? si te quedas te voy a dar por todos lados

  • Es que no puedo (mentía)

  • bueno, como quieras, toma mi numero y llámame si quieres.

Y cogiendo la tarjeta salí hacia el coche que esperaba en marcha en la puerta. No lo llamaría, o si?