En Las Vegas con mi sobrina (4)

¡Cómo me gusta estar con mi sobrina!

  • “¿Qué tal me sienta?¿te gusta?, me pregunta mi sobrina al tiempo que da un par de vueltas sobre si misma para mostrarme como se ha vestido para nuestra primera visita a la ciudad.

Debe haber visto algo en mi semblante que enseguida ha cambiado su expresión desenfadada y alegre por una de duda. No lo he podido evitar, supongo que he puesto una cara de sorpresa que ella no esperaba y que la ha llevado a la confusión.

Mi sobrina se ha hecho una coleta muy graciosa en lo alto de la nuca, se ha puesto una camiseta ceñida que llega solo hasta cubrir sus costillas dejando a la vista todo el vientre y se ha enfundado en unos leggins delgados y muy ajustados que son una segunda piel que se adapta perfectamente a todas sus curvas. Unas zapatillas deportivas completan el atuendo.

  • “Veo que no te ha gustado mucho. ¿acaso no me sienta bien?, insiste ante mi mirada perpleja.

No se como decirle que lo que ocurre es que me he quedado sin palabras, que me gusta tanto, que no se como reaccionar. Mi sobrina tiene un cuerpo estupendo, verla desnuda sobre la cama es una delicia, pero verla así vestida, tan sexy, tan llamativa me ha causado una gran impresión.

Su aspecto juvenil, lleno de vitalidad, un cuerpo cuidado y ejercitado, vestido de esa manera me ha cautivado. Su camiseta con un conocido slogan impreso se ajusta perfectamente a su generoso pecho resaltando el volumen y firmeza del mismo. Intuyo donde están sus pezones por el pequeño resalte que destaca en todo lo alto del pecho.

Lo que hacen los leggins con su figura merece comentario aparte. Van desde unos centímetros por encima del hueso de la cadera hasta cuatro dedos por encima del tobillo, adaptándose a sus curvas perfectamente, dando la apariencia de ser la pata trasera de una pantera negra, elástica, rotunda.

Vista por detrás se diferencian claramente los cachetes del culo, la prenda se mete por la raja y permite que se muevan de forma armoniosa e independiente. Las piernas bien torneadas se unen al culo en una transición maravillosa, dejando en la parte interior de los muslos una zona donde se intuye debe haber un chochito muy lindo.

Por delante es tan espectacular o más que por detrás. Los leggins se ajustan al hueso de la cadera, cubren su bajo vientre bien liso hasta llegar a su pubis. En éste resalta un pequeño abultamiento que luego se transforma en una línea lo que se intuye como el inicio de su vagina.

  • “Creo que no lo ves bien, ¿Qué te parece si me pongo esta falda?”, me dice mostrándome la prenda poniéndola encima del leggins.

Es una falda corta y atrevida pero al menos no se ve con tanto descaro la parte mas intima de su cuerpo como hacen los leggins.

  • “Ponte lo que mas te guste a ti y con lo que más cómoda te sientas. A mi me encanta verte y quiero que estés feliz. Estamos en un país extranjero, aquí cada cual viste como quiere, nadie te va a molestar por como vistes, y no tienes los condicionantes de familia o conocidos”

Mi sobrina valora mis comentarios y finalmente decide ponerse la faldilla, manteniendo la camiseta y las zapatillas deportivas. Una vez puesta resulta bastante mas corta de lo que parecía, con lo que luce toda la pierna y el borde inferior se termina casi justo donde empieza la curva del culo.

Uhmmm, que rica está.

Salimos del hotel, tomamos un taxi y nos encaminamos a un punto de visita obligado para hacernos una foto en el «Welcome to fabulous Las Vegas« para poderla mostrar a nuestra familia.

Después nos vamos a dar una vuelta a pie por la calle principal donde están los casinos mas conocidos que son impresionantes tanto por fuera como por dentro. La entrada y visita son gratuitas. Nos han recomendado visitar el The Venetian. Es una obra de arte con su plaza de San Marcos, el canal interior con las calles, las plazas… Es como si estuvieras en la misma Venecia.

Alquilamos un paseo en góndola, Karla se sienta delante de mi se recuesta sobre mi pecho al tiempo que la abrazo. Vaya como dos recién casados en su viaje de novios. Muy romántico aunque yo lo que mas siento es que tengo entre mis brazos una criatura preciosa que me permite practicar mis fantasías más eróticas al tiempo que ella goza de mi compañía.

Paseamos por el bulevard mirando a un lado y otro, cada casino es distinto y nos lleva a visitar Paris, o Egipto. Karla de vez en cuando se abraza emocionada a mi, me da besos, está muy contenta con este viaje.

Yo estoy feliz, como un niño con zapatos nuevos, disfruto del viaje pero sobre todo de la compañía de mi sobrina. Me encanta cuando se abraza y me aprieta con sus pechos, cuando busca refugio en mi al sentir que hay demasiada gente, cuando se pone delante haciendo que su culo quede pegado a mi entrepierna. La abrazo y me encanta rozarle los pechos como por casualidad, o tocarle la pierna debajo de la falda muy cerca de las nalgas.

Ella es consciente de ello y me lo facilita todo lo que puede pues quiere verme contento también.

Pasamos toda la mañana visitando la ciudad, comemos unas hamburguesas en un fast food en la calle para no perder tiempo y sobre las 14:00 h volvemos al hotel a descansar un rato antes de la visita nocturna que nos han dicho que es inexcusable.

Ya en la habitación del hotel me siento sobre la cama apoyando la espalda sobre el cabecero, separo las piernas para que puedas sentarte delante apoyada sobre mi pecho. Vamos a ver juntos un reportaje de los casinos de los que hemos visto el exterior pero no el interior con una Tablet.

Karla se recuesta cómodamente sobre mí y se encarga de la Tablet. Yo le echo todo el pelo hacia un lado y miro el video por encima de su hombro. Aprovecho para darle besitos en el cuello que resulta muy sexy en esta postura. Pasados unos instantes, me coge la mano y la acompaña hasta posarlas sobre su pecho. Ha adivinado mi deseo contenido durante toda la mañana.

Tímidamente, primero con una mano y luego con ambas le acaricio los pechos por encima de la camiseta. Pronto noto como sus pezones se endurecen. Con una rápida maniobra echa su cuerpo hacia adelante lo suficiente para quitarse la camiseta con facilidad y a continuación el sostén.

Uy!, ahora le puedo acariciar las tetas a mi gusto cómodamente recostado. ¡Que tetas tan ricas y generosas tiene mi sobrina. Me gusta mucho poner las manos por debajo , levantarlas y rodearlas hasta coronar por el pezón oscuro y rico. Sujeto cada pecho con una mano, lo acaricio lo manoseo , lo aprieto y lo bamboleo, dándoles todo tipo de caricias acorde a su delicado tacto.

Karla gira la cabeza y busca mi beso en la boca para mostrar su complacencia. Luego continua manipulando la Tablet, cruza una pierna por encima de la mía y me muestra el camino para que explore en su entrepierna.

Pongo la mano sobre el muslo, y la voy acercando hacia la entrepierna por debajo de la falda hasta encontrar su braguita. Pongo el dedo medio apoyado sobre la braga, presiono un poco y luego lo desplazo hacia abajo. Percibo su humedad y me animo a continuar con las caricias sobre su sexo, sus muslos, sus ingles…

Con una mano le toco los pechos, abarcando la teta, aplastándola, estirándola, rozando la aureola del pezón o apretándolo suavemente. La otra mano se hunde entre la braguita y su piel buscando la humedad de su raja hasta encontrar su preciosa perlita. Ahí me fijo y empiezo una caricia infinita sobre el clítoris. Lo rodeo, lo toco, lo aprisiono, lo golpeo… le hago todo el repertorio de delicadas caricias que se me ocurren para conseguir excitarlo, que salga de su caperuza y se muestre todo el orgullo..

Mi sobrina continua con el video, sin aparentemente dar mucha relevancia a mis caricias, aunque yo sé que le gustan pues sus pezones están bien duros y su coño empieza a humedecerse. Deja la Tablet a un lado por un instante, se quita la falda y las bragas y se vuelve a colocar en la misma posición cómodamente recostada sobre mí con las piernas ahora completamente abiertas como diciendo: “aquí lo tienes... hazme cositas que me gusten…”

Vuelvo a colocar mi mano en su pecho y la otra en su entrepierna, continuando con mis caricias que tanto nos gustan a ambos.

Suena el celular de mi sobrina, mira en pantalla quien llama y acepta la llamada. Yo me retiro para darle libertad para hablar. Ella en un rápido gesto me coge la mano y la lleva a su entrepierna indicándome que continúe con mis caricias. No quiere que se interrumpa la secuencia y no le importa hablar al mismo tiempo por teléfono.

Me parece una situación con mucho morbo y me esfuerzo por darle mucho gustirinín mientras habla no se con quién.

  • “Es una buena amiga que me pregunta sobre cómo me va el viaje con «mi tio«”, me explica mientras coloca su mano sobre la mía, acompañándola mientras le sigo acariciando el clítoris.

Mi sobrina pone el manos libres en el celular, puede seguir la conversación sin estar pendiente del aparato y yo ahora puedo oír por el altavoz lo que dice su amiga.

Amiga: “…cuenta, cuenta… eso no estaba previsto, ¿no?… ¿Cómo se lo ha tomado? ¿te sigue la corriente?

Karla: “el viaje está siendo maravilloso… pero mi tío no me hace caso, me trata como una niña de la familia, y no se da cuenta que yo tengo ganas de hacer otras cosas”

Así discurre gran parte de la conversación, su amiga tratando de averiguar cuán lejos ha ido mi sobrina conmigo, y ésta engañándola sin decirle lo que estamos haciendo durante nuestra escapada de fin de semana, pero dándole a entender que todo está muy cerca y que en cualquier momento puede llegar la sorpresa. Supongo que trata de darle envidia y provocar sus propias fantasias.

Nuestra relación secreta está a salvo, mi sobrina y yo vamos a disfrutar de nuestra relación sin que nadie pueda sospechar que juntos damos rienda suelta a nuestras más oscuras y morbosas fantasías.

Por mi parte colaboro en el juego manteniendo sin pausa mis caricias sobre los pechos y la vulva de mi sobrina. Me gusta mucho acariciarla, jugar con sus generosos pechos y poner mis dedos entre sus piernas haciéndole caricias en sus puntos más sensibles. En más de una ocasión he conseguido que se le escapen hondos suspiros que su amiga no ha sabido interpretar.

Rodeo con una mano la garganta, sujetándola para que no se me pueda escapar. La otra la pongo con la palma cubriendo toda la vulva. Me encanta experimentar esta sensación de dominio, lo que antes era una superficie suave y tersa ahora es tierna, elástica y flexible. Los labios exteriores están dilatados, carnosos y los puedo mover con un simple movimiento de la mano.

Percibo su calor al separar ligeramente los labios, pudiendo variar a mi conveniencia la presión y el movimiento. Le trabo una pierna para impedir que se pueda escapar mientras le acaricio lentamente, presionando y aflojando, moviendo la mano de arriba abajo sin perder el contacto haciendo que sean sus labios los que se muevan.

Arriba y abajo, muy despacio, presionando levemente, intercalando movimientos circulares con el desplazamiento vertical. De vez en cuando dejo que mi dedo medio se cuele dentro de la raja para recoger sus fluidos y rozar con la punta del clítoris que quiere salir de su capuchón para saludar a mi mano que tan gustosamente lo acaricia.

La masturbo de forma parecida a como ella misma lo hace con la diferencia que no puede elegir la secuencia ni la intensidad. La tengo cogida firmemente por la garganta, mi pierna tiene trabada la suya para impedir que se escape de mi presa. Así mi mano hace todo lo que yo quiero, te domino y busco darle un orgasmos que no pueda controlar.

Cuando sus temblores y sacudidas me anuncian que le llega su orgasmo, le doy unas palmaditas sobre la raja, interrumpiendo la secuencia. Enseguida continuo con el frotamiento de la yema del dedo medio con s clítoris que ya está totalmente expuesto a las caricias.

Me encanta sentir como todo su cuerpo se estremece y ondula mientras la mantengo sujeta con el abrazo y la manipulación de mi mano. Tengo toda la mano mojada y no me cuesta nada meter los dos dedos centrales en su chocho, aprieto para presionar la pared interna con la yema de los dedos. La parte carnosa de mi mano que hay junto al pulgar, queda justo encima de tu sensible perlita y asi le doy unos frotes muy especiales.

Doy varios apretones seguidos, con intensidad creciente hasta que se descompone, gime, grita, patalea. Se quiebra y se abandona a disfrutar de su orgasmo mientras permanece recostada sobre mi pecho, sus manos se apoyan sobre mis muslos buscando la estabilidad que ha perdido.

Deverano.