En las vacaciones...
...fue cuando debuté como bisexual, pero les cuento como llegué a eso.
FUE DESPUES DE AÑO NUEVO
Esto que voy a contarles es algo que nos ocurrió a mi esposa y a mí en un verano hermoso en el cual estábamos disfrutando unas reparadoras vacaciones por playas del departamento de Maldonado.
Hacía un buen tiempo ya, que cuando teníamos sexo lo hacíamos volando con fantasías de cada uno que le ponían un picante adicional a nuestro encuentro que siempre fue bueno, pero con esos adicionales de fantasía, se hacían sumamente excitantes.
Nuestras fantasías iban por tener un tercero en la cama, ya que muchas veces usábamos consoladores y ella se sentía doble penetrada, pero también iban por el lado de tener a otra chica en la cama ya que algunas veces yo había alquilado algún video en el cual hubieran escenas en las cuales dos mujeres y un hombre gozaran todo lo posible en ese maravilloso trío.
En esas estábamos cuando una noche yo estaba con una excitación brutal que se traducía en tener la pija sumamente dura y dispuesta a romper con cualquier obstáculo que impidiese la entrada a la concha o el culo de mi mujer, cuando ésta se pone a chuparme la pija de una forma excelente, tal cual lo hace ella siempre, y no solo la pija sino también los huevos, mojándome con su lengua y provocando que la saliva corra por mi entrepierna.
Tanto corrió por mi entrepierna que llegó a mi culito, y ella desesperadamente comenzó a lamerlo provocando en mí la más dura erección que recuerde en mi vida entera, yo estaba totalmente extasiado y nunca creí que pudiera haber placer tan grande como ese. Hasta que casi sin darme yo cuenta, sentí que su dedo índice estaba totalmente metido dentro de mi culo y desde allí lo movía con un ritmo que me hizo acabar y soltar toda mi leche en su cara y en mi estómago, en todos lados.
Pero no conforme con ello, y viendo que mi erección continuaba un poco menos rígida pero continuaba al fin, me metió otro dedo por el culo y continuó haciendo la gimnasia del mete saca para lograr que me calentara de nuevo.
Me costó dos minutos y ya estaba de nuevo al repalo, mientras me chupaba la pija y me lamía las bolas con sus dos dedos dentro de mi culo.
En un momento le dije que quería cogerla y ella me sacó sus dedos, pero inmediatamente sentí que me estaba introduciendo algo un poco más grande que los dedos y con solo levantar la cabeza vi su cara de desenfreno y en su mano el consolador que estaba ya con la punta dentro de mi culo.
Les cuento que el consolador es de esos de latex, con tamaño real y forma de pija real, aunque a mí me encantaría tener la pija de ese tamaño.
Me toco con mis dedos y me doy cuenta de que tenía la cabeza del consolador adentro y más allá de tratar de retirarlo o decirle algo a ella, la dejé que continuara por propia curiosidad mía y más que nada porque estaba sintiendo un placer hasta ahora desconocido.
No demoró mucho la cosa cuando sentí contra mis nalgas el tope del consolador que es ni más ni menos que la imitación de los huevos.
Tenía como veinticinco centímetros por ocho de pija artificial dentro mío y lo mejor estaba por venir.
Lo encendió y allí comenzó la locura.
No soy un tipo muy gritón a la hora de gozar, pero esa vez fue como si me hubieran puesto en una tribuna del estadio a gritar por mi cuadro favorito. Era una expresión de placer y susto que nunca en mi vida había sentido y que terminó como corresponde, con un polvazo de aquellos, llenando de leche todo lo que hubiera cerca.
Pero tampoco terminó la cosa por ahí, ella me empezó a chupar la leche y luego vino a besarme y allí me descargó toda mi propia leche en mi boca. Les cuento que al principio me vinieron ganas de vomitar, pero enseguida las cambié por compartir con ella ese sabor fuerte pero algo dulzón, que era nada más ni nada menos que mi propia acabada.
Fue muy fuerte, en la misma noche perdí la virginidad con los dedos, luego me pusieron el consolador, lo prendieron, me acabé como una puta y encima me tragué mi propia leche caliente, fue mucho para una sola noche.
Y claro, todo esto tuvo sus consecuencias que hasta el día de hoy las vengo arrastrando .
Me hice bisexual, ya que me encantan las mujeres, siempre me gustaron y me gustarán, pero también me gustan los hombres y los disfruto siempre cuando estoy con mi esposa delante, jamás lo hacemos ninguno de los dos, sin el otro. Compartimos todo.
Entonces acá venimos al inicio de la historia, cuando nos fuimos un verano a disfrutar de las vacaciones en playas del este, en Maldonado y en Rocha.
Ya habíamos tenido el examen teórico entre nosotros dos, tal cual lo relaté antes y el verano se prestaba para tener el examen práctico.
En una revista de contactos que se edita en Montevideo, hice yo un contacto con una pareja que más o menos tenía las mismas características que nosotros en cuanto a edad y gustos sexuales, así que arreglamos un día para encontrarnos en Punta del Este y conocernos visualmente para saber si existía feeling entre nosotros cuatro y tal vez buscar una aproximación para tratar de pasar un buen momento de placer entre los cuatro.
Nos encontramos, fuimos a charlar a un boliche, tragos mediante y con un buen ambiente cálido y relajado, comenzamos a charlar del tema que nos reunía y la temperatura individual de cada uno de los cuatro paso de 36º a 45º en media hora.
Nos fuimos a bailar porque si seguíamos en el loft, íbamos a matarnos allí mismo, así que en la pista comenzamos a hacer aquello que habíamos soñado tanto tiempo atrás.
Bailamos un rato con poquito contacto, salvo algunas caricias accidentales cruzadas con la mujer del otro y eso fue un factor detonante, ya que mi mujer tiene por costumbre no usar ropa interior cuando sale a bailar (siempre lo hizo y a mí me excita terriblemente), y no tardó en darse cuenta de ello el hombre de la otra pareja. Mi mujer vestía una blusa tipo hindú, que estaba cerrada pero bastó tirar de una piolita para que se abriera el escote y dejara ver las hermosas tetas que tiene, pero además llevaba una pollera de tela muy liviana por encima de la rodilla que con solo tocarla o rozarla te dabas cuenta que estaba desnuda bajo esa ropa.
Allí comenzó un acercamiento del otro hombre con mi mujer, al principio no me agradó mucho, pero después me excitó al punto que se me paró la pija de una forma que la otra mujer se dio cuenta y para que no quedara yo en evidencia frente a la gente en el boliche, hizo lo único que podía haber hecho, se me pegó como una garrapata.
Como yo era más alto que ella, mi pija le quedaba apenas por debajo del ombligo y con gran calidad, consiguió meter su mano en mi bragueta y me empezó a pajear como pudo por lo apretado que estábamos.
A esa altura yo le había agarrado las tetas, le había tocado el culo, la concha, todo. Me olvidé que habían 400 personas más en el boliche y supongo que alguien tiene que habernos visto.
Cuando veo para el lado en donde estaba mi mujer con el marido de mi compañera ocasional, veo que estaban bailando juntos y me llamó la atención la forma del pliegue de su pollera, y no podía ver bien por la distancia y por la oscuridad reinante en el boliche, pero en un par de movimientos nos acercamos a ellos y mi mujer, retirándose un poquito para atrás me muestra que el tipo había sacado su pija por la bragueta y la estaba refregando a ella en la concha.
Casi me enloquezco, primero de celos y después de la calentura. Me parecía mentira ver a la mujer con la cual compartimos veinte años de vida en común, refregándose a una pija en un boliche y delante de mis ojos. De veras, fue shockeante.
Pero lo superé, al punto que yo ya había cerrado mi bragueta y les dije para irnos, a lo cual todos estuvieron de acuerdo. Creo que era una decisión cantada, no?
Le hicimos una cortina para que pudiera sacar la pija de debajo de las polleras de mi esposa y recién en ese momento tuve conciencia del tamaño de aquel aparato.
Nunca había visto algo igual, y eso que siempre fui a clubes deportivos y además salimos con amigos y amigas en partuzas, pero aquello me dejó con una cierta preocupación.
Habíamos ido en auto ambas parejas, por lo que optamos por seguirlos hasta su domicilio en nuestro coche.
Casi no hablamos una palabra en el corto viaje, y lo poco que dijimos fue: "Te gustó?", a lo que ambos respondimos casi a la vez que SI. No cabía otra respuesta.
Llegamos a su apartamento, tomamos un par de whiskies casi por compromiso y enseguida estábamos todos desnudos besándonos y chupándonos como enloquecidos.
En un momento estaban las dos mujeres chupándome la pija y al rato estaban con él. Nos fuimos a la cama y enseguida ella se me trepó y comenzó a refregarme la concha por todo el cuerpo, mientras mi mujer le estaba haciendo una deliciosa mema en su enorme palo.
Yo sabía que mi mujer no iba a perder tiempo y se iba a montar enseguida en esa pija enorme y tal cual lo imaginé, lo chupó dos minutos y ya empezó a buscar los condones en la mesita de noche.
Se lo puso y se sentó encima con una cara de placer que creo nunca se la había visto antes. Primero fue muy suavecito el movimiento porque supongo que estaba adaptándose al tamaño o estaba lubricando con sus jugos el condón, pero en cuanto pudo, hizo uso del peso de su cuerpo y dejó que esos casi treinta centímetros se metieran hasta el fondo.
Había que verle la carita de placer con una mezcla de dolor, que belleza!!!!
Como no podía ser de otra manera, si el tipo se estaba cogiendo a mi mujer, yo me tenía que coger a la de él.
La puse en cuatro patitas, me puse el forro y adentro, meta bola contra esa conchita dulzona y toda peladita.
Pero de repente me da por mirarle el culito y como que me estaba haciendo una guiñada, entonces sin decirle agua va, para no avivar giles, hice un movimiento brusco para que se saliera de la concha y me escupí la mano, me agarré la punta de la pija con la mano mojada y se la puse en la puertita del culo.
La verdad, yo creí que por ser la primera vez me iba a rechazar con calidad, sin mediar palabras, pero por el contrario, cuando vi que se acomodó y levantó la espalda, me dí cuenta de que era todo para mí ese pavito. Se la mandé despacito y la dejé que ella empujara para atrás permitiéndole que se acomode a su ritmo y no al mío. Cuando quise acordar había desaparecido totalmente. Que mujer, por dios!!!! Que bien que cogía!!!!!
Y por si fuera poco, ella adelantaba un poquito la cadera provocando que se saliera del culo y me ponía la concha para que le hiciera un saca y pone concha y culo, una hermosura, y más todavía mostrándoselo a mi mujer y al marido de ella.
Increíble, el tipo le dice en un momento, "che, conmigo nunca hiciste eso."
Demás está contarles que nos acabamos como reyes los cuatro y casi en simultáneo ya que la excitación fue tan grande que era imposible aguantar mucho rato.
Casi de casualidad, las mujeres marcharon para el baño, y nosotros quedamos tendidos en la cama descansando y prendiendo un pucho.
En una de esas me paro y voy hasta la cocina a buscar una cerveza, y cuando paso por la puerta del baño, siento algo como un quejidito y una conversación en susurro.
Me arrimo a la puerta y ahí si pude comprobar que las dos se estaban refregando o besándose o tocándose entre ambas y lo llamé al loco para que viniera a escuchar también.
Se arrimó pegadito a mí y mientras escuchábamos los quejidos y nos mirábamos uno al otro comentando en voz baja lo que podría estar pasando allí adentro, se me empezó a para la pija de vuelta, cosa que mi amigo no dejó pasar por alto y sin decir ni siquiera "permiso", me empezó a hacer una paja que consiguió que se terminara de parar en medio segundo.
Fue sin pensarlo, que yo le agarré la pija a él también, fue la primera vez que tocaba una pija que no fuera la mía y por si fuera poco, era muy grande, que lo parió.
Se agachó y me empezó a chupar, y ahí fue cuando ellas salen del baño y nos encuentran en el pasillo en esa tarea.
Imaginen lo que sigue, nos fuimos otra vez a la cama y ahora las parejas eran del mismo sexo.
Fue una de las cosas más bonitas que me pudieron ocurrir. Hicimos de todo. Nos chupamos el uno al otro, la pija, los huevos, él me hizo un beso negro, pero yo no me animé, nos metimos los dedos en el culito y final de fiesta, el me puso el condón con la boca (casi me muero de placer) y lo entubé delicadamente hasta que no pude más y me acabé adentro de su cola, ya que él me lo pidió así, no quería que derramara afuera o en su espalda.
Como corresponde a un buen caballero, y al ver que su enorme pija estaba dura de nuevo después que yo me lo cogí, lo empecé a chupar, le puse el condón y me quedé boca arriba y levanté las piernas para que me cojiera de frente y de esa forma podía robarle algún centímetro para que no me rompiera todo.
Fue una maravilla la forma en que el loco me la puso, despacito fue moviéndose para atrás y para adelante hasta que cuando hubo lubricación suficiente, empezó a serrucharme con todas sus fuerzas y yo lo único que hacía era pedirle más y más.
Si me habré puesto putito, que en un momento se le salió de mi culo y yo me moví y le pedí que se acostara boca arriba y me le senté arriba de la enorme pija, tal cual lo había hecho antes mi mujer con él.
No demoró mucho en acabarse, lástima, pero fue un polvo excelente desde donde se lo mire.
Las mujeres estaban todavía cogiendo cuando nosotros ya nos habíamos acabado los dos y lo que hicimos fue ir donde estaban ellas y cada cual se enculó a su propia mujer y tuvimos un final decente, cada cual con su esposa.
Nunca pensé que podría llegar a algo tan fuerte como esto, pero les aseguro que después de esa experiencia hemos tenido unas cuantas más y en cada una se aprenden cosas nuevas y se perfecciona el arte de gozar con el sexo, disfrutando cada centímetro de piel que se pone delante de ti.
Me gustaría que hubiera una forma de certificar que este relato es absolutamente cierto y que no se trata de una frondosa imaginación que cuenta una fantasía loca de alguien que está atormentado por sus ideas. Créanme, todo lo que aquí se dice es 100% verdad.
Espero que alguien tome nota de lo que yo he aprendido con este nuevo estilo de vida y cuanto ha aportado el mismo a la seguridad de mi matrimonio, el cual el sólido como una roca y a prueba de balas.
Si tienen la oportunidad, no lo piensen mucho, si no, nunca se van a decidir.
Besos y ojalá algún día me encuentre con alguien que me diga que leyó un relato y después de eso se decidió a ser bisexual.