En las sierras I

Una convivencia única que vale la pena vivirla

En las sierras I

Esta epidemia, este confinamiento, por suerte en un radio de varios kilometros, pues hasta aquí no ha llegado y nos cuidamos mucho de evitar algún contagio.

El acuerdo que hemos hecho es que no entre ni salga nadie de esta comunidad, desde la fecha que acordamos y quien tenga que salir, si desea volver se someta a los estudios de practica.

El inconveniente surge del intercambio de bienes con los no residentes, mas que nada los de carácter alimentario y sanitario.

Pero el mecanismo de habilitar un area donde todo queda aislado en cuarentena por un tiempo, esta dando muy buenos resultados.

Este “encierro”, ha hecho posible cosas que nunca hubiésemos imaginado vivir.

Pero creo necesario hacer que conozcan donde estamos y como llegamos aquí.

Hace ya bastante tiempo queríamos dejar la ciudad para vivir la naturaleza en todo su esplendor.

Cuando nuestra nena se recibió de medica y se caso con un compañero de estudios, vimos la oportunidad y con Jose, mi marido nos decidimos y aquí estamos.

Esto fue hace ya 18 años, tenemos un nieto de 16.

Nos vinimos a lo que originariamente era una colonia, de las que había muchas en esta provincia, originadas para afincar a extranjeros que deseasen trabajar nuestros campos.

Esta era una colonia rusa, los que la integraron eran disidentes políticos del régimen que allí imperaba.

Gente muy blanca, rubios todos, por sus costumbres los llamaban vikingos, a pesar de que no lo eran.

Una de esas parcelas se vendia y la compramos para vivir allí.

La familia que la habitaba se fue a otra zona pues deseaban tener uvas, hacer vino y llegar a tener su bodega propia, por sus cartas nos enteramos que ya hoy cumplieron su sueño.

Un bello campo con una cabaña muy cercana al rio, con buenas comodidades, que excedían nuestros requerimientos pero es tan bello todo que ya casi nos resulta chica.

Como vecinos tenemos familias de gente mayor de origen ruso, que ya están solos pues su hijos como los nuestros emigraron a estudiar y vivir en las ciudades.

En los días de verano nos visitaban los hijos y pasaban ellos quince días y nos dejaban el resto de las vacaciones escolares al nieto, que quedaba encantado pues los abuelos le consentíamos todo.

Eso hasta que tuvo unos 12 años, luego ya no le gustaba tanto, pues aquí estaba lejos de sus amigos habituales.

Durante dos años dejo de venir.

Pero cuando comienza esta peste, los padres ambos dedicados a la medicina, nos lo traen para separarlos de ellos, por el riesgo de ser futuros focos infecciosos.

Tampoco habían comenzado las clases asi que le comenzaron a resultar largas sus vacaciones que por suerte sobrellevaba bastante bien en compañía de su abuelo.

A nosotros su llegada nos privó de la única gran diversión que teníamos cada quince días.

Todo comenzó hace años, Jose mi marido, ya retirado de su trabajo como investigador en el campo de la biología molecular, fue como era su costumbre a pescar al pequeño muelle que tenemos sobre el rio.

El rio es un clásico serrano que solo dos meses al año o cuando hay grandes lluvias, tiene mucha agua y es correntoso pero el resto del tiempo su caudal baja y se hace muy tranquilo.

Los vecinos aguas arriba son tres familias que han unido sus fuerzas y han edificado un hostal que alquilan en temporada. además fabrican un aguardiente de higo y una cerveza de muy buena calidad.

También ellos como nosotros estaban solos, asi que nos reuníamos para algún asado y jugar a las cartas. Todo muy normal.

Lo raro la familiaridad entre ellos pues se besaban en la boca y se toqueteaban bastante.

Con Jose muchas veces pensábamos que hacían cama redonda, pero el solo me decía que putos pensamientos tienes vieja pajera, porque dicho sea de paso lo soy.

Cuando cogemos me echa su polvo y a pesar de haber orgasmando varias veces sigo con ganas y mientras el se duerme yo me hago por lo menos dos pajitas, antes que el sueño se apodere de mi.

Volviendo a su pesca, que cuando tiene exito la comemos.

Ve tres blancas mujeres desnudas bañándose en el rio, una bastante gorda y las otras dos no tanto, parecían conocidas, mayores,  parecían las rusas,  se acercaban haciéndole señas agitando los brazos de manera que su tetas se bamboleaban dando un buen morbo.

Solo a la mas gorda se le veian pezones de color rosa marcado y a las otras nada, perecia que no los tenían, sus conchas no se veian pero eran también palidas como todas ellas.

Le gritaban: don Jose, venga a darse un chapuzon el agua esta lindísima.

Lo único que se le ocurrió gritarles fue: no griten que me espantan la pesca.

Las mujeres se dan vuelta y se van de vuelta, esos culos lo dejaron calentito.

Esa noche Jose me contó todos esos detalles.

También fue algo raro me echo dos, y yo no necesite hacerme paja alguna.

Lo que había visto lo había rejuvenecido.

Estos viejos verdes!!!!

El sábado nos reunimos con ellos a comer como era costumbre, fuimos ambos un tanto cohibidos por lo que había pasado.

Al recibirnos sus maridos, los tres nos piden disculpas por la osadía de sus mujeres invitando a Jose se uniera a ellas en el baño.

Las mujeres nos sonreían y trataban de captar nuestras reacciones.

Me dicen : no te enojas cierto?

No, por?

Por lo que hicimos.

Bueno no es para tanto.

Lo hubieses dejado que se bañase con nosotras?

Dude un instante, y luego les contesté con un no!, rotundo para asi captar su confianza.

Y les pregunto: y que le hubiesen hecho si iba?

Nada distinto a lo que le hace tu.

Las locas se confesaron que lo querrían coger.

Y delante de sus sonrientes maridos.

Allí temblé, pues de golpe imaginé la contrapartida, tres grandotes rubios que deberían tener una grandes pijas, haciéndome gozar.

Jose no mostró la menor sorpresa, solo que comenzó a ponderar los preciosos cuerpos que había visto.

Y uno de los maridos preguntó: y cual te pareció mas linda?

No sé estaban lejos, casi no las conocía, ……

Pero llegamos a unos veinte metros, dijo la mas gorda Olga.

Quizás a la que mas pude ver fue a ti.

Por lo gorda?

Jaja , si tetota y culona.

Claro y a nosotras ni nos viste clamaron Rita y Sara.

Bueno si también, todas muy lindas.

Yo lo miraba a Jose y no lo podía creer. No eran celos, era asombro.

Chicas dice Esteban el marido de Olga: y porque no le muestras ahora como son asi las puede clasificar.

Vestían las tres parecido, siempre usan mas o menos lo mismo salvo cuando van de fiesta o en algún evento importante.

De blanco, una pollera amplia y larga por debajo las rodillas, muy abultada por enaguas que usan debajo y blusas de mangas largas abuchonadas, poco escotadas.

Medias tejidas tres cuartos y zapatillas que luego supe se las hacen ellas. Me regalaron un par son comodísimas.

El pelo recogido con rodete o trenza pues lo tienen largo y es de color trigo, un rubio precioso.

Oscar y Mario me preguntan?

No te vas a disgustar por esto?

No, al contrario me gustaría también a mi ver a las chicas.

Contestan y  a nosotros verte a ti.

Olga le pide, tranquilas una por vez, hagamos que los hombres nos deseen.

Bueno comienza tu de dice Sara a Olga.

Con todo gusto, le contesta.

Primero se suelta el pelo, le llega a la cintura, luego la blusa y sorpresa, nada debajo, aparecen sus ubres dos melones caidos con sus areolas rosadas y pezones apuntando hacia su panza, se las levanta y se pasea asi ofeciendolas sin que lleguen  a nadie en un acto teatral.

Creo que la que mas cerca las tuve fui yo, mientras ella me dice: Irma te gustan?

Si están lindísimas y que gordas las tienes.

Toda yo soy gorda, pero me siento bien asi.

Luego la pollera y luego la enagua de cintura, estaba sin calzones.

Su panza prominente con un pliegue que muestra debajo su pelvis.

Una pelvis tupida de un entramado de rizos muy claritos casi blancos, tapaba sus labios vaginales.

Se gira, que culo tan gordo pero con pocas estrias, parecía todavia firme, lo abre con sus manos y se le ve un agujero abierto de unos dos centímetros, de color rosado subido, casi rojo carne.

Se agacha y lo pasa por nuestras narices, diciendo; esta pidiendo que lo llenen.

Va y se sienta sobre las piernas de Esteban que la acaricia y ella lo besa.

Sara que parece la mas charlatana les dice tranquilos todavia no es la hora de coger.

Mientras decía eso también se soltaba su rubia cabellera un poco mas corta que la de Olga pero bastante  larga.

Se quita la blusa tenia corpiño, de esos media taza que le sostenían una bellas tetas medianas, parecian duritas y su areola casi no se notaba mientras su pezones parecían bellos chupetes parados color rosa suave.

Con razón Jose no los había notado al verlas de lejos.

Se quita la pollera y no tenia enaguas pero si una tanga bien moderna.

Se suelta su corpiño y las tetas se caen, no mucho pero fue necesario que con sus manos las levante para ofrecerselas a los presentes, luego se da vuelta y de espaldas se quita la tanga, un culo hermoso, bastante firme unas piernas muy bien torneadas a pesar de esas medias que le quitan encanto, al girarse tenia una mata rubia de pendejos que tapaban su concha.

Olga protesta, yo abi mi orto y tu no.

Bueno allí va, contestó.

También un ojete rosado abierto igual que el de Olga a pesar de que era bastante menos voluminoso.

Se le sienta en las piernas de Oscar y el la pajea con disimulo.

Mi turno grita Rita soltando la mano de Mario que la estaba franeleando.

Se sienta en el suelo, se quita las zapatillas y las medias, se gira levantando sus polleras y muestra que no tenia bombachas, pero se vio poco, lo hizo adrede.

Se levanta y quita la blusa, su enagua cubria sus tetas, baja su pollera y quita la enagua, no tenia corpiño quedando desnuda.

Se suelta el rubio cabello que la cubre hasta la cintura, lo aparta para mostrar sus tetas muy parecidas a la de Sara,

Pero mas osada las pasa cerca de nuestras bocas invitándonos a que las besásemos, yo se las chupé ya estaba muy caliente y la próxima en mostrarse era yo.

Su concha también tapada por su mata rubia, pero con sus dedos la abrió mostrando su rojo interior, luego hizo lo propio con su culo, también de agujero rosado y se disculpó por no pasarlo por los asistentes porque los notaba a todos muy alzados, Jose y su marido habían sacado la pija y se estaban pajeando.

Ahora me toca a mi grite con ansias, pero no se hacerlo tan bien como las chicas, pensé en orgasmar en la operación pues ya estaba muy pero muy caliente.

Los muchachos se ofrecieron ayudarme, Mario y Jose dejaron su paja y les ganaron de mano al resto, mi  cabellera por lo corta no necesitaba ser soltada, mi vestido enterizo, caería muy de golpe y para colmo solo tenia puesta mi mediabacha negra.

Cuando cae mi vestido ambos machos se apoderan de mis pezones que estaban a reventar, mis tetas son regulares parecidas a las de Sara y Rita en cuanto a tamaño pero por el color canela de mi piel mostraba unas areolas moradas y unos chupetes de dos centímetros gordo de la calentura, poco libaron hasta que tiemblo en un orgasmo que aplaudieron todos con entusiasmo.

Mis colores, los de la areolas y pezones, fueron recibidos por los rusos con gran entusiasmo, los comentaban como ya si los estuviesen saboreando

Calmados me siento sacándome las mediabachas, mostrando mi panza surcada por una cicatriz desde el ombligo que evidenciada una cesarea, asi nació mi nena.

Mi concha se veia radiante pues estoy totalmente depilada, la abri con mis dedos y la pasié por delante de todos recibiendo bellas caricias, ya estaba para otra acabada, luego mi culo, fruncido cerrado y bien marron, cosa que enloqueció a los machos presentes preguntando si era virgen o no.

Yo confesaba por supuesto que no.

Ya los hombres se habían desnudado y la orgia parecía comenzar cuando Olga nos pide sacar un papelito de una gorra puesta sobre la mesa.

Luego me entere que solo había tres papelitos, para que nunca nos tocase nuestros maridos.

Y se nos asignó una habitación para cada pareja.

Bien swinger era la cosa, nada de bacanales.

Putas pero de uno por vez.

No sé si hubo trampa a Jose le toco Olga y  a mi Sebastian ambos los mas grandotes de todos ellos.

Me reia de como bailaría la pija de Jose en la concha o el culo de Olga, mientras me daba miedo la pija que estaba mostrando Sebastian no tanto por el largo unos 18 pero si por lo ancho como siete centimetros, palida mucho prepucio roja cabezota sin fenillo, y unas bolas bien peludas gigantescas.

Chupársela fue difícil es tan gorda que solo la cabeza pude comerle. Pero mi concha se vio calmada con sus dos acabadas fenomenales y como diez orgasmos, quedamos ambos destrozados.

El culo quedo como una promesa para el futuro pero le pedi que busque la manera de dilatarlo sino me lo fisuraría.

Como contestación me dijo: bueno me conformaré con ser el ultimo, como si la de los demás harian mi ansiada dilatación.

Cuando regresamos a casa Jose me cuenta de lo que paso con Olga.

A Olga la enloquece que le metan la mano y parte del brazo, claro con lo que tiene Sebastian pocas pijas le resultan apetitosas.

No obstante su culo recibió la leche que mi maridito le cedió en mi nombre.

Contando todo parecía que iba a cogerme pero solo se le puso gomosa, se la mamo y lo siento roncar, Olga lo había hecho mierda.

Asi comenzaron las fiestas que hacemos cada quince días, un relajo, pronto fueron orgias donde todos contra todos y hasta entre las chicas nos damos nuestras buenas fajadas.

Evidentemente las mujeres tenemos mas vitalidad que los machos, con un par de polvos, ellos quedan muertos y a nosotras nos dejan con ganas.

Si fuesen mas jóvenes quizas seria distinto, pensar que cuando conoci a Jose me llego a echar seis en el dia.

Allí mi forma de ser cambio totalmente, de una vida dedicada a un solo hombre de vieja me converti en una puta tremenda.

Con el tiempo nos fueron contando que para su cultura el sexo no es como en la nuestra un tanto prohibido, en la de ellos es mas libre y sin prejuicios.

El incesto incluido no es nada raro entre ellos.

Cuentan que es casi un honor dar sus mujeres  a los que llegan a sus pueblos luego de largas y penosas travesias.

Y para sus mujeres un deleite distinto al cotidiano.

Lo mismo para con las mujeres, aunque es mas raro  una peregrina mujer.

En fin la llegada de nuestro nietito cortó totalmente nuestras ya acostumbradas fiestas. Al menos para nosotros que dejamos de ir.

Que ejemplo terrible seria para nuestro nieto que sepa lo que hacían sus abuelos.

Continuará…

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