En las manos del padre de un alumno 2
Continuacion del padre del alumno rompiendola mas esta vez.-
Preceptora 2
Cuando desperté el domingo me sentía confundida, aunque realmente debía admitir que hace tiempo que no tenía una alegría y parecía que la estaba necesitando, aunque por otro lado tenía una vergüenza terrible.
Ya el lunes en el colegio, Ariel no me dijo nada, pero yo casi lo ignoraba de vergüenza.
La semana paso sin sobresaltos y cuando llego el viernes, Ariel ni bien entro al colegio me dio una especie de carta.
Yo la ojee rápidamente antes de empezar a tomar lista a los cursos y lei
"Sandrita cuando salgas del colegio hace 4 cuadras hasta la calle 23 y ahí te voy a estar esperando"
De leer eso ya me puse nerviosa, las piernas casi me temblaron, no podía creer que fuera así ese sujeto, se pensaba que yo tenía que ir, aunque al mismo tiempo me intrigaba, a parte al medio día, me pareció muy raro.
Ese día estaba vestida con un jean claro como siempre y una remera blanca, pero tenia unos tacos medios altos que hacían realzar mas mi figura.
Salí del colegio rápidamente, me cruce con Vivi mi amiga profe de matemáticas y me dijo
-¿Sandra, me podes acercar unas cuadras?
Yo dude, por mi cabeza pasaron miles de cosas, no podía decirle que no, pero tampoco que si, dude demasiado, entonces le dije
-¿Hasta donde?
-Unas 5 cuadras, hasta la plaza, que voy al mercado de enfrente.
Volví a dudar, pero ya no tenia opción, total me daría la vuelta a la manzana.
Hice las cuadras muy nerviosa, y cuando llegamos Vivi se bajo un poco antes, pasando por la otra esquina de donde estaba Julio, el se vino caminando hacia el auto mientras Viviana se alejaba, pude notar como no disimulo en como devorarle la cola con la mirada.
Cuando se subió al auto, me agarro la boca fuerte y me metió un beso fuerte, diciéndome
-¡Hola bomboncito! ¿Quién es la ricura que traías con vos?
-Una amiga, conteste en seco.
-¡Que culito tiene!
No dije nada y arranque sin rumbo, y Julio empezó a indicarme hacia donde íbamos, estaba nerviosa pero no me animaba a preguntarle nada.
Dimos vueltas y nos alejábamos un poco de donde yo conocía, aunque el se manejaba como si fuera seguido.
Cuando llegamos, en un calle media desabitada, me indico hacia donde y ahí llegamos a la puerta de un motel bastante precario por cierto.
Ahí le dije
-¡Para Julio! Yo no creo que esto este bien.
El me sonrío y me dijo
-¡Entra y después lo hablamos dentro!
Yo dude, pero no tenía opción, tenía un poco de miedo.
Cuando llegamos a la caseta donde te dan las llaves, al contrario de los buenos moteles, este no tenia polarizado ni nada, te podía ver sin disimulo.
Había un tipo pelado y viejo que me dijo
-¡Al fondo a la izquierda! Y me dio unas llaves.-
Yo arranque muy nerviosa por la situación, y maneje hasta el cuarto.
A penas entramos en la habitación, era bastante pequeña, una cama matrimonial con las sabanas medias gastadas, un baño y un televisor 14 pulgadas, Julio prendió una luz roja horrible y se quedo mirándome de arriba abajo. Entonces me dijo
-¡¿Y como lo pasaste el otro día Sandrita!?
Me tomo por sorpresa y titubee y no pude contestarle nada.
Se me acerco, me agarro de la cintura y me dio un beso con fuerza, sujetándome fuerte como era ese tipo, mientras me apoyaba su bulto que ya estaba crecido en mi.
La seguridad que se tenia y como me trataba me sacaba de mi cordura. Pronto sus manos empezaron a manosearme la cola sin parar, mientras seguía besándome.
Su manera de tratarme era fuerte y me empezaba a excitar, cuando de pronto me soltó, me agarro de los hombros y me puso de rodillas delante de el.
Empecé a decirle
-¡No Julio por favor!
Pero el solo se reía y me decía
-¡¡Vamos, si se que te gusta, chupala un rato y nos vamos!!
Yo baje su pantalón, y el olor era bastante fuerte, saque su miembro medio dormido, aunque el tamaño siempre considerable, no dije nada mas y lo metí en mi boca.
Casi me vomito con el olor, pero me la aguante y empecé a chuparsela, el se reía a carcajadas y me apretaba con sus manos mi cabeza contra el, imponiendo un ritmo fuerte, que me hacia dar arcadas.
-¡¡Ahhhh que bien la estas chupando bebe!! Gritaba Julio.
No se cuanto tiempo fue pasando y empecé a sentir gusto por hacerlo, el debió notarlo porque gozaba cada vez mas.
De pronto me agarro la cabeza y me saco su verga de la boca, me agarro de los brazos y me puso de pie delante de el.
Sus brazos rodearon mi cintura y sus manos agarraron mi culo y lo apretó fuerte, en ese instante sentí una descarga en mi interior, parte de mi estaba excitada, pero parte de mi se negaba ha estar en esa situación, así que dije
-¡Dejame Julio por favor, esto no esta bien!
El sonrío y solo contesto
-¡No me importa si esta bien o no, estas bien buena y te voy a gozar!
De pronto empezó a desabrochar mi pantalón, lo bajo, yo ya no opuse resistencia, me lo quito completamente quedando yo solo en tanga y con musculosa.
-¡¡Mi amor, que hermosa tanguita te pusiste!!
Yo no conteste nada me quede ahí parada viéndolo tan solo con una tanga, esperando para que me siguiera gozando. Ya no había vuelta atrás yo estaba excitada y seguramente Julio me iba a coger y hacer lo que el quisiera conmigo en ese telo de mala muerte.
Me agarro de los brazos violentamente, me giro y luego me tiro sobre la cama.
-¡Ayy para hijo de mil! Le dije de bronca.
Pero el ya estaba arriba mío besándome el cuello y apoyándome su enorme bulto.
-¡¡Que hermoso culo tenes Sandrita grandote y parado, tengo que decir que nunca he roto uno así!!
-¡Julio, por favor no, eso si que no! Dije temerosa de solo imaginarlo.
El como si no hubiera dicho nada agarro su verga parada y me empezó a dar pequeños golpes en mis nalgas y con la otra mano iba jalando mi tanga hacia abajo, yo intente levantarme o patalear, pero Julio estaba encima de mí y lo impedía.
Mi desesperación le gustaba al maldito, que me empezó a golpear un poco más fuerte en las nalgas con su verga y yo le decía
-¡¡Por favor Julio, no, por favor te lo pido!!
El termino de bajar mi tanga hasta los tobillos y yo le dije casi llorando sabiendo que nada lo impediría
-¡¡Por favor te lo suplico, Noo!! ¡¡Me va a doler mucho!!
-¡¡Jaja No te preocupes Sandrita todo te va a entrar, solo para bien el culo y disfrútalo!!
Escupió la entrada de mi culo, y metió un dedo lo mas que pudo, mientras con la otra mano me manoseaba donde podía, yo estaba nerviosa pero paraba mi culo e intentaba disfrutar.
Hasta que paro sus manoseos, apoyo la cabeza de su gorda verga en la entrada de mi culo y comenzó a meterla. Al principio, como supuse, me dolía una barbaridad, parecía que el culo no se abría, no era esa pija normal.
Me agarraba de los costados de la cama quejándome del dolor y tratando de no ponerme dura porque sabía que era peor.
Sentí la cabeza que ya había entrado, pero el dolor aumentaba haciéndome gritar un poco.
-¡¡Ahyyy ahhyyyy!! ¡¡Ahyyy ahhyyyy!!
Hasta que al fin, la cabeza llegó a su objetivo y llegó al fondo.
Sentí una gran presión en mi vientre, su pija llegó mucho mas lejos de lo que imagine alguna vez y la mantuvo alojada allí un buen rato, inmóvil, disfrutando del objetivo cumplido con tanto esfuerzo. Eso me hizo gritar a más no poder
-¡¡AAAhhhhhhhgggg hijo de puta sacala, sacala por favor aahgggggggg!!
Julio, viéndome sufrida, me dijo al oído
-¡Toda adentro mi vida! ¿Te gusta tenerla adentro?
-¡No hijo de puta! ¡Despacio me estas rompiendo!! Le contesté tratando de acostumbrarme a tener eso todo adentro mío.
Se empezó a mover despacio para ir aumentando gradualmente el movimiento hasta llegar a hacerlo mas fuerte.
-¡¡AAhhhhh ahhhhh ahhhhhhgggg pará pará Aagggggggggyyyyyyyyyyy!!
No se cuento estuvo taladrándome, pero para mi fue una eternidad, mi culo debía estar totalmente roto, desarmado, bien abierto.
De pronto el empezó a gemir fuertemente y su sudor caía sobre mi espalda
-¡¡AAaggggggggggggggggggggg!! Y acabo increíblemente, sentí que me llenaba el culo de su leche.
Cayo al lado mío agitado, yo no me podía mover estaba liquidada, entonces me dijo
-¡¡Que culazo tenes y te lo acabo de romper!! ¡¡En el barrio no me van a creer que me culie a la rica de la preceptora de mi hijo!!
Yo por dentro me moría de bronca, ya lo veía contándole a sus desagradables amigos las cosas que me había hecho, me caía bastante mal pero nunca pensé que un tipo así podría manejarme tanto.
Luego de un rato, sonó el teléfono que se acababa el turno, Julio me dijo
-Vestite que nos vamos putita.
Yo me mordí los dientes de bronca y me cambie, cuando intente caminar me di cuenta que me dolía mucho y caminaba mal.
Julio se reía al verme caminar, nos subimos al auto y salimos.
Al llegar a la entrada, el pelado inmundo dijo, son 50 pesos, yo mire a Julio
Y el me dijo
-¡Ando sin plata, paga vos!
Note un risa en el pelado desagradable pero ni lo mire a la cara, solo saque plata, le pague y maneje rumbo a la casa de Julio.
Cuando llegamos el me agarro la cara y me dio un beso que su lengua recorrió toda mi boca, y luego me dijo
-¡Que lindo culito me comí hoy, no va a ser la ultima vez te lo aseguro!
Y se bajo del auto, dejándome pensativa y manejando como podía hasta mi casa con un cansancio increíble.