En las duchas del gimnasio de la universidad

Historia en las duchas entre un buenorro del gym y yo

Primero de todo me presento. Soy un chico de 20 años, 170cm, rubito y de cuerpo delgado y algo definido.

El día que esto sucedió yo había ido al gimnasio por la tarde, como de costumbre. Hacía un mes que me había apuntado y cada día estaba un poco más enganchado. La verdad que había un montón de chicos guapos entrenando, vamos, bien buenorros.

Estaba tranquilamente en la elíptica cuando noté una mirada por detrás. Me di la vuelta y vi a un chico muy guapo de piel clara y rubito detrás. Parecía extranjero la verdad, pero no lo pillé observando, así que seguí a lo mío. Ya cuando estaba en las máquinas me fijé en como entrenaba, ya que me había gustado. Estaba entrenando solo y por la confianza que tenía y lo guapo que era yo ya supuse que era hetero. Además, a parte de mi mirada atraía muchas más. La verdad que me puse un poco cachondo al mirarlo mover esos brazos perfectamente definidos e imaginarme lo que tenía guardado en el bulto que se le notaba en el pantalón. Llevaba un pantalón corto más bien ajustado que no dejaba tanto a la imaginación y una camiseta de tirantes con la que se le notaban todos sus abdominales.

Con las mismas seguí entrenando y se me pasó un poco.

Para cuando terminé de entrenar eran ya casi las 10 de la noche, ya no había casi nadie en la sala, y me fui a los vestuarios. Soy un chico bastante tímido y pocas veces me he duchado delante de otros hombres, pero ya llevaba yendo mucho tiempo y estaba intentando acostumbrarme a este ambiente.

Cuando entré solo había dos chicos que ya se estaban vistiendo para irse, estaba esto poco concurrido. Mejor, pensé. Total, que me desnudé y entré en las duchas. Estas están organizadas en 3 grupos de 4 duchas. Hay algunas que se ven desde donde te cambias y otras no. Decido meterme en las que no se ve tanto para tener algo más de intimidad y empiezo a dejar correr el agua.

Al tiempo que me estoy enjabonando veo como mi polla comienza a ponerse morcillona no sé ni porqué. Me pongo nervioso por si entra alguien, con lo que acelero el ritmo de la ducha para salir cuanto antes. Cuando casi he terminado oigo como alguien se sienta en el banco de fuera. Joder, menuda faena, ahora no podía salir. Decidí entonces encender el agua otra vez y esperar a que el chico se metiera en otro grupo de duchas para salir y cambiarme sin ser visto, pero nunca llegó a pasar.

Oí como se desnudaba y parecía que sus pasos iban hacia donde yo estaba... ¿es qué no había más duchas? Me puse rápidamente de espaldas para que el chico no viera mi erección, pero era tarea casi imposible. Cuando entró oí como una voz preciosa me decía hola y yo giré mi cabeza a la vez que respondía. Vi al chico rubio de antes, desnudo. Tenía un cuerpo definido, pero sin pasarse. Con una tableta perfecta y totalmente depilado, al igual que yo. Y lo más importante, descubrí lo que había debajo de aquel bulto que vi en el gimnasio. No estaba en su máximo esplendor, pero parecía que sería bien grande cuando lo estuviera.

-Me pongo aquí que no se ve desde fuera. No te importa, ¿no?

-No te preocupes - dije intentando taparme el asunto con las manos.

-Me llamo Pablo, por cierto, te he visto antes entrenando.

-Yo Marcos, encantado.

Noté como su mirada bajaba hasta mis partes, ya que no podía disimular mucho

-Parece que te he interrumpido en la faena, jaja.

-No, es que parece que tiene vida propia. Cuando menos te lo esperas se despierta.

-Bueno, pues como la mía ahora.

Al tiempo que decía esto se giró completamente hacia mí y dejó al descubierto una hermosa polla erecta de unos 18cm diría yo. Yo no sabía qué hacer la verdad. Estaba super cachondo y Pablo parecía estar insinuándose. Bueno, parecía no, lo estaba. Y yo que pensaba que era hetero…

  • ¿No sabes qué decir? He estado toda la tarde esperando a que vinieras a ducharte para verte. Me has parecido muy guapo y he notado que tú también me mirabas de reojo. Tampoco hay muchos gays por este gym.

-Sí, pero...

No me dio tiempo a terminar. Pablo me calló con un beso cargado de pasión y sensualidad. Besaba muy bien el cabrón.

-Y bien... -dijo.

-Puede venir alguien en cualquier momento.

-Más razón para empezar ya. Además, así nos dará más morbo, ¿no crees?

Con esto me lancé y le devolví el beso que me había dado.

-Qué cachondo estoy - dijo Pablo.

-Anda que yo - le respondí.

Con las mismas me puse de rodillas y olí su polla con aroma a hombre. Empecé a chuparle el glande y los huevos; vaya par de huevos calzaba el tío. Cuando estaba ya todo lleno de saliva empecé a meterme su polla en la boca, chupando poco a poco al principio para luego aumentar el ritmo después. Me encantaba el sabor que tenía. Con cada chupada él gemía más de placer, aunque se contenía para no ser descubiertos.

-Pfff como la chupas. Se nota que tienes experiencia eh.

-Bueno, alguna, jaja.

Seguí con mi labor y cada vez estaba más cachondo, no sé sí por tener ese pedazo de polla en la boca o por los gemidos de placer de Pablo.

-Fóllame la boca - le pedí.

-Eso está hecho.

Acto seguido me cogió la cabeza con las dos manos y empezó a mover la cadera. Menuda follada de boca me estaba metiendo, me encantaba. Notaba como toda su polla entraba y salía de mi boca. En un momento paró y me dijo que si seguía se corría y que era su turno. Me levanté y él se arrodilló. Acercó su cara a mi polla, casi igual de tamaño a la suya y empezó a meterla lentamente en su boca. Sentía una sensación cálida y húmeda bastante agradable. Me la chupaba muy bien, se notaba que no era su primera vez, y a la vez que lo hacía me sobaba los huevos. Al rato le pedí que parara y que me besara con esa boquita. Nos sobamos unos segundos y dijo:

-Date la vuelta Marcos.

-Espera, espera. Yo accedo si la siguiente vez cambiamos los papeles eh.

-Trato hecho.

No pasó ni un segundo cuando me atrajo hacia él y hacia la pared de la ducha. Con sus dos manos abrió mis dos nalgas y empezó a hacer círculos con su lengua alrededor de mi agujero.

-Vaya, esto ya está bastante abierto.

-Pues claro, si es que me tienes a 100. Estoy deseando sentirte dentro.

Siguió abriéndolo un poco más y cuando estuvo a su gusto se levanto y me puso la cabeza de su polla en la entrada. Poco a poco la fue metiendo y un pulso de dolor me invadió el cuerpo. El chico más guapo del gym me estaba dando por detrás en las duchas, no me lo podía creer.

-Sé cuidadoso al principio.

La metió del todo y se mantuvo a la espera. El dolor se convirtió en un placer inmenso y gemí del gusto.

-Cómo te gusta eh.

-Calla y fóllame duro.

Pablo fue aumentando el ritmo y la profundidad de sus envestidas; yo apoyado en la pared y él dándome por detrás, era digno de espectáculo. Yo me moría de gusto y cada vez quería más y más. Mi culo ya se había acostumbrado a ese pollón y a la enorme follada que me estaba dando. Intentaba no hacer mucho ruido, pero era imposible, no me podía contener.

Por todo el vestuario se oía como sus huevos chocaban locamente con mi culo y eso me ponía muchísimo. Notaba cada músculo de su cuerpo cuando me rozaba y estábamos los dos empapados por el sudor.

En un momento dentro de mi placer noté como cambió el ritmo de las envestidas y como su polla palpitaba. Se estaba corriendo dentro y me estaba encantando. Noté su leche calentita entrar dentro de mí y me corrí yo también del enorme placer que la follada me había dado.

-Mira como has puesto la ducha – me dijo.

-Bueno, yo no he tenido un culo donde descargar.

-También es verdad – me respondió con una sonrisa pícara y un buen morreo.

-Ha estado genial Pablo.

-Concuerdo. Al final tendremos que repetir.

Tras ello nos duchamos juntos y empezamos a vestirnos. Cuando íbamos en calzoncillos entró otro chico y los dos nos lanzamos una mirada cómplice. ¿Nos habrá escuchado?, pensé. Nos dimos los teléfonos y nos despedimos.

-Espero verte por aquí otro día

-Lo mismo digo -le respondí- Me debes una.

-Lo estoy deseando.

Bueno. Este es el primer relato que escribo. Decidme que os ha parecido, mejoras, sugerencias… todo lo que se os ocurra en los comentarios. Tenéis mi correo disponible para lo que queráis. Muchas gracias por vuestro tiempo.