En la tranquilidad del hogar (7)
Nadia y Gabriel eran dos hermanos que me inquietaban mucho y decidí invitarlos a mi casa. La tarde se vislumbraba acogedora y mi madre nos esperaba en casa.
En la tranquilidad del hogar (7)
Un nuevo día de la semana iniciaba en la universidad, curso el tercer año de administración, mi hermano Carlos, el primer año de ingeniería y además estaban dos amigos con los cuales llevaba una amistad algo superficial, eran Nadia, y su hermano Gabriel, ellos eran procedentes de la sierra piurana, estudiaban Contabilidad, primer año.
Nadia, es una hermosa chica de 18 años, algo gordita, piernas gruesas, culo redondo y levantadito, pechos medianos, cabello lacio y rubio, piel blanca 160 centímetros. Gabriel era más alto, 173 centímetros aproximadamente, 20 años, piel blanca, cabello lacio rubio, ojos claros, contextura delgada, muy guapo en verdad. Nadia gustaba mucho de Carlos, mi hermano, por lo que no perdía oportunidad de coquetearle, Gabriel era un chico más bien tímido. Ellos vivían en una casa alquilada, mientras realizaban sus estudios. Y la verdad que los chicos me inquietaban mucho, así que decidí junto con mi hermano realizar un pequeño juego, para pasarla bien una tarde entre ellos y nosotros cuatro. Ese día, miércoles, como a las 10:30 de la mañana tenía una clase en el segundo piso de mi facultad, el edificio de contabilidad estaba frente desde donde estaba yo. Me senté al final del aula para tener una visión completa, desde la ventana del segundo piso, unas bancas de la facultad de administración que rodeaban un cafetín no muy concurrido por esas horas del día. Allí llevó mi hermano a Nadia, se sentaron juntos, no podía escucharlos pero por las formas de sus gestos y de su cuerpo presumía lo que ocurría. Por un rato Carlos la tomaba de la mano como si jugara con ella y de un momento a otro, le acomodaba el cabello hasta detrás de sus orejitas con los dedos de la mano, al tiempo que le recorría el borde de la oreja izquierda, ella se limitaba a sonreírle mientras bajaba la mirada, luego ella con el reverso de su mano con sus cuatro dedos junto acariciaba las mejillas de mi hermano; él con su mano derecha le acarició su brazo izquierdo desde sus hombros hasta sus manos, se fue acercando lentamente hacia ella, con sus dedos le tocó la barbilla levantándole la cara y le dio un cálido y corto beso en los labios, correspondiéndole ella, al tiempo que mi hermano rodeaba con su brazo izquierdo su cuello y ella cerraba los ojos como símbolo de aceptación. Luego se levantaron de la banca y caminaron juntos tomados de la mano como dos chicos enamorados que se gustaban mucho.
Por fin llegamos a la culminación de las clases del día, bajé del edificio de administración y me encaminé hacia la facultad de contabilidad donde se encontraba mi hermano, junto con Nadia y Gabriel, abandonando juntos la universidad. Llegamos hasta mi casa, mi madre nos recibió a mí, mi hermano y mis amigos con el cariño de siempre y me lanzó una mirada como queriendo leer mis intenciones, vaya que no se equivocaba. Mi casa es mediana con tres dormitorios, una sala y una cocina medianas, un baño muy bien puesto. Nos sentamos en la sala y decidimos darnos una fiestecita, faltaba algo para beber, así que mi hermano y Nadia fueron por los tragos y algo para comer. Nos quedamos en la casa Gabriel, mi mami y yo, como había salido de la universidad vestía ropa casual, es decir jean, polo y zapatillas. Estando casi solos, decidí ir al baño de la casa y dejé la puerta abierta para que pueda escucharme y quizás hasta verme un poquito, pero no lo hizo. Cuando salí del baño terminé de cerrarme al pantalón fuera de él y a la vista de Gabriel. Sentándome nuevamente cerca de él, le confesé que mi mami era una mujer liberal. Desde mi posición y a unos metros de nosotros le lancé un beso volado a mi madre, quien me correspondió de igual forma. Fingiendo estar cansada, invité a Gabriel y me dirigí hasta uno de los dormitorios de la casa y me eché boca abajo, levantando un poco el culo, mientras Gabriel me seguía, sentándose a mi lado, en la cama, observándome disimuladamente. Cuando Gabriel me miraba mientras conversábamos me acariciaba una de mis nalgas por encima de mi pantalón, para que tuviera una buena visión de mí y estimular su deseo. Esta situación lo ponía algo nervioso y cada vez estaba más cerca de la cama, la conversación era algo insustancial. En cada intercambio de palabras mi mano resbalaba por entre sus piernas lo que hacía poner algo colorado a mi amigo, mi mano izquierda jugueteaba a la altura de su rodilla de su pierna izquierda, en cada uno de los momentos mi mano permanecía más tiempo entre sus piernas haciendo que nuestra conversación pase a segundo plano, en uno de esos momentos mi mano se deslizó hacia más arriba y le cogí la verga por encima de su pantalón. Se la apreté algo, luego quité mi mano y me di media vuelta en la cama quedando boca arriba con mis brazos detrás de mi cabeza con una sonrisa pícara en mi rostro. Ante tal invitación Gabriel se echó en la cama, al costado de mí, me dio un abrazo rodeándome con sus brazos mi cintura uniendo sus labios a los míos, dándonos vueltas sobre la cama, rodeando su espalda con mis brazos apretándolo con fuerza hacia mí.
Así nos entretuvimos hasta que llegaron Nadia y Carlos a casa. Salimos y nos sentamos en la sala de la casa comiendo y bebiendo sin preocuparnos por el después, el alcohol nos tenía eufóricos y con ganas de seguir aún más eufóricos. Mi madre no participaba de nuestra celebración pero seguía muy de cerca nuestros movimientos. Carlos tomó de la mano a Nadia y la llevó hacia una de las habitaciones, en la sala Gabriel rodeó con su brazo izquierdo mi cuello y me dio un gran beso ante la atenta mirada de mi madre. Invitamos a mi mami a degustar de algunos vasos de alcohol, seguimos bebiendo un poco más y nos sentamos en un pequeño mueble los tres juntos. Mi madre se acercó, del lado derecho de Gabriel, le acarició el cabello, desde nuca de su cabeza, sosteniéndola con su mano izquierda y dándole un pequeño beso en los labios. Este beso agradó a mi amigo, mi madre se levantó de su lugar y se puso a mi lado, a mi izquierda, dejándome al medio. A este punto Gabriel se atrevió a más y me acarició la pierna derecha con su mano derecha, se hallaba de costado mirando hacia mí, sin retirar su mano con la otra me tomó del cuello y se acercó a mí, abriendo la boca para besarme e introducir su lengua en mi. Yo, correspondí el beso, con mi mano derecha acariciaba su espalda y mi otra mano resbalaba entre las piernas de mi mami, subiéndola desde su muslo hasta coger su coño apretándolo al tiempo que Gabriel me pegaba a su cuerpo. Esta situación nos encendió a todos, nos fuimos a mi habitación y en el trayecto iba metiendo su mano dentro de mi polo cogiendo cada uno una de mis tetas para refregarlas con harto deseo, con su mano libre me abrazaba del cuello. Así sin quitarme nada me eché en la cama, él levantó mi polo, levantó mi ajustador y dejó mis tetas al aire libre adueñándose de ellas, me las besaba, me las lamía, me mordía los pezones y mientras más caricias linguales le daba a mis pechos, mis manos agarraban su verga, tratando de masturbarlo por encima de su pantalón. Luego, mi mami que seguía atenta a nuestros contactos, se acercó detrás de Gabriel y se sobó las tetas en su espalda, Gabriel seguía mordiendo mi pezón derecho y con la yema de sus dedos de su mano izquierda jugueteaba en mi pezón izquierdo, mi mami se puso a la mitad de la cama desabrochando mi pantalón, abriendo el cierre del mismo y procediendo a bajarme los pantalones para luego quitarme la tanguita, dejando mi coño libre para sus ágiles manos. Con sus dos manos me abrió las piernas, para meter su lengua por todo mi coño remojándomelo mucho más de lo que estaba. A este punto mi mami se apartó de Gabriel y mío, Gabriel seguía deleitándome con su lengua y sus labios en mis tetas y con su mano derecha ahora me refregaba el coño metiendo uno de sus deditos dentro de mi, mi mami se estaba desnudando ahí, delante de nosotros, Gabriel también se apartó de mi para desnudarse totalmente al tiempo que me sentaba en la cama para quitarme mi polo y mi ajustador. Estábamos los tres totalmente desnudos en aquella habitación. Gabriel me levantó las piernas abriéndolas sobre mí, descansándola en sus hombros para penetrarme con rapidez y habilidad, tenía la verga bien erguida, con las venas que se extendían a lo largo de su tronco y la cabeza de su verga que sobresalía por entre lo demás con su ojito mirando hacia mi, rematando en ese pequeño pliegue en la parte final de su cabeza, estaba deliciosa y me la metí en el coño para sentirla toda. Mi madre se puso detrás de mi cabeza y fue acercando su coño a mi boca, quedando frente a frente con Gabriel con mis piernas entre ellos como barrera. Gabriel me abrió las piernas para quitar esa barrera y quedar cara a cara con mi madre y darse un deseoso beso, comiéndose la boca entera. Gabriel me penetraba cogiéndome de las piernas, jalándome más hacia él para dármela hasta el fondo. Luego Gabriel se echó en la cama con la verga dura y bien levantada, yo me trepé en él y me introduje esa rica verga en el coño, con mis piernas dobladas me impulsaba hacia arriba para sacármela a la mitad y luego me dejaba caer para tenerla toda dentro, mi buena madre me acariciaba la espalda y me masajeaba el culo y las tetas, pegando las suyas a las mías, sentada en las piernas de Gabriel. Ella me abrasaba hacia su cuerpo con sus manos bien cogidas de mis tetas, mientras yo cabalgaba en Gabriel, al voltear mi cara hacia ella nos dimos un beso con intercambio de fluidos, de su boca a la mía, con nuestras lenguas jugueteando. Luego quitó una de sus manos y con esa mano hurgaba dentro de mi culo con sus dedos hasta que me penetró con uno de ellos. Enseguida se levantó y me puso su gran coño en mi boca para que se lo devore una vez más y en cada salto que daba en la verga de Gabriel me posesionaba del coño de mi madre para comérmelo a placer. En cada salto mis nalgas se levantaban y se volvían a golpear en los muslos de Gabriel y tenía una de mis manos cogida a las piernas de m i madre para tener cerca su coño para darle grandes lametones con metida de lengua y todo. Estábamos los tres en pleno gozo que no nos dimos cuenta que mi hermano Carlos y Nadia estaban cerca de nosotros. Mi madre se salió de mi, Carlos se me acercó y me puso la verga en la boca, sabía a coño de Nadia y se la chupé con más ganas mientras tenía a Gabriel debajo de mi y ahí mismo alcancé mi clímax, estallando de gustos con gemidos entrecortados por mi respiración dificultosa.
Luego Carlos se echó a la mitad de la cama con las piernas abiertas. Mi madre se subió encima y le puso el coño en la boca de su feliz hijo, mi hermano; yo estaba de pie, del otro lado con mi coño cerca de la boca de mi hermano dejando atrapada su cabeza entre nuestros coños, las tetas de mi madre y las mías se pegaban y nuestras bocas se unían en un ardiente beso. Nadia desde el piso metió medio cuerpo en la cama dejando sus piernas fuera con los pies en el piso casi a cuatro patas para chuparle la verga a mi hermano, Gabriel se puso detrás de su hermana, y empezó a tocarla toda, manoseando su rico culo, mientras metía sus dedos en el coño de su hermana, empezó a metérsela rico por el culo, al tiempo que la jalaba del pelo con su mano izquierda. Luego con su mano derecha disfrutaba de las tetas de su hermana. Puso su verga en su culo mientras ella gemía, comenzó suavemente con la puntita y luego empezó a penetrarla más, Nadia lo agarró del culo para que la verga de su hermano se metiera más, Gabriel se excitaba al máximo de saber que ese culo ajustadito de su hermana le apretaba bien la verga y siguió penetrándola con fuerza, se la metía y se la sacaba rápidamente, hasta que llegó un momento en que sus embestidas eran violentas y demasiado rápidas, Nadia ahogaba sus gemidos con la verga de mi hermano metida en su boca y de un momento a otro Gabriel se detuvo descargando toda su leche dentro del culo de su hermana Nadia. Y para seguir disfrutando de esa rica tarde mi hermano le comía el coño a nuestra ardiente madre, casi al tiempo que el mío. Y cuando Nadia se salió de mi hermano, éste tumbó a mi madre boca arriba y ahí, en la posición de misionero, echaditos los dos, la penetró con desesperación, yo refregaba mi coño al culo de mi hermano, sobando mis tetas a su espalda. Mi madre desde abajo trataba de alcanzar mi culo con sus manos y me lo sobaba rico, metiendo un dedo a mi culo.
Nadia seguía deleitándose con la verga de su hermano, limpiándole con la boca el resto de la corrida que le quedaba. La verga de mi hermano seguía dentro del coño de mi madre, mientras yo a al espalda de el, sobándole mis tetas, apretándolas más al cuerpo de su hijo. Así quedé abrazada al cuerpo de mi hermano, Gabriel acariciaba las tetas de su hermana Nadia mientras le limpiaba la verga. La tarde era hermosa y los efectos del alcohol los había mitigado el sexo, que nos habíamos dado ahí mismo.