En la SexShop
Una travesti bisexual se tira a pasiva y cuenta su experiencia en sexshops
La primera vez que escuche el termino tendría como 16 años, uno de mis amigo-cliente-frecuentes me llevó a una sexshop a buscar juguetes y lubricante para nuestro fin de semana, es ahí donde vi el letrero: “cabinas 20 pesos” (en aquel entonces claro), en ese entonces le pregunte a mi amigo que era eso y me dijo, “te invito 15 minutos” lo acepté y entré, lo primero en aquel entonces era escoger un DVD te daban tu rollo de papel y listo me metí había escogido uno de Danielle Fox, (video que a la fecha me excita por recordar aquella tarde), era literal un mini cuarto con un sillón como de coche deportivo una tele enfrente y un bote de basura al lado, puerta corrediza y ya, pues supuse que era una especie de “masturbatorio” así que pues me puse a jalármela pues supuse era “pa eso” un lugar donde iba la gente a jalársela; de repente escuché un Tssch Tssch, que me llamó la atención y volteando a donde venia el sonido vi de un hoyo en la pared como salía una verga parada, pensé y lo juro que se parecía (y es que cada pito es diferente), la verga de mi amante por lo que supuse era parte del juego, me arrodillé y empecé a chuparla, a acariciar sus huevitos me esmeré porque quería ponerlo a mil y pues aprovechar y pedirle algunos regalitos de más fuera de la lista (era su puta, no pueden culparme por intentar) el chico resulto un poco precoz o quizá ya traía trabajo previo, por lo que se vino en mi boca me tragué su leche le dije, te veo afuera mi amor… solo me limpie la boca, me acomodé un poco la ropa y salí, en ese local cercano al metro Cuauhtémoc solo había tres cabinas al salir yo las otras dos continuaban cerradas me salí a la tienda y vi a mi chico platicando con las chicas dependientas sobre relajantes anales y lubricantes, se me hizo raro que en segundos se hubiera limpiado, acomodándose la ropa y salido y ya tener platica entrada, pero dentro de mi pendejez, me acerqué a él y le dije “saliste tan rápido”, y el solo me contestó, No yo no entré…. Y caí en cuenta que había tomado leche de “otro hogar”, me besó en los labios y ya no consideré decir nada más y lo urgí a salir, pago las cosas y nos fuimos y empezamos nuestro fin de semana, (lo cual será motivo de otro relato).
Mi segunda experiencia ya en mi segunda época de incursión como proveedora de caricias, andaba yo con la esquizofrenia y el mal juicio que dan los problemas familiares, mezclados con económicos, de corazón, escolares y el alcohol, me anuncié para venderme, incluso de forma imprudente me fui a parar fuera del hotel Xanadú de Tlalpan, y no cayó nada solo un taxista con olor a cerveza quien ni siquiera quería pagar, quería que me subiera a su taxi ecológico verde para que me manoseara; me deshice de mi ajuar y me hice de mi ropa de hombre, recordé no sé porque mi experiencia de cabinas de adolescencia y enfilé el coche a las cabinas de eje central (de chico, para ver el ambiente) 40 pesos en esta ocasión, venta de cerveza adentro entré no había mucho material de colegas vendedoras, demasiados chacales del tipo de chacales que hay en el eje central, al poco rato llegó una pareja un señor algo mayor con una chava gordita, empezaron su show ella haciéndole un oral con la puerta de su cabina abierta, después alguien le preguntó si era cornudo, y él dijo que pues la chica era su amante y que eran de la onda de compartir, preguntó a todos los chacales y a mí en mi disfraz de hombre que quien quería pasar a darle a su vieja, y nos dijo, de a 50 varos por cabeza todos con condón, varios se fueron otros tantos fueron pero a la barra a comprar su globo y yo solo dije “pues deja ver si me caliento le entro”, el señor la recostó en una especie de sillón en medio del cuarto la cara de ella quedo cerca de la verga de su pareja, mientras todos los demás formaron una especie de fila india con verga de fuera, era un espectáculo de chacales con verga afuera acariciándola para mantenerlas firmes listas para su turno, vino el primero le dio suavecito y la zorra empezó a gemir, el señor le decía a los chacales, pero denle duro a la zorra, quiero me la dejen bien abierta, el primero se vino, se echó para atrás y dio oportunidad al de atrás quien sin perder el tiempo se montó las piernas de la gordita en sus hombros y empezó a bombear si acaso unos 5 minutos se vino e igual de la pena se fue escondiendo la cara por haber durado tan poquito, el siguiente era de los chacales el más guapo fornido buen cuerpo, sacudió su verga sobre el clítoris de la zorrita, dedico algo de tiempo a juguetear con su verga de tamaño regular sobre labios y clítoris de la amante, cosa que a mí me fue mega hipnotizante, para en un momento dejársela ir duro, sin chiste y empezar un vaivén, rítmico sí pero de medio weva por lo mecánico que era, la chica gemía casi al mismo ritmo de las empaladas el chavo se vino después de casi 20 minutos y seguía el más feíto, un chaparrito de lo más equis, de verga un poco más grande que el guapito y peludísima (en lo personal les quita estética la maleza), sinceramente ya ni me iba a quedar a ver, porque supuse sería cosa de minutos o segundos como el que tardo eso y pues me di la vuelta y fui a pedir una cerveza para antes de irme, mientras estaba en la barra escuché los gemiditos y pues me regresé, el feíto resulto ser un gran conocedor de lo que se hacía la tenía muerta, jadeante, como diabla en celo pidiendo más, mega babeando de la vagina, tanto que de repente la gordita pidió permiso a su amante, y ante la afirmación de este, ella le imploró al feíto, DAME POR EL CULO…..
Mi tercera experiencia viene años más tarde, perdí mi trabajo y mi novia de universidad, y una vez más en el limbo, esta vez decidí ir a venderme en las cabinas de insurgentes, pasé casi toda la semana entre comprando fajas, ropa, zapatos, peluca, depilando y re-practicando maquillaje, tras dos veces de infiltrarme como hombre, pregunté a las chicas como era la onda, les dije que era travesti, y pues me recibieron medianamente bien, no era un ambiente de amigas, pero si al menos de compañeras de trabajo en buen pedo siempre.
Llegó el viernes y desde la mañana empecé a vestirme, me puse mi ajuar debajo de un pants (vivía en un edificio con muchas viejitas chismosas), pedí un Uber y llegue a las sexshop, ya adentro a la dependienta le pedí la llave del baño y me llevo al baño de las putitas a vestirme, me quité el pants, me hice el truco para levantar chichitas, me puse los tacones y procedí a maquillarme, me estaba saliendo fatal por los nervios, una chica (Escort Bio, si quieren luego les paso el dato pero creo que ni viene al caso de este foro) quien me corrigió el maquillaje, no llevaba peluca así que me puse una diadema y tenía una especie de imagen de trans mariconcita, por lo que supuse no caería nada pero pues solo quería ver sexo, quizá chupar algún pene y beber algo de alcohol (les confieso que soy alcohólica) las primeras horas no cayó nada hasta que de repente llegó un oficinista, supongo un curioso, me ofreció directo 200 pesos, yo acepté, me pareció justo para una mamada le di el servicio y después paso toda la tarde sentado en el bar un ratito platicando conmigo otro con otras escort, me confeso que tenía ganas de un travesti pero que por el detalle de la peluca no se animó al completo, (aunque incluso en chupe, me invitó más de lo que me pagó por la mamada), después se fue y seguí curioseando, y dejándome manosear por curiosos, un par de servicios más de oral, y uno que solo quiso fajar sin penetración, cuando de repente llegó una pareja de recién casados, y la dinámica ahí era que los contactados previamente llevarían lencería de cierta marca o maquillaje y tendrían acceso a la chica 20 minutos, la chava ciertamente era guapa, niña de casa, de hecho llego vestida de lo más normal, pero una vez empezaron a desvestirla se convirtió en una perra completamente, se habrá tragado como a 7 weyes en lo que estuve, el marido un chavito de no mal ver, de unos 25 años estuvo platicando conmigo mientras se cogían a su esposa, cuando de repente me soltó que también tenían pendiente un trio con una trans o un gay donde a él también lo penetraran y debido a mi aspecto de esa noche, le parecí idónea, intercambiamos teléfonos, y esa es historia de otro día…
En conclusión, si van a cabinas deben ir dispuestos a que no encontrarán material de calidad, pero al menos será un poco más seguro que lo pedido por mil eróticos, porque lo que ven es lo que se llevan, los precios son muy económicos, y además por 60 pesos si no tienen más o nada se les antoja, pueden ver shows en vivo de cornudos y swingers reales, no los de Xvideos.
Aquí igual, respeto y no saldrán lastimados, buena onda y quizá consigan algo gratis, lleven dinero y caerán como reyes de la cabina.