En la sala X del sex shop
La idea de visitar de nuevo el sex shop y descubrir lo que ocurría en la sala de proyección de películas X se fue convirtiendo en una obsesión y un deseo irrefrenable al que finalmente sucumbí.
Para los que me leáis por primera vez os recomiendo una lectura previa a mis anteriores relatos, donde podréis saber un poco más de mí y donde intento explicar cómo empezó una vida nueva, llena de travesuras morbosas y juegos de complicidad como el que compartí en mi último relato “atada a su antojo” y que recomiendo a todos los que desean sorprender a su pareja con una tarde especial.
En este nuevo relato voy a compartir uno de mis secretos que guardo celosamente.
Mi primera visita al sex shop no resulto la única y desde que descubrí ese cuarto en la que se me apareció esa enorme polla negra suspiro por volver a reencontrarme con ella.
Imagino que alguno puede pensar que soy una zorra a la que le encanta chupar pollas y quizás no le falte razón…pero de alguna forma debo confesar que cuando se prolongaban las ausencias de mi marido y me quedaba sola en casa navegando por internet, mis deseos por sentir una polla entre mis manos o en mis labios…me provocaban una ansiedad difícil de controlar y que en el anonimato de ese cuarto intentaba apaciguar.
No tenía la sensación de hacer nada malo ni de estar traicionando a mi marido, aunque supongo que si él lo hubiera sabido no le hubiera gustado lo que yo hacía.
En ese cuarto no se cruzaba ninguna conversación, no existían sentimientos, no había la posibilidad de ofrecer o recibir ningún beso…tan solo se producían suspiros, gemidos de placer y a lo sumo alguna expresión que relevaba el momento de excitación que compartía con un desconocido que se encontraba en el otro lado de la pared y que nunca llegaría a conocer.
Cuando me resistía y me quedaba en casa jugaba con un consolador que había comprado en ese mismo lugar y que es tremendamente parecido a una polla de verdad, su forma, su textura… es como si estuviera jugando con una de verdad.
En mis fantasías, me gusta imaginar que esa polla aparece ante mis ojos como en ese cuarto y me pongo muy caliente metiéndome el consolador en la boca como si estuviera mamando una polla de verdad…aunque eso lo que verdaderamente me ocasionaba era más ganas de tener una polla de verdad con lo que finalmente no podía resistirme a la tentación y terminaba saliendo de casa para encontrarme con una nueva polla desconocida.
Supongo que no debo ser la única mujer que guarda secretos de ese tipo y como he intentado explicar no tengo la sensación de haber hecho nada malo o haber hecho daño a nadie.
Sin embargo, en una de esas ocasiones en las que me encontraba caliente en casa y me resistía a visitar el “glory hole”, una nueva idea empezó a surgir en mi cabeza al recordar que ese local tenía otros espacios que todavía no me había atrevido a descubrir.
La idea de visitar de nuevo el sex shop y descubrir lo que ocurría en la sala de proyección de películas X se fue convirtiendo en una obsesión y un deseo irrefrenable al que finalmente sucumbí.
Debo de confesaros que me invadía una mezcla extraña de excitación, curiosidad, vergüenza y también algo de temor por no saber lo que podría encontrarme. Quizás por ello decidí ponerme una peluca rubia que había utilizado en alguna de las fantasías que había compartido con mi marido y vestirme con ropa con la que no llamara la atención, una falda larga y holgada con un jersey de cuello alto y una gabardina muy apropiada para una tarde otoñal.
Al llegar al sex shop intenté comportarme como una compradora ocasional paseándome por las distintas secciones e intentando no descubrir mi verdadero destino.
De forma algo indecisa me fui dirigiendo a la escalera que conducía a la planta inferior que tan bien conocía por ser la zona donde se encontraba el “glory hole”… dejé a un lado las cabinas y me dirigí al fondo de la planta donde se encontraba la sala de proyección de películas.
La luz tenue y familiar de esa planta me hizo sentirme algo más tranquila y segura ante las miradas furtivas que me dirigían los pocos hombres que se encontraban por esa zona.
Al llegar a la sala dudé en entrar, pensé en olvidar esa idea y dirigirme a la zona del “glory hole” una vez más…pero la tentación que sentía por entrar era irresistible y finalmente decidí abrir la cortina que me separaba de la sala y entrar.
Mis ojos tardaron unos segundos para adaptarse a la oscuridad de la sala que tan solo estaba iluminada por las escenas que se veían en una pantalla que no era muy grande y en la que en esos momentos se veía una escena en la que un hombre fuerte y fibrado, con una enorme polla, se corría a borbotones en el rostro de una chica mulata.
Poco a poco mis ojos se acostumbraron a la oscuridad de la sala lo cuál agradecí pues temía tropezar con las sillas o con alguna persona que estuviera viendo la proyección.
La sala no era grande, pero si era larga y estrecha, no olía muy bien y podía escuchar perfectamente algunos gemidos que no provenían de la pantalla…
No quería estar mucho más tiempo de pie, quería pasar desapercibida y decidí sentarme rápidamente sin llamar la atención… pensé en que ya habría tiempo cuando estuviera sentada de fijarme en todos los detalles.
Con las prisas por sentarme no me quité ni la gabardina, cosa que luego agradecí como podréis comprobar.
En la pantalla había empezado una nueva película en la que una chica joven estaba siendo emborrachada por dos amigos de su marido que dormía agotado…
Empezaban a manosearla colando sus manos para levantarle la falda y quitarle las bragas, al tiempo que se sacaban sus pollas ya duras y enormes…
Ella parecía como hipnotizada ante la situación y ellos se aprovechan metiéndole mano y follándosela de todas las formas imaginables mientras su marido seguía totalmente dormido.
Yo ya me sentía algo más tranquila y mis ojos podían ver mucho mejor la sala en la que me daba la impresión de que todos eran hombres excepto yo…alguno de ellos parecía estar masturbándose lo cual me pareció una imagen muy morbosa e imagine lo excitante que sería tener su polla en mi mano…
También pude ver a dos hombres sentados juntos y como uno de ellos se inclinaba para acercar su cabeza a la entrepierna del otro probablemente para hacerle una felación, justo cuando en la pantalla uno de los hombres follaba la boca de esa chica aturdida por el alcohol.
Yo debo de reconocer que ya había entrado en la sala excitada y ante esas imágenes de la pantalla, los gemidos y las escenas que imaginaba… mi excitación fue creciendo por momentos. Sentía las braguitas mojadas y unas ganas enormes de colar mi mano por debajo de la falda, acariciarme y disfrutar de ese momento… pero me sentía observada y sabía que cualquier movimiento que hiciera no pasaría desapercibido, así que decidí estarme quietecita, pensé en quedarme unos minutos más y luego dirigirme al glory hole que ya conocía y donde me sentía más segura.
Justo en ese momento, observé como un hombre que estaba sentado en la fila de atrás se había levantado para sentarse a mi lado. Yo me puse a temblar nerviosa y pensé en levantarme y marchar.
Pero no me moví, me quedé quieta como una estatua incapaz de levantarme ni de moverme, creo que incluso dejé de respirar jajaja…
Intenté simular prestando atención a la película que en esos momentos los dos hombres se follaban por turnos a la mujer que a pesar del alcohol parecía disfrutar de lo lindo…
De reojo y de forma furtiva miraba al hombre que se había sentado a mi lado, parecía tener unos 50 años o quizás más, no parecía muy alto pues su cabeza me pareció que estaba por debajo de la altura de la mía y también me pareció que no estaba muy en forma pues su tripita era considerable…
De nuevo pensé en levantarme para no alimentar ninguna expectativa…. Pero justo cuando ya había decidido marchar el hombre se bajó la cremallera del pantalón para sacarse una polla enorme que empezó a masajear mientras miraba la pantalla y como si yo no existiera…
Yo no daba crédito a lo que estaba sucediendo y me resistía a mirar con más atención. Pero esa imagen me mantuvo quieta en mi butaca sin poder evitar seguir mirando de reojo como ese hombre se estaba masturbando lentamente a mi lado.
Su polla me parecía enorme, la sostenía con una mano y estaba totalmente empinada mirando al techo…el hombre se acomodó un poco en su asiento para desabrocharse totalmente el pantalón… su polla se balanceaba ahora al dejar de estar sujeta por su mano, como si me estuviera invitando a cogerla.
Yo sentía mis mejillas acaloradas y un deseo irrefrenable de coger esa polla para hacerla mía….bajo mi falda sentía la necesidad de calmar mi ardientes deseos…
Sentía la tentación demasiado cerca y reconozco que mi debilidad me llevo a hacer algo que no hubiera imaginado.
Mis ojos ya dejaron de mirar la pantalla para pasar a mirar descaradamente esa polla que seguí balanceándose de forma obscena y mi mano se acercó algo insegura para tocarla.
Al sentir el roce de mis dedos con su polla me sentí ya irremediablemente perdida y tan solo pude que cogerla con la mano para masajearla como le había visto hacérselo a él mismo…
Confieso que me encontraba excitada y caliente como una gata en celo, tenía ganas de polla y tenía una enorme entre mis manos que estaba deseando que la hicieran disfrutar…. ¿Cómo iba a poder resistirme?
El hombre gimió complacido en una clara señal de que lo estaba esperando con verdadero deseo y yo más tranquila seguí masturbando esa polla… mientras en la pantalla los gemidos se repetían al tiempo las imágenes mostraban a uno de los chicos follando a la chica a cuatro patas en el suelo y el otro chico estaba de pie frente a la chica follándole la boca.
Esa polla me tenía hipnotizada, deseaba tenerla en mi boca y chuparla, chupar una polla es un placer indescriptible y aunque haya mujeres que pueda darle reparos yo disfruto haciéndolo.
Me recliné ligeramente en mi asiento para acerca mi boca y besarla, pero el hombre la acercó moviendo sus caderas y mis labrios se entreabrieron para recibirla con dulzura y excitación…
Efectivamente la polla de ese hombre era mucho más gruesa que la de mi marido, y en mi boca la sentía dura como un mástil.
Yo me encontraba totalmente inclinada follando esa polla con mi boca mientras sus manos intentaban manosear nerviosamente mis pechos alzándome el jersey…
Me sentía disfrutar del momento y la polla de ese hombre parecía desear explotar de un momento a otro. Justo entonces sentí como una mano se había posado sobre mi falda acariciando mis nalgas descaradamente. Alguien que seguramente había visto lo que ocurría se había sentado en el asiento que quedaba a mi otro lado y me estaba manoseando intentando subir mi falda.
Intenté reincorporarme, pero el hombre al que le estaba mamando la polla lo impidió cogiendo con sus manos mi cabeza para que no dejara de chuparla.
Sentía como las manos del otro hombre se movían con decisión, había logrado alzar mi falda y sentía sus manos acariciar el interior de mis muslos desnudos para hacerse camino hasta rozar mis braguitas que a estas alturas estaban empapadas.
La polla que tenía entre mis labios seguía deliciosa y aunque parecía que iba a explotar de un momento a otro, el hombre lograba controlarse intentado prolongar su excitación.
Mi deseo me llevo a entreabrir mis muslos para facilitar el camino de mi segundo “invitado” que no desaprovecho la ocasión para acariciarme con sus dedos y apartando ligeramente la braguita para colarlos en mi intimidad.
Gemí de placer al sentir los dedos de ese desconocido, justo cuando sentí unos fuertes resoplidos y una enorme corrida llenaba mi boca…no dejé de chuparla para recibir varios chorros más que tuve que tragar para no ahogarme.
Los gemidos de ese hombre seguramente no pasaron desapercibidos al resto de la sala que imagino que pasaron el centro de atención.
El hombre que se había terminado de correr se abrochó el pantalón como si tuviera prisa y sin despedirse se marchó. Por mi parte me recompuse en mi asiento sintiéndome con más ganas de seguir disfrutando, pero con la necesidad de limpiar mi boca y acomodarme un poco…
Entonces pude ver a mi segundo “invitado” que se mantenía igual que yo muy excitado esperando poder seguir disfrutando de la situación. Se trataba de un hombre algo mayor que el anterior, iba vestido con un traje elegante, aunque había aprovechado su espera para bajarse la cremallera del pantalón y sacarse la polla que me pareció bastante más pequeña, aunque a esas alturas creo que poco me importaba el tamaño y lo único que deseaba era más polla.
El aprovechó el tiempo y mientras yo me limpiaba un poco, me bajó las bragas y me quitó la falda sin dejar de manosearme por todas partes, me abrió los muslos y se colocó arrodillado entre mis piernas para saborear mi tesorito…mmmm que deliciosa sensación tuve en ese momento al sentir como rápidamente me lamía con su lengua …no tarde en correrme entre profundos gemidos que supongo que volvieron a llamar la atención de la sala y un reclamo para el resto de hombres que habían descubierto que había una mujer en celo en el cine…
El se volvió a sentar a mi derecha ofreciéndome su polla que estaba dura y mojada por la excitación y que yo empecé a masturbar con mi mano.
Yo me sentía extasiada por el profundo orgasmo y mantenía los ojos entrecerrados saboreando aun esos momentos de placer y sin dejar de mover esa polla que prometía explotar, arriba y abajo…
En la pantalla la chica seguía gimiendo al tiempo que uno de ellos ahora se la follaba en un sillón mientras el otro se masturbaba al lado de la chica….sus gemidos y gritos de placer eran cada vez más profundos…y estaba claro que sus orgasmos también estaban cerca.
Yo masturbaba con mi mano la polla de mi invitado que parecía complacido por como lo hacía y sin importarme que dos hombres se situaran cerca para verlo.
En la pantalla el chico que se estaba masturbando se corrió soltando abundantes chorros de leche sobre la cara de la chica, al tiempo que el otro chico que la estaba follando también empezó a correrse al verlo…saco su polla del coño de la chica y nuevos chorros de leche cayeron sobre ella….
La polla que masturbaba estaba a punto de explotar, estaba dura como una piedra apuntando a lo alto y acompañado de un profundo gemido sentí como soltaba todo lo que llevaba guardado salpicando mis manos y mi gabardina…
Los dos hombres que nos miraban intuyo que se estaban masturbando con la escena, pero, aunque sentía ganas de más decidí que era hora de marchar. Busqué mis bragas y mi falda pérdida en el suelo de la sala, pero en la oscuridad y el nerviosismo del momento no encontré mis prendas que seguramente se habían colado bajo alguno de los asientos…
Me despedí con un beso al aire de mi elegante caballero y abrochando mi gabardina salí de la sala sin tiempo de que pudiera despedirse…
Y con esa imagen tan sensual os dejo hasta un próximo relato…o con mis anteriores relatos
Espero que os gusten mis relatos y que me hagáis llegar vuestros comentarios a lynda.bcn@hotmail.com