En la sala de cine X

Entré por primera vez en una sala X y un señor me hizo disfrutar como nunca lo había hecho antes.

Hola amigos, he descubierto vuestra página este fin de semana, y la verdad es que me ha excitado muchísimo leer las experiencias de todo tipo que se publican en ella. Esto ha hecho que me decidiera a contaros algo que me sucedió y que no me he atrevido a contar a nadie.

Tengo 34 años, estoy casado y soy de un pueblo de Lérida, el verano pasado, concretamente a finales de Julio, acompañé a mi mujer a Madrid a realizar unos cursillos de trabajo durante el fin de semana. Ella empezaba el sábado a las 9 de la mañana y no salía hasta las 8 de la tarde, total que tenía todo el día para mí.

Estuve toda la mañana paseando por el centro de Madrid, comí en una hamburguesería y después de comer casi no sabía que hacer, hacía un calor terrible, me puse a andar por una calle y al rato encontré un sala de cine X, aquello me llamó la atención, y me excitó, no había entrado nunca en un sala de estas, no tenía nada que hacer, seguro que allí habría aire acondicionado, pero me daba mucho corte el que me vieran entrar, al final pensé que nadie me conocía y me decidí a entrar.

Faltaban 10 minutos para comenzar, entré en la sala y si el aforo era de unas 150 ó 200 personas, estaríamos 15 ó 20 y todo hombres, algunos hablaban entre ellos, y alguno que entró después saludó a otros, me dirigí hacía al final de la sala y me acomodé allí, no tenía a nadie más atrás de mí. En el momento en que bajaron la intensidad de las luces como avisando que ya iba a comenzar la película, uno de los señores se levantó y vino hasta mi fila, me dijo buenas tardes y me preguntó si me molestaba que se sentará allí, la verdad es que pensé que con el sitio libre que había tenía que venir justo a mi lado, pero le dije que no me importaba y se sentó dejando una butaca entre él y yo.

Cerraron las luces y comenzó la película, fue una pasada, semejante pantalla, la calidad de imagen, el sonido, vamos que en 10 minutos tenía la polla que me estallaba, al rato observe que el señor se desabrochaba los pantalones y se los bajaba hasta las rodillas, me quedé flipado pero enseguida me di cuenta de que casi todos los demás probablemente hacían lo mismo, me sentí raro y no sabía si salir de allí corriendo, pero en el fondo esa situación me estaba excitando.

El señor tenía una buena polla y yo no podía dejar de mirar como se la sobaba, el me miró, sonrió y me dijo que yo hiciera lo mismo, estaba muy nervioso y excitado y acabe bajándome los pantalones, al momento el se levantó y se sentó a mi lado y enseguida note como su mano se movía hacía mi polla y la agarraba, permanecí inmóvil y me dejé llevar, recuerdo que me dijo ¿te gusta verdad? , y yo asentí con la cabeza, cogió mi mano y la llevó hasta su polla, aquello me excitó como nada me había excitado hasta entonces, tuve que decirle que dejara de tocármela porque estaba a punto de irme, apartó su mano, y yo me dediqué a sobarle la suya, el capullo, los huevos, aquello era una pasada y sentir como se aceleraba su respiración aún me ponía más cachondo.

Me pidió que siguiera que se lo estaba haciendo muy bien, mi mano se iba pringando de sus jugos, con una lo masturbaba y con la otra le sobaba los huevos, de repente me dijo cierra los ojos y déjate llevar, veras como te gusta, y por supuesto le obedecí, cogió mi cabeza con sus manos y la bajo hasta que mi cara topo con su preciosa polla, me la restregó por la cara hasta que me hizo abrir la boca y tragármela, aquello era maravilloso, me volvía loco, me la tragaba, jugaba con mi lengua por su capullo, bajaba hasta sus huevos, se los chupada y volvía a subir, el jadeaba y me decía sigue cielo, sigue, comenzó a jadear mucho más fuerte, me sacó la polla de la boca, me hizo colocar bien mi cara delante de su polla y me dijo que fuera pasando la punta de mi lengua por su capullo, al mismo tiempo que lo masturbaba, que me iba a dar mi premio, comencé a hacer círculos con mi lengua alrededor de su capullo y a masturbarle rápidamente con una mano y con la otra tocándole los huevos y haciendo llegar uno de mis dedos a la zona de su ano, comenzó a acelerarse a gemir, y a decirme, todo esto en bajito para que los demás no se enterarán, si cielo, toma es toda tuya, si, ya, ya, toma mi leche cielo, y noté como los 3 ó 4 chorros de leche caliente impactaban en mi cara, la sensación fue tremenda, y como un poseso comencé a besar y a restregar esa polla por toda mi cara y mis labios, esparciendo al mismo tiempo todo el semen por mi cara hasta notar como aquella maravilla se iba quedando flácida, se quedó mirándome y me dijo que de todos los que se la habían chupado nadie le había proporcionado un orgasmo como el que yo le proporcioné.

Se subió los pantalones y me dijo que me sentará en la butaca y que me relajará que ahora me tocaba correrme a mi, dejó caer saliva en la punta de los dedos y metió la mano entre mis piernas de forma que con la palma sobaba mis huevos y sus dedos llegaban hasta mi zona anal, me dijo que abriera las nalgas que intentaría introducir la punta de uno de sus dedos en mi ano, y así lo hizo, ese hombre sabía como trabajarme, con la otra mano comenzó a masturbarme suavemente y bajo un par de veces su cabeza para meterse mi polla en su boca, ya no hubo tiempo para más porque le dije que me iba a correr, aceleró el ritmo de masturbación, introdujo un poco más su dedo en mi culo y lo bombeó más rápido y me vino un orgasmo bestial, con toda la mano pringada de mi semen, la restregó por toda mi polla y mis huevos y terminó de limpiarse en mi estómago, me que sin fuerzas, mientras el me decía que a ver si coincidíamos algún otro día que me enseñaría muchas otras formas de disfrutar, y se fue andando por el pasillo hasta que abrió la puerta de la sala y desapareció.

Al día siguiente volví a ir al cine, consciente de que era el último día de cursillo y de que no podría volver a ir, pero ese señor de unos sesenta años y bien vestido, no estaba allí y tuve que masturbarme yo sólo pensando en todo lo que había ocurrido el día anterior. Desde entonces me muero de ganas de que mi mujer haga algún cursillo en Madrid para ir de nuevo allí, a ver si encuentro a mi señor.

Me gustaría que si a alguien le ha sucedido algo parecido o hay algún señor que practica este tipo de cosas se pusiera en contacto conmigo, pues es algo que me excitó de sobremanera.

Mi correo electrónico es " antalcanta@hotmail.com "