En la que me metí por llegar tarde

Nunca he sido muy puntual pero nunca imaginé que por retrasarme al recoger mi auto me fuera a meter en un lio.... tan divertido

Juan es el mecánico al que encomiendo mis autos casi desde que me divorcié, es un joven alto apuesto, musculoso,   de pelo ensortijado y con tez morena. Hemos hecho una buena relación y más que cliente-proveedor. Él suele coquetear un poco conmigo, haciendo mención de mis pechos firmes y bien parados o de mis nalgas duras y respingonas o de mis marcadas curvas y yo acepto ese tipo de insinuaciones de buena manera, sobre todo desde un día que lo sorprendí sin camisa y pude ver su torso y abdomen bien marcado. La verdad es que yo tampoco estoy tan mal a pesar de mis casi 40 me mantengo bien gracias a un rudo constante trabajo de gimnasio.

Ese día Juan me dijo que llegara antes de las dos de la tarde a recoger mi auto,  pero como siempre se me hizo tarde, llegué al taller de Juan casi a las tres. Como vi mi auto estacionado afuera del taller despedí al taxi que me había llevado desde mi domicilio. Al tocar en el portón y ver que no me abrían, busqué en mi bolso las llaves de repuesto, pero había cambiado de bolsa y no llevaba el juego alternativo de llaves, toqué fuerte y finalmente me abrió una señora con un niño en brazos y un chiquillo asomándose bajo la falda.

Perdone esta Juan vengo a recoger este coche.

No, “nosta” - me dijo la señora –

No sabe si dejó la llave, soy su clienta desde hace mucho y le puedo dejar pagado parte a Ud. y venir el lunes para pagarle a él la diferencia.

Pos no sé –contesto, y dirigiéndose al muchacho bajo su faldón dijo- Lleva a la señora a casa de don Carlos ahí dijo que estaría tu tío.

Casi sin decir palabra el niño se arrancó y yo lo seguí, su paso era enérgico y la carrera con el sol ardiente pronto hizo que empezara a transpirar y la blusa delgada que llevaba puesta se pegaba a mi cuerpo.

La verdad es que al internarse en la colonia esta se hacia cada vez menos amistosa, incluso vi a un grupo de jóvenes tomando cerveza afuera de una tienda que se me quedaron viendo de manera muy lujuriosa, pero yo seguí casi corriendo para alcanzar al chico que me guiaba.

Después de un par de vueltas  llegamos a una casa pequeña cuyo frente estaba cubierta con una puerta y con hiedra. En el interior estaba Juan junto con otros tres hombres en una mesa. En cuanto entré se me acercaron y me invitaron a sentarme, me presentaron a Paco y a Roberto y por supuesto a Don Carlos el festejado. Con exceso de cortesía me invitaron a sentarme y me dieron una cerveza y una cuba (coca-cola con ron) las cuales tomé rápido por el calor y por lo que había yo corrido además me pusieron enfrente un plato con carnitas  (carne de cerdo bastante grasosa típica de las reuniones) no queriendo hacer una falta de atención comencé a comerlas y a beber para “cortar” la grasa. El tiempo fue pasando y a pesar de varios intentos míos por irme ellos me insistieron diciéndome que ellos me llevarían después, al recordar las cuadras que recorrí y en particular aquella banda de jóvenes decidí quedarme, además yo no tenía planes para esa tarde o noche por lo que me relajé y seguí la plática comiendo y bebiendo.

Hacia la tarde Don Carlos se retiró para dormir una siesta, los demás sacaron un baraja y decidimos jugar a los naipes. Como yo me crie entre puros hombres siempre me gustaron los juegos de ellos, así que entré como cualquiera, además el alcohol empezaba a permitirme relajarme y disfrutar el momento.

Las bromas y los chistes fueron subiendo de tono, cada vez más mandados haciendo comentarios sobre mis tetas y sobre mis nalgas, que no es por presumir pero ambas están bien. Mis pechos son redondos y firmes perfectamente naturales, los pezones rosados y bien marcados, Las nalgas redondas y también firmes, mi culito es respingado.

Parte culpa del alcohol y parte de mi torpeza, yo sola derramé mi bebida sobre mi blusa, mojándola y manchándola tuve que ir hacia atrás para buscar un lavadero y tratar de quitar la mancha, pero fue imposible, tuve que quitarme la blusa y regresar luciendo mi sostén de encaje color verde pálido, muy coqueto.

Cuando “los chicos” me vieron” se quedaron con la boca abierta, la verdad era que con la plática y la bebida me había calentado y no me importo mostrar mi ropa interior. Seguimos jugando, pero las apuestas se elevaron, ya había yo ganado la reparación de mi auto  y negué a volver a jugarla, entonces quisieron jugar Poker prenda.

Se sorprendieron al ver que yo era bastante buena jugadora por lo que logré que todos se quitaran las camisetas antes de perder mi segunda prenda (después de mi blusa) que fueron mis zapatos, además hice que todos se quitaran los calcetines pues yo no traía medias.

Seguimos bebiendo,  cuando se  acabó el ron y seguimos con tequila y luego mezcal con la mezcal luego vodka,  todos estábamos muy sarazos (bebidos) los chistes sobre sus pollas y mis nalgas, fueron cada vez más fuertes. La ñonga de Juan fue la primera en salir, larga y curveada, realmente me puso muy cachonda. Casi sentí mis jugos saliendo cuando perdió sus calzones.  Cuando Perdí la falda me hicieron pararme y quitármela sensualmente, no había duda esto tendría que acabar en una orgía, la polla de todos se veía parada a través de sus calzones.

Finalmente perdí mi bra para cuando Juan y Paco ya estaban desnudos, la polla de Paco era más gruesa que la de Juan pero no tan larga. Quedamos jugando Roberto y yo decidimos jugar albures, esto es que se seleccionan dos cartas cada uno de los jugadores escoge una y se siguen sacando nuevas cartas. Gana aquel cuya carta se repite, perdí y tuve que quitarme la tanga.

Para entonces estaba yo tan cachonda que no permitiría que terminara la fiesta sin cogerme a alguien o a todos. Cuando quede totalmente desnuda les dije que ahora jugaríamos de la siguiente forma, seguiríamos jugando albures si yo ganaba ellos deberían de lamerme el coño hasta hacerme llegar, si yo perdía debía  mamarles la verga hasta que se vinieran, esto les emocionó mucho.

Hasta ese momento estábamos en el patio techado pero al caer la noche y el frío y los mosquitos nos llevaron a entrar a la casa, nuestra ropa quedo regada en el piso del patio, al entrar en la casa yo casi me caigo por todo lo que había bebido y seguía bebido, me agarre de la verga de Juan.

Al entrar vimos a Don Carlos dormido en un sillón les hice la seña de que no hicieran ruido, me acerque lo más silenciosa que pude y le desabroché el cinto. Don Carlos era gordo tendría algo más de 60 años se movió, lo que causó risas entre los hombres que desnudos veían la escena,  ligeramente pero logré separar las partes delanteras para   exponer el bóxer adornado con escudos del equipo de fut bol de las chivas nuevamente hubo expresiones de los hombres pero los hice callar para no despertar a Don Carlos, lentamente saque la polla que flácida no era tan grande y me la metí en la boca, a la segunda succión se despertó nuestras miradas se encontraron pero nunca impidió que le mamara. Juan me contó después que la esposa de Don Carlos lo había abandonado hace muchos años y que el permaneció soltero sin mucha interacción sexual. Me acarició el cabello y luego se recargó disfrutando mi felación. La polla tenia un sabor ranció pero esto era tan morboso que no pude parar, con una mano detenía la polla que había crecido en mi boca y con otra jugaba con mi clítoris. Cuando se corrió, era fácil de decir que no se había liberado en mucho tiempo pues soltó mucho esperma, tanto que no pude tragarlo todo, parte dalio de mi boca y escurrió por mi barbilla, me le vane, con los dedos recogí  parte del semen que salía de mi boca y lo unté en mis pezones frente a los otros tres hombres, estaba yo hecha una guarra.

Tome un largo trago de tequila para limpiar mi boca y continuar, mi voz empezaba a zona un poco rasposa. Para ese momento los Hombres habían decidido que seria Paco quien me enfrentaría. Juan tomó la baraja y saco un AS y un 4 yo escogí el AS, pero salieron al menos 15 cartas antes de que se repitiera una Paco estaba excitado para él era cuestión de mamar o que se la mamaran, finalmente salió un AS, la que yo había escogido por lo que Paco tendría que llevarme a un Orgasmo.

Le dije que se acostara en el suelo, yo me hinqué junto a sus hombros y fui bajando poco a poco, me abrí los labios vaginales con los dedos y los deposité sobre su boca. Él inició su trabajo lamiendo mi vagina, y provocando sensaciones placenteras en mí. Mientras tanto yo me dediqué a masturbarlo, la polla de paco era muy morena, destacaba de su cuerpo, no tan grande como la de los otros pero  gruesa. Poco a poco su trabajo en mi vagina fue haciendo efecto y yo me fui calentando, me inclinaba y besaba y mordisqueaba los huevos luego me incorporaban y continuaba masturbándolo. Finalmente me levanté y me puse en el sillón con las piernas abiertas, para que así el tuviera más acceso a mi clítoris.   Al poco llegué a un sonoro orgasmo, llenando la cara de Paco de mis jugos.

Nos levantamos y todos desnudos brindamos, para continuar la orgía, ahora fue Juan quien gano el derecho de tomarme, pero como él ganó decidió que lo que jugaríamos si me cogía por la vagina o por el culo si yo ganaba sería vagina, si él ganaba sería anal.

Sacamos la baraja, el escogió  un cuatro y yo una dama, quien ha jugado esto sabe que la emoción crece con cada carta que se saca en este caso tardo casi 15 cartas, al fin ganó el así que muy sumisa me puse en 4 en el centro de la sala. Juan tomo su tiempo, escupió varias veces sobre mis nalgas, después acerco su boca a mi culo y escupió nuevamente esto me fue calentando mi cadera se empezó a mover cada vez más rápido.  Metió primero un dedo en mi entrada trasera y realizó varios giros, luego metió otro   yo alcanzaba mi clítoris y lo acariciaba poniéndome más caliente. Cuando mi ano estuvo suficientemente dilatado Juan colocó la punta de su pene en mi ano y empezó a empujar, el ligero dolor que causó al principio pronto se disipó en una ola de placer cuando sentí que acariciaba mis intestinos. El placer y las caricias que yo misma me provocaba hicieron que alcanzara un primer orgasmo, Juan se recostó sobre mi y con una de sus manos alcanzó mis tetas y jugo con los pezones que estaban muy duros, con la boca empezó a mordisquear mi oreja y a decirme que yo era una guarra, una puta sucia y muchas cosas más lo cual me excitó aún más. Luego me tomó por el cabello que yo tenía amarrado en una cola de caballo, así me cabalgó haciendo los movimientos de mete-saca cada vez más fuerte llevándome a dos orgasmos consecutivos, yo estaba hecha toda una guarra, gritaba- ESO, COJEME, MAS FUERTE,- luego me corrí con un sonoro orgasmo que se repitió casi inmediatamente. Al mismo tiempo Juan alcanzó su clima, sacó su pene y se tuvo una gran corrida en mi espalda y en mis nalgas. Yo caí desplomada sobre la alfombra y con el cuerpo empapado en sudo y el semen de Juan escurriendo por ambos costados hasta mis pechos.

Me levanté después de unos minutos todavía tratando de recuperar el aliento, Roberto se pajeaba viendo la escena, él me dijo que  no quería jugar, quería que yo lo cabalgara. Se sentó, casi acostado en un sofá yo primero acerqué mi panochita, que estaba bien mojada y caliente a la cara de Roberto, él me acarició y dio unos pequeños mordiscos a mis labios mayores luego fui bajando lentamente hasta que mi cuevita estuvo enfrente del pene de Roberto, que era el más largo de todos los que habían salido ahí, lo tomé con la mano y le di un par de pajeadas, y luego un gran escupitajo y me puse en cuclillas para poco a poco bajando hasta meter toda la polla en mi cuevita. Empecé luego a cabalgarlo me incliné hacia delante y Roberto me mordió los pezones llevándome a un nuevo orgasmo, yo entonces hice varios giros con la pija dentro. De pronto sentí que me empujaban hacia adelanto, era Don Carlos que se había despertado y con la verga parada la acercó a mi culo, como mi culo permanecía aún dilatado no tuvo problemas para meter su pija, entonces yo me volví loca me empecé a mover cada vez más rápido alcanzando un orgasmo e inmediatamente otro  entonces me volví loca alcancé el paroxismo y me puse a gritar:

-          Eso cójanme, métanmela más duro, más  cójanme como si fueran hombres-

Esto hizo que ellos se excitaran más, en un momento todos movíamos la pelvis al mismo tiempo causándonos mucho placer, de pronto Roberto dijo que se correría saco su verga de mi panocha y se vació en mi abdomen pecho e incluso me alcanzo a la cara. Don Carlos se vino en mi culo, pude sentir su lefa inundando mis intestinos causándome un gran placer y haciéndome llegar a otro orgasmo seguido.

Me desplomé por un segundo en el sillón, pero estaba tan excitada y caliente que me paré, fui a buscar a Roberto y Juan que se acariciaba los huevos, al pararme sentí el semen de don Carlos escurrir por mis nalgas y mi entrepierna. Me acerque a Juan quien tenia la polla flácida y e la metí en la boca, en donde rápidamente recuperó su erección, entonces hice que se acostará en el sofá y me metí su verga en mi panocha y le dije a Roberto que me la metiera por el culo, ya que me había gustado la doble penetración.  No le tuve que decir dos veces, se encaramó en el sofá y se pajeo, mi ano seguía abierto y no tuvo problemas para meterla. Casi en cuanto la metió yo empecé a tener un nuevo orgasmo, podía sentir las dos trancas encontrándose en mi interior y eso me ponía al 100.  Juan le decía a Roberto cuando acelerar y cuando bajar el ritmo, eso hacia que yo estuviera super-cachonda, cuando bajan los movimientos les gritaba –No, Síganle, Cójanme- y cuando aceleraban y me metían las dos trancas al miso tiempo sentía como sus huevos chocaban con mi cuerpo y se rosaban entre ellos. Roberto se corrió dentro de mi, entonces Juan se paró y e acostó en el sofá y levantó mis piernas dejando mi empapada cuevita a la vista de todos, luego se subió el también y desde arriba me la volvió a meter  y sacar con toda fuerza haciéndome gritar de placer y teniendo otro múltiple orgasmo, como se había venido pudo aguantar más, ahasta que finalmente se corrió como mi cueva estaba llena el semen se derramó por mi pubis y mis nalgas, dejándome a mi casi sin aliento. Con un poco más de tequila logre reanimarme para mamarles la verga a los 4, pero estaban secos, todos menos Don Carlos quien todavía tuvo semen para llenarme la boca y hacerme tragar la lefa, él fue el último y los demás de fueron quedando dormidos.

Epilogo

Cuando me desperté era media mañana, casi al mismo tiempo se despertó Juan, ambos estábamos totalmente desnudos, don Carlos se había ido a dormir a su cuarto y los otros dos habían desaparecido.

Juan salió a buscar mi ropa pero encontró  que mis pantis habían caído en un charco y estaban empapadas,  al igual que mi brasier. Me puse la ropa exterior y nos fuimos a desayunar una pancita bien picosa para quitarnos la resaca que teníamos, luego fiel a su palabra me acompaño a casa en mi carro.

En el camino se nos atravesó un hotel de paso y nos metimos, cogimos como adolecentes.

Espero que les haya gustado.