En la playa nudista
Creo que mi inicio como chica exibicionista.
Esto sucedió solo hace dos días, todavía le doy vueltas en mi cabeza sin saber como he despertado este sentimiento en mí.
Como hacemos desde siempre, hemos aprovechado una tarde calurosa para ir a la playa en familia, desde pequeñita he practicado nudismo con mis padres y ahora también con mi hermano pequeño, ciertamente nunca me ha dado reparo ni siquiera al comienzo de la adolescencia y ahora con 18 años me sigue gustando ir a la playa nudista.
Era una tarde de día de trabajo por lo que la playa no estaba demasiado concurrida, aunque habitualmente ya es un lugar tranquilo, mis padres se fueron a dar un largo paseo por la orilla de la playa hasta las rocas, por lo que me quede sola con mi hermano pequeño en las toallas, nos metíamos en el agua y volvíamos a las toallas continuamente, hasta que me di cuenta que un señor mayor que al principio estaba en su toalla más alejado, se había colocado más cerca nuestra, en nuestra línea pero hacia el final de la playa donde termina la arena y empieza el matorral. Mi primer pensamiento fue tener cuidado por si lo que trataba era de robar algo de nuestros bolsos mientras nos metíamos en el agua, pero pronto entendí que lo que le interesaba era yo, ya que no me quitaba ojo de encima por mucho que trataba de disimularlo.
Dejamos de meternos en el agua y nos quedamos en las toallas, yo sabía que el estaba a nuestra espalda y de vez en cuando no podía evitar mirarlo, fue en una de esas ocasiones cuando me di cuenta que se le estaba empezando a poner dura mirándome sentada en la toalla, en ese momento algo pasó por mi cabeza, pero en lugar de asustarme, me atraía la idea de que aquel señor se estuviera poniendo así por verme a mi. Cada vez miraba hacia él más a menudo y se me iban los ojos hacia su miembro, yo aprovechaba para ponerme de pie, darme una vuelta, colocar la toalla o darme un poco de crema, disfrutando de la idea de estarlo poniendo cachondo hasta que vi que empezaba a tocársela ya totalmente empalmado, yo entonces aproveche mientras mi hermano hacia dibujos encima de su toalla para ponerme dándole la espalda al señor, sentada boca abajo de rodillas en mi toalla con la cabeza casi en la arena y los brazos estirados ayudando a mi hermano con sus colores, con lo cual mi culito se levantaba en pompa hacia la vista de aquel señor mientras mi sexo empezada a abrirse y humedecerse pensando en él y en lo que estaba haciendo. De vez en cuando giraba la cabeza y lo miraba con complicidad mientras se masturbaba, a veces yo acariciaba mi sexo con disimulo, al cabo de poco tiempo terminó por correrse y se quedo tumbado en su toalla.
Yo estaba completamente emocionada por lo que acababa de pasar, no me podía creer lo que había hecho y lo gratificante que fue ver aquello por mi. Poco después ya cuando estábamos todos juntos en las toallas, aproveché un momento para ir sola a bañarme, de allí a unos minutos el señor se metió en el agua también y desde la distancia me dijo:- Gracias por la paja que me has regalado, vas a ser una autentica zorrita, tienes un coñito delicioso así depiladito tan joven.
Yo tan solo le respondí:-Gracias.
Desde entonces pienso si algún día lo volveré hacer, aunque ahora mismo creo que no, puede que ese sentimiento aparezca de nuevo y las ganas de exhibirme ante los demás puedan sobre el resto mis ideas. Por el momento estoy pensando en volver a la playa nudista, pero esta vez sola y ver lo que pasa.