En la playa con mi novia (VI)

Siguen las situaciones morbosas. Por fin mi novia hace topless

A la mañana siguiente con el jaleo de la noche no habíamos puesto el despertador. Me desperté con Paula abrazándome, dándome besitos al cuello y haciéndome una paja suave. Cuando vio que me espabilaba un poco bajo a chuparme la polla un poco. Desde luego una manera magnifica de despertarme. En cuanto se me había puesto dura me puso un condón (lo tenía preparado antes de despertarme), se subió encima de mí, se metió la polla en el coño y me empezó a cabalgar lentamente. Aun no nos habíamos dado ni los buenos días

  • Me puedes despertar así todos los días si quieres – le dije mientras le empezaba a tocar las tetas

  • Ayer el jueguecito me dejo muy cachonda. Pensaba echarte un polvazo en cuanto llegáramos a la habitación, pero me puse muy borracha

  • Pues ahora podemos recuperar el tiempo

Estuvimos un rato y después cambiamos de posición poniéndome yo encima. Se puede decir que era la primera vez en todas las vacaciones que hacíamos el amor en vez de follar. Se corrió ella primera y unos instantes después me corrí yo. Después de darle unos besos me tumbe a su lado a descansar un poco los dos. Todavía estaba medio dormido

  • No sé cómo no tienes resaca con lo borracha que estabas ayer

  • Bueno, no te despertabas y me he dado una ducha mientras tanto. Además ya sabes que yo no suelo tener mucha resaca – Era verdad, Paula se emborracha muy fácil pero luego al día siguiente suele estar fresca como una rosa

  • Pues yo un poco de resaca tengo, aunque me doy otra ducha y creo que estoy bien

  • No llegamos al desayuno ya, así que con la calma. Nos vamos a desayunar a alguna cafetería y luego nos vamos a la cala que nos recomendó Juan. ¿Te costó mucho desnudarme por cierto? – ahí yo me di acorde de todo lo que había pasado anoche

  • No te acuerdas de nada no – le dije totalmente sorprendido. Me lo tuvo que ver en la cara

  • No. ¿Por? ¿Hice algo que no debiera? – se había levantado hace un rato y se le veía preocupada

  • Nada siéntate que te cuento – se sentó y empecé a contarle – ayer ibas bastante borracha y me tuvo que ayudar Juan a subirte – en ese momento le empezó a cambiar ya la cara sin siquiera contarle casi nada – fue un momento al baño antes de irse a su habitación. Estaba intentando desnudarte y me costaba mucho así que le dije que me ayudara. La verdad es que se portó y te agarro de la espalda de manera que no te veía nada. Te deje boca abajo así que solo te veía las bragas y la espalda. Pero cuando se iba te distes la vuelta y aunque en penumbra te vio las tetas por un momento. No pude evitarlo y te hice una foto para que vieras como te vio – y le enseñe la foto

  • Madre mía que vergüenza – dijo mientras se tapaba la cara – no vuelvo a beber

  • Tranquila que no pasa nada mujer

  • Anda vamos a la playa a ver si se me pasa el disgusto

Se puso el bikini que se había comprado ayer con unos shorts que le hacían muy buen culo y una camiseta de tirantes y nos fuimos a la playa, parando antes a desayunar. Después cogimos el coche y nos fuimos a la playa.

Encontramos el camino a la playa y empezamos a bajar. Era un camino estrecho pero no muy difícil, aunque yo iba delante. Cuando ya estábamos llegando nos encontramos con las dos chicas y el chico que nos habíamos encontrado un par de veces en otras playas, que también estaban llegando pero iban más lentos porque una de las chicas (la que parecía la hermana) iba en chancletas:

  • Que pequeño es el mundo. Otra vez nos vemos – dijo esa chica

  • Si. Se nota que no hay muchísimas playas por la zona – les respondió Paula – ¿os ha costado mucho llegar? – nosotros llevábamos solo 15 minutos de caminata, pero al ritmo que iba la chica tenia pinta de que era mas

  • Casi media hora. Mi cuñada que se ha puesto sandalias y aunque el camino es fácil para ir con sandalias no – con esto nos confirmaba que era una pareja y la hermana de la chica

Llegamos por fin a la playa. La verdad es que era preciosa, rodeada totalmente de paredes de piedra y con una arena finísima. Cuando llegamos había un par de parejas (en ambas ella en topless y en una de ellas el desnudo), y otro nudista suelta. Nos acomodamos a la mitad de la playa, poniéndose los 3 con los que habíamos hablado muy cerca.

Le di crema a Paula en la espalda que se puso a tomar el sol de espaldas (con el bikini desabrochado). El nuevo bikini enseñaba algo más de carne, y sin ser el fuerte de Paula, le hacía un culo magnifico. Como novedad, la novia de los de al lado esta vez no solo se puso a hacer topless, sino que esta vez se desnudó completamente. Tenía el coño totalmente rasurado excepto un pequeño triangulillo de vello. Sin duda alguna, para mi Paula estaba (y esta) más buena. Su hermana sí que estaba mucho más buena que Paula. Esta vez llevaba un bikini en forma de tanga que le hacía un culo espectacular.

Al rato nos fuimos al agua. No estábamos ni a 30 metros de la orilla que el agua ya me cubría hasta el cuello. De hecho Paula se abrazó a mí porque ya le cubría parte de la cabeza.

  • Anda que te vas a poner hoy las botas eh – me comento Paula

  • Bueno. Uno puede mirar. Además si no quieres que mire ya sabes lo que tienes que hacer – le dije mientras hacia el gesto de ir a desabrocharle el bikini. Después del pequeño cabreo del otro día no pensaba hacerlo

  • Ya sabes que me da mucha vergüenza, no quiero ser el centro de atención de la playa

Estuvimos jugando un rato en el agua. Yo como siempre me tuve que quedar un rato más porque cuando salía Paula estaba empalmado y no era cuestión de salir con la tienda de campaña. A los 10 minutos me dispuse a salir. Y por fin paso. Mientras salía Paula se echó las manos a la espalda y se quitó el broche del bikini, y justo después se lo quito mostrando a todo el mundo esas dos esplendidas tetazas.

Me quede un momento alucinado y parado mientras salía. Cuando por fin reaccione me fui a la toalla. Me tumbe al lado suya y no quise decirle nada para no presionarla, aunque se tuvo que fijar que no hacía más que mirarla. A los 5 minutos se volvió hacia mí y hablándome al oído me dijo:

  • Que sepas que lo hago por ti. Pero no sé lo que aguantare porque me da mucha vergüenza

  • Me tienes a 100 cariño. Tienes sin duda las mejores tetas de la playa

  • Que adulador. Buff, el chico que hemos conocido bajando no hace más que mirarme – lo mire disimuladamente y era verdad, no hacía más que echar miradas de vez en cuando hacia Paula

  • Déjalo que mire, que con eso se va a quedar. Luego lo pagara su novia

  • Que tonto que eres

  • Anda, échate crema que nunca te ha dado el sol ahí y te vas a quemar

Se empezó a dar crema y ver a Paula frotándose esas 2 tetazas era todo un espectáculo. Entre el sudor y la crema se le quedaron brillantes. Me fije que el chico de al lado no hacía más que fijar y se llevó una pequeña colleja de su novia, carcajada incluida de la cuñada. Paula no se percató, pero sí que se percató de como un par de veces me tuve que recolocar el paquete porque se me marcaba un poco. Cuando acabo me empezó a decir

  • ¿Mi niño se ha puesto cachondo de verme en tetas? – y me toco disimuladamente el paquete sin que nadie más de la playa se percatara

  • Esta tarde cuando lleguemos al hotel te pienso pegar una follada de primera

  • Ya claro, luego mucho ruido y pocas nueces

Al rato a Paula se le veía más relajada y nos pusimos a comer. Estábamos pasando un día magnifico. Después de comer nos fuimos al agua. Para mi sorpresa Paula se volvió a poner la parte de arriba.

  • Y eso, ya te has cansado

  • No, pero al entrar al agua se me ve más y me da vergüenza

  • No seas tonta, si ya te ha visto todo el mundo

  • Calla, calla, que solo de pensarlo…

Le abrace por detrás y volvió a notar mi polla empalmada. La verdad es que prácticamente había estado todo el día empalmado desde que se puso a hacer topless

  • Como sigas así todo el día se te va a gangrenar

  • ¿Y no me puedes ayudar un poco con eso? – le di la vuelta, ella todavía abrazada a mí y le empecé a dar un morreo. Enseguida bajo la mano, la metió por dentro del bañador y me empezó a hacer una paja

Mientras me hacia una paja le volví a desabrochar el bikini para poder meter la mano y tocarle las tetas. Fui a meterle yo una mano para hacerle una paja también a ella pero me paro

  • Hoy te toca a ti, pero luego en el hotel me vas a follar bien follada

  • Te pienso matar a orgasmos

Entonces hizo algo que me sorprendió. Paro un momento de hacerme la paja para bajarme el bañador. Mientras se agachaba para sacármelo por los pies aproveche para agarrarle del bikini y quitárselo por la cabeza. Se sumergió un momento para acabar de quitármelo, me dio un beso en la punta de la polla, y volvió a emerger reanudando la paja

  • Así estaremos más cómodos

Entonces empezó a hacerme la paja más rápido. Con el morbo del topless de todo el día dure prácticamente nada, corriéndome bajo el agua. Entonces hizo algo que no esperaba, echó a andar hacia la arena con mi bañador en la mano y las tetas al aire y se sentó en la toalla mirándome a mí. Los de al lado se dieron cuenta de la situación y no hacían mas que mirarme.

Tampoco me lo pensé mucho y salí decidido hacia la toalla. La cuñada de los de al lado no me perdía ojo, e incluso me guiño un ojo cuando estaba bien cerca. Me senté tranquilamente al lado de Paula y me lanzo el bañador. Guarde en mi mochila tanto el bañador como la parte de arriba del bikini de Paula

  • Pensaba entrar al agua en 5 minutos a devolverte el bañador. No pensaba que fueras a salir

  • Bueno, ya ves que no pasa nada

  • No te lo vas a poner

  • Ya ves que no

  • Anda, ven que te hecho crema, que no te ha dado nunca el sol

Se ve que Paula también estaba algo cachonda porque aunque con bastante disimulo me empezó a dar crema por el pecho. Después paso a darme crema por las piernas, dándome alguna pasada con disimulo por la polla. Me tuve que tumbar boca abajo porque se me estaba poniendo dura otra vez. Siguió dándome crema por la espalda. De repente se tumbó encima mía, notando sus pezones duros encima de mi espalda

  • No sabes lo cachonda que estoy. En el hotel, pienso tenerte comiéndome el coño hasta que no sientas la lengua – me dijo al oído

Se levantó sin darme tiempo a replicar y siguió dándome crema por las piernas y el culo. Iba subiendo por las piernas a modo de masaje y decidí abrirlas un poco para darle oportunidad de poder tocar más. A partir de ese momento cuando subia con las manos me tocaba un poco los huevos. Se volvió a tumbar encima mía otra vez y me volvió a decir al oído

  • Ahora a ver cómo te das la vuelta, que me parece que mi niño esta empalmadisimo. Yo me voy a echar una siestita que la necesito, aunque estoy cachondisima

Diciéndome esto me metió un dedo en la boca. Sabia claramente a coño, en algún momento con disimulo se había tocado un poco.

Me tuve que quedar boca abajo porque no había manera de que aquello bajara. En algún momento creo que caímos los dos dormidos. El día de playa estaba siendo fabuloso