En la playa con mi novia (V)

Siguen las situaciones morbosas en la playa con mi novia. Sin querer Juan podrá ver por fin sus tetas

Mientras Paula se duchaba yo estuve tumbado en la cama. Salió al rato tapada solamente con una toalla, que a duras penas le cubría, y se puso a buscar entre la maleta que ponerse. De repente saco un vestido azul:

  • Mira, me compre antes de venir este vestido. Que te parece

  • Bueno, pruébatelo y en cuanto lo tengas puesto te digo

Se empezó a cambiar. Primero un conjunto de ropa interior azul que también le había visto alguna otra vez. Una braga de encaje que sin ser tanga era bastante pequeña y un sujetador a juego de encaje que le transparentaba los pezones. Solo de verla así se me puso algo morcillona pese a que hace nada me había corrido.

Después se puso el vestido, la parte de arriba era entallada, con la espalda y parte del escote con transparencias. La parte de abajo le llegaba hasta las rodillas, con un pequeño corte en un lateral, de manera que enseñaba pierna pero no tanto como el día anterior.

  • ¿Qué te parece? – me dijo

  • Estas muy guapa, a ver date una vuelta –

Se dio una vuelta y se quedó de espaldas para que le pudiera ver todo el vestido. La verdad es que le quedaba precioso, pero las tiras del sujetador le quedaban algo mal por las transparencias, especialmente en la espalda, así que sin ninguna mala intención le dije.

  • Es una pena que se te ven las tiras del sujetador, pero estas muy sexi

  • Pues no he traído ningún sujetador que no se marquen las tiras

  • Pruébatelo sin sujetador – aquí sí que empezaron mis malas intenciones

Se quitó el sujetador sin quitarse el vestido y la verdad es que le quedaba genial. Con 25 años todavía estaba en ese punto donde las tetas se le mantenían firmes por si solas, y el vestido era suficientemente discreto para no enseñar nada que no debiera, siendo a la vez sexy.

  • Te queda genial – le dije mientras se daba la vuelta para que la viera mejor

  • Uff. No sé. Nunca he ido sin sujetador

  • Y qué más da. Si no se te ve nada que no se te viera ayer que llevabas más escote

Tras un tira y afloja logre convencerle. La verdad es que le quedaba así el vestido mucho mejor y no era para nada ordinario. En la cena como el día anterior estuvimos bebiendo algo de vino y Paula salió algo contentilla. Avisamos en la recepción del hotel porque al día siguiente íbamos a pasar todo el día fuera del hotel, para que nos reservaran picnic para llevar, y nos fuimos a dar un paseo.

Aun siendo después de cenar aun había varias tiendas abiertas. Paula se encapricho que quería algún bikini más y nos metimos en una tienda a mirar bikinis. Para mi suerte la mayoría de bikinis eran bastante más pequeños de los que usa Paula, incluso había algún tanga. Cogió un par de juegos de bikinis y se fue al probador. Cuando me fije que uno de los dos que se había cogido (uno de rayas azules y blancas) tenía un tanga a juego, no me pude resistir y sin que se diera cuenta cogí el tanga.

Se probó primero el otro. Abrió un poco la cortina para que la viera y estaba muy bien. Le quedaba perfecto, y al tener algo menos tela en la parte de abajo que los bikinis que usaba de normal, estaba mucho mejor. Sin embargo por no sé qué chorrada inexplicable para mi dijo que no le gustaba

Me hecho del probador y se fue a probar el otro. Igual que el anterior le quedaba genial, aunque la parte de arriba le quedaba algo grande. Dijo que le gustaba, la verdad es que estaba bastante sorprendido de que no se quejara porque la parte de abajo mostraba bastante más carne que los que tiene de normal.

Me mando a por otra parte de arriba de una talla menor, y cuando abrí la cortina (menos mal para ella que solo abrí un poco de la cortina, aunque en la tienda no había nadie y el dependiente estaba a lo suyo) se había quitado ya la parte de arriba. Me la encontré como mirándose el culo al espejo como sopesando cuanto se le veía y no pude resistirme a entrar al probador y cerrar la cortina.

  • ¿Al final te vas a decidir a hacer topless? – le dije mientras le alejaba la parte de arriba de ella como para que no la cogiera

  • No seas idiota y dámela – me dijo agarrándome del brazo para bajármelo y coger el bikini. En la maniobra pego las tetas a mí. Después me dio un beso y me hecho fuera del probador. Yo aproveche para darle un azote en el culo que sin ser nada fuerte el dependiente lo tuvo que oír.

Se lo probó y el conjunto le quedaba genial.

  • ¿Te gusta? – me dijo mientras se contoneaba un poquito como provocándome. Se ve que el juego anterior le había gustada

  • Me encanta. Aunque con un cuerpazo como el tuyo cualquier cosa queda genial

  • Que adulador eres. ¿Y no me lo compras?

  • No sé, no sé. ¿Qué obtengo a cambio? – estaba decidido a comprárselo pero había que arriesgar un poco

  • No te vale con la satisfacción de verme feliz

  • Anda que no tienes morro. Sal del probador un poco para que te lo vea mejor y te lo compro

  • ¡¡ Gracias!! – me dijo mientras salía del probador y me daba un beso

Cuando salió el dependiente ya llevaba un rato mirando hacia el probador, supongo que esperando a ver si cazaba algo. En cuanto abrió la cortina se le quedo mirando a Paula con cara lasciva. Paula no pareció darse cuenta, aunque yo si me fije. Tras unos momentos que dio un par de vueltas, pudiéndole ver tanto yo como el dependiente mejor, entro al probador a quitarse el bikini y cambiarse.

Me lo dio por encima de la cortina y yo aproveche mientras terminaba de cambiarse para ir a pagar. Lo que Paula no sabía es que tenía el tanga a juego, que aproveche para también comprárselo. Cuando lo vio el dependiente le vi la cara de sin duda estar imaginándose a Paula con el tanga puesto

Dimos una vuelta más por el paseo marítimo y después nos fuimos al hotel para dejar la bolsa con el bikini y bajarnos a tomar una copa en el bar del hotel. Ahí es cuando Paula se dio cuenta de que en la bolsa aparte del bikini que se había probado había un tango a juego. Lo saco de la bolsa y mientras lo agarraba con dos dedos y ponía cara de enfadada me lo enseño

  • ¿Y esto que es?

  • Bueno, había pensado que aquí que no nos conoce nadie podías darme el gusto de ponerte algo así – le dije mientras iba a darle un beso con lengua y le colocaba la mano cerca del culo

  • Mira que estas pesado. Ni lo sueñes. Y no seas pulpo que me arrugas el vestido tan bonito – me dijo mientras me apartaba de un empujón, aunque su cara ni mucho menos era de mala ostia

  • Bueno, pero te lo probaras para mi

  • En la habitación si quieres vale, anda vamos abajo a tomar algo – me dijo mientras se acercaba a mí, y luego me dijo al oído – que ya sabes que cuando me pongo borrachilla me pongo muy cachonda

Bajamos al bar y nos sentamos en una mesa con vistas al paseo marítimo. Nos pedimos sendos cubatas. Estábamos sentados muy pegados y yo aproveche para ir acariciándole la pierna por la abertura de la falda. En el escenario que tenía el bar había una pareja, el tocando la guitarra y ella cantando con un vestido largo de lentejuelas. Todo bastante cutre, típica banda de verano.

  • Te lo estás pasando bien cariño – me dijo mientras estábamos acaramelados y me iba dando algún beso más bien inocente

  • Muy bien, prefiero otro tipo de vacaciones – era verdad, prefiero ver ciudades o a la montaña – pero me lo estoy pasando muy bien – y después le dije al oído – además estas más cachonda que de habitual

  • Bueno, bueno. No te acostumbres. Pero si, aquí en la playa estoy algo mas desinhibida – y después me dijo al oído – además el ver cuerpos de buenorros por la playa me pone muy cachonda. A ver si te crees que solo puedes mirar tu

Estuvimos hablando un buen rato, a ratos con una conversación algo picante, cuando vimos aparecer a Juan y sus amigos, uno de ellos acompañado de una chica. Tras saludarnos hablamos un poco y se sentaron con nosotros. Pedimos otra copa y estuvimos un buen rato hablando de temas normales.

Conforme fueron pasando las copas nos quedamos solamente Juan, uno de sus amigos (que se llamaba Santi y estaba algo gordito) y nosotros dos. Otro de sus amigos se había subido porque decía que estaba cansado y el que había venido con una amiga se había ido también.

Cada vez quedaba menos gente en el bar, pese a que era sabado y estábamos más borrachos. Como siempre pasa en estos casos la conversación se puso algo más caliente. A todo esto yo seguía acariciando la pierna de Paula que seguía con su vestido y sin sujetador. Entre la conversación y que hacia algo más de fresco, se le notaban algo los pezones en el vestido. Al rato Santi propuso jugar al yo nunca. Santi era de esa clase de chavales que medio en broma tiraba todo el rato los tejos a Paula sin quedar mal del todo. Aun así sabía que a Paula no le hacia ninguna gracia. Aun así empezamos a jugar y empezó Santi

Santi - Yo nunca he follado durante estas vacaciones – menos el propio Santi todos bebimos. Santi miro a su amigo Juan y le dijo – ya sabía yo que nos mentías cuando dijiste que no te follaste a la rubia el finde pasado

Juan - A esa rubia no

Santi - ¿Y entonces?

Juan – ¡Ahh! Mala suerte

Yo – Bueno, me toca. A ver qué pregunto. Yo nunca me he corrido en el mar – quería ponerle a Paula un poco roja. Todos bebieron menos yo

Santi – Y le has dejado con las ganas al amigo – le dijo refiriéndose directamente a Paula

Paula – Bueno, no creo que se pueda quejar – lo decía mientras agachaba la cara. Estas cosas realmente le daban vergüenza. Estoy seguro que si no es por el alcohol no se atrevería

Yo – La verdad es que no, luego me lo ha compensado con creces – todos rieron. Era el turno de Paula

Paula – Yo nunca he practicado sexo anal – Un tiempo más tarde me confeso que lo dijo para que viera que no era tan común. Para sorpresa de Paula el que bebió es Juan

Juan – Bueno. Una antigua novia con la que tenía confianza

Paula - ¿Y le gusto? – le pregunto sorprendida a Juan

Juan – Al final le acabo encantando

Yo – Seguro que a ti te gustaría – le dije al oído a Paula

Santi - ¡Ehh! Aquí secretitos no

Juan – Si Pedro te lo hace con delicadeza seguro que te gustaría. Bueno, que sigo. Yo nunca he hecho topless – los 3 tíos riendo bebimos

Paula - ¡Eso no vale! Esa pregunta solo es comprometida para mí – dijo Paula quejándose

Juan – Yo que soñaba con pillarte en alguna playa

Yo - ¡Oye! Que son solo mías – le dije como indignado a Juan mientras aprovechaba para tocárselas a Paula

Santi – Iros a un hotel

Paula – Ja, ja, ja. De todas formas que este no os cuente milongas que lleva desde que llegamos intentando convencerme para que lo haga

Juan – Pues si lo consigues avisa

Estuvimos jugando un buen rato más entre risas, descubriendo alguna cosa como que Santi había pillado a un amigo una vez follando (aunque no especificó si era Juan), o confesando Paula que esa misma tarde me había hecho una mamada para compensarme (aunque por supuesto no dio detalles), o que alguna vez se había dado besos con lengua con alguna amiga

Al final Paula estaba cada vez más borracha y decidí subírmela. Juan me ayudo porque Paula no se tenía casi en pie.  Santi se fue para su habitación. Cuando llegamos a la nuestra Paula se tiro a la cama con las pocas fuerzas que le quedaban, levantándosele el vestido y viéndosele las bragas. Afortunadamente cayó de espaldas y no llevaba tanga sino una braga normal, así que no se le veía nada que no se le viera en la playa, aunque al ser unas bragas de encaje algo sexy seguro que hacia la situación para Juan muy morbosa. Además, proviniendo de la altura del coño se veía una mancha de humedad. Estaba claro que los jueguecitos habían hecho que Paula se pusiera por la noche bastante cachonda antes de caer borracha.

Juan me pidió usar el baño y yo mientras, en que también iba borracho y no pensaba mucho, intente quitarle el vestido para que durmiera mejor. Paula había caído rendida y solo no podía, así que tuve que pedirle ayuda a Juan cuando salió del baño. Juan fue muy discreto y se puso agarrándola detrás de ella para no ver nada, aunque para ello tuvo que agarrarle de la cintura desnuda en cuando le levante el vestido.

Tumbe en la cama a Paula boca abajo y me despedí de Juan, el cual tenía que estar cachondisimo y no hacía más que colocarse la polla, tenía que estar seguro empalmado. Justo cuando iba a salir de la habitación Paula se giró en la cama, mostrándole todas las tetas a Juan ya que no llevaba sujetador. Para fortuna de Paula estábamos con la luz apagada y Juan tampoco pudo disfrutar mucho de la situación. Se fue disculpándose, aunque estoy seguro que poco lo sentía.

Cuando se fue, le hice un par de fotos con el móvil. Al día siguiente pensaba enseñarle como le había visto Juan. Viendo que con Paula esa noche no iba a conseguir nada no tuve más remedio que hacerme una paja en el baño, a mí también me había puesto muy cachondo la situación.

Cuando acabe, me quede desnudo y me metí a dormir con Paula. Mañana seria otro día