En la playa.

Me reencuentro con mi pasado

Hablé con Jorge, sin prisas y con mucha calma, el me escuchaba, como siempre, acariciandome con la mirada.

  • Jorge, he decidido someterme a la resignación de sexo. Después de muchos años una luz se ha encendido en mi interior y creó que ahora es el momento, tu sabes como es mi vida, soy una mujer los 365 días del año, me comportó como tal, el vestirme por la mañana con mis ropas femeninas me da fuerzas. Lo he pensado mucho, nunca me he atrevido a dar el paso, pero creo que es el momento. Solo que tú me digas que no lo haga, será la forma de quedarme como estoy. Te lo digo porque después de los últimos acontecimientos que hemos vivido, no sé si algo de la màgia en la que vivimos se pudiera estropear, se sincero y dime que opinas.

  • Joana, las personas nos enamoramos de almas, no de genitales. Yo te quiero a ti, sin distinción de lo que seas. Nunca te he visto de otra manera que no fuera de la persona con la que quiero envejecer. Lo que quieras hacer, porque quieras sentirte realizada y feliz, será mi felicidad también. Es tu decisión, lo malo del asunto es que tu te sientas más deseable y me veas a mi de otra manera.

  • Cariño, tu eres el hombre de mi vida, y sabes que a pesar de mis escarceos, con quien estoy es contigo, además sabes que en el fondo te gusta que otros me deseen.

Jorge se sonrío, y me dijo que el estaría conmigo en todo el proceso. Al día siguiente fuimos a la clínica, el doctor Reyna se alegro mucho de mi decisión, me mandó hacerme diferentes pruebas y programo la operación para en 30 días, su recomendación es que hasta entonces descansará todo lo posible, me evadiera de problemas y tomará el aire libre. De allí fuimos a mi oficina y dejé programado toda mi agenda para los 2 siguientes meses, habría cosas que se podían aparcar y otras las podría hacer online. Después fuimos al despacho de Jorge con las mismas intenciones, y allí nos encontramos un verdadero caos, ya que unos proyectos que desarrollaban en un país islámico se habían estropeado y precisaban la supervisión de Jorge por un tiempo indefinido. En un principio pensamos en que yo fuese con él, pero tuvimos que descartar la idea, una mujer como yo en un país musulmán corría el riesgo de terminar en la cárcel. Jorge se iría al día siguiente, fuimos a cenar a casa de mis padres, mi madre se alegro de mi decisión, y mi padre hizo como que se alegraba aunque se que en el fondo lo que tenía era resignación. Mi madre, me propuso que nos fuéramos las dos, con mis sobrinos, a la casa de la playa, yo allí descansaria y la ayudaría con los tres nenes. Mi padre, hermanos y cuñadas irían los fines de semana. Decidí que no era mala idea, llevaba muchos años sin ir a aquella casa y mis sobrinos eran un encanto, bien educados y responsables, así yo podría descansar, aunque estar allí sin Jorge se me hacía un mundo.

Esa noche, fui yo la que se tiro como una loca a comerme a mi hombre, no sabía cuanto tiempo íbamos a estar separados, así que decidí sacarle toda la leche. Le chupaba la polla, le hacía penetrarme y una vez que me preñaba, volvía a empezar, le comi su rabo de todas las maneras posibles, procure que su semen embadurnara todo mi cuerpo, quería su aroma se pegara a mi. Cuando al final le tenía ya derruido en la cama, le abrace y le bese todo lo que pude. Amaba a ese hombre y pronto sería su hembra de verdad.

Nos despedimos en el aeropuerto, llore cuando me aleje en el coche y deje a Jorge ya embarcado. Fui a recojer a mi madre y mis sobrinos y nos dirigimos a la playa. Yo dejé de ir a aquella casa, porque mi padre me obligaba a hacer trabajos masculinos para ver si me enderezaba, segar el césped, pintar la valla, subir al tejado para repasarlo.... El pensaba que así, afloraria un macho de mi, y al contrario, me reafirmaba en lo mujer que me consideraba. Allí fue además donde masturbe a un hombre por primera vez, nuestros vecinos del chalet de al lado, eran un matrimonio que vivía allí todo el año, y un día el señor me reclamo para mover unas camas en su casa, acudí con pocas ganas, y me recibió con solo un pantalón de deporte muy corto, cuando hacía movimientos veía su nabo asomar, el se percató y lo hacía más a propósito, el caso fue que en uno de los dormitorios, terminé tocando mi primera polla, le hice una paja deprisa, no fuera que nos cogiera su mujer, me hubiera gustado chuparla, pero no pudo ser. En aquel verano, le pajeaba cuando podíamos, luego me sentía tan mal que procuraba no coincidir con él.

Llegamos, descargamos las cosas y salimos a cenar, los nenes estaban cansados y mi madre también, al poco de llegar a la casa, se fueron a dormir, yo estaba un poco depre, vi la piscina y me dieron ganas de darme un baño, aun a pesar de ser de noche hacia calor. Me cambié en mi habitación y solo me puse el tanga de mi bikini, nadie me podría ver.

El baño me resultó reparador, disfrute del silencio de la noche, relajada salí del agua y decidí no secarme con la toalla, encendí un cigarrillo y mire mi teléfono para saber si Jorge se había comunicado conmigo. Notaba una sensación extraña, como que si alguien me observará, pero no veía nada. Me tumbe, y segui viendo mi móvil, al poco una voz sono detrás de mi, asustada me volví, y vi a un hombre que me resultaba de lo más familiar.

  • Perdón señorita, soy el vecino de la casa de al lado, escuche ruidos y no sabía quien había aquí. Es usted familia de los dueños?

  • Soy su hija Joana, he venido con mi madre y mis sobrinos.

  • Mire señorita, no se quien es usted, los dueños de esta casa no tienen hijas, solo varones, por favor vayase antes de que llame a la policía.

Entendí que no me reconocía, y que por supuesto no sabía nada de mi, la situación era muy extraña, sus ojos se clavaban en mis tetas y no miraba nada más, dudaba entre echarme o seguir comiéndome con sus ojos.

  • Comprendo que no me conozcas, yo era el hijo pequeño de esta casa, he cambiado mucho desde que no vengo.

Me volvió a devorar con la mirada y se sonrió.

  • Ahora caigo, jajaja, me lo comentó mi mujer, pero pensé que era un chisme de vieja. Osea que es cierto, decidiste salir del armario a lo bestia. He pensado mucho en ti, pasamos buenos ratos juntos, claro que entonces no estabas así.

Me despedí cortésmente de él, y le dije que ya nos veríamos por ahí. Note su mirada clavada en mi culo mientras me alejaba. Al día siguiente, cuando íbamos a la playa, nos encontramos al matrimonio, saludaron con mucho cariño a mi madre y a mis sobrinos, la mujer me miró de arriba a abajo, se notaba que su marido ya le había informado de mi presencia. Yo llevaba mi bikini brasileiro rojo, sabía que a mi madre no le hacía mucha gracia que enseñará tanta carne, pero yo me sentía muy atractiva con él, y se notaba que a los hombres también les gustaba porque en la playa, al poco de llegar, estábamos rodeadas, de hombres solitarios tomando el sol, misteriosamente cuando yo iba a bañarme o a jugar con mis sobrinos a la orilla, esos mismos hombres me seguían. Más de uno, me sonrió, algun otro intento entablar conversación, e incluso uno me dijo que mis hijos eran guapos como yo. Una de las veces en las que me fui a bañar, al volver encontré a mi madre, charlando con nuestros vecinos, habían decidido bajar a la playa y se encontraron con ella. Me acerque, y estuve charlando con ellos también, me puse un pareo, porque mi vecino solo miraba mis tetas, no sostenía mi mirada, le daba igual, estaba fijo en mis pechos. Mi madre sin consultarme, decidió que comiesemos todos juntos en un kiosco cercano, yo no la lleve la contraria y acepte, ella me dijo que me acercase a casa y que la recogiera de su bolso alguna tarjeta del banco porque quería pagar ella y no estaba segura de que la llegara el dinero en metálico, yo no había cogido bolso, con lo cual tuve que aceptar y excusandome me dirigí a casa, la cual estaba como a 15 minutos, bajo un sol de justicia. Llevaba andado un centenar de metros, cuando un coche paro a mi lado, era mi vecino, mi madre le había dicho que iba a casa y el se ofrecía a llevarme y a volver al chiringuito.

  • Anda sube guapa, como no me lo has dicho, no puedes venir sola con este sol, los bombones os derretis con tanto calor.

No fue lo que dijo sino como lo dijo, me inquieto bastante. El caso es que con el climatizador del coche, el trayecto fue mucho más placentero, el problema que el cambio de temperatura con el exterior hizo que mis pezones se pusieran como piedras, y se marcaban en mi pareo.

  • Joder, Joana, estas contenta de verme eh, jajaja.

Yo simplemente, mire al frente y no dije nada, al llegar a casa, le dije que no era necesario que me esperara, que yo iría con mi coche luego. Se negó y me dijo que allí estaría, entre en la casa y fui a buscar el bolso de mi madre, en ese trascurso me llamó Jorge, para ver como estaba y contarme como se desarrollaba su viaje, pensaba que en 2 o 3 días todo quedaría solucionado y se reuniría conmigo. Mientras hablaba con él, fui a mi habitación a cambiarme, me quite el pareo y el bikini y decidí ponerme un vestido playero de color naranja, me ponía un tanga y hablaba con Jorge, vi a mi vecino apoyado en la puerta, con su verga en la mano acariciandola muy despacio, me di la vuelta y segui hablando por teléfono, me era imposible ponerme el vestido y seguir hablando por teléfono, pero no quería colgar a Jorge, la situación era violenta y no quería decir nada a mi vecino para que Jorge no se enterara de lo que pasaba, y así en esas circunstancias estaba, cuando así de espaldas, note unas manos en mis tetas, me cogió completamente desprevenida, unos labios en mi cuello, y algo duro se restregaba por mi culo, no sabía que hacer, decidí seguir hablando y cuando colgará ya pondría en su sitio a aquel viejo depravado, Jorge me contaba con pelos y detalles lo que le estaba pasando, y yo no le prestaba casi atención, el viejo intentaba introducir su dedo corazón en mi ano, sus lametones en mi cuello me estaban excitando y su otra mano acariciaba mis pezones con maestría, el caso es que la situación me fue dominando, y abrí un poco las piernas para facilitarle sus maniobras en mi culito, lo consiguió, y un gemido se escapó de mis labios, Jorge me preguntó que me ocurría y le dije que me estaba vistiendo, y que era difícil escucharle y vestirme a la vez, debido al cambio horario, mi hombre estaba en su hotel ya de noche, y se le ocurrió decirme que mi gemido le había excitado y que me iba a decir lo que me haria si estuviera allí.

Mire al viejo y por señas le dije que iba a poner el iPhone en manos libres, me entendió y sonrió, Jorge comenzó a hablar.

  • Osea puta, que solo estás con el tanga, si yo estuviera allí, comenzaría por meterte la lengua hasta la garganta...

El viejo al escucharlo, me giro y empezó a comerme la boca, introduciendo su lengua. Estaba claro que se había introducido en el juego y pensaba hacer todo lo que dijera Jorge.

  • Te estrujaria las tetas, morderia tus pezones hasta oírte quejarte de dolor, decirte despacio que eres mi puta particular, y que cuando tengas coño, lo voy a compartir con lo peor.

El viejo mordía mis pezones, se apretaba contra mí, y realmente quería chillar por el daño que me producía, pero al mismo tiempo, me estaba dando un morbo terrible, escuchar a mi hombre lo que me haría y que otro me lo estuviera haciendo.

  • Te gustaba que mi padre te escupiera en la boca zorra, pues abre esa boca de cerda que ahora te escupa yo.

La cara del viejo era de un auténtico satiro, escupió en mi boca, varias veces, y su sonrisa era inmensa cuando me veía como lo tragaba.

  • Arrodillate y come mi polla, pero comela con ansia, quiero que entre hasta el fondo, que te ahoges con ella, que roce tu alma, vamos puta.

Así fue, me arrodille y empezó a mamar aquella poya dura y algo más grande que la de mi marido. Intentaba pajearle al mismo tiempo, Jorge seguía hablando y me decía que parecía que realmente se la estaba chupando por como sonaba.

  • Palpa mis huevos zorra, te los voy a meter en tu coño.

Yo obedecía todo lo que Jorge insinuaba, el viejo estaba en el paraíso, seguro que llevaría un montón de tiempo sin que nadie le hiciera algo así. Sus manos agarraban mi cabeza y acompañaban el ritmo de la mamada, oía a Jorge suspirar a través del teléfono, y veía como el viejo, aguantaba las suyas.

  • Pídeme que te folle, pero pídemelo bien.

  • Follame, cariño, dale poya a tu nena, metemela toda, hazme feliz, rompeme el culo....

  • Así zorra, me gusta, te la voy a meter hasta los ojos.

El viejo, no tuvo ninguna compasión, metió su poya hasta la base, mi culo se espandio violentamente y un quejido salió de mi garganta.

  • Que te has metido zorra?

  • Un consolador cariño, como tu has dicho, hasta el fondo y sin nada de lubricante.

  • Bien, zorra, eso me gusta.

Mientras el viejo, completamente embalado, me follaba, ni un suspiro salía de su boca. Escuchaba a Jorge, como se la meneaba, era todo muy surrealista, pero me lo estaba pasando bien.

  • Te voy a preñar hija puta.....

Jorge se corria con su paja, y el viejo inundaba mis entrañas con su leche, yo suspiraba porque mi orgasmo había llegado al mismo tiempo.

  • Joder cariño, parecía que estaba allí contigo, follando, ha sido increíble.

Yo no contestaba, estaba lamiendo esa polla que me acababa de follar.

  • Mañana te llamo, y te confirmo cuando vuelvo. Hasta mañana mi amor te quiero.

Deje de mamar, y me despedí de él también con un te quiero.

  • Ufff, esto es mejor que cuando eras una mariconcita jovencita y me hacías pajas. Eres una buena puta.

Volvió a sonar mi teléfono, era mi madre, preguntando por el retraso, la dije que me había enrollado hablando con Jorge, y que ya íbamos.

  • Cuando hables con él mañana me lo dices, nena, que me gustan tus conversaciones.

Suspiré y termine de limpiar aquella polla.