En la playa

Cómo mi mujer y yo nos vimos en un intercambio sin darnos cuenta

Somos un matrimonio de Palma y vamos a la playa siempre que podemos, ya que nos gusta el mar, la arena, y sobretodo la tranquilidad, y por eso nos vamos a pequeñas calitas que hay repartidas por nuestra costa.

Todo ocurrió hace dos semanas cuando empezó el buen tiempo. Decidimos "inagurar" la temporada de baño y a través de un amigo que nos guió hasta una pequeña calita que se tiene que llegar andando durante 10 minutos, hace que poca gente vaya, que no vayan niños que siempre molestan, y lejos de los mirones.

Yo tengo 38 años, no estoy mal, soy del montón, 1'77 y peso 88 kg., con una barriguita de la buena vida, pelo castaño y unos ojos azules que con el verano y el mar se me vuelven aún más azules. De dotación normal-pequeña unos 15cm. Mi mujer tiene 45 años, es más bajita que yo 1'65, pesa 55kg, tiene unas tetas pequeñas pero bastante firmes para su edad, y pelo rubio y ojos oscuros.

Pues nos decidimos a ir, teníamos los dos libre de nuestro trabajo y lo mejor era que estabamos a martes, así que o no encontrariamos a nadie o poca gente, ya que los fines de semana siempre se llena. Eran las 10 de la mañana cuando cogimos el coche y llevabamos nuestra neverita con unos refrescos, un par de bocadillos, una tortilla de patata y unas aceitunas, ya que pensabamos disfrutar lo máximo posible del día. Tardamos 50 minutos en llegar, aparcamos el coche bajo unos arboles que había y nos pusimos a andar. Cuando llegamos nos quedamos de piedra. Era increible la cala, o más bien la calita, porqué no debía medir más de 100 metros, como mucho 80, y en ese momento no había nadie. Así que llegamos y nos pusimos a montar todo.

Lo primero que hicimos fue poner la sombrilla, las toallas y la nevera debajo de la sombrilla. Nos empezamos a desvestir y mi mujer llevaba un conjunto que aunque no enseñaba nada, insinuaba todo. Se le marcaban los pezones y la raja. Y de solo verlo se me puso morcillona. Yo me desvestí también y me quedé con un bañador de natación, ajustado y de color blanco. Y ya con los bañadores decidimos meternos en el agua.

Estaba aún fría, pero para no entrar poco a poco y hacerlo eterno, nos cogimos de la mano, contamos hasta 3 y empezamos a correr hacia el agua. Joder que fría estaba, parecía que le habían hechado unos hielos antes de meternos. Estuvimos nadando unos minutos y cuando ya tuvimos bastante salimos a secarnos y estirarnos en la toalla.

Llegamos y nos secamos y nos pusimos crema, yo utilizo una de factor alto ya que tengo la piel bastante blanca, y antes de ponerme moreno o coger color siempre me pongo "gamba", en cambio mi mujer tiene la piel más resistente y usa un factor más bajo. Cada uno nos pusimos, pero llegó un momento que habían zonas que no llegabamos, mi mujer me dió a mi primero por la espalda, las piernas, y cuando llegó a mi culo hizo que el bañador se me metiera entre los gluteos y me dió por todas las zonas. Luego le hice estirar a mi mujer, pero cuando llegué a la zona de arriba se la desabroché y aproveché para sobarla un poquito. Luego las piernas, y cuando llegué yo a su culo le deshice los lazos que anudaban su parte de abajo, y ella me dice: -Que haces?, y yo le dije: -Tranquila que no hay nadie, y así no te mancharé nada del bañador.

Proseguí masajeando su culo, pero con las manos llenas de crema poco a poco empecé a acariciarle el ano, alrededor, poco a poco, y luego introduje un dedo bien lubricado, y en ese momento dió un pequeño gemido, y me dijo: -Sigue así no pares. Y yo no paré, si no que continué comenzando un mete-saca con un dedo, para luego meter dos y luego tres. Con la otra mano aproveché para empezar a tocar toda su vagina, y luego el clitoris, ella poco a poco abría más las piernas y empezaba a gemir. Notaba como poco a poco se empezaba a combulsionar y moverse como cuando va a correrse. Aceleré mis movimientos y en menos de un minuto empezó a gritar que se corria: -SIGUE!! NO PARES!! QUE ME CORROOOOO!!! AAAHHHGGGG!!!

La había dejado extasiada y ahora le apetecía dormir, pero antes me dijo: -Luego me tocará a mi, y te voy a hacer lo mismo!! Yo me estiré también y estuvimos adormilados un tiempo.

Habría pasado una media hora cuando me desperté y ví que había más gente, había a nuestra derecha una pareja de dos chicas de unos 30 años, un poco más a la derecha un grupo de 2 chicos y 2 chicas jovenes que no debían llegar a los 20, y a nuestra izquierda a unos 10 metros una pareja que por el tono de piel debían ser del norte, eran totalmente blancos y rondarían los 40. Lo que más me sorprendió de todo es que estaban todos desnudos, y comprendí que era una zona nudista. Desperté a mi mujer: -Luisa, despierta, creo que nos hemos equivocado. Y ella con las gafas de sol (debía tener los ojos medio cerrados) me dice: -Que?

  • Cariño, es una playa nudista, no somos los únicos que estamos aquí y están todos desnudos!!

En seguida levantó la cabeza y miró a todos nuestros vecinos y efectivamente iban desnudos, ella entonces me dice:

  • Bueno, ya que estamos aquí.....por qué no probamos?

Me resultó raro porqué jamás había querido venir a una playa nudista, con las ganas que tenía yo de ver a mujeres desnudas. Y le dije que de acuerdo. Y ella sin mediar palabra, alargó sus brazos y me quitó el bañador.

  • Con razón querías tú venir a una playa nudista!! Estás todo empalmado!!!

  • Pero si me has dejado a medias!! Estoy con un calentón horrible!! Pero eso lo soluciono yo ahora mismo, voy a darme otro baño a ver si se me baja "el hinchazo"!!

Me levanté de un salto y corrí hasta el agua, hice unas cuantas inmersiones, pensando en otras cosas que no fueran las tías que habían en la playa, pero no había manera.

Desde el agua pude ver como las dos parejas de chicos jovenes recogían sus cosas y emprendían el viaje de regreso, así que sólo quedariamos las dos chicas, la otra pareja y nosotros. Pude ver como la pareja de chicas se untaban ellas ahora crema por todo sus cuerpos, y por la forma que lo hacian juraría que eran lesbianas, pero el espectaculo era increible. La otra pareja estaban tomando el sol y apenas se veía nada. Así que decidí nadar un poco más y luego volver para beber algo que tenía la boca seca.

Cuando empiezo a salir del agua veo que mi mujer está hablando con una de las chicas y justo cuando llego a su altura la chica se levanta y aún llevando gafas de sol pude notar como me miraba de arriba a abajo, y mostró una pequeña sonrisa, a lo mejor le gustó lo que vió, hasta que me dí cuenta que iba empalmado, porqué estaba viendo ese cuerpo desnudo todo depilado. Entonces ella dijo:- Adiós.

Me estíré en la toalla viéndola marchar hacia su pareja y mi mujer me dice:

  • José tranquilo!! Que no quería nada!! Tan solo saber si teníamos fuego!!

Yo no dejaba de mirarla...que cuerpo, unos pechos pequeños, casi parecían de una adolescente y toda depilada..y su pareja igual que ella. Como me gustaría estar entre ellas.

Eran cerca de la una del mediodía cuando decidimos comer algo, así que sacamos los bocadillos que traiamos, la bebida y la tortilla de patata. La verdad es que olía todo muy bien. Mientras comiamos se nos acercó el hombre de nuestra izquierda y en un castellano perfecto nos preguntó si le podiamos dar un poco de tortilla, que desde donde estaban ellos llegaba el olor y les apetecía probarla. Mi mujer les dijo que si, que le dabamos un poco de tortilla, pero que en vez de llevarsela, por qué no se acercaban a donde estabamos nosotros y comíamos todos juntos? Y el dijo que si. Entonces le pregunté a mi mujer:

  • Por qué les has dicho que vengan? Con lo bien que estamos solos...

  • Para estar un poco más acompañados, que no pasa nada, luego ellos se volverán a donde estaban y listos.

  • Nooo, ya se lo que pasa, le has visto el rabo que tiene y has pensando en tener buena vista!!

  • Jajajajaja!! rió ella. -Cómo me conoces!! La verdad es que la debe tener grande, porqué la tiene normal y mide casi como la tuya!!

  • Vale de acuerdo!!

Al cabo de dos minutos ya estaban con nosotros bajo la sombrilla. Nos dijeron que se llamaban Carl y Catherine, que eran británicos pero que hacía más de 20 años que vivían en Mallorca. La verdad es que tanto Carl como Catherine estaban muy bien para la edad que tenían, él tenía 51 y ella 48, pero parecían más jovenes. Él tenía buen cuerpo, todo depilado y la verdad es que parecía que tenía una buena polla, pero los huevos los tenía como pequeños, apenas se le notaban o yo los tenía más grandes. Ella también todo depilado y de un color rosadito oscuro, y unos pechos grandes, ya empezaban a caer un poco, pero tenían un morbo...

Tanto mi mujer como yo lo tenemos todo natural, no nos depilamos, nunca nos lo hemos propuesto, a mi me gusta tal y como lo lleva, y a ella como yo lo tengo.

Estuvimos hablando un poco de todo mientras comíamos. Trabajaban en una inmobiliaria y tenía una casa cerca de Palma, en una zona alta próxima, en Calviá. Tenían una hija que hoy no había venido con ellos, y que seguramente había quedado con unos amigos en su casa que tiene piscina.

Cuando acabamos Catherine, que quería que le llamasemos Cat, nos preguntó:

  • Quien ha preparado la tortilla?

Y mi mujer le dice:- He sido yo, a José apenas se le da bien la cocina, se ocupa más de comprar y otras cosas, pero quien cocina soy yo.

  • Pues yo he intentado hacer muchas veces tortilla española y nunca me salen bien, y lo he probado todo, hasta me compré una sartén doble para cuando tengo que dar la vuelta que no se cayera nada, pero ni aún así.

Mi mujer en plan broma va y le dice:

  • El secreto está en la forma de tratar a los huevos. Hay que tratarlos con suavidad y trabajarlos bien para que saquen todo el aroma y se vuelvan lo más líquido que se pueda!!!

Todos empezamos a reir, ellos también habían cogido la indirecta, y le suelta Cat:

  • Pues me tendrás que enseñar un día, porqué ya te digo que no hay manera!!

Todos reimos, y le dice mi mujer:

  • Pues si quieres te lo demuestro ahora mismo.

Tal y como estabamos sentados hombre, mujer, hombre y mujer haciendo un corrillo, a mi derecha Luisa, a su derecha Carl y a su derecha Cat. O sea, que Cat estaba a mi izquierda.

Entonces sin ningún tipo de pudo mi mujer se levanta un poco y se coloca más pegado a Carl y alarga la mano para tocar sus huevos.

  • Fijate Cat, mira como lo hago, suave y dulcemente.

La cara de Carl era un poema, se había recostado un poco hacía atrás dejando vía libre a mi mujer para poderlos tocar bien y a todos para ver lo que hacía.

Entonces Cat, mirando a mi mujer buscando un gesto de aprovación alarga su mano hacia mis huevos y a partir de ahí perdí el norte. Buf como lo hacía!! sabía lo que hacía, y poco a poco mi polla que había estado acostrumbrado a la desnudez empezaba a notar como se ponía dura y dice Cat:

  • Mira lo que estoy logrando!!!

  • Así se hace!! Ves que es fácil!

  • No sabía como hacerlo, ahora sabré como.

Yo ya la tenía dura, pero Carl solo la tenía morcillona. Mi mujer alargó su otra mano hacía la crema que traíamos y puso un poco sobre la polla y los huevos de Carl. A partir de ahí mientras con una mano tocaba sus huevos, con la otra recorría todo su tronco, bajando su piel y dejándo al descubierto su glande. Poco a poco empezaba a coger dureza. Y mientras pasaba todo esto, Cat ya había puesto sus manos por toda mi polla y mis huevos. Poco a poco me masturbaba y producto de ello empezó a salir un poco de líquido.

  • Mira!! lo estoy haciendo bien!! Mira que cara tiene tu marido!!

Y la verdad es que lo estaba haciendo de puta madre. Me recosté un poco y cerré los ojos. Al cabo de unos segundos noté algo húmedo, y abrí los ojos y ví que Cat estaba con la lengua lamiendo mi polla. Buf!! Como lo estaba haciendo, y de reconocer que lo estaba haciendo mejor que mi mujer. Ví como mi mujer tampoco perdía el tiempo y hacía lo mismo a Carl.

Estuvimos así un rato, intentándo yo aguantar lo máximo posible pero sabía que iba a durar poco, no más de un minuto, entonces Carl empieza a gemir, y vimos como empezaba a lanzar chorros de leche. No pensaba que pudiera tener tanta leche ahí guardada. Alcanzó a mi mujer por su cara y por sus pechos y no dejaba de mover esa polla que debía medir unos 22cm. Hasta que no salía más y dejó de pajearle para pasar a darle un masaje por los huevos. Se acercó a su punta y le dió un beso. Tenía toda la cara y el pecho lleno de semen. Eso me puso más cachondo y empecé a correrme.

Esta vez Cat no dejó escapar ni una gota y se la guardó toda en la boca. Mientras iba soltando leche, ella no paraba de subir y bajar con la boca y no dejaba de tocarme los huevos hasta que vió que no salía más. Se levantó con la boca cerrada, me miró y abrió la boca y poco a poco la leche que tenía almacenada empezó a brotar de su boca para ir a parar a su cuerpo, y con las manos se la extendió por todo el cuerpo.

Acabamos los tios extasiados y con ganas de recuperarnos un poco.

Las chicas fueron a bañarse y limpiarse y quedamos los hombres. Carl me dice:

  • Que bien lo hace tu mujer, y yo le dije:

  • Tu mujer tampoco se queda corta!! Y está muy bien para la edad que tiene.

  • Sí, la verdad es que hemos tenido mucha suerte. Por cierto, porqué no os venís a nuestra casa a disfrutar de la piscina y os invitamos a cenar!?

  • No lo sé, todo dependerá de lo que diga Luisa.

  • Pues parece que se lo están pasando bien ellas dos en el agua.

Ví que estaban juntas, lavándose la una a la otra, pero las manos no solo iban a donde estaba el semen, acariciaban sus pechos y alguna que otra mano iba a para bajo el agua, solo estaban cubiertas de cintura para abajo. Al cabo de un rato salieron del agua y se acercaron a nosotros. Carl les dijo:

  • Luisa, le he dicho a tu marido que os invito a probar nuestra piscina y os invitamos a cenar, y no acepto un NO por respuesta, así que... qué dices?

  • Pues .... QUE SI!!

Se sencaron y se sentaron con nosotros. Yo giré mi cabeza hacia la derecha donde estaban las dos chicas y ví que ellas tampoco habían perdido el tiempo, estaban las dos extasiadas y parecía por sus caras que se lo habían pasado igual de bien que nosotros dos.

Así que recogimos todo y mientras ibamos hacia los coches Cat nos dijo:

  • Ahora faltamos nosotras!!

Continuará...