En la playa
Disfrutando de las perversiones en la playa y mucho más...
Estando sin duda, ante una de las situaciones más bonitas, deseables y deseadas de tu vida, luchas contra la tentación de cerrar los ojos para poder disfrutarlo al máximo. Tenerme sobre ti, tras haber disfrutado de una increíble sesión de sexo, y tener por fin tus manos libres para poder acariciar mi sedosa cabecita y mi pequeña y suave espalda. El relax nos alcanza, las respiraciones se hacen cada vez más lentas y acompasadas mientras tu verga va perdiendo por fin su potencia, y se escurre lentamente de mi interior. "Mi vida, yo habría aprovechado tenerme así atado, para hacerme un face sitting y alguna locurita más. Ahora te será más difícil volver a encadenarme, jejeje" "Pues tenía pensadas más cosas... Pero me deje llevar, bueno en alguna otra ocasión jeje. Me ha gustado, pero me hicieron falta tus manos recorriéndome, eso te pasa por cabrón" te saco la lengua, reímos y rodamos en la cama. Apenas es la tarde pero la sesión ha sido intensa y nuestros cuerpos piden descanso. Una siesta no le vendrá mal a nadie. Cerramos los ojitos perfectamente acoplados entre mimos para descansar un rato. Cuando me despierto estoy muy pegadita a ti, pero me escurro con cuidado, preparo un par de batidos de chocolate y los llevo a nuestra habitación, me siento cerca de ti y con mimos y caricias te saco del sueño. "Me han escrito los chicos, nos invitan el próximo finde a ir a pasarlo en la playa ¿vamos?"
Te despiertas somnoliento y un poco hambriento. Entre el juego, las esposas y la siesta... se nos olvidó comer. Menos mal que el desayuno fue sustancial. "¿La playa? Podemos ir cuando quieras, está a tiro piedra, pero ¿Quién ha escrito? ¿A pasar en finde? ¿A ti te apetece? No es mala idea, la verdad.” Me quedo pensativa unos segundos, y tu mente vuelve a estar atrapada por el sopor y la soñolencia, pero tomas las riendas y vas a la cocina a beber un gran trago de agua fría. "Me escribió Rubén para que vayamos, aprovechando el sábado para pasarlo juntos con los demás" me coloco tu camisa para acercarme a la cocina y antes de que te des cuenta ya empiezo a preparar una pasta, te quedas un poco sorprendido pero me sonríes cuando entro en la labor "No me mires así que también se hacer algunas cosas" nuevamente reímos y me das un dulce beso. "Me parece perfecto, ¿qué vas a prepararme?" Acompañas tus palabras con suaves caricias por mi cuerpo, que tienen la finalidad de disfrutar de mi cuerpo... y ponerme un poco nerviosa. Con cada caricia compruebas que me vas desconcentrando poco a poco, y tienes que avisarme antes de que se me olvide poner sal en el agua. Con cara a medio camino entre el enojo y el divertimiento, te echo de la cocina con suaves empujones. "Puedo ayudarte con el segundo plato mi niña ¡¡Solomillo!!" Y me das una nalgada suave, pero sonora, antes de salir corriendo.
Me descolocas un poco, pero eso no impide que trate de lucirme con el plato, apelo a la receta de mi tío para una pasta a los cuatro quesos, que ya en otras ocasiones la he intentado para dártela a probar, como pienso que ya me sale perfectamente te la presento. Te escucho ir y venir por la casa y me rio eres un caso serio, no puedo evitarlo mi mente se llena de pensamientos y casi se quema la salsa, ¡pero casi! al final logro rescatarla, monto la pasta, busco unas rebanadas de pan y al final todo listo. Te llamo y no puedo evitarlo debo desviar mis pensamientos me agrada cuando estas un poquito desaliñado solo con un short y el cabello alborotado. Cuando te sientas me dedico a acomodarte el cabello y cuando me doy vuelta me das otra suave nalgada "tú no tienes remedio" suelto acompañado de una risa "Nop, no lo tengo. La lujuria maneja mis hilos bwa ha ha haaa" Pones esa voz de malvado que tanta gracia me hace mientras te acercas a mí, y me das un suave beso en el cuello. "la verdad es que tiene una pinta exquisita… ¿atacamos?" El sabor es formidable, y durante la comida hablamos de los planes para el resto de la jornada y del fin de semana. F1, WWE, "Esta semana estrenan una peli, pero creo que es mejor ir entre semana para que sea más barat. ¿Qué te parece si te llevo al bosque encantado?" "Me parece una buena idea y de paso me felicitas esta vez no queme nada de la comida, ni la cocina... ¡Eh pero te portas bien lujurioso!" Disfrutamos de la comida, luego me ayudas con lavar los platos. De vez en cuando abandonas tu labor para besarme o acariciar mi cuerpo. Al terminar se me ocurre una idea, me siento sobre la encimera y te acercas a mí, con suavidad abres mis piernas colocándote en medio y besándome dulcemente, nos miramos y el beso continua un poco más intenso, mis piernas alrededor de tus caderas la sujetan para que no te alejes y mis brazos alrededor de tu cuello. Tus manos en mis caderas bajan buscando sujetar mi culito, y antes de que me dé cuenta me llevas en voladas al sofá, sigo sobre ti, besándonos más y yo comienzo a alterarme un poco, se nota en lo sonrojado de mis mejillas "bosque encantado" logro atinar a decir "¿vamos mañana? ya hoy es un poco tarde m-mejor..." interrumpes mis palabras con otro beso que me descoloca aún más.
Continuamos la sesión de besos, demasiado entretenidos para renunciar a ellos y durante unos segundos olvidas la contestación "como quieras, hoy podemos ir al mercado medieval del bajo deba. Te va a gustar..." Tras pronunciar esas palabras, continuamos con los besos, mientras tus manos desaparecen bajo mi camisa, acariciando mi ombligo y ascendiendo con suavidad y la otra, juega traviesa con mis firmes y apretadas nalgas. Tus besos me descolocan y mi excitación va en un aumento total, la manera en como tus manos me recorren hacen crecer mis ganas de ti "está bien... entonces..." vuelvo a perder el hilo de mis palabras. Tus manos aprietan mis nalgas, te cuelas por mi camisa "mejor... mejor vamos..." afirmo sin muchas ganas. "¡¡Perfecto, vamos!!" dices poniéndote en pie de la misma, y dejándome sentadita en el sofá y con carita apenada. No puedes evitar empezar a reír por mi expresión y volver enseguida a mis brazos, que esta vez se toman su venganza. Un tanto de enojo se refleja en mi mirada y cuando regresas a mí, evito tu abrazo y no correspondo a tu beso "tienes razón vamos" sé que mis palabras te descolocan y no son de tu completo agrado. Cuando hago ademán de alejarme del sofá me tomas por detrás de la cintura y me llevas en voladas a él, te colocas sobre mí buscando mis labios y luego de unos intentos te correspondo "sabes que me molesta que me dejes a medio camino" te dijo en un tono de reproche algo infantil.
Sabías que reaccionaría así, pero te encanta. Somos como un par de teens con nuestras vendetas, pero eso nos gusta a ambos. Tus labios no tardan en fundirse con los míos y enroscarnos en un furioso abrazo que se prolonga durante minutos. "Te adoro princesa, pero, de veras, si no salimos enseguida, nos perderemos algún espectáculo. ¿Vamos en moto?" Sonrío mientras me dices esas palabras, y salgo corriendo a la habitación, vienes detrás de mí. Nos detenemos nuevamente para un beso, la verdad es que estamos muy enamorados y no lo podemos evitar. Me cuelgo a tu cuello en un nuevo beso que nos roba los sentidos. Buscamos entre la ropa que ponernos, yo opto por unos vaqueros y una camiseta de GoT junto con unas deportivas. Te vistes rápido también una vestimenta parecida a la mía pero tu camiseta es de Metallica, cogemos la chaqueta y nos dirigimos a la moto. Te pido que esta vez me dejes conducir a mí.“Sabes que no puedo princesa. Aquí las multas son muy fuertes. Pero de regreso, iremos a zaldibar y te dejare pilotar todo lo que quieras” Voy con cara enfurruñada, pero sin licencia, tu determinación es fuerte. Montamos en la moto y nos dirigimos al mercado. Tardamos poco en llegar gracias a la moto, y tras aparcar, el brillo retorna a mis ojos cuando veo a todo el mundo vestido como en la época medieval. Soldados con sus armaduras, campesinos, comerciantes y por supuesto, magos y trovadores. Miras el programa. Una justa está a punto de empezar.
Sigo un tanto molesta por tu actuar, sabes lo que me encanta de hacer berrinches cuando no obtengo lo que quiero. Nada que con unos cuantos besos no se me pase, pero me la tienes pendiente, sigo pensando en que si no me quieres terminar de enseñar aprenderé por mis propios medios "voy a sacarme la licencia" digo sacándote la lengua y adelantándome un poco hacia el terreno donde se hará el espectáculo. “Por supuesto laztana. Iremos a zaldibar después y te enseño a manejar" Te saco la lengua de nuevo y me volteo, avanzando con ligereza. Tus ojos se clavan en mis nalgas y su hipnótico bamboleo y piensas que no me salvo de una nalgada en cuanto me alcances. Suenan las trompetas que indican que da comienzo la justa. El trovador presenta a los contendientes mientras llegamos a la zona de espectadores y te quedas sin mi nalgada al verme sentada. Mi mirada picarona me dice que lo hice adrede. Lo recordaras... Te sientas a mi lado abrazándome con fuerza, reímos y dejo mi lado mi "enfado" nos besamos y disfrutamos del comienzo del combate. Los caballos se ven sanos y fuertes, los caballeros parecen sacados de la época medieval. Te doy uno que otro dato histórico pero luego nos dejamos llevar al calor del momento. Ambos somos muy pasionales y le apostamos al mismo caballero y nos dejamos embargar por la emoción del momento
Terminado el combate, no puedes dejar de reír mientras paras mis golpes como puedes. "te dije que era el castillo Urgull, ¿cómo pensaste que ganaría el Caballero Negro? Es una exhibición Laztana" Logras pronunciar esas últimas palabras mientras sales corriendo delante de mí. No me gusta perder, y estoy un poquito alterada por no contarme la realidad, pero sabes cómo calmarte. Corres hasta la gran panadería y le coges al tendero un pequeño pan rustico "preñado" con un delicioso chorizo para dármelo cuando, al final te alcanzo. Por mi mirada sabes que no me aplacaras tan fácil esta vez. Sabes lo fácil que puedo enfadarme y esta vez me la has liado por completo. Me pasas el pan y te sigo caminando de largo, mientras disfruto de cada bocado y tratas de seguirme el paso, no se te hace difícil y un par de pasos me vuelves alcanzar. Tratas de consentirme más y luego de un rato gran parte de mi enfado ha pasado y luego de terminar de comer te doy un besito y seguimos disfrutando "esta no me la vuelves a liar, creo que te gusta eso de ser castigado" digo en tono juguetón "No, no es eso, solo que me gusta hacerte de raiar un poquito jeje. Hacia tanto que no me llamabas liante que lo extrañaba" mi sonrisa no te inspira nada bueno, y crees que tampoco logras disimular la tuya, que se transforma paulatinamente en lasciva al ver el movimiento de mi delicioso culito.
"No tienes remedio liante" te doy un empujoncito y te lanzo esa sonrisa que bien conoces, esa que esconde una venganza. "Me encanta llamarte liante, de hecho fue el primer apodo que te puse cuando nos conocimos" Nos damos un profundo beso recordando aquellos primeros tiempos y como hemos ido superando todo juntos hasta poder estar juntos. Seguimos tonteando por allí, pero ambos no podemos apartar de nuestro rostro esa sonrisa maliciosa, cuando me descuido me das esa nalgada que hace rato tenías pendiente. Un poco fuerte, me quejo un rato pero lo supero rápido al ver varias miradas hacia nosotros y lo rápido que te enrojeces me saca una sonora carcajada, acompañas mi risa por otra tentativa de ataque pero es reemplazada por un nuevo beso donde nos perdemos un rato Tras el mágico y apasionado beso, seguimos disfrutando de la feria, visitando puestos ambulantes, expositores de cetrería, exposiciones de espadas y armas antiguas hasta que llegamos al campo de batalla donde varios hombres lucharan con espada "mira mi niña, ¿te hace otra apuesta? tienes de nuevo al caballero..." En esta ocasión, no logras terminar la frase al tener que salir huyendo de mi rápida mano que viajaba a gran velocidad hacia tu cabeza para darte un coscorrón. Tras correr unos metros, te volteas para calmar mi ímpetu con un beso, pero cuando intentas sujetarte, mis manos no dejan de palmotear tu cuerpo hasta que al fin, se unen nuestros labios. "bihotza, ¿qué te parece si vemos parte del espectáculo, y volvemos a casita?"
Por tu bien llamas a la paz y acepto la tregua. Te colocas detrás de mí sujetándome de mis caderas mientras disfrutamos del combate, me abrazas firmemente, tengo que admitir que es de mis sensaciones favoritas, pensándolo bien dejaré lo de la manejada para otro día y te lo hago saber. Luego de un rato decidimos ir a casa, nos dirigimos a la moto, aprovechas que vamos abrazados para posar tu mano en mi culito. Unos besos más y es la ocasión perfecta para pedirte un nuevo peluche esta vez de un dragoncito Con resignación y sin poder negarme nada, colocamos a "rufus" en el baúl de la moto para llevarlo a casa. El viaje de vuelta es tranquilo y con la noche pisándonos los talones. Llegando a casa, sientes como el cansancio golpea tu cuerpo y piensas en darte una duchita caliente. Con la telepatía característica que nos une, sabes que yo estoy pensando en lo mismo. "mi niña, ¿por qué no pones a rufus en la cama, y me traes un vasito de agua bria, pooorfi?" Me dices mientras amagas o con sentarte en el sofá. "Ño, mejor tenlo no quiero que este solito mientras se acostumbra a casa" te digo como niña chiquita, sabes lo especial que soy con los peluches. Te resignas a tomarlo y lo acaricias mientras voy por tu agua, antes de que te des cuenta ya estoy sentada a tu lado jugando con rufus, pasas tu brazo sobre mi atrayéndome más, disfrutas del agua y yo de mi nuevo peluche. "Gracias laztana, ¿ducha?" te preguntó mientas apoyo mi cabeza en tu abdomen mirándote fijamente y dedicándote una sonrisa
Te levantas lentamente, estirándote como un gato, y me tomas de la mano invitándome a seguirte. Ya en el baño, me despojas la ropa en segundos, y antes de que me hayas quitado el calzado, ya estas ayudándome con el cierre de los pantalones. Te encanta desvestirme. Adoras bajar mis pantalones y sentir ese delicioso aroma que sale de mis muslos, y poder meter tu cabeza entre ellos. Con mis pantalones fuera, ves que mis braguitas están húmedas. Metes tu nariz en ellas, inspirando hondo, impregnándote de mí fragancia como si fuese una droga. "¡¡¡Cochino!!!" te digo juguetona, dándote un suave coscorrón en la cabeza. "¡¡soy un escorpión!!" "Guarro" reímos y te incorporas a besarme, un beso intenso y sentido. Me das la vuelta levantando la camisa y besas mi espalda, tus manos bajando por mi cintura y besas mi cuello, me abrazas nuevamente y tus besos van descendiendo hasta mis braguitas. La manera en como examinas mis braguitas el olor y el a sudor, y mis mejillas se colorean por completo. Metes tu nariz completamente entre mis glúteos, aun protegidos por la telita de mis bragas. El olor es embriagador, y la erección que te asalta, imparable. Mordisqueas mis nalgas y bajas suavemente mis bragas. Mi precioso culito aparece delante de ti, firme y durito. Con mis braguitas por los tobillos, abres un poquito mis nalgas para meter de nuevo tu cara. Esta vez no puedes remediarlo y sacas tu lengua para lamer mi agujerito. La mezcla de sabores es espectacular. Te encanta lamer mi culito recién salido de la ducha. Adoras hacerlo lleno de lechita. Pero lamerlo sudadito, es increíble, y para ser la primera vez piensas disfrutarlo.
Mi excitación crece a cada paso sentirte de esa manera tan morbosa, experimentando nuevas experiencias me llena de morbo y de inquietud. Mi rajita se humedece de manera irremediable, suspiro al sentirte "mmm laztana no tienes remedio" me apoyo en la pared para no perder el equilibrio. Tu boca, Tus labios y tu lengua se dan un festival con los sabores de mi culito. Abres bien mis piernas, y cuando tu lengua se escapa, y roza la entrada de mi rajita, casi experimentas un orgasmo repentino. Lentamente me volteas, cuidando tu ansia, hasta tenerla frente a ti. Esta sudadita, y totalmente empapada. Ese olor se apodera de ti, y aprietas tu cara contra mi cuerpo, para meter tu lengua muy dentro de mi rajita, saboreando cada pliegue. Si el sabor de mi culito, era delicioso, el de mi almeja es indescriptible. Mi respiración se acelera y aprietas más tu cabeza contra mí. Sientes las contracciones de mis músculos. Crees que estoy a punto. Me aferro a la pared. Tratando de no perder el equilibrio, pero tú lengua tiene sobre mí un gran poder y me catapultas al éxtasis más intenso. Suspiro y jadeo con deseo de sentirte mucho más, de disfrutar esta sensación y prolongar el momento "mmm laztana... te amo pervertido" suspiro y exploto en un intenso orgasmo.
“Mmmmm delicioso” Te bebes cada gotita de mi néctar de los dioses sin despegar tu boca de mí. He soltado tanto flujo que parecía que me había hecho pis. No te hubiera importado con el tremendo calentón que tenías encima. Mi orgasmo casi te hace temblar y caerme, pero me tienes bien sujeta. “Eres mía, y tus flujos...también” No hay mayor sensación de gusto que esa de sentirme en tus brazos, mi mirada te lo dice todo, te pertenezco de tantas formas posibles que las palabras se quedan cortas para describir ese sentir. Con las fuerzas medidas que me quedan dedicas tu tiempo a bañarme con suavidad, es de tus cosas favoritas me dedico a disfrutar del momento y darte una mirada enamorada. Te encanta bañarme. Enjabonarme con suavidad. Con lentitud. Cubriendo mi cuerpo con jabón y aclarándolo después. Erótico, sensual, tierno y excitante. También te encanta secarme y sobre todo, aplicar esas cremitas que hacen que mi cuerpo este siempre hidratado, suave, terso y deseable. Admiras mi cuerpo libre de bello y me dices que eres muy afortunado por tenerme. Te encanta mi cuerpo así. Totalmente depiladito, siempre perfecto.
Me sonrojo un poco al sentir como me recorres, siempre lo hago es instintivo el cómo tus manos me recorren con tal delicadeza que parece que mi piel fuera porcelana dado el cuidado que le haces. Me río un poco pues te embelesas con ello. Nos levantamos acomodándonos en la cama y me acerco a ti haciendo algo que me encanta... Muerdo suavemente tu orejita "Mío" susurro risueña. "Tuyo" Me susurras también. Me tomas con tus brazos y me llevas en volandas hasta la cama, donde me depositas con sumo cuidado, tapándome con la sabana. Bordeas la cama para meterte por el otro lado y pegarte a mí. Te acoplas como solo es posible con mi cuerpo. Te encanta mi olor, mi suavidad, mi frescura. El sueño atenaza tu cabeza, gracias a las emociones del día y a nuestro último juego con un bostezo mal disimulado, besas mi orejita. Siento tu nariz rozar tentativamente mi cuello, hundiéndose en ese aroma sé que te encanta. Me pego más a ti y con mis manos atrapo tu brazo que me rodea, quedando firmemente sujeto entre uno de mis senitos y mi mano que está arriba de la tuya. Nuestros dedos se entrelazan y nuestras piernas también lo hacen. Es maravillosa esa sensación de sentirnos tan juntitos es algo que amo.
Cierras tus ojos para sentir mi fragancia en toda plenitud, y los abres de nuevo, pero te cuesta mucho. Al despegar tus parpados, te das cuenta de que entra claridad por las contraventanas, por lo que entiendes que se hizo de día. Te deleitas con mi cuerpo desnudo en la oscuridad. Mi cabello, mi pequeña espalda, mi perfecta cintura y mi firme trasero. Te levantas muy despacito para no despertarme y miras la hora. Hemos dormido de lo lindo. Me destapas con suavidad, para admirar mis preciosas piernas, y el roce de las sabanas hace que me mueva y me recoloque, dejándote a la vista, mis preciosas tetitas. Sientes tentaciones de despertarme como tantas veces, devorando mi depilada almejita, pero hoy te apetece ser malo. Sacas la cámara del armario y te acercas a mí. Filmando mi cuerpo, desde los pies, hasta la cabeza. Empiezo a despertarme. Te posicionas de pie, junto a mí, con tu verga casi rozando mi cara esperando ver mi reacción. “(¿Te enfadaras?)” Una brisa recorre mi cuerpo sin duda me has quitado la sábana, estoy medio dormida acomodándome en la cama pero siento tu presencia y comienzo a abrir los ojos muy despacio un tanto desorientada y lo primero que veo cuando enfoco bien es tu verga erguida casi haciendo presión para entrar a mi boca, estas en pie de guerra. Te noto un poco tenso, expectante de mi reacción. Me estiro y le doy unas suaves palmaditas a tu verga con mi mano "en definitiva tú no tienes remedio" hago amago de retirar mi mano pero en cambio rodeo tu miembro con ella sintiendo lo dura que esta "¿quieres más?"
"Por supuesto. Siempre" Sin esperar mi consentimiento, presionas tu verga dirigida a mi boca, que nota cierta oposición. Deslizas tu mano por mi cabeza, muy suavemente y rozando mi cara. Mi boca sigue cerrada con una sonrisa. "ya bostezaras, ya" Tu mano, se dirige lenta hasta mi naricita, para cerrarla suavemente con tus dedos, haciendo pinza. Sin poder evitarlo, abro mi boca, siendo invadida rápidamente por tu verga. Un remordimiento acude a tu cabeza, y lo eliminas empujado tu verga dentro de mi boca hasta que tus huevos presionan mis labios y una descarga eléctrica recorre tu cuerpo por la excitación. Te encanta estar así. Tus movimientos me han tomado de sorpresa, hoy andas a lo bruto y tu verga no tarde en invadir mi boca cosa que si me molesta un poco, te abres camino y antes de que me permitas reaccionar tu verga esta deslizándose dentro de mi boca hasta el fondo, disfrutas dejarla ahí, pero me produces unas cuantas arcadas ya que no me diste tiempo de respirar de la manera correcta. Mis ojos se vuelven vidriosos por la situación al igual que el ritmo de mi corazón se acelera. Observando mi cara, te das cuenta del error y sacas tu verga de mi boca, para darme aire. Mi mirada te dice que tomare mi venganza lo que te produce un potente escalofrío por el cuerpo. Estas tentado en dejarlo, pero sabes que es demasiado tarde. Ya la has liado y el "castigo" es seguro, por lo que, una vez condenado, hay que sacarle partido. Deslizas tu polla por mi cara, mientras tomo aire y presionas de nuevo la entrada de mi boca con el glande que vuelve a tener resistencia. Rodeas mis labios con tu glande, y vuelves a presionar, mientras tus manos acarician de nuevo mi carita y mi boca se abre de nuevo. En esta ocasión, deslizas tu polla con más suavidad, pero sigues enterrándola hasta el fondo.
Luego de tomar aire y terminarme de despertar decido disfrutar más del momento, abro mi boca para recibir la invasión inesperada, respiro y succiono tu miembro que entra con lentitud y sin detenerse hasta que llega a lo más profundo de mi garganta, te retiras un poco y repites la acción. Mis manos se dirigen a tus huevos que acaricio con dedicación mientras sigues marcando el ritmo puedo notar lo excitado que estas cuando mis ojos se cruzan con los tuyos, acaricias mi rostro y un gruñido acompaña la acción, La mamada profunda maña rema te está matando de placer. La suave presión de mis manos, junto con la desaparición de tu verga en mi boca te hace perder el control y empiezas a acelerar el ritmo de forma sensible. Tu polla no puede estar más dura y palpitante. La sacas de la boca, para rozarla por mis mejillas. Mi inocente mirada dispara tu pulso. La metes de nuevo en mi boca, empapada de saliva donde desliza sin problemas. La excitación y mis manos, aceleran el clímax que intentas retrasar lo máximo posible. Mi mirada es de deseo, deseo tu leche inundando mi boca. Me has despertado las ganas de más, así que mis labios se aferran a tu miembro que empujas deslizándolo por mi boca "quiero toda mi lechita" te digo cuando la retiras nuevamente de mis labios. Te estás perdiendo en el placer, vuelves a pasar tu polla por mi rostro impregnándome de tu olor y viciosamente te lamo mientras vuelves a dirigirla a mis labios. Te miro fijamente mientras vuelve a desaparecer y mientras lo haces dirijo mis deditos a mi botoncito que esta rebosante de flujos.
Por muchas veces que lo hagas, no terminas por acostumbrarte. Es imposible hacerlo. Ver mi carita aniñada, con esa mirada lasciva. Mis deditos jugando en mi almeja, que rezuma flujos. Esos deliciosos que tanto te gusta absorber. Mi boquita apretada aferrada a tu polla, devorándola con esa perfecta mezcla de dulzura y ferocidad. Y lo que más te desarma, mi preciosa y dulce voz diciéndote cochinadas y pidiéndote lechita. Es demasiado para cualquiera. Sin darte cuenta, tienes tu mano de nuevo acariciando mi carita, deslizándose hacia la parte trasera de mi cabeza. Disfrutando de la suavidad de mí cabello. Con la otra, estimulas mis pezoncitos. La presión de mis labios, la humedad de mi boca. Tu excitación está desbordada. Estas a punto de caramelo. Lo noto en tu mirada, es la manera en como tus dedos se pasean entre mi cabello, como lo acaricias. Mi respiración, he encontrado ese punto mágico en donde puedo notar que falta poco para que llegues al clímax, mis dedos se adentran un poco más pero ese gemido es ahogado por tu miembro en mi boca. La presión de mi boquita es deliciosa. El masaje que le doy a tus huevos, sublime. Cada vez que tus ojos se centran en mi cara, tu polla pega un pálpito eréctil, que la endurece más aún. Con tu mano en mi nuca, impido con sutilidad que mi cabeza se retire y te das cuenta de que prácticamente, me estas follando la boca a la fuerza. La cámara capta cada movimiento, cada gota de saliva, cada sonido que producimos. Sientes que el orgasmo se aproxima a pasos agigantados e imparables y no puedes decidir donde correrte.
Por un lado, deseas hacerlo muy dentro de mi boca, como tantas veces, y derramar tu blanca simiente directamente dentro de mi garganta. Por otro lado, deseas hacerlo en mi boca, y compartirlo en un delicioso beso blanco, pero hacerlo en mi carita, te enloquece, y más cuando esta la cámara de por medio. Disfruto de darte placer, es algo que me llena mucho, saber que con solo mi boca te hago perder los papeles es algo que infla mi ego. Mis deditos presionan con sutileza tus huevos en un masaje sumamente dedicado, mi lengua disfruta el sabor de tu miembro y me dejo hacer mientras tu mano lleva el ritmo, con fuerza pero con la suficiente delicadeza para no producirme arcadas. Devoro con golosidad cada centímetro y noto el dilema en tu mirada, pero me distraigo momentáneamente por mis dedos que también hacen lo suyo en mi rajita, me encargo de presionar mi botoncito que me hace estallar en placer, empapándome mucho más aún y a ese ritmo mi orgasmo también se acerca, lo notas en mi mirada. El orgasmo es inminente. Ves el veloz movimiento de mi empapada mano en mi sexo y como mis ojitos se torna sutilmente hacia arriba. Mi orgasmo es inminente. Presionas suavemente mis pezones, lo que provoca un súbito escalofrío en mi cuerpo y estallo en el orgasmo que me hace abrir sutilmente la boca en un gemido incontrolable. En ese momento, sacas tu polla de mi boca y rozándola contra mis labios estallas en un violento orgasmo.
Los dos abundantes y potentes chorros cruzan mi preciosa cara, desde mi pelo hasta mis labios, donde cae la mayor parte. Ciego de excitación, introduces de nuevo la polla en mi boca, donde el resto de los espasmos depositan la lechosa carga. Mi boca se torna en torno a ella, y cuando cesan los disparos, la vas sacando, lentamente. Leyéndote el pensamiento, abro mi boquita enseñándote la carga. Mi lengua recoge el resto de tu esperma depositado sobre mis labios y lo llevan a mi boca, relamiéndome con lujuria, y provocando una nueva sacudida eréctil en tu verga al verlo. Con una mirada provocadora, cierro mi boquita y mi trago todo su contenido. Sobre mi cara, aún hay gran cantidad de semen que no puedes dejar así. Disfruto del sabor de tu leche y siento como los otros chorros recorren mi rostro, algo que no puedes permitir ¿verdad? te acercas. Puedo sentir lo profundo de tu respiración. Con un dedo recoges parte de la carga en mi rostro y la que baja por mi mejilla es recogida por tu lengua traviesa. Me miras de manera morbosa, tu mano inconscientemente te tocas la polla y yo me rio y a la vez busco tus labios para fundirnos en un intenso beso. Tras el beso, y con los niveles de excitación sensiblemente más bajos, me das un último piquito y miras el reloj. Una maldición se escapa de tu boca al ver cómo ha volado el tiempo. Sin decir nada, vas hacia la cocina para preparar el desayuno. Aparezco detrás y empiezo a ayudarte con los cafés, mientras preparas unos bollitos a la plancha. Cuando me ves tirándole leche al cafe, no puedes evitar: "¿no has tenido suficiente, mi niña? Tengo más, si lo deseas " Acompañando las palabras con una mirada maliciosa. Mis carcajadas, no se hacen esperar y terminamos los dos riendo con ganas.
Te doy un suave empujoncito mientras hacemos el desayuno, muchas ideas pasan por mi cabeza pero el hambre se hace notar. "¿Quieres ir a la playa hoy?" pregunto mientras me acerco a la nevera por un poco de queso, nunca está de más y menos en mi caso que me encanta. Me miras de reojo mientras esbozas una sonrisa, te devuelvo otra y me acerco a darte un beso y me cuelgo de tu cuello "modo koala activado" susurro en tu oído de tal manera que te estremeces. Te encanta el modo koala. Nos quedamos unos segundos abrazados, mirándonos a los ojos, perdiendo la noción del tiempo. "será mejor que desayunemos, o no podremos ir a la playa. ¿Llevaras el bañador o el bikini?" Mientras pienso la respuesta, no puedes evitar recordarme con el bikini. Lo bien que me sienta uno blanco, en contraste con mi piel morena. Hablamos y reímos durante el desayuno, con la Tv puesta de fondo. En las noticias, ya en los deportes, hablan del enésimo fracaso de Honda. Me miras mientras como queso, el cruasán, y me tomo el café, quedando mis labios manchados con la espumita. Cuando mi lengua lo limpia, un escalofrío recorre tu cuerpo. Empiezo a reír, y te llamo cochino, adivinando tus pensamientos.
Luego del desayuno nos apuramos, lavar los platos y ducharnos, tengo que recordarte que si lo hacemos juntos difícilmente saldremos de casa, de mala gana aceptas y me apresuro a tomar el primer turno, cuando me ves pasar solo con la toalla tu erección es algo ya más que evidente. Me aseguro de estar completamente depilada para la ocasión. Luego de salir entras, mientras yo opto por ese bikini completamente blanco que no deja nada a la imaginación, unos shorts que dejo entreabiertos y una de esas camisas casi transparentes. Preparo una toalla, el protector solar, todo lo necesario, el escalofrío recorre mi cuerpo cuando te pegas a mi diciéndome lo bien que me veo. Cuando me ves con el fantástico bikini, sabes que captaras muchas miradas en la playa. Los shorts me quedan divinos. Me haces un chequeo rápido con la mirada embobada “Eres preciosa.” Tomamos la moto para acercarnos a la playa, porque con el coche nos costara aparcar. Cuando llegamos, podemos comprobar que hay bastante gente. Avanzamos por la arena hasta que encontramos un amplio hueco. Con una rápida mirada, compruebas los compañeros de playa. La mayoría son grupos de adolescentes, chicos y chicas que disfrutan del sol y del mar. Hay también un grupo de tíos cachas luciendo cuerpo, y una pareja. Parece todo tranquilo.
El ambiente que se respira es muy agradable, el mar, el sol, las personas y nosotros. Nos ponemos cómodos, me deshago del short y la camisa doblándolos con cuidado para evitar cualquier tipo de arruga. "Laztana cierra la boca o te entraran moscas" te digo en tono juguetón, te quitas la camisa y en tu espalda se aprecian todas esas marcas que se mezclan de mis uñas, unas más recientes que otras y no puedo evitar morder mi labio inferior, aparto esas ideas de mi mente y me acerco a besarte. Tus dedos inspeccionan mis caderas bajando por mi silueta y disfrutando de mi piel, se detienen en el elástico y juegan con él durante un momento, mis labios buscan los tuyos y nuestras lenguas se entrelazan disfrutando del momento. Cuando notas una erección tomando forma entre tus piernas, tienes que apartarme con delicadeza, y extender rápidamente la toalla en la arena, para lanzarte sobre ella antes de liarla. No puedo evitar reír a carcajadas. Coloco mi toalla a tu lado, contoneándome, acercando mi culito a tu cara más de la cuenta. La erección continúa. Un par de fugaces pensamientos cruzan tu mente. Salir corriendo hacia el agua o cambiar drásticamente de pensamiento. Tomas tu libro y empiezas a leer temeroso ante la idea de que la carrera hacia el agua, te acarree un mayor problema.
Tomo tu libro dejándolo de lado "hola guapo ¿vienes mucho por aquí? se te nota algo nervioso... necesito que alguien me ayude con el bloqueador, ¿serías tan amable de hacerlo?" digo ya casi susurrándote en la oreja. Veo que tu piel se estremece y ya se te es más complicado ocultar esa erección desde esa posición, me das un buen aperitivo a los ojos "creo que ese tipo de cosas están prohibidas en la playa liante..." vuelvo a sonreír, estoy sacando provecho de la situación. Doy un rápido sondeo y nadie nos presta la mínima atención. Me pego un poco más a ti coloco mi mano en tu pecho y me inclino a darte un beso, pero mis dedos quieren comprobar algo, bajo con velocidad y si como lo esperaba estas duro como piedra y eso me dibuja una sonrisa en mis labios. Retiras mi mano con suavidad y firmeza. Tu erección es más que evidente, y si por lo que sea tienes que levantarte, estas perdido. "¿¿¿y luego, me llamas liante a mí???" Me dices con una sonrisa en la cara. Tomas la crema solar y te la esparces por las manos. Mientras me la aplicas por la espalda y las piernas, puedes ver por el rabillo del ojo, como uno de los chicos que estaban cerca, no pierden detalle de lo que hacemos. Puedes ver cómo me devora con la mirada. Esta apretando sus labios y conoces perfectamente esa mirada.
Tus alertas están encendidas, lo noto perfectamente. Le dedicas a ese chico una mirada dura, me causa una ligera risa. Aunque te encanta lucirme, si me miran demasiado no es algo que te agrade. Tus manos se entretienen con mi cuerpo y no pierdes tiempo para esparcirla por todo mi ser. Te dedico una sonrisa y un suave beso en tu nariz. "Quiero solucionar eso que tienes allí..." sonrió nuevamente de oreja a oreja, cuando terminas con el bloqueador me tumbo boca abajo y se nota perfectamente las curvas de mi cuerpo y mi culito Respingón atrapado en el ajustado bikini, tu mano se pasea por mi espalda hasta cerca de mi culito donde te detienes, alguna idea estará cruzando tu mente. Tratas de no escuchar, porque de lo contrario... Mi firme culito es una delicia, algo que atrae la mirada de los chicos que están a la orilla. Además ahora, mi morena piel brilla con los reflejos del sol a causa de la crema, que continuas extendiéndola por mis piernas. Cuando terminas te pones de nuevo boca abajo, con una pequeña incomodidad, pero es tarde para remediarlo. Desvías tus pensamientos mirando a unos niños jugando en la orilla y recordando tu niñez en aquella playa.
Suelto una suave risa, admito que me encanta ponerte en esa situación. Aprovecho que estas boca abajo para aplicarte la crema también, sé que eso también te descoloca, la manera en como recorren mis dedos tu piel siempre ha sido una perdición. Noto que te remueves un tanto incómodo por el elevamiento inoportuno entre tus pantalones, cuando vuelves la mirada hacia mí te topas con mis senos casi en tu cara. Me coloco detrás de ti y me agacho hasta que mi boca roza el lóbulo de tu oreja "nunca lo hemos hecho en la playa... deberíamos cambiar eso" susurro en ese tono ronco de excitación que se te pone a mil y te hace perder los papeles “Mi niña... ¡mi niña perversa! Hay demasiada gente... Y niños... Deberíamos ir a otra zona. Tal vez más tarde. ¿Vamos al agua?" Intentas eliminar de tu mente todo resto de pensamiento lascivo, poco seguro de poder lograrlo. "Uhm... otra zona no suena..." antes de terminar sales corriendo al agua y me uno a ti un poco más tarde. Ya en el mar se te nota más relajado, pero eso no será así por mucho tiempo "no me gusta que me dejes con la palabra en la boca" sonrió juguetona mientras mi cuerpo se pega al tuyo sintiendo tu erección, sigues como piedra "hacerlo en el mar... nunca lo hemos probado" estas un tanto colorado el efecto del sol, eso hace resaltar lo intenso de tu mirada. Me atraes hacia ti y nos besamos, me sujetas con firmeza pues sabes que el agua no es mi fuerte y que antes me atemorizaba.
"Eso tiene fácil solución." Con facilidad, sitúas mis piernas en torno a tu cintura, y estando tan pegadita a ti no es difícil. Nos adentramos más en el mar. Solo para alejarnos de la rompiente de las olas y buscando un poco más de profundidad. Te desprendes del bañador, que te quitas de una pierna, dejándolo insertado en la otra para no perderlo. Haces a un lado la telita de mi bañador, y palpas tu rajita con tus dedos. Mí ritmo cardíaco se acelera a pasos agigantados, en el instante que tus dedos palpan mi almejita mi espalda se arquea y mis brazos se sujetan a ti con fuerza, nadie puede vernos o suponer que nos encontramos en una situación tan comprometedora, tus dedos como siempre mágicos saben ponerme a tono y tu erección golpea constantemente contra mi cuerpo, tu mirada, tus ojos verdes son intensos estos demuestran lujuria, deseo, amor el tono de tu voz se vuelve más ronca producto del deseo. No puedo reprimirlo más, busco tus labios, estos ahogan mi gemido. Jugueteo con tu lengua, muerdo tu labio. Sabes a la perfección lo que me gusta, lo que me excita y lo que me desespera. Y eso estas logrando, mis caderas te rodean se mueven inquieta al paso de tus dedos, pero una de tus manos sujeta mi culito, es una muestra, me pides que me relaje y disfrute al máximo esa nueva sensación.
Abrazados, unidos, totalmente pegados el uno al otro desbordados por el deseo. Tus dedos, retiran un poco más las braguitas de mi bikini y tu verga se desliza fugazmente hacia ella. Tu mano, la guía hasta la entrada y deslizándose por mi espalda desnuda, tira suavemente de mí hacia abajo, quedando perfectamente acoplados. No podemos evitar un gemido de gozo. Nos miramos y reímos involuntariamente por la situación "¿Sabes que todo el mundo sabe lo que estamos haciendo, verdad? Especialmente los socorristas." Consigues pronunciar esas palabras entre jadeos de excitación y placer mientras me besas de nuevo con dulzura. "Si tenemos espectadores, procuremos dar un buen espectáculo jeje, no me importa mientras no intervengan" busco tus labios con desesperación y tus manos recorren mi espalda hasta tenerme bien sujeta de mi culito. Reímos mientras nos perdemos en uno que otro jadeo, disfrutando de nosotros, de nuestro amor y nuestra perversión. "Si. Pero Julio, el jefe, es amigo mío" Consigues pronunciar esas palabras entre suaves jadeos. Unos adolescentes se acercan nadando, sin duda, con la intención de asustarnos y que cesemos nuestro juego, pero por nada del mundo piensas salir fuera de mí.
Por un momento distraes tu atención y los fulminas con la mirada, si bien te gustan estos tipos de juegos sé que fácilmente puedes sacarle los ojos a quien intente ver lo que solo tú tienes derecho. Suelto una risa pues los chicos se lo piensan dos veces, hundo mis pies en tu culo atrayéndote más hacía mí y dándote un beso intenso, lo disfrutamos mucho, esos besos que nos hacen olvidar todo lo que nos rodea, muerdo el lóbulo de tu oreja y te regalo suaves jadeos que solo tú puedes disfrutar. De nuevo ajeno a todo lo que te rodea, te sumerges en mis brazos, en mis gemidos y la presión de mi cuerpo. Tus manos dirigen la penetración, lenta y pausada, pero profunda y placentera. Desde la distancia, se aprecia perfectamente lo que hacemos, para todo el que preste un mínimo de atención, y eso aumenta tu lujuria. Mis uñas ya tantean tu espalda, pero en esta ocasión no puedes dejarme que te marque como en las otras y retiras mis manos con delicadeza. Hago un puchero y mis labios expresan una queja mientras tus manos apartan a las mías. Me calmas con un beso y me recuerdas el lugar donde nos encontramos. Decidido continúas el ritmo y disfrutamos de nosotros, del morbo, del lugar. Ese ritmo delirante, mis gemidos se acallan por tu boca y me dejo hacer, "te amo" susurro mordiéndote la orejita nuevamente.
El ritmo es delicioso. La sensación, mágica. Se mezcla el contraste del fuego de nuestros cuerpos con la frescura del agua. Tus dedos intentan colarse dentro de mi culito haciendo a un lado la braguita del bañador. Mi incendiaria mirada dispara tu lujuria, y mi pícara sonrisa… te desconcierta. “¿En qué piensas?” "Te encanta provocarme" susurro mientras aprieto mi rajita y siento como casi succiona tu miembro por la sensación de estreches, me sonrojo algo mientras mis piernas siguen atrayéndome hacia ti y continuas con ese ritmo es delirante para ambos y nuestros cuerpos parecen fundirse de ganas, deseos y necesidad de sentirnos, el morbo, el agua son un agregado a muestra ya larga lista de cosas hechas. Te encanta tenerme así. Abrazada, con mis piernas rodeando tu cintura, tu verga dentro de mi rajita, tus manos en mis nalgas, y algún caprichoso dedito, intentando colarse en mi apretado agujerito. Te encantaría poder lamerlo, chupetearlo, disfrutar de él como tantas veces, pero en el agua, es más complicado. Al tiempo que un dedo empieza a desaparecer dentro del estrecho anito, tus labios presionan mis orejitas, y me susurran obscenidades que me hacen sonrojar.
Tus palabras me aceleran más el corazón, entre susurro y susurro busco tus labios para saborearte, el movimiento delirante me hace suplicarte, por más que intento no puedo resistirme a soltar unos cuantos gemidos, silenciados por tu boca. Tus dedos me atraen más a ti, y un segundo dedo pasa a adentrarse en mi entrada trasera haciéndome recuperar lo sonrojado en mis mejillas Con tus dos deditos dentro de mí, mis suaves gemidos, y la sensación de ser observados, tu erección aumenta de potencia. Intentas aumentar el ritmo, pero es complicado en el agua. Mis mordiditas en tu cuello, te erizan la piel y me clavas con fuerza en tu verga. Una ola más fuerte que el resto, nos llega hasta la cara levantando tu cuerpo y dándonos un pequeño susto, pero eso solo multiplica tu excitación. Luego de que se calme un poco el oleaje, todavía excitados y unidos soltamos unas risitas. Me sujetas hundiendo tus dedos un poco más en cada ocasión y tus besos se encargan de acallar cualquier signo de excitación "estamos montando un espectáculo" digo antes de hundir mis dedos en tu pelo y nos fundimos mientras ese ritmo nos conquista por completo
"Seguro ¿No has visto el reflejo de los prismáticos?" Cuando giro la cabeza para mirar hacia la playa, atacas a mi desnudo cuello sin piedad, acoplando tu boca a la perfección. Mis uñas se clavan en tus hombros y tu polla en mi coñito. La excitación es máxima. No crees poder aguantarlo mucho más. "¿Tomaste tu píldora?" "Por supuesto" te digo con una voz entrecortada, el ataque a mi cuello no ha hecho más que profundizar mi respiración y aumentar mi excitación. Mis uñas inconscientemente las he clavado en tus hombros y te quejas un poco de ello, me la devuelves mordiéndome suave en mi cuello. Tu verga como piedra, te sientes abriendo camino en mi almejita que está a puntito de regalarte un orgasmo. Estamos a punto los dos, lo sientes por la presión de mi almejita. Me bajas con más ímpetu, clavándome con fuerza. Una, dos, tres veces, con tu dedo enterrado en mi culito y con movimientos descontrolados. En un último suspiro, lo retiras para poner sobre mi espalda ambas manos y clavarme con fuerza en tu verga, corriéndote como una bestia en mi interior. Segundos después exploto en un potente orgasmo dejando escapar unos fuertes gemidos que estoy seguro han escuchado los chavales que están a tan solo unos metros y giran sus cabezas para ver qué sucede. El calor abrasador de nuestros flujos, choca en contraste con el frescor del agua que cubre nuestros cuerpos. No podemos estar más abrazados.
Nuestros cuerpos se mantienen muy unidos, me acaricias con suavidad pero sin retirarte de mi interior. Nos damos un suave beso, más sentido que los otros, nos fundimos en caricias más despacio. Me sujetas el rostro y me besas más aún. Algo sonrojados, poco a poco se van bajando los colores de nuestros rostros. Suelto una risita viendo a los chicos que no dejan de mirarnos. Con máxima lentitud, vas saliendo de mi interior, pero seguimos totalmente abrazados. Me levantas ligeramente para posarme, libre ya de mi polla. Besas mis labios con dulzura. "Mi vida... ¿sabes que es lo peor, de un polvete en el agua?" "Uhm conociéndote... de seguro que no puedes comerte mis juguitos, ni yo tu lechita" siento un vacío en mi interior, y ya mi cuerpo se va calmando y miro alrededor sonriendo y notando las miradas indiscretas. "Eso también. Pero nop. Lo peor, es esto..." Tras pronunciar las palabras, te retiro hacia atrás, separando nuestros cuerpos y dejando que el frio agua penetre entre ellos. Mi grito no se hace esperar, solo que, esta vez, no es de placer, sino de puro frio. De la misma forma no puedes evitar reírte por la expresión de mi carita. "Animo mi vida, que pasa rápido"
Te lanzo una mirada con mis ojos entrecerrados mientras trato de darme calor. "Ay tengo frío" me quejo mientras por tu lado no puedes evitar una expresión de risa por mis movimientos. "¡No te rías liante!" digo en tono juguetón mientras una de mis manos acomoda la parte inferior del bikini "Si, si entretente" reafirmo ya un poco más calmada mientras chapoteo el agua mojándote la cara. Una parte de ti, le da penita verme con la piel de gallina por el frio, la otra no puede evitar contener la risa. Tras jugar un rato en el agua como dos colegiales, decidimos salir a secarnos al sol, ya más tranquilos y relajados. Cuando llegamos a la orilla, puedes ver a tu amigo Julio, el socorrista, saludarte con la mano. Intento escaparme hacia la toalla, pero nop. No me dejaras hacerlo. Aguantaremos juntitos las insinuaciones. Antes de poder escaparme me atraes con tu brazo "vale juntos..." susurro de mala gana. Nos acercamos mientras nos saluda y en la plática hace algún que otro comentario jocoso. Mis colores no pueden notarse más, mi rostro completamente rojo, tú por tu lado la llevas mejor platicándolo como si nada, al final me siento un poco más cómoda con la situación y empiezo a disfrutar de las miradas indiscretas que nos regalan.
Tu colega nos hace alguna velada insinuación que me hace sonrojar, pero enseguida cambiamos de tema. Tras la conversación, nos despedimos efusivamente con la promesa de tomar unas birras un día de estos. De nuevo en las toallas, y con mayor tranquilidad, te quedas amodorrado con el cálido abrazo del sol. Nos dejamos bajo el sol un rato y me acerco a ti para darte un suave beso y jugar con tu cabello que ya está casi seco. Tu mirada se desvía a mis senos y te doy "un regaño" reímos mientras puedo notar más de una mirada sobre nosotros todavía. "Tanta natación me ha dejado con un hambre ufff" te guiño un ojo mientras bajo a besar tu cuello y te estremeces. "Sip. Es lo que tiene el mar, laztana. Pero no te preocupes, he traído bocadillos" Mientras comemos los bocatas, poniendo atención de que no le salte arena, te divierte vacilarme de vez en cuando, dejando que tu vista se escape tras el cuerpo de alguna jovencita que pase cerca. Mi sutil tosecita, y mi mano golpeando tu cabeza con suavidad (y no tan suave) te hacen reír. Sé que una de tus cosas favoritas es fastidiarme con esas cosas, con mi "enfado juguetón" te saco unas cuantas carcajadas. Te saco la lengua y luego me acerco a tu oído muy cerca pero sin rozarlo del todo "mío" te susurro de una manera que sé muy bien te descoloca. Reímos mientras platicamos de cualquier tontería. Tumbados cerquita cada tanto te robo un besito, sonrió es algo natural cada que estoy a tu lado sé que lo mismo te sucede, la paz y tranquilidad que nos transmitimos es tan nuestra que hace que el tiempo se nos pase volando.