En la playa (2)

Como Constantino decide cobrarle a Antonio lo que le hizo la noche anterior.

(Para entender esta historia deberán de leer la anterior que se titula en la playa)

Como comprenderán esa noche no pude dormir ya que me quedé pensando en todo el desmadre que seria el día siguiente ya que claramente Constantino se había dado cuenta el que se lo había cogido, era yo.

Me preguntaba una y otra vez que pasará mañana que cara tendré para con mis primos mis tíos y sobre todo con mis papás.

Al día siguiente no quise ni desayunar, salí muy temprano a caminar en la playa, pensando en los estúpido que había sido la noche anterior, ya que me decía que debía de haber reaccionado de otra forma y haber negado todo, haberle dicho a Constantino que se escafandra no era mía.

Pero como decía mi abuelo, los hubieran no existen.

En eso estaba, cuando me di cuenta que estaba parado frente a la casona y por un impulso entré en ella dirigiéndome hacia la cocina en donde había sucedido todo.

Al llegar a la barda observé en el suelo los restos de lo que había pasado la noche anterior, observe las manchas que habían dejado Constantino en suelo. Manchas ya secas de una mezcla de mecos y de jugos anales y de esta creí distinguir alguna huella de sangre.

Estaba muy metido en mis pensamientos, cuando una voz me sacó el susto de mi vida.

Recordando lo que me hiciste?

Era Constantino que de seguro me vio salir de la casa y me siguió. No le puede contestar nada, no sabía que hacer, si correr, golpearlo, pedir perdón. Estaba totalmente confundido.

Constantino se dio cuenta y trató de sacar provecho de la situación.

  • Veamos Antonio, que vamos a hacer.

  • No se, le conteste.

  • Comprenderás que lo que me hiciste Ayer no estuvo bien. Entenderás que prácticamente me violaste, ya que me tomaste por la fuerza, me amarraste las manos y me trajiste esta acá, desnudándome y cogiéndome sin miramientos y a la fuerza.

Yo seguía callado y asustado.

  • Así que, Antonio, lo que me hiciste y lo tendrás que pagar.

Todo esto me lo decía mirándome fijamente a la cara y esbozando una leve sonrisa de picardía, la cual me hacía temblar aún más.

Me lastimaste mucho y no tanto por la metida de verga que me diste, sino por los raspones que me hiciste en mi pecho y en mi vientre, y diciéndome esto se levanto la playera y me mostró los rasguños que se le hicieron con la barda de cemento.

Me dolió mucho, en un principio.... aunque te de confesar que después me gustó y me gustó mucho.

Pero te repito, lo que hiciste estuvo mal y me las vas a pagar y ya estoy pensando la forma en que me lo pagarás.

Al estar diciendo esto Constantino me miraba fijamente parado a mi lado a la vez que con una mano tocaba mis nalgas.

Asustado solamente alcance decir

  • No me puedes obligar a nada.

  • No?, piensa lo que dirán tus papás tus tíos los primos y hasta la policía cuando les cuente todo lo que me hiciste y la forma en que me lo hiciste.

  • No tienes pruebas le dije

Eso crees tú, cuando me fui al baño tome un frasco y en el termine de defecar todo lo que me aventaste dentro, y eso lo tengo guardado en el congelador, así que, mi querido Antonio, pruebas si tengo y aunque no las tuviera, el escándalo sería mayúsculo así que piénsalo pero no mucho, te doy lo que tarde en salir de esta casa, para que te decidas a pagarme lo que me debes.

En eso se dio media vuelta y procedió a abandonar la casa, no sabia qué hacer, me tenía en sus manos, así que cuando vi que empujaba las maderas para salir le grité.

  • Espera Constantino........... Espera..... Está bien haré lo que tú quieras.

  • Así me gusta me dijo y se acercó a mi pegándose a mi cuerpo de frente y me dio un beso en la boca a la vez que masajeaba mis nalgas. Yo estaba parado dejándolo hacer ya que pensaba que si no me acusaría.

Me tomo de la mano y me llevó hacia la cocina y me dijo.

  • Aquí vamos a empezar........... Aquí donde comenzaste tu ayer......... Mmmmmmmm veremos, que se me antoja primero........ Mmmmmmmmm...... Ya se me dijo a la vez que puso sus manos sobre mis hombros y me empujaba hacia abajo haciéndome que me indicara frente a el, de inmediato supe lo que quería, me tomo de los cabellos y restregó mi cara a su entrepierna, puede sentir como su verga estaba totalmente erecta.

El tenía puesto un shorts de tela de nailon, puede sentí que no traía ropa interior puesta, sentía lo caliente de su palo en mi cara a la vez que comenzaba a hacer el movimiento de mete y saca tomándome con sus manos de mi cabeza.

Podía oler el aroma que despide la verga y los huevos de un adolescente caliente, ese aroma típico que tienen las vergas cuando en su excitación arrojan el líquido pre seminal.

Así estuvo como por unos 3 minutos y acto seguido me soltó dio un paso atrás y se bajo el shorts, dejando al aire libre aquel trozo de carne.

Su verga era muy larga pero delgada media 20 centímetros bastante grande para un chico de catorce años, era de color blanca aunque poco más oscura que su piel, sus huevos era la un color rosado no tenía pelos y solamente estaba coronado con un mechón de ellos en la base del tronco de la verga, su grosor no era mas que el equivalente de dos de mis dedos ( la mia es mas chica aunque no tanto pero si es mas gruesa "el doble".

El no era circuncidado pero tenía su verga tan erecta, que la cabeza y estaba totalmente desenfundada del capuchón del prepucio, el cual había desaparecido totalmente en el cuello, su cabeza y era de un color guinda o rojizo, y brillaba ya que estaba totalmente empapada de liquido pre seminal.

Se acercó a mí y me puso la cabeza de su verga en mis labios.

Yo no abrí la boca y no es que no hubiera mamado vergas antes, sino que, lo que no me latía, era que lo estuviera haciendo afuerzas. El empujo su verga en mis labios como queriendo penetrar mi boca, pero como yo no la abría, el me dio un coscorrón (golpe con los nudillos de la mano) y me dijo

Antonio como me decías ayer, o cooperas, o la vas a pasar muy mal.

Abrí mi boca y le empezó a meterla lentamente en ella (la verdad, desde que lo vi sólo pensaba en tenerlo de esta forma, pero como que a la fuerza, no me sabía).

Por instinto empecé succionar, y al cabo de unos segundos le estaba dando tremenda mamada.

Su verga no me cabía en la boca, no por lo ancho sino por lo largo.

El empezó a mover sus caderas como metiendo y sacando, acompañando mis movimientos, pero en algunas ocasiones trataba de meter más a fondo su verga en mi boca, llegando hasta mi garganta topando totalmente la parte de atrás provocándome náuseas por lo que en algunas ocasiones parecía que quería vomitar.

Me ordeno que le chupara los huevos cosa que hice, la piel del escroto de los huevos era Teresa y suave, parecía la de un bebe, y con un sabor delicioso, entre ácido y saladito.

Me ordeno que siguiera mamandole la verga y así lo hice (la verdad lo estaba e disfrutando, ya que mi sueño se estaba haciendo realidad, aunque no como yo quería)

Así estuve como con unos 15 minutos, cuando de repente Constantino empezó a jadear fuertemente y los movimientos de sus caderas eran mas rápidos, su verga se hinchó mas de lo que estaba y su cabeza se infló a mas no poder, me imaginé lo que se avecinaba, pero no me dejó reacciónar, con sus dos manos me tomó fuertemente de la cabeza a la vez que empujaba su cadera hacia mi lo que hizo que su verga entrara más allá de mi garganta, a la vez que sentí que algo caliente y viscoso se escurría por mi garganta.

Sentí como su verga temblaba en mi boca, cuatro o cinco veces (estaba haciendo fuerza para sacarla un poco de adentro ya que sentía que quería vomitar) logre sacarla un poco para que me quedara a la altura del paladar.......... el sexto el séptimo y el octavo espasmo en mi boca y cada uno de ellos ha acompañado de un abundante caliente y espeso líquido de sabor saladito. Intento tragarlo y logro hacerlo en su mayoría, aunque otra parte se me escapó por las comisuras de los labios, el noveno el décimo y décimo primer espasmo otra vez hasta el fondo de mi garganta, vuelve a sacar la punta hasta mis labios y recibo en el duodécimo, el décimo tercer el decimocuarto y el decimoquinto espasmo acompañado de nuevo del líquido antes mencionado, siendo que en esta ocasión menos abundante, por lo que alcancé a tragarlo todo, vuelve a meter la verga aunque en esta ocasión no hasta el fondo si no que para en mi paladar y ahí recibí el décimo sexto y décimo séptimo espasmo, en esta ocasión sin liquido.

Seguía chupandola cuando empezó a perder su rigidez y Constantino me dijo

  • Ya basta, ya no puedo más.

Sacó un pañuelo se limpio y me empezó a limpiar la cara y los restos de semen que se me habían escapado.

Di por terminaba mi labor, me puse de pie y procedía a retirar me la casa cuando Constantino me dice

Adónde vas si todavía no hemos terminado, esto apenas empieza.

( continuará )