En la playa 2

Cómo mi mujer y yo nos vimos en un intercambio sin darnos cuenta, continuación

Voy a continuar con mi relato de la semana pasada, en el que mi mujer Luisa y yo nos fuimos a una calita en Mallorca, y allí conocimos a una pareja de britanicos  que nos invitaron a su casa.

Aún era pronto, no eran más de las seis de la tarde cuando llegamos a su casa cerca de Palma. Era más que una casa, una masión!! Era impresionante. Estaba situada en una zona alta residencial, en la que apenas habían coches por la calle. Estaba rodeada de un muro alto para evitar miradas indiscretas. Cuando pasamos la puerta para los coches ya nos dimos cuenta de que jamás ibamos a conseguir vivir en un sitio así, pero al menos lo ibamos a disfrutar durante unas horas.

El jardín era impresionante, todo verde, con muchos arboles. Llegamos hasta la entrada de la casa donde dejamos nuestro coche, ellos fueron a dejar el suyo al garaje. Nos bajamos del coche y la verdad es que estabamos impresionados y un poco asustados, pero decididos.

La casa era enorme, con unos ventanales que desde fuera se veía muy bien decorada. En ese momento llegaron caminando Cat y Carl y nos abrieron la puerta. En ese momento apareció una chica de servicio, una española que no debía tener más de 20 años. No iba con uniforme, iba sencillamente con una camiseta y unos pantalones cortos, y la verdad es que tenía muy buena pinta, tenía unos pechos muy generosos y se la veía muy ingenua...eso pensaba yo.

La chica les preguntó al matrimonio si quería algo, que los había visto entrar y que si les preparaba alguna cosa. Carl le dijo que si, que preparase unos sandwiches, unas cervezas y unos refrescos y que los llevase a la piscina.

Después de cruzar el vestíbulo que era más grande que nuestro comedor, pasamos a una sala de estar que medía como tres veces nuestro piso. Unos sofás que tenían la pinta de cómodos, una televisión enorme,..increible. Cruzamos la sala de estar, para ver, detrás de unas puertas enormes la piscina. En la piscina estaba su hija, que estaba con un amigo, ambos desnudos y tomando el sol. Cuando salió Carl a avisar a su hija, se levantaron, pasaron por delante nuestro y se fueron hacia otra habitación. La verdad es que la hija era poco agraciada, normalita, un cuerpo normal, pero unos pechos pequeños y medio caidos, pero seguro que algo bueno salía de jugar con ellos. Su amigo era un chico musculoso, pero con la vergüenza de estar nosotros ahí, se tapó con la toalla, así que no sabía mucho de él.

Llegamos a una piscina enorme, no era olímpica, pero casi. A un lado habían unas tumbonas, una ducha, y dos mesas con varias sillas a su alrededor. Lo que me sorprendió más fueron unos focos que habían a un lado apuntando a la piscina, y al quedarme parado mirándolos, me dijo Carl:

  • Que estás mirando? Los focos? Los utilizamos siempre que queremos utilizar la piscina de noche, y más de una vez hemos tenido una "fiesta" y el mejor momento es cuando apagamos las luces y ...

Me dijo esa frase con una sonrisa picarona, y me imaginé que eso se convertía en una bacanal de todos con todos.

Al cabo de cinco minutos apareció la hija con el amigo y les dijo a sus padres que se iban a dar una vuelta y que ya volvería. Luego vino la otra chica con los bocadillos y las bebidas y Cat le dijo que si quería se podía ir, que por hoy ya había sido suficiente. Ojalá se hubiera quedado, pero decidió irse. Así que nos quedamos los cuatro solos.

Ahora nadie quería desnudarse, todos nos fuimos a coger una cerveza bien fría, ya que aunque el sol había bajado aún hacía calor, y eso que no estabamos ni en verano. Empezamos a hablar un poco de nosotros, nos preguntaban si lo hacíamos a menudo lo del intercambio y le dijimos que no, que era una fantasía pero que no había pasado más allá, así que ellos eran los primeros. También nos preguntaron sobre nuestros trabajos, si teníamos hijos, ... en un momento que estabamos hablando y viendo que nadie se quitaba nada, me levanté y empecé a desvestirme quitándome toda la ropa. En ese momento los tres empezaron a aplaudirme y me quedé de pie esperándolos a ellos. El siguiente fue Carl, que en un abrir y cerrar de ojos se quitó todo. Luego se levantó mi mujer para empezar a quitarse la ropa y también se levantó Cat. Yo pensé que cada una se quitaría la ropa, pero fue mi mujer la que se acercó a Cat para ayudarla. Con sus manos cogió la camiseta y se la quitó poco a poco. Luego le bajó la falda que llevaba y pasó una de sus manos por el coñito todo depilado. Cat abrió un poco las piernas para facilitar el trabajo. Con la otra mano le tocaba un pecho, y acercó su boca a la otra. Se fundieron en un beso con lengua.

Tanto Carl como yo estabamos ya empalmados, y la verdad es que tenía una herramienta que a parte de larga era gruesa.

En ese momento Carl tomo la iniciativa y se acercó por detrás a Luisa y le fue quitando la camiseta, los pantalones y la parte de abajo que le quedaba del bikini. La verdad es que le costó un poco porqué las dos mujeres estaban enganchadas, las dos tocándose. Carl no desaprovechó ni un momento y le masajeaba la espalda, el cabello, los brazos, le recorría todo el cuerpo. En ese momento se separaron y Luisa se giró y se encontró con la cara de Carl a la que´también besó.

Cat se dirigió hacía mi y nos besamos. Tenía unos labios carnosos y dulces, no me extraña que me corriera tan rápido. Con mis manos recorrí todo su cuerpo hasta llegar a su coñito todo depilado y blanquito. Me arrodillé y empecé a lamerlo entero, pero Cat me cogió de la mano y me dijo: Sigueme. Nos fuimos a una tumbona y se tiró encima abriendo las piernas y dejándome todo para entrar mejor. No lo dudé ni un momento y empecé a comermelo. Vaya labios y clítoris que tenía!! De un color rosadito, y un clítoris un poco prominente. Me dediqué a chuparlo, a lamerlo con la lengua, a sorberlo poco a poco viendo como cada vez tenía unos "espasmos" y sabía que estaba muy caliente. Y me dice:

  • Quiero que me folles!!

  • No, aún no te voy a follar, primero te voy a comer entera!!

Y fue así, no dejé ni un momento de comérselo entero. Poco a poco veía como se movía más, y con una de sus manos me abría más los labios para que yo metiese la lengua dentro de ese agujero, y con la otra mano se masajeaba un pecho. Poco después empezó a gemir y sabía que se corría:

  • AAAAHHHGGGG!!!! SIGUE!!!! NO PARES!!!!

Y yo no paraba, tuvo dos orgamos casi seguidos, hasta que con la mano me apartó y me acercó a su boca y nos fundimos en un beso.

Levanté la vista y ví a mi mujer también tumbada pero encima de una mesa boca abajo y Carl le estaba comiendo el culo!! Buf!! Eso le encantaba, siempre me pedía que se lo comiese, decía que también se corría por ahí, diferente, pero tenía unos orgamos brutales.

Me acerqué a ella y le pregunté como se encontraba y me dijo que bien. Carl se levantó y me dijo:

  • Tu mujercita se encuentra a mitad de camino del cielo y del infierno!! Se ha corrido una vez y ahora la estoy preparando para una nueva experiencia, despidete de tu mujercita y encontrarás a una verdadera mujer.

Yo me quedé asustado porqué sabía lo que quería decir, se la iba a clavar por el culo, y creo que le dolería, pero me di cuenta también que había traido un potecito y me dijo que era popper, que lo utilizaban para relajar el ano y el esfinter, así no dolía tanto.

Yo la miraba y veía en un cara una sonrisa de felicidad y satisfacción, así que la dejé y me fui con Cat.

Estaba fumando un cigarrillo, pero lo tiró cuando me acerqué. Se sentó en la tumbona y acercó su boca a mi polla que estaba dura después de un rato. Empezó a chupar primero el glande, poco a poco con la lengua, repasándola y luego bajándo a mis huevos. Con una mano apartó mi polla y empezó a chupármelos primero un y luego el otro. Con una maestría increible.

En ese momento giré mi cabeza y ví a Carl embadurnándose la polla con un gel y sabía lo iba a suceder. Mi mujer tenía la cabeza girada mirando lo que se iba a meter por el culo. Carl acercó su polla al culo de mi mujer y me miró como pidiendo mi aprovació y yo le dije que si con la cabeza. Empezó a meterla suavemente, centímetro a centímetro, y cuando había metido el glande y un poco más, mi mujer empezó a gemir, se veía que le dolía un poco pero tenía una cara de satisfacción, tenía los ojos cerrados y relamiéndose los labios con la lengua, se lo estaba pasando de miedo.

Giré mi cabeza y me concentré en mi y en Cat. Me continuaba chupando los huevos y la tenía a punto de reventar, así que la levanté y la puse a cuatro patas, apoyándo las manos en la tumbona y ví su culo. Para no ser menos, empecé a comérmelo, pero ella me dijo que adelante, que se la metiese que lo estaba deseándo. Así que si más espera, se la clavé de un solo golpe. Debido al tamaño de la polla de su marido y de las juergas que se había metido, tenía el ano dilatado y no le dolió nada. Empecé un mete saca, se la metía hasta el fondo y luego la sacaba entera para repetir la misma operación. Estuve un rato así, hasta que oí a la otra pareja como gemía y gritaba más alto cada vez más y más seguido y sabía que estaba a punto de correrse los dos. Y no me equivoqué, en un momento dado, las envestidas de Carl se pararon, levantó la cabeza y se puso tenso, y sabía que se había corrido. Estuvo unos segundos así y se tuvó encima de mi mujer y se quedaron un momento así.

Yo continuaba con mis penetraciones. Cuando me cansé, la cogí y me la llevé a la otra mesa que había, la senté encima y la dejé en el borde mismo, acerqué mi polla a su chochito y se la metí. Me la follé lo mejor que supe y se corrió una vez más. Entonces con su brazos me abrazó y me tiró hacia ella, inclinándome un poco. Yo continuaba pero en ese momento siento una mano en mi culo que me masajeaba. Me giré y ví a Carl como arrodillado me sobaba el culo, los gluteos y con las manos poco a poco me separaba las piernas. No sabía lo que quería, así que las separé y noté una de sus manos en mis huevos y la otra buscaba mi ano, que con un dedo iba poco a poco introduciéndolo. Buf!! Eso me estaba poniendo más a mil, y sabía que no iba a tardar en correrme, seguí más rápido y Carl que lo notó empezó con otro mete-saca rápido al mismo ritmo, notaba como estaba a punto de correrme. Saqué mi polla del coño de Cat y empecé a masturbarme y con dos sacudidas más saqué toda mi leche descargando encima de ella, unos chorros que hacía tiempo que no salían de mi polla. Fueron tres chorros potentes que uno cayó en sus tetas, y las otras dos encima de su monte de venus.

Me quedé extasiado y me separé de ella.

Los cuatros nos miramos satisfechos, y nos fuimos a duchar en la ducha que había al lado. Con un poco de jabón cada uno ibamos pasando por debajo para quitarnos el sudos y la leche que había aún.

Cuando me acerqué a mi mujer le pregunté:

  • Que quieres hacer, te quieres quedar y continuar o quieres irte?

Ella me dijo, Quiero quedarme.....

Y así continuó hasta la madrugada, follando los cuatro.

Espero que os haya gustado,