En la piscina con la novia del hijo de una amiga
Era verano y estábamos en la piscina mi mujer, mi hija y yo, cuando apareció Juanjo el hijo de una amiga con su novia, de la que nunca me acuerdo cómo se llama.
Este es mi primer relato. Espero seáis benevolentes con las críticas.
Empezare diciendo que mi nombre es Jorge, soy una persona normal, 1,70, 60 Kg, 45 años, casado y con una hija de 6 años. Aunque siempre se me dieron bien las mujeres, no me considero ningún Adonis. Pelo moreno, ojos marrones… lo que estaba diciendo, normal!
Era verano y estábamos en la piscina de la comunidad. La piscina… bueno realmente son 3 piscinas las que hay, el terreno es bastante grande con mucho espacio de césped, incluso pistas deportivas. Pues lo dicho, estábamos en la piscina mi mujer, mi hija y yo, cuando apareció Juanjo el hijo de una amiga con su novia, de la que nunca me acuerdo cómo se llama.
Juanjo tenía 18 años, 1,75 aproximadamente, en buena forma física, con pinta de no haber tomado mucho el sol, y como es lógico en esa edad un tanto macarrilla. Ella Helena, luego más tarde ya me quedé con su nombre, 1,70, 55-60 Kg, pelo y ojos oscuros tirando a miel, piel morena de verano, una cara que no sé como describirla pero que sin llegar a ser una belleza llamaba mucho la atención, ni una gota de grasa con un cuerpo escultural, su pecho será una 80, no sé yo calcular bien la talla, para mi gusto un poco pequeño, y su culo… ¡ahí su culo! Perfecto, nada mas verlo cualquiera piensa ¡yo quiero follarme ese culo!
Bueno pues hechas las presentaciones, vamos a la historia. Estábamos conversando, Juanjo con mi mujer sobre las posibilidades de trabajar en la empresa de abogados en la que ella estaba haciendo de hombre de los recados, y yo con Helena sobre si me había visto pasar por su barrio en el coche, corroborando con Juanjo que ella le había comentado que le había parecido verme. Anteriormente ya me había comentado en otra ocasión que me había visto, pero le expliqué que por los datos que me daba era imposible que fuera yo, aunque en esta ocasión parecía que efectivamente era yo.
Antes de que se acercaran Juanjo y Helena a hablar con nosotros, ya los había visto a lo lejos, no me había pasado desapercibido el perfecto culo de Helena. Tenía puesto un bikini que no era de los escuetos, pero tampoco ni mucho menos amplio, la parte de arriba color verde tirando a palabra de honor para anudar al cuello, la “braguita” negra que se le colaba por la raja del culo dejando los dos cachetes totalmente expuestos. Esa visión dejó a mi polla con ganas de querer levantarse.
Cada vez que hablaba con Helena, que no era ni mucho menos a menudo, habríamos hablado 3 o 4 veces. Me daba la sensación, de que cada vez que nadie nos observaba mientras conversábamos, me miraba con una sonrisilla y unos ojitos tontones, cambiando el semblante cuando alguien observaba o se sumaba a la charla. Y esta vez, no fue una excepción. Durante la conversación disimuladamente, podía observar perfectamente la totalidad del canalillo que formaban sus tetas. Así que entre la vista del canalillo, y lo que me ponía ese pedazo de culo. Como me estaba empezando a poner como una moto, aprovechando la insistencia de mi hija por ir al agua, decidí decirle a mi mujer que me iba al agua con la niña, que estaba asfixiado de calor. Tranquilamente podrían rondar los 38 grados. Helena dijo que también se venía ella al agua con nosotros, para refrescarse y jugar la niña. No sorprendió, porque le gustaban mucho los niños, y siempre que veía a la niña en algún momento dado se ponía a jugar con ella.
De camino al agua, las deje ir delante a ellas para aprovechar y poder deleitarme con lo que podría llamar “mi culo favorito”. De nuevo me daba la sensación de que movía el culo más de la cuenta. Esas sensaciones se difuminaron al entrar en el agua Helena, con el contraste de la temperatura exterior y la del agua, sus pezones automáticamente se irguieron bajo su bikini y mis ojos se fueron directos a ellos. Helena habiéndose percatado de ello, aparentando el tratar de colocarse el bikini, se pellizco sutilmente los pezones mientras me miraba a los ojos. En ese momento me quedo claro, que mis sensaciones eran correctas, y ella estaba coqueteando conmigo o más bien tratando de ponerme cachondo.
Una vez en el agua empezamos a jugar los tres salpicándonos, con unos pilla-pilla que propiciaron algunos roces ¿fortuitos? Mi hija me pido subirse a mi espalda como si fuera una barca, cosa que no había problema porque cubría muy poco el agua en la zona donde nos encontrábamos. La niña le dijo a Helena que se subiera ella también, cosa que hizo directamente.
Mi hija: ¡Ahora al revés papá!
Yo: ¡Vale! Pero bajaros para poder girarme ¿no?
Me di la vuelta poniéndome boca arriba, volviendo a subirse encima mi hija. Pero la hija de puta de Helena sin esperar a que mi hija la dijera nada, se fue a sentar directamente sobre mi polla. La polla me pego un calambrazo y se me puso como un palo en el momento.
Helena: ¡Lucia (que así se llamaba mi hija), vamos a movernos un poco en la barca!
MH: ¡Siiiiiiii!
Mi hija empezó a botar encima mío. Helena emulándola empezó a botar también, pero lo que desde fuera parecía estar botando, lo que realmente estaba haciendo ¡era restregarse con su coño y su culo contra mi polla! Aprovechando la situación, retirando las manos del fondo de la piscina para simular que se hundía la barca y parar ese roce que me estaba poniendo enfermo. Mientas nos hundíamos estiré los brazos y con las manos abiertas, agarré firmemente y aprete ese culo que había sido mi fantasía.
Y: ¡Se hunde el barco! ¡Mujeres y niños los primeros al agua!
MH: Jajajajajaja
H: Jajajajaja. Que pena que se haya hundido el barco. Con lo “a gusto” que se estaba en el. (Dijo poniendo una de sus sonrisillas)
Y: Es que ya no podía el motor del barco, estaba “muy caliente”.
MH: Vamos a hacer un barco de tres pisos. Tú primero papá, luego te tumbas tu encima Helena, y luego me tumbo yo encima tuya.
H: Vale, voy.
Según se tumbó encima de mí, clavándome los pezones en la espalda. Se agarró a mi tronco con el brazo derecho, y la muy puta con su mano izquierda me agarró directamente la polla. Estaba claro que tenía ganas de “jugar”.
H: ¡Ahora tú, Lucia!
Con las dos encima tumbadas sobre mí, y Helena no solo sin soltar mi polla, sino que sobándomela arriba y abajo sutilmente, comencé a moverme por el agua. Con lo cachondo que me ponía Helena, y el sobeteo de polla, estaba para explotar. Así que para parar, otra vez se volvió a hundir el barco.
Y: ¡OTRA VEZ SE HUNDE EL BARCO!
H: NOOO
MH: NOOO
Tras separarnos de nuevo y salir todos a flote.
MH: ¡Otro barco papá!
Y: No, hija. Que me canso. (Le dije como mentira piadosa, para evitar que Helena volverá con sus juegos)
H: ¡Lucía! Vamos a hundir a papá
MH: SIIIIIIII
Y: NOOOOO
Pero Helena no estaba decidida a parar sus juegos, más bien al revés. Helena se subió por la espalda agarrándose con los brazos y las piernas, clavándome sus pezones en la espalda, rozando su coño contra mi espalda, y rozando con las plantas de sus pies mi polla. Mi hija se subió por un lado y poco a poco nos fuimos adentrando donde cubría un poco más. Si Helena quería jugar, se iba a enterar la muy puta. Me deshice de las dos, agarre a Helena de la cabeza, la metí debajo del agua llevando su cara directamente a pegarla contra mi polla. Cuando la solté, lejos de salir, noté como se agarraba a mi culo y empezaba a dar pequeños mordiscos en la polla. Cuando salió a flote y tras tomar unas bocanadas de aire, se volvió a encaramar esta vez por un lado y mi hija por la espalda. Helena agarrándome la polla de nuevo, empezó a frotarla nuevamente. Yo aproveché para sobarle el coño a conciencia, incluso viendo sus ganas de “jugar” metí mi mano dentro de la braguita, y la masturbe metiéndole hasta dos dedos. Helena también metió su mano por dentro de mi bañador y empezó a machacármela lentamente. Cuando yo ya la tenía a reventar, y Helena estaba a punto de correrse…
Y: Helena, como siguas así, ¡me van a meter en la cárcel!
H: ¿Por qué? (dijo sonriéndose)
Y: (Acercándome a su oído) Porque, aunque esté aquí mi hija, y fuera el que “va a ser cornudo” de tú novio, ¡te voy a coger y te voy a follar aquí mismo, metiéndote la polla entera de un solo golpe!
H: ¿Pues a ver cómo lo solucionamos? (Dijo dándose la vuelta, frotándome la polla con la raja de su perfecto culo, simulando como si me diera un culetazo)
Y: Lucía, Helena. Yo creo que deberíamos salirnos del agua. ¡Hija, ya tienes los labios morados, y creo que Helena también tiene “los labios” morados!
H: Sí, será mejor.
MH: Noooo, un poco más.
Y: No, que si no, nos vamos a poner “malos” alguno o algunos de los tres.
MH: ¡Vaaaaale!
Una vez llegamos a las toallas. Me seque un poco con la toalla, y con la idea de ir a hacerme un pajote, le dije a mi mujer que secara a la niña que necesitaba ir al cuarto de baño a hacer aguas menores y posiblemente mayores, por si me alargaba más de lo necesario.
H: ¡Espérame, Jorge! Que yo también estoy no que aguanto más.
Evidentemente, era un juego de palabras con doble sentido.
Y: Ok, vamos rápido.
Al cabo de unos pasos, cuando ya no nos podían oír ni había odios indiscretos alrededor.
Y: Pero Helena ¿es que no me vas a dejar ni hacerme una paja en paz?
H: Para qué quieres hacerte una paja, si te la puedo hacer yo, o puedes follarme ¿Es qué no quieres follarme? (Dijo con voz simulando penita)
Y: Tú te has propuesto que de verdad me metan en la cárcel.
H: ¿Y por qué te van a meter en la cárcel?
Y: ¿Tú no sabes que follar a una menor de edad sin su consentimiento, aunque tenga más de 16 años, es un delito penado con cárcel?
H: Pero yo te estoy dando mi consentimiento.
Y: Si eso me lo pones por escrito, y lo firmas. Según termines y estampes tu firma, te la meto entera hasta los huevos de una sola estocada.
H: ¡Pues dame un papel y boli!
Y: ¡Serás puta!
Nos desviamos y entramos en un despacho que había para la administración, del que sin entrar a explicar por qué, yo tenía las llaves. Helena empezó a escribir el consentimiento. “Yo Helena Tal y Tal, menor de edad, con DNI Tal, nacida en Tal el día Tal. Consiento que Jorge Tal y Tal, mayor de edad, con DNI Tal, nacido en Tal el día Tal. me folle de la manera que quiera y me haga todas las guarrerías sexuales que le apetezca. En Tal a fecha Tal. Firmado:”
En el momento que empezó a escribir el consentimiento, le empecé a quitar las braguitas del bikini, separándole ligeramente las piernas, y posicionándola en forma de L contra el escritorio donde estaba escribiendo. En cuanto empezó a escribir el lugar y día donde se estaba firmando, agarre mi polla que la tenía como el acero, y la apunte directamente a su coño. En cuanto finalizo el último trazo de la firma.
H: ¡JODERRRR! ¡Ohhhhh! Tal y como lo habías dicho, de un solo golpe, entera adentro. ¡Dios, como la siento, me arde!
Y: ¡Cállate puta! Te lo he dicho, que no te iba a dar ni un segundo, en cuanto terminaras la firma, de una estocada hasta los huevos. Ahora prepárate para recibir polla, ya que tanto la has estado buscando, ¡te voy a dejar el coño como un bebedero de patos!
H: ¡OHHH, SÍ! Dame, dame, dame, más, más, más, sigue no pares, así hasta el fondo.
Se la saqué de golpe
H: ¿¡Por qué la sacas!?
Y: ¡Te acabo de decir que calles, puta! (PLASSS – Azote fuerte en el culo)
H: Ahhhh!
Y: Te follo como quiero. Y a partir de ahora, también cuando quiera. ¿Te enteras?
H: ……
Y: (PLASSS – Otro azote fuerte en el culo) Te he preguntado que si te enteras.
H: Sí
Y: Sí ¿qué?
H: Que me follas cómo y cuando quieras.
Y: Eso está mejor.
Se la volví a meter, está vez lentamente, sacándole mi polla entera para volver a metérsela de nuevo. Siguiendo con un mete y saca constante con algunos cambios de ritmo, la separe el cuerpo de la mesa agarrándole las tetas y pellizcando sus pezones (ahí me di cuenta de que, aunque sus tetas me parecían pequeñas, tenían el tamaño perfecto para mis manos). Helena emitía todo tipo de gemidos y sonidos. Cuando Helena ya se había corrido al menos dos veces, y yo estaba a punto de correrme, se la saque del coño dispuesto a follarme su boca.
Y: A ver Helena si con esa boquita de chupapollas que parece que tienes, a parte de parecerla lo es.
H: Jorge, no tienes ni idea de lo que me gusta comerme una buena polla.
Yo me senté y Helena se puso de rodillas entre mis piernas. Agarro con una mano mis huevos, y con la otra la base de mi polla que empezó a pajear. Lamio desde la base hasta la punta, primero por un lado, luego por el otro, y finalmente por el centro recreándose con la lengua en el glande. Empezó a metérsela en la boca, cada vez un poco mas adentro, absorbiendo con los labios y lamiendo con la lengua cada vez que se la sacaba. Decidí ver hasta donde le entraba mi polla en su boca, y me puse de pies.
Y: Vamos a ver hasta dónde es capaz de entrar mi polla en esa boquita de putita. Abre bien la boca.
Le agarré la cabeza y fui metiendo y sacando mi polla, cada vez forzando un poco más esa garganta hasta que a los 4 o 5 intentos entró entera. Se la dejé unas décimas de segundo dentro, y se la saqué por completo.
H: Aaaghhhh
Y: Joder Helena, que gusto. No han hecho falta mas que 4 o 5 intentos, y te la has tragado entera. ¿Cuántas veces te la ha metido el cornudo de Juanjo entera?
H: Ninguna, nadie me la había metido entera. Has sido el primero.
Y: Jajajaja. Pues para haber sido el primero, no ha sido muy difícil. ¿Qué te ha parecido la experiencia de tener toda mi polla dentro de la boca, y estar tocando tu barbilla mis huevos?
H: Parece que te vas a ahogar. La garganta parece se va a romper.
Y: Pues vamos a seguir practicando para que te acostumbres. Cuando vuelvas a chupármela, quiero que seas tú la que te la metas entera, sin tener que empujar yo.
Empecé a meterle de nuevo mi polla a Helena en la boca, de nuevo forzando cada vez un poco más, e igualmente a las pocas embestidas la entró entera, pero esta vez en vez de sacarla entera, seguí follando su boca volviendo a metérsela entera de vez en cuando. Yo estaba a punto de correrme. Helena en ese momento ante mis acometidas, de vez en cuando echaba la cabeza hacía atrás, así que para evitarlo, la cogí y la pegué la espalda y cabeza contra la pared. Cuando me corriera quería hacerlo directamente en su garganta. Empecé a notar que me iba a correr.
Y: ¡Me voy a correr!
H: Ugghhhh, nnnn
Empuje un par de veces más hasta que le entró entera de nuevo, momento en el que me corrí como si no tuviera fin.
Y: Oh, SIIIIIIII. Joder que gusto.
A Helena se le saltaban las lágrimas, y se le empezó a salir por la nariz parte de mi corrida. Cuando termine de correrme se la saque de la boca.
H: Hijo de puta, casi me ahogas.
Y: Joder Helena, ¡la madre que te parió! Que boca más de puta madre para follártela. Has visto que fácil te entraba toda enterita luego. Anda chúpamela hasta dejarla bien limpita, que ahora te voy a dar un premio por lo bien que te has portado.
Como se estaba alargando demasiado, mande un whatsapp a mi mujer, diciendo que no había papel y nos había costado una odisea encontrarlo, e íbamos a un chino a por unas cervezas y qué si quería un café de esos que tomaba ella. Me dijo que sí, y le mande otra whatsapp a un colega para que me hiciera el favor de llevarme a la puerta unas cervezas y un café en unos 25 minutos.
Y: Ven siéntate encima de mí.
Yo todavía desnudo me senté, y Helena se sentó encima mía con su espalda pegada a mi pecho, quedando mi polla en medio de su culo. Le separé las piernas y empecé a masturbarla metiéndole un dedo de mi mano derecha mientras que con la izquierda me aplicaba en su clítoris, pasé a meterle dos dedos y posteriormente tres dedos. Solo se oía los gemidos y berridos de Helena, junto con el chapoteo de su coño que decir que estaba empapado se quedaba corto. Como hacía un rato antes, aunque está vez creo que sin quererlo, me estaba masturbando de nuevo, ya que con el roce de su perfecto culo me había vuelto a poner la polla como una estaca. Seguí hasta donde yo quería, tras correrse innumerables veces, empecé un folleteo vertiginoso estimulando el punto G con mis dedos hasta que exploto en un tremendo squirt, con el que casi se desmayó.
H: @$&%#·&& (Ruidos y palabras incomprensibles)
Y: ¿Estás bien Helena?
H: ¡Hijo de puta! Casi me matas, que gusto. Me he meado toda entera. (Dijo una vez recuperada)
Y: No te has meado, eso es un squirt. Es el orgasmo más espectacular que se puede tener. Pero ahora que te has recuperado un poco, por favor ponte a cuatro patas, que mira como me has vuelto a poner la polla meneándomela con tu culo.
Me coloqué detrás de Helena, y sin avisarla se la metí de golpe. Empecé a follarla duro con la intención de correrme lo antes posible, cuando no te que estaba a punto de correrme, la pellizque y retorcí los pezones, cosa que hizo que ella se corriese en ese instante, el mismo en que empezaba a correrme yo.
Y: Joder, no quería correrme dentro para no dejarte embarazada, pero me da igual. ¡¡¡¡¡¡¡Me coooorrooo!!!!!!!
H: ¡Dioooos! Y yooooo.
Una vez que habíamos tomado aire, y recuperados.
Y: Siento haberme corrido en tu coño, no tenía intención de poder dejarte embarazada, pero es que no me he podido aguantar. Tendrás que ir a por la pastilla del día después.
H: No te preocupes, bien a merecido la pena.
Y: Pues compra más de una. Porque el próximo día, además de romperte bien ese precioso culo que tienes, la primera vez que me corra te pienso llenar enterito el coño.
H: ¿¡Me quieres follar el culo!? Nadie lo ha hecho, y tiene que doler mucho.
Y: ¿Te extraña? Tienes un pedazo de culo, perfecto para forrar pelotas, y esas pelotas van a ser las mías. Te voy a dejar el culo que no te vas a poder sentar en una semana. Tampoco nadie te la había metido entera en la boca hasta el fondo, y ya has visto que no ha sido muy difícil.
H: Miedito me das Jorge.
Y: Miedito ¿por qué? Lo único que te debe preocupar, es como le vas a explicar al cornudo de tu novio, por qué después de la próxima vez que nos veamos, vas a ir andando espatarrada y no puedes sentarte en una silla sin un cojín. Te voy a romper el culo a base de bien, de lo voy a dejar como te he dejado hoy el coño.
H: Me estoy poniendo cachonda solo de pensarlo.
Y: Anda vamos afuera a por las cervezas y el café, y luego a las toallas que al final se van a mosquear.
Salí yo solo a por las cervezas y el café, para no levantar sospechas, y nos dirigimos a las toallas.
Mi mujer: Pero bueno ¿dónde os habíais metido?
Y: ¡Buah! ¡Menuda odisea!
H: ¡Bueno! ¡Bueno! ¡Ya te digo! No había papel, en ninguno de los baños. ¡No había manera de encontrarlo por ningún lado!
Y: Luego en el chino un cartel “vuelvo en 5 minutos”. Mis cojones, casi media hora.
Mi mujer: Podías haber venido a por las toallitas de la niña.
Y: Pues es verdad ¡Que jilipollas! Jajajajajajaja
¿Continuara?
P.D. Esta situación es ficticia, pero imaginada desde un episodio que me surgió ayer. Y que tampoco descarto que suceda algún día, aunque no sea así exactamente.