En la noche.
El dar clase me pone muy cachonda
En la noche.
¡PLAS!... ¡PLAS! ...¡PLAS!
Así golpeaba aquella polla dura en mi boca abierta. Cuando paraba de pegarme yo usaba mi lengua para lamerla. No podía ver pero sentía como devoraban mi concha. Mi clítoris era besado, chupado, lamido. Y unos dedos buscaban en mi vagina el punto G. Unas manos ansiosas sobaban mis pechos y pellizcaban mis pezones. Yo tenía que masturbar a dos hombres . No podía parar, no podía gritar. Todo había empezado en clase, yo iba con una pollera, sin ropa interior, y mis alumnos se habían dado cuenta que estaba en celo y vinieron a por mí.
Me despierto, muy caliente por el sueño. Ha empezado el frío en la noche y duermo con una remera grande. Siempre con el coño al aire por si tenemos ganas de coger en la noche. Sonrío , huelo la hormona juvenil de mis alumnos y alumnas y algo se me contagia. Tengo la lujuria un poco subida. Mis dedos buscan mi coñito, acaricio el triángulo depilado, suave, luego juegan a entrar entre los labios vaginales, está húmeda la almejita. Me acaricio el clítoris duro. No estoy sola. Tengo a mi macho al lado. Decido usarlo.
Me giro y me pego a él, duerme boca arriba. Me saco la camiseta, me quedo desnuda. Él duerme con pijama con bragueta abierta. Meto la mano. Tiene la pija tranquila, medio dura, medio grande. Me escupo en la mano y se la agarro. Empiezo a masturbarle. La polla se le empieza a poner dura. No sé si disimula y se hace el dormido para que yo siga. Me gusta pajearle. Está como una piedra cuando me pregunta:
Nena...¿ qué haces?... ¿ qué quieres?
¡ Que me folles...cabrón!
¡ Qué puta eres!
Mucho, ¡deja de hablar y métemela. !
Me separo y me quedo abierta de piernas, él se mueve hasta ponerse sobre mí, entonces le agarro la verga y la coloco en la entrada de mi cueva.
- ¡ Hasta dentro!- le ruego.
Y lo hace, siento como me va llenando cuando me penetra su tranca. Sigue con pijama , y el estar yo desnuda y él con ropa, me excita más. .El peso de su cuerpo me pone mas y mas caliente. Y se mueve, se mueve metiendo y sacando su polla dentro mí. Desde el fondo hasta casi la boca y luego volviendo a clavarse en lo más profundo de mi vagina aceitada por mis flujos. No duramos mucho, soy yo la que me vengo primero. No quiero chillar y le muerdo el hombro. Él acelera su embestidas hasta que noto como suelta su leche en mi sexo hambriento de macho.
Nos quedamos tumbados uno junto al otro, me toma la mano.
-Chiqui... ¿ que te ha pasado?
- Una pesadilla. Pero me la has quitado.
Y le beso mimosa en los labios. Y luego apoyo la cabeza en su pecho.
Si tus pesadillas tienen este final. ¡Ten pesadillas!.
¡ Qué bobo sos!
Dormimos otro rato, mañana es sábado y podemos salir. He reservado para almorzar fuera para celebrar San Isidro.
Le vuelvo a besar y sin darme cuenta me voy quedando dormida.